Las 16 ciudades más importantes en la Historia de la humanidad

Las ciudades, unos centros de innovación, comercio, cultura y poder imgur.com Desde los albores de la civilización, las ciudades han sido ce...

Hacia una datación más precisa de pinturas rupestres del norte de España.

Por primera vez, las extraordinarias pinturas prehistóricas escondidas en unas cavernas del norte de España podrán ser fechadas con precisión por expertos de la Universidad de Bristol.

Un equipo del Departamento de Arqueología y Antropología de dicha universidad ha regresado recientemente de una expedición a las regiones de Cantabria y Asturias, donde han obtenido muestras de más de 20 cavernas con pinturas prehistóricas.

En el proyecto, dirigido por Alistair Pike, los investigadores utilizarán un nuevo método de datación, basado en la desintegración del uranio, para determinar la edad de las pinturas en las cavernas.

Estas pinturas rupestres son una de las ventanas más íntimas hacia el interior de las mentes de personas que vivieron hace más de 15.000 años, pero se ha comprobado que son extremadamente difíciles de fechar. Los arqueólogos incluso desconocen si la tradición de pintar cavernas llegó con los primeros humanos modernos que se asentaron en Europa hace alrededor de 40.000 años, o fue un desarrollo mucho más tardío.

Los métodos tradicionales de fechar los pigmentos, tales como el del radiocarbono, resultan destructivos para las pinturas, y las muestras son propensas a sufrir una contaminación. Los autores del nuevo estudio están utilizando un nuevo método que puede fechar las delgadas capas de calcita que se han formado sobre la superficie de las pinturas.

Durante el proyecto, de tres años de duración, los investigadores esperan incrementar el número de dataciones de arte prehistórico de las cavernas europeas en más del doble, y relacionar sus hallazgos con la expansión y contracción de las poblaciones humanas en respuesta a los cambios climáticos de la última Edad de Hielo.

La recogida de muestras puede resultar muy difícil, debido a que varias de las pinturas fueron realizadas deliberadamente en las partes menos accesibles de las cavernas, lo que implica arrastrarse por sitios recónditos casi impenetrables y permanecer muchas horas del día bajo tierra.

Los arqueólogos tomaron muestras de la caverna de Tito Bustillo en Asturias y de la Caverna de La Pasiega en Cantabria, las cuales contienen casi 300 dibujos de animales, o sea, el mayor número de pinturas rupestres en la Península Ibérica que muestran representaciones pictóricas. Además de la representación de caballos, ciervos y ganado, la caverna contiene también más de 100 símbolos abstractos y varias series de puntos aislados.
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Extraído de Scitech News

Más evidencias de que los Neandertales no eran menos inteligentes que el Homo Sapiens.

Una investigación hecha por científicos británicos y estadounidenses ha dado otro golpe a la teoría de que los neandertales (el Homo neandertalensis) se extinguieron porque eran menos inteligentes que nuestros antepasados (el Homo sapiens). El equipo de investigación ha demostrado que la tecnología de las primitivas herramientas de piedra desarrolladas por nuestra especie, el Homo sapiens, no era más eficaz que la de las usadas por los neandertales. Este descubrimiento rebate una creencia sostenida por los arqueólogos durante más de 60 años y presente en los libros de texto.

El equipo, de la Universidad de Exeter, la Universidad Estatal de Texas y otras organizaciones, pasó tres años produciendo herramientas de piedra. Estos expertos recrearon una herramienta ancha de piedra, usada originalmente tanto por los neandertales como por los Homo sapiens, y una herramienta estrecha de piedra adoptada después por el Homo sapiens. Los arqueólogos han venido usando a menudo el desarrollo de esa herramienta estrecha y su supuesta eficacia, como prueba del intelecto superior del Homo sapiens. Para verificar esto, el equipo realizó un extenso análisis de datos, comparando el número de herramientas producidas, la extensión del borde cortante, cuánto tiempo duraron las herramientas, y otros parámetros.
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Las herramientas estrechas fueron producidas por primera vez por el Homo sapiens durante su colonización de Europa desde África hace alrededor de 40.000 años. Tradicionalmente se ha pensado que el desarrollo de esta herramienta estrecha constituyó un espectacular adelanto tecnológico, que ayudó al Homo sapiens a superar y por último erradicar a sus primos de la Edad de Piedra. Pero cuando el equipo de la investigación analizó sus datos, descubrieron que no hay ninguna diferencia estadística entre la eficacia de las dos tecnologías. De hecho, sus resultados muestran que en algunos aspectos la herramienta ancha, preferida por los neandertales, era más eficaz que la estrecha del Homo sapiens.

Los neandertales, que se cree constituyeron una especie diferente del Homo sapiens, evolucionaron en la Europa de la Edad de Hielo, mientras que el Sapiens evolucionó en África antes de extenderse hacia el resto del mundo hace alrededor de entre 50.000 y 40.000 años. Se piensa que los neandertales se extinguieron hace unos 28.000 años. Eso sugiere que hubo un periodo de por lo menos 10.000 años de coexistencia y la posible interacción entre las dos especies en Europa.

En años recientes, han sido rebatidas muchas creencias, por largo tiempo sostenidas, acerca de posibles causas por las que se extinguieron los neandertales. Las investigaciones ya han demostrado que los neandertales eran tan buenos en la caza como el Homo sapiens, y no tenían ninguna desventaja clara en su habilidad de comunicación. Ahora, estos últimos resultados se agregan a la creciente lista de evidencias de que los neandertales no fueron menos inteligentes que nuestros antepasados.
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Extraído de Scitech News

El subsuelo del Patio de Banderas arroja, para empezar, un barrio taifa.

El Patio de Banderas es la zona cero de Sevilla, donde se forjó la fenicia Spal, la romana Híspalis, la Isbiliya islámica y la Sevilla cristiana. El Patronato del Real Alcázar ha iniciado una investigación arqueológica en profundidad que, tras su primer mes, ha desvelado sus primeros resultados: restos de un barrio taifa del siglo XI.

Los trabajos no han hecho, como quien dice, nada más que empezar, pero el enclave es tan fértil en historia que, a poco que se excave, surgen los restos, el pasado. En busca del más remoto va el equipo multidisciplinar configurado por el arqueólogo Miguel Ángel Tabales, uno de los de mayor solvencia y prestigio que operan en la ciudad, lo que le ha valido ser algo así como el arqueólogo de cabecera del Patronato del Real Alcázar.

Y es que este organismo autónomo que dirige el alcaide Antonio Rodríguez Galindo es el que está promoviendo las referidas excavaciones, que nada tienen que ver con la gran mayoría de las que se han hecho o hacen –ahora menos, por la crisis– al abrigo de tanta obra de nueva planta con garaje subterráneo en zona patrimonialmente sensible incluido.

“En la excavación del Patio de Banderas no estamos en la Encarnación, ni en tantas obras donde los promotores privados apremian a los arqueólogos para que se vayan lo antes posible. El Patronato del Alcázar, cuando se embarca en un sondeo, lo hace para investigar, sin prisas, con previsión, planificación y con cuantos medios sean precisos para poder extraer los mejores resultados posibles”, explica Galindo a pie de obra.

Junto a él están el director del Alcázar, Antonio Balón, los arquitectos que han redactado el avance del Plan Especial de Protección del Alcázar y sus alrededores, Vicente Llanos y Rafael Bermudo, y, cómo no, el arqueólogo Miguel Ángel Tabales, que está más que ilusionado en los hallazgos que se están empezando a producir.

Los primeros ya han hecho acto de presencia. Hace poco menos de un mes comenzaron los trabajos con un corte de 80 metros cuadrados –en la segunda fase, se abrirán otros 80 pero en sentido perpendicular– y ha quedado de manifiesto que la visión que se tiene hoy en día del Patio de Banderas no resiste el paso del tiempo, es decir, que tendrá a lo sumo tres cuartos de siglo de pervivencia, no más. “Hemos hallado, a ras de albero, una sucesión de los pavimentos anteriores que lució el lugar, el primero de los cuales era de cerámica Pickman de finales del XIX o principios del XX. A partir de éste, hubo varias reformas y suelos nuevos, todos por lo general de poca monta, hasta que el lugar se adecentó para la Expo Iberoamericana del 29 configurando, en buena medida, el patio tal cual lo conocemos hoy en día”, describe Tabales.

Todos esos niveles se condensan en unos escasos 50 centíemtros de profundidad a ras de albero. Bajo ellos, lo que hay es historia: restos islámicos primero almohades (siglo XIII) y, bajo éstos o entre éstos, los correspondientes a un barrio taifa, es decir, del siglo XI. Se trata de muros correspondientes a varias casas taifas y los vestigios de una calle que las delimita.

Un arrabal ‘expropiado’. Este primer hallazgo de relevancia en el sondeo es curioso porque documenta un urbanismo totalmente distinto al que consolidarían de forma tan potente los almohades cuando ampliaron los dominios del Alcázar, dotándolos de la muralla que hoy separa la plaza del Triunfo del conjunto palatino. Para ello, todo ese barrio taifa fue demolido hasta niveles de cimentación, justo los que ahora han aflorado dejando a la vista estructuras curiosas como las de las letrinas, conectadas a pozos individuales bajo las calles y que, por su abundancia, sugieren que uno de los edificios localizados en el corte practicado tuviera “carácter público”.

Los almohades, como acredita también la excavación, reurbanizaron a fondo la zona dotándola de una red de alcantarillado acorde con el gran centro de poder que era el Alcázar en el siglo XIII, con sus 17 hectáreas de terreno amurallado, ajardinado y refinadamente decoradas, “una extensión superior a la de muchas ciudades –recuerda Tabales– que nos aporta mucha información sobre la historia de Sevilla y su Alcázar”.

Empieza la emoción. Todo es relevante en arqueología, y aunque por lo general el gran público prácticamente sólo se pone ojiplático cuando se le habla o ve restos romanos de empaque, lo cierto es que también para los arqueólogos la emoción empieza ahora, cuando, tras analizar y documentar los restos islámicos, los levanten para acceder a los niveles inferiores, correspondientes al mundo tardorromano. De hecho, éste ya ha hecho acto de presencia en un punto del sondeo, dejando a la vista restos de muros romanos medio destruidos “que son vinculables a la posible basílica paleocristiana excavada por Bendala en 1974 a escasos metros de la excavación”, apunta Tabales.

Lo que se pretende con la excavación en marcha, que en principio durará unos tres meses, es agotar todo los registros con huella humana del lugar. Y si las sospechas de los arqueólogos son ciertas, habrá mucho que contar por una sencilla razón: el enclave no es uno cualquiera, “sino que fue el límite meridional de la ciudad durante al menos 2.000 años”, un punto bañado por el Tagarete por un extremo y por el Guadalquivir por otro en el que se cree que se condensa el origen de Sevilla. “Trabajamos con la hipótesis –sostiene Tabales– de que podremos localizar restos de hasta el siglo VIII a.C., es decir, del periodo del Bronce final, a unos 3 o 3,5 metros de profundidad”.

Se trataría del primer asentamiento protohistórico de Spal, que era el nombre que los fenicios le dieron a esta tierra cuando la alcanzaron y se mezclaron con su población autóctona –los tartesios–. Y también se trataría de la primera excavación que aportase, de confirmarse las expectativas, algo más que un puñado de cerámicas de ese siglo VIII a.C., lo único documentado en la capital hasta la fecha. Para salir de dudas, no obstante, toca esperar, aunque no demasiado. El Alcázar lo tiene todo para marcar un antes y un después tras esta excavación.
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Moros y cristianos compartían costumbres y experiencias en el reino de Granada, según un estudio de la UGR sobre la vida cotidiana medieval.

Conocer la vida cotidiana de nuestros antepasados medievales es hoy una realidad gracias a la tarea que investigadores como los del grupo de José Rodríguez Molina de la Universidad de Granada desarrollan. Desde el grupo de Cultura Material y Mentalidades en Andalucía, Siglos XIII-XVI, se aborda la identificación y estudio de fuentes que aporten información sobre cualquier aspecto del día a día de los andaluces que vivieron en la Edad Media. Su labor muestra cuál era la realidad sociocultural de nuestros antepasados y sirve para desmitificar muchas creencias todavía arraigadas sobre la sociedad andaluza de la época.

“Durante muchos siglos se ha creído que en la época del Reino de Granada, la convivencia entre moros y cristianos era difícil, llena de conflictos, asperezas y envidias, pero no hay nada más lejos de la realidad. Con nuestro estudio hemos aprendido que la mayoría de las veces convivían en igualdad y compartían costumbres y experiencias”, afirma Rodríguez ejemplificando uno de los mitos que se han derruido con su trabajo: el caso de la convivencia entre religiones de la época.

Andalucía medieval.

Más de siete siglos después los andaluces hemos avanzado mucho en cuanto a calidad de vida y desarrollo tecnológico, pero aún tenemos mucho en común con aquellos antepasados medievales, sobre todo en los aspectos de alimentación. Compartimos el mismo gusto por las buenas carnes como la de cerdo, de vacuno, o conejo y por el pescado; y, por curioso que parezca, en la Andalucía medieval ya se conocía el turrón y se comían con normalidad buena parte de los dulces artesanos que todavía hoy distinguen la gastronomía andaluza.

Otros aspectos de la vida cotidiana sí son muy dispares a los de nuestra sociedad actual. La higiene era más complicada y descuidada en aquella época, entre otros motivos por la existencia de menos medios y hábitos con la limpieza personal. Algo parecido ocurre con el vestido, aunque en este sentido existen considerables diferencias entre las distintas clases sociales de la época. De este modo, la aristocracia y nobleza vestían lujosos y sofisticados trajes, mientras que las clases más pobres vestían sencillas ropas de fibras y tejidos básicos.

Los resultados están centrados en la Andalucía medieval, geográficamente muy diferente a la que conocemos hoy. En aquel momento, había una gran diferencia entre la Andalucía cristiana del valle del Guadalquivir y la árabe del reino de Granada. El grupo estudia principalmente la región del alto Guadalquivir (aproximadamente la actual provincia de Jaén) en la que han centrado buena parte de su investigación. Al mismo tiempo, han ahondado en aspectos culturales de la Andalucía medieval del Reino de Granada, que se corresponde con las actuales provincias de Almería, Granada y Málaga y, sobre todo, aspectos de la vida en la región de frontera.

Es reseñable la existencia de figuras sociales que denunciaban los abusos que se ejercían a veces desde los centros de poder, similares al actual defensor del pueblo. En su libro
El personero, defensor de la comunidad ciudadana, Rodríguez también presenta a este personaje cuya existencia demuestra cierto parecido con nuestra sociedad actual.

Todos estos datos se obtienen tras la lectura, comprobación y análisis de dichos documentos históricos, compra-ventas y actas capitulares. Las compra-ventas son registros en los que queda constancia de un pago o transacción, con lo que se puede inferir de ellos con qué se comerciaba, quién vendía y quién compraba. Ya en función de los productos en sí se deduce qué era lo que mayormente se consumía como alimento, qué tipo de productos se utilizaban para la ropa, etc.

Las actas capitulares son las actas que se escribían sobre las reuniones en los ayuntamientos de la época. En ellas, que no tienen intencionalidad histórica, queda constancia de los asuntos que se trataban en la gestión de los pueblos y ciudades donde se indican los principales conflictos existentes entre ciudadanos, las demandas administrativas y aquellos asuntos de importancia general.

“Es una tarea muy laboriosa puesto que hay que basarse en documentos que no tengan intencionalidad como las compra-ventas o las actas capitulares de los ayuntamientos, y para encontrarlas hay que desempolvar muchos documentos y realizar búsquedas muy dificultosas”, explica José Rodríguez. Dicho trabajo es imprescindible para conseguir encontrar datos que expliquen la realidad social de la forma más objetiva posible, que es una de las principales finalidades de la disciplina histórica.

