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El “colapso tecnológico” de la Antigüedad Tardía hizo retroceder a la sociedad casi a la época prerromana.

Investigadores de la Universidad de Salamanca han presentado hoy en Zamora sus estudios sobre la frontera suevo-visigoda.


La Fundación Rei Afonso Henriques de Zamora ha acogido hoy la primera jornada del ‘Congreso Internacional de Fortificaciones en la Tardoantigüedad: Élites y articulación del territorio entre los siglos V – VIII d.C.’, que se celebrará hasta el próximo viernes. En este marco, la Universidad de Salamanca ha presentado una investigación sobre la frontera suevo-visigoda, que se extendía aproximadamente desde la Cordillera Cantábrica hasta el centro de Portugal, pasando, entre otros territorios, por las actuales provincias de Zamora y Salamanca.

Enrique Ariño y Pablo Díaz, profesores del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la institución académica salmantina, han explicado sus investigaciones sobre este territorio fronterizo de los siglos V y VI. “Aunque las fuentes son escasas, en términos comparativos nuestro conocimiento del periodo es bastante bueno. Podemos reconstruir a grandes rasgos la historia política y religiosa, y en menor medida la estructura social”, han afirmado en declaraciones a DiCYT.

El informante esencial para el siglo V Hispano es el cronista Hidacio. “La información arqueológica es más pobre por cuanto tras la caída del Imperio hubo una rarificación de las obras monumentales y un empobrecimiento de las producciones cerámicas que suelen ser elementos esenciales en la interpretación arqueológica”, aseguran.

La línea de investigación de estos expertos pasa por aunar los testimonios arqueológicos y las fuentes literarias, básicamente testimonios escritos, para valorar si los confines entre el Reino Suevo y el Reino Visigodo contaron con estructuras defensivas que reforzasen las reivindicaciones de soberanía respectivas.

Pobres restos arqueológicos como material de trabajo.

En este sentido, los vestigios arqueológicos sobre los que investigar “son en general pobres y poco definidos”, aseguran los científicos. En concreto, la cerámica es más pobre que en el periodo precedente y difícil de sistematizar, aunque los estudios han logrado algunos avances en estos años. La arquitectura monumental, con la excepción de las estructuras defensivas, “es pobre e inespecífica, sometida a grandes especulaciones cronológicas”.

A pesar de estas dificultades, los especialistas deducen que este periodo se produjo “una ruptura de las jerarquías políticas y territoriales que habían definido el mundo tardoimperial”. Además, se produjo un nuevo equilibrio de poderes donde las aristocracias locales cobran un protagonismo autónomo renovado. La sociedad sufrió “un empobrecimiento general asociado a altos niveles de violencia” y un “colapso tecnológico que regresa a situaciones casi prerromanas”.

En esta jornada han participado un total de 85 personas, entre ponentes, asistentes y presentaciones de posters. Este primer día del congreso organizado por la Asociación Científico-Cultural Zamora Protohistórica se ha centrado en cuestiones relacionadas con las fortificaciones tardoantiguas en la zona de la Meseta Central y en la zona Norte de la Península Ibérica.

Vía: Dicyt

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