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La tumba de Tutankamón no aguanta más y cierra.

Bajo la sentencia "la protección de la historia es más importante que el turismo", Zahi Hawas, responsable egipcio de Antigüedades, ordena la clausura de varias tumbas faraónicas.

Después de un prolongado periodo de reflexión, las autoridades egipcias han decidido cerrar a los turistas algunas de las tumbas faraónicas más célebres del Valle del Nilo con el fin de evitar el deterioro paulatino e irreversible que la presencia humana, y principalmente la respiración, están causando en uno de los tesoros más antiguos y apreciados de la humanidad.

La célebre tumba de Tutankamón (1361-1352, antes de Cristo), que se descubrió a principios del siglo XX en el Valle de los Reyes de Luxor, y que es la única de su clase que se ha hallado intacta, será uno de los espacios a los que no podrán acceder los millares de visitantes que cada año llegan a Egipto con el deseo de admirarla de cerca. Pero la medida también afecta a otras tumbas como la de Seti I (1314-1304 a. de C.), padre del mítico faraón Ramsés II, que también se encuentra en el Valle de los Reyes, o la de la reina Nefertari, que fue esposa de Ramsés II y que se halla en el Valle de las Reinas.

"La única manera de preservar estas antigüedades es cerrarlas y hacer réplicas que puedan visitar los turistas", dijo a Efe Zahi Hawas, secretario del Consejo Supremo de Antigüedades, que advirtió de que si no se adoptan estas medidas drásticas inmediatamente, las tumbas desaparecerán en unos 200 años.

La de Tutankamón la halló el británico Howard Carter el 4 de noviembre de 1922 y constituyó uno de los hitos más importantes e inesperados de la egiptología. Aunque fue profanada en al menos dos ocasiones por saqueadores poco después de la muerte de Tutankamón, los objetos robados se substituyeron y el lugar se sellóde nuevo, permaneciendo intacto en su estado original durante más de 3.000 años.

El hecho de que Tutankamón muriera muy joven, a los 19 años, después de reinar una década, explica, según los arqueólogos, que fuera enterrado en una tumba relativamente pequeña en relación a su estatus. Se cree que cuando falleció todavía no se había acabado de construir una apropiada para él y por ello fue enterrado en una más pequeña.

Parece un milagro que su tumba haya permanecido intacta hasta nuestros días, aunque tiene una explicación: una gran cantidad de residuos bloquearon la entrada durante siglos. En la antigüedad se perdió el recuerdo de la tumba del joven faraón, a pesar de que se encontraba en un lugar relativamente transitado.

Lo primero que hizo Howard Carter en 1922 fue rodearse de expertos en egiptología: estudiaron a fondo los aproximadamente 5.000 objetos que se hallaron junto a la momia de Tutankamón y los catalogaron. Hoy están en los museos de El Cairo.

La intención de las autoridades egipcias es construir réplicas de las tumbas que se cerrarán con objeto de que continúe la afluencia de visitantes, ya que el turismo constituye una de las fuentes de ingresos más importantes con que cuenta el país.

El 4 de noviembre de 2007, es decir exactamente 85 años después del descubrimiento de Howard Carter, se le quitó el sudario a la momia de Tutankamón y sus restos se exhibieron en la tumba original, pero fuera del sarcófago de oro y dentro de una urna de cristal con la temperatura acondicionada. La humedad que provocan los turistas cuando respiran y su sudor especialmente en los calurosos meses de verano, cuando las temperaturas en el Valle de los Reyes alcanzan los 50 grados centígrados aceleran la descomposición.

Según Zahi Hawas, al daño que causa la humedad hay que añadir el mal que ocasionan ciertos hongos que poco a poco van cubriendo las paredes de la necrópolis y se van extendiendo por los muros debido a que las tumbas no disponen de un sistema de ventilación adecuado para contrarrestar la presencia de miles de turistas diarios.

Hawas explicó que se ha escogido las tumbas de Tutankamón, Seti I y Nefertari para cerrarse basándose en que "estas tres tumbas nunca podrán repetirse", aunque el director del Consejo Supremo de Antigüedades ha advertido de que más adelante el cierre podrá afectar a otras tumbas.

Desde hace un año y medio, las autoridades egipcias habían limitado la entrada de turistas en las tumbas que están más amenazadas, e incluso introdujeron en algunas sistemas de ventilación con el fin de mantener constante el nivel de humedad y evitar el deterioro de las pinturas murales.

Los expertos han empezado a tomar medidas y a estudiar todos los detalles decorativos que hay en los muros y en otros lugares con el fin de reproducirlos minuciosamente en el mismo Valle de los Reyes, en la orilla occidental del Nilo. Según Hawas, cuando se hayan terminado las réplicas, sólo los especialistas recibirán autorización para entrar en las tumbas originales después de pagar "entradas carísimas".

En cuanto a la tumba de Nefertari, situada en el Valle de las Reinas, es una de las más lujosas de la zona, aunque fue saqueada en la antigüedad. Algunos de los objetos que se hallaron allí se exhiben hoy envarios museos de EEUU. Nefertari fue una de las principales esposas del poderoso Ramsés II, a quien algunos historiadores han relacionado con el éxodo de los judíos de Egipto. Sin embargo, numerosos historiadores contemporáneos creen que la narración bíblica es una leyenda sin base histórica.

La momia del faraón Seti I, cuya tumba también se cerrará al público, es una de las mejor conservadas. Se estima que Seti I vivió unos 40 años y murió de forma repentina sin que se conozcan las causas; la momia no tiene ningún signo deviolencia. Tanto su padre, Ramsés I, como su hijo, Ramsés II, vivieron hasta la vejez.

Aunque la momia de Seti I apareció decapitada, los arqueólogos creen que este hecho fue causado por ladrones de tumbas en la antigüedad. Los egiptólogos han explicado su muerte repentina, sugiriendo que se debió a una enfermedad congénita del corazón. El hecho de que su corazón apareciera en el lado derecho del pecho del faraón es una curiosidad más de esta momia.

Extraído de Público

2 comentarios:

sarah dijo...

Bueno, a esta conclusión se está llegando en muchos centros arqueológicos tras la evaluación de las consecuencias que años de visitantes causan sin querer en los restos. Su preservación debería ser prioritaria al capricho de gentes, pocas de las cuales sienten verdadero interés por lo que ven (a tenor de mi propia experiencia como visitante de estos lugares). Hay que buscar la manera de combinar la satisfacción del turista y la búsqueda de respuestas.

Aprovecho para felicitarte el Año Nuevo y desearte lo mejor para estos doce próximos meses. Yo he estado fuera de combate varios meses, por las oposiciones (hasta marzo no tendré notas, aunque no espero milagros) y por problemas familiares. A ver si a mis estos meses me traen un poco de tiempo...

Saludos, Antrophistoria :)

antrophistoria dijo...

Muy de acuerdo con lo que dices Sarah, en muchas ocasiones se antepone el turisteo y el mercadeo a la preservación de los hitos de nuestro pasado. Las cosas del capitalismo extremado que manda.

Suerte con esas notas y, sobre todo, Feliz Año Nuevo. Saludos!!