Mentalidad y religión.

La religión tenía el mayor peso como formadora de la cultura y pensamiento de las personas en la época medieval. Con su trabajo, este grupo de investigadores de la UGR ha descubierto aspectos que demuestran cómo la mayoría de fenómenos de la vida cotidiana o la naturaleza eran explicados únicamente a través de la óptica religiosa. Un buen ejemplo de ello es el artículo publicado por el propio José Rodríguez sobre
Insecticidas en la época precientífica, donde se explican las técnicas para el tratamiento de plagas que eran utilizadas por los agricultores en la lucha contra los insectos que atacaban sus cultivos, principalmente apoyadas en rituales de rogativas, conjuros e incluso exorcismos.

El estudio de la mentalidad y cultura se apoya al mismo tiempo en el análisis de gran cantidad de documentos editados por la santa institución. Actas de iglesias, conventos y monasterios son examinadas para conocer más acerca de los comportamientos y vida en público. Con ello, queda constancia de la importancia que ritos como la confesión tenían sobre las personas y su educación, a la vez que para sustentar la supremacía de la iglesia en la época. Supremacía ideológica y económica, ya que “cuando una persona no accedía a confesarse, si superaba un determinado tiempo, se le multaba con sanciones económicas llegando incluso a la expropiación de buena parte de sus propiedades o incluso todos sus terrenos”.

Muy importante en este sentido fue también la gestión del miedo a la muerte que se llevó a cabo desde las doctrinas religiosas. Buena parte de los ingresos que conseguían los obtenían tras haber difundido la creencia de que ser enterrado cerca de un lugar sagrado (iglesia, monasterio, convento, etc.) garantizaba las puertas del cielo. Por ello, buena parte de aristócratas pagaban ingentes cantidades de dinero para poder ser enterrados y posteriormente, una considerable tasa anual. También condicionaban enormemente el imaginario colectivo ya que “algunos monjes inventaban rumores sobre apariciones de espíritus enfadados por que no se celebraban misas en su nombre y con ello, conseguían que se demandasen y pagasen nuevas misas a título póstumo”, detalla el historiador.

El trabajo desarrollado desde el grupo comenzó en el año 1972 y se mantiene hasta la fecha dados los importantes frutos que genera. Actualmente se sustenta mediante la financiación de la
Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, y ha recibido diferentes ayudas de varios ayuntamientos y otras entidades como la Diputación de Jaén. Dicha investigación se continúa desarrollando para mostrar con más detalle y objetividad el día a día de nuestros antepasados.
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Extraído de Andalucía Investiga

Antonio Flores: “No dudaría”

El meteorito del Yucatán no acabó con los dinosaurios.

La hipótesis que vincula la extinción de los dinosaurios, ocurrida hace 65 millones de años en el límite entre los periodos Cretácico y Terciario, con el impacto de un enorme meteorito en las inmediaciones de la península del Yucatán (México), pierde cada vez más fuerza.

Un estudio realizado por investigadores de las Universidades de Princeton (EEUU) y Lausana (Suiza) concluye que el impacto del meteorito, que excavó un cráter de 180 kilómetros de diámetro en la citada área geográfica, ocurrió en realidad 300.000 años antes del periodo en el que se data la extinción de los dinosaurios. "Ambos fenómenos pueden no estar relacionados después de todo", indica Richard Lane, director de programas de la Fundación Nacional de Ciencia de EEUU. En concreto, según Gerta Keller, de la Universidad de Princeton, tras el impacto del meteorito que creó el cráter de Chicxulub fueron depositados entre cuatro y nueve metros de sedimentos, a razón de dos a tres centímetros cada mil años. "La extinción masiva de dinosaurios puede verse en los sedimentos por encima de este intervalo", señala.

Al mismo tiempo, los investigadores, que han publicado su estudio en la revista Journal of the Geological Society, indican que las evidencias encontradas en los sedimentos revelan que el meteorito tuvo un impacto menor del que se pensaba sobre el resto de las especies.
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Extraído de Público

Explorando la "ciudad perdida" de los micénicos.

A lo largo de una zona rocosa y aislada del litoral griego, un equipo de investigadores está descubriendo los secretos de un pueblo portuario parcialmente sumergido que se cree fue construido por los antiguos micénicos hace casi 3.500 años.

"Realmente, éste es un hallazgo notable", recalca el profesor Daniel J. Pullen, catedrático del departamento de Estudios Clásicos en la Universidad Estatal de Florida. "Resulta muy raro localizar un pueblo entero construido durante la Edad de Bronce Tardía que muestre este nivel de preservación".

Pullen y un colega, el profesor de Estudios Clásicos Thomas F. Tartaron, de la Universidad de Pensilvania, dirigieron a un grupo de estudiantes de ambas universidades, en la ejecución de un estudio inicial del sitio. Lo que encontraron es sin duda muy infrecuente: un yacimiento arqueológico que requirió de muy poca excavación.

Debido a la erosión del suelo y a la actividad tectónica inducida por los terremotos a lo largo de las numerosas fallas locales, gran parte de la tierra ya había sido desplazada del lugar. Resultaban visibles los restos arquitectónicos de estructuras construidas muy cerca unas de otras, en una superficie de unas 8 hectáreas.

Aunque más de tres milenios de terremotos y otras vicisitudes han derrumbado los edificios, todavía siguen en pie sus cimientos, con paredes que en algunos lugares tienen casi metro y medio de altura, y aún se conservan variados indicios acerca de la construcción del poblado y su finalidad.

Todas las estructuras estuvieron ubicadas siguiendo el patrón de una cuadrícula, lo que sugiere que la comunidad entera se planificó y luego se construyó simultánea y no gradualmente. Esto indicaría que el poblado se construyó con algún propósito estratégico, quizás como un fortín militar o como un puesto naval de avanzada.

El asentamiento, denominado Korphos-Kalamianos por Pullen y Tartaron, se encuentra en las orillas del Golfo Sarónico (Golfo de Egina) en el Mar Egeo occidental, a un centenar de kilómetros al sudoeste de la capital griega, Atenas. Justo al otro lado del golfo, la antigua ciudad-estado de Kolonna, en Aigina, fue probablemente rival de la emergente ciudad-estado de Micenas durante el período comprendido entre los años 1400 y 1200 a.C., cuando fue construido el poblado de Korphos-Kalamianos.

Los investigadores han identificado algunos muros propios de una fortificación, con compuertas, en el lado interior (tierra adentro) de Korphos-Kalamianos, lo que hace pensar que el asentamiento desempeñaba al menos alguna función como fortaleza, posiblemente para proteger el puerto.
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Extraído de Florida SU

Nuevo estudio desafía el conocimiento previo sobre los orígenes de la urbanización.

Las ciudades más antiguas no se originaron por decreto de un poder político centralizado, como muchos expertos creían previamente, sino como consecuencia de decisiones de individuos o grupos más pequeños, según un nuevo estudio efectuado por investigadores de las Universidades de Harvard, Cambridge, y Edimburgo.

Para comprender los patrones de crecimiento demográfico en las áreas urbanas más antiguas, los arqueólogos examinaron la distribución espacial de artefactos en Tell Brak, ubicada en el norte de Mesopotamia, en lo que es hoy el norte de Irak y el nordeste de Siria. El trabajo de los investigadores se basó en imágenes de satélite, análisis espacial usando Sistemas Geográficos de Información (GIS, por sus siglas en inglés), y mapas hechos a partir de la ubicación en el terreno de fragmentos de cerámica rota y de otros residuos o desechos antiguos, que indicaron a los arqueólogos dónde vivieron los habitantes de la ciudad. En esta inspección, se examinaron los patrones de distribución de estos objetos sobre un período de 800 años.

La excavación de Tell Brak ha estado bajo la dirección de investigadores de la Universidad de Cambridge desde 1976. A pesar de que los arqueólogos eran conscientes de la gran envergadura de Tell Brak, se habían concentrado previamente en excavar y observar la zona más densamente poblada. La nueva inspección del terreno ha demostrado que la ciudad fue mucho mayor geográficamente de lo que se creía, y también que estaba poblada por grupos de asentamientos alrededor del "núcleo" central.

Según la inspección de la distribución de artefactos, el centro fue rodeado repentinamente por estos grupos alrededor del 4200 aC, sugiriendo una ola de inmigración a la ciudad. Estos grupos estuvieron separados unos de otros, lo que indica distancia social entre los grupos, debido posiblemente a que los mecanismos sociales que permiten a los forasteros vivir juntos en un entorno urbano, aún no habían evolucionado. Los patrones de asentamiento y la distancia al núcleo también significaron autonomía con respecto al centro político de la ciudad.

La teoría de un líder único como el catalizador para la urbanización ha sido ampliamente apoyada hasta ahora, debido en parte a que está reforzada por la historia de Gilgamesh, quien "construyó" la ciudad de Uruk. Uruk, localizada en lo que es hoy el sur de Irak, se consideraba la ciudad más antigua del mundo. La inspección del terreno, junto a excavaciones relacionadas recientes, efectuadas por la Universidad de Cambridge, han demostrado que el desarrollo urbano de Tell Brak fue simultáneo, o quizá incluso anterior, al desarrollo de Uruk.
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Extraído de U. Harvard

La biblioteca del desierto.

El viajero puede llegar en avión desde Bamako, la capital de Malí, pero el trayecto resultaría demasiado efímero, fútil. Mejor, tan cautivador como incómodo, es hacerlo en cayuco, 14 horas río Níger abajo desde Mopti a Niafunké, y luego, en vehículo todoterreno, otras tres horas de pista arcillosa hasta Tombuctú.

En la capital del desierto, frontera mítica entre el Magreb y el África negra, sobrevive la biblioteca Ahmed Baba, donde 30.000 manuscritos son la memoria impresa de la presencia islámica en África. "¡Aquí está nuestra historia!", exclama Ghair Abdel. Y abre una puerta de chapa metálica, la última frontera que nos separa de legajos con hasta mil años de vida que ahora hibernan entre decenas de cajas de cartón, vitrinas llenas de polvo y montañitas de arena amarilla en el suelo.

De nombre oficial Instituto de Investigación y Documentación Islámica Ahmed Baba, la biblioteca de Tombuctú atesora más de 30.000 manuscritos y ediciones de textos religiosos y literarios, mapas de viaje y notas comerciales. Son el disco duro de una ciudad que durante seis siglos tuvo lugar preferente en la historia.

Fundada en el siglo XI por nómadas tuareg para organizar el trueque de esclavos y oro procedente del sur por sal y cobre del norte, Tombuctú fue el eje del impero malí. Fue ocupada en 1468 por guerreros songhai, arrasada por hordas marroquíes en 1591 y, al fin, reconquistada por el ejército de los hombres azules en 1737. Tombuctú mereció halagos de "ciudad misteriosa", y fue considerada "la Atenas de África". En la actualidad, la ciudad de los 333 santos acoge a unos 35.000 habitantes.

Esfuerzos de conservación.

El mayor patrimonio de la capital del desierto, 900 kilómetros al norte de Bamako, reside en la biblioteca Ahmed Baba y en otro par de centros privados de conservación de manuscritos que gestionan familias de larga estirpe. Creado en 1970 por la ONU, el Instituto Ahmed Baba concentra el esfuerzo internacional para que la memoria impresa de la presencia islámica en África no se disuelva en la arena. Pero, vistas las condiciones en las que se almacena el legado, el visitante termina por ceder a la tentación pesimista. Aquí no abundan medios de conservación, pero sobran el polvo, el calor infame de los días y el frío, seco y afilado, de las noches de invierno. "No es la mejor manera de cuidar libros, pero trabajamos duro", indica el vigilante de la biblioteca.
Afuera, entre calles de polvo y bibliotecas familiares, como la Kader Haidara, que conserva varios miles de manuscritos del total de 100.000 que existen en Tombuctú, la fotografía actual de la Meca literaria del Sáhara