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Holograma rupestre: ¿ventanas a la prehistoria?

El holograma rupestre como posible ventana a la prehistoria

Cueva de Praileaitz 
El investigador  Pablo Blasko Gärtner ha realizado un descubrimiento potencialmente revolucionario que podría rescribir los libros de Historia: ha conseguido idear un método que permite poder ver unas imágenes holográficas fascinantes, a modo de películas de animación cortas, que parece que han sido grabadas en su mayor parte sobre rocas y durante la Prehistoria, y que muestran en detalle, a escala real, y en 3 dimensiones, ciertos eventos ocurridos hace ya miles de años. 

Todos hemos oído hablar de la máquina del tiempo y de películas tales como “Regreso al Futuro”, y de algún modo muchos querríamos ser capaces de poder viajar al pasado para poder saber, de primera mano, cómo vivían nuestros antepasados. Pues que me diríais si os dijera que en cierta manera esto puede estar al alcance de cualquiera que de verdad lo deseara, simplemente siguiendo un método ideado por el investigador  amateur Pablo Blasko Gärtner, un entusiasta de la Prehistoria y de la arqueoastronomía en particular, que ha pasado 10 años estudiando estos hologramas rupestres y que acaba de perfeccionar un método para que cualquiera pueda llegar a verlos que él llama “Ikusi Makusi” (“veo veo” en euskera).

Este método permite llegar a ver unos hologramas increíbles que muestran al completo una sociedad organizada y desarrollada y que dejan ver en detalle los rasgos de personas de hace miles de años, sus vestimentas, bailes, fiestas, ceremonias, construcciones etc. Además, en algunos casos, también se pueden ver escritos que acompañan  a las imágenes, cuyo lenguaje inexplicable parece transmitir un mito, una leyenda, un saber, un conocimiento algo que para los que grabaron las imágenes debía saberse. Cualquiera puede llegar a ver estas imágenes holográficas y otras varias personas han conseguido ver los hologramas siguiendo el método de Pablo: lo único que se requiere es un poco de motivación, concentración  y paciencia.

Pero, ¿qué son exactamente estos hologramas del pasado? Pablo los define como una especie de películas animadas en formato “gif”: es decir, son escenas que se repiten una y otra vez y que parece que fueron creadas por los hombres del pasado (más que nada de la Prehistoria) para registrar algunas situaciones cotidianas y que parecen encontrarse dispersos por la mayor de los rincones del planeta, aunque suelen verse más a menudo en lugares rocosos que fueron habitados durante tiempos prehistóricos, tales como cuevas o montañas, por lo que se pueden denominar hologramas rupestres.

Uno de los hologramas más impactantes que tanto Pablo como sus colaboradores han llegado a ver ,fue la escena de la llegada de un barco lleno de soldados romanos que subiendo por el río Urumea, en la actual Gipúzkoa, iban sembrando terror y destrucción a su paso. El barco tenía una especie de bola metálica en la parte delantera y llegaba en un momento en el que la gente nativa se encontraba congregada al lado del río llevando a cabo una especie de ceremonia, con los brazos en alto; cuando llegaron los romanos se observan escenas de angustia y desesperación entre los indígenas mientras intentan escapar del ataque de los invasores.

¿En qué consiste el método de “Ikusi Makusi”? Se le ha llamado así porque se basa básicamente en mirar y ver: cuanto más se mira más se ve. Es un proceso largo y que exige paciencia, pero que poco a poco es recompensada con la aparición cada vez más frecuente de escenas y palabras, que van ganando nitidez a medida que el ejercicio avanza. De adivinar formas se pasa a verlas con una claridad creciente. Si se continúa mirando se va ampliando la cantidad y también la calidad de lo que se está viendo: empiezan a sobresalir círculos grandes y pequeños y de ellos surgen animales, personas, poblados….

La práctica ideada por Pablo Blasko Gärtner consiste básicamente en “ver” usando la glándula pineal, o tercer ojo, en vez de con los ojos.  La glándula pineal, o epífisis, es un pequeño órgano de apenas 1 cm con forma de piña situado en el encéfalo y que regula la vida instinto-afectiva de las personas. Se estimula normalmente por la luz y se ha considerado desde tiempos antiguos como el punto de conexión entre el cuerpo y el alma y así Descartes afirmaba que, por ello, la glándula pineal es lo que nos hace de verdad humanos.  A medida que se va activando la glándula pineal, se van empezando a divisar esas imágenes holográficas que de otra forma seguirían ocultas y gradualmente se van viendo los hologramas con mayor nitidez, el movimiento en ellas se va acelerando poco a poco y cuanto más se mira más se multiplican los detalles.

Descartes creía que la glándula pineal era el punto de conexión entre el cuerpo y el alma
Pero, ¿cómo se pueden llegar a ver estos hologramas? Para empezar resulta más fácil llegar a verlos visualizando simplemente grabaciones de vídeos en las que aparezcan tomas de paisajes, en especial de rocas en cuevas y montes; preferiblemente en pantallas analógicas (por ejemplo de televisión que no sean planas). Colocados a una distancia de dos-tres metros de la pantalla se mira el vídeo un par de veces y es importante colocar una lente (una lupa, gafas o una cámara) en un punto intermedio entre el ojo y el monitor para habituar nuestra vista  al vídeo, y para que se vaya activando la glándula pineal (cuanto más se mira más se ve); y es importante por ello ver los videos el mayor tiempo posible. Para poder apreciar las imágenes holográficas ocultas, se debe tener la glándula pineal encendida y para que ello suceda hay que ejercitar un buen rato mirando los videos y cuanto más se mira más se va activando la glándula pineal, lo que permite a su vez poder apreciar más detalles y con una mejor nitidez.

Después de cierto tiempo, puede ser una o dos horas, llegará un momento en que la imagen de la pantalla se empezará a tridimensionalizar, y a veces, es como si apareciera un vaporcillo. Entonces se congela la imagen poniéndose el video en pausa, y si se sigue con el ejercicio, las imágenes irán adquiriendo forma, volumen, color, hasta que en un estado más avanzado del experimento, se es capaz de observar movimiento dentro de las escenas. Al principio el movimiento será muy lento pero poco a poco irá ganando velocidad y lo que se ve no nos dejará de fascinar: imágenes de sucesos acontecidos hace miles de años. Además de poder verse a través de videos, por ejemplo Pablo Blasko Gärtner tiene varios videos en su canal de Youtube que podrían usarse para ello, y en las fotos podemos ver dos fotogramas de un vídeo con primer plano de una piedra del crómlech de Oianleku y otro de la cueva de Praileaitz en Deba, Gipúzkoa, aunque cualquier escena de video en el que se pueda ver primeros planos de rocas o cuevas podría valer para empezar a practicar el método de Ikusi Makusi. También se pueden llegar a ver estos hologramas al aire libre en el sitio donde se encuentran o se pueden ver si se graban en fotos, aunque para esto hará falta mucha práctica y un alto grado de activación pineal.  

¿Qué épocas históricas parecen mostrarse en los hologramas rupestres? Según Pablo, a veces resulta difícil determinar la época a la que pertenecen los hologramas pero parece que suelen comprender un periodo bastante extenso de la prehistoria. Se podría cifrar en varios miles los años que podrían haber transcurrido entre las estampas más toscas y las más refinadas y pulidas y en algunos mapas que se pueden ver en las imágenes holográficas, puede observarse, por ejemplo, que el nivel del mar es unos 15 metros más elevado que el actual o que el mar llegaba hasta zonas que hoy forman parte de Navarra y que hasta había un puerto donde hoy se ubica el pueblo navarro de Goizueta.

Como hemos dicho antes, cualquiera que siga los pasos ideados por Pablo alcanzará a ver las imágenes holográficas e incluso yo mismo he probado el método. Al principio lo tomé con bastante escepticismo, pero decidí darle el beneficio de la duda porque como buen aficionado a la Prehistoria, me parecía un sueño hecho realidad poder aprender cómo la gente vivía hace miles de años: probé a visualizar los videos del canal de Youtube durante dos noches seguidas pero después de sentir cansancio y molestias en los ojos, además de cierta sensación de estar haciendo el ridículo, abandoné el proyecto. Una semana después volví a ello y mi perseverancia y esfuerzo por fin tuvieron su recompensa porque después de una hora empecé a divisar por mí mismo cómo  las imágenes se empezaban a tridimensionalizar y comencé a percibir formas de animales y personas lo que me estimula a seguirlo intentando.

La verdad es que el poder pasear por ese mundo virtual de las imágenes holográficas del pasado a través de una pantalla o una fotografía es descubrir construcciones, casas, templos,… construidos por nuestros antepasados y permite poder estudiarlos no solo para conocer cómo vivían, etc. sino que también los hologramas podrían ayudar a que los investigadores y arqueólogos pudieran encontrar más fácilmente todo tipo de yacimientos prehistóricos significativos de los que hasta ahora no se sabía nada. La misión de Pablo y de sus colaboradores es dar a conocer la existencia de las imágenes y explicar la manera de verlas. Dependerá de otras personas el analizar e inventariar todos los hologramas que se encuentran dispersos por todo el mundo y el investigar quién, por qué  y cómo los hicieron.

Habrá mucha gente que se muestre escéptica y que considere que estos hologramas no son más que alucinaciones producidas por estados alterados de conciencia, sin embargo, la mayor diferencia entre alucinaciones y los hologramas es que estos últimos se encuentran dispersos y ocultos en nuestro entorno y para poder verlos hace falta ejercitar nuestra glándula pineal, mientras que las alucinaciones no son más que alteraciones de la percepción que nos llevan a ver algo que no existe en la realidad.

Para que este método revolucionario de Ikusi Makusi sea aceptado por los científicos y arqueólogos, es necesario que se le otorgue un mínimo de confianza porque, como ya dijo el gran filósofo Shopenhauer en su día, “toda verdad atraviesa tres fases: primero, es ridiculizada; segundo, recibe violenta oposición; tercero, es aceptada como algo evidente”. Para ello, es también necesario que se investiguen más en detalle estos hologramas que se podrían usar en un futuro cercano como herramienta para el estudio de primera mano de esas épocas lejanas, y que podrían llegar a ser una inmensa fuente de información muy valiosa sobre las culturas de nuestros antepasados.

Autor| Txosi Ermina

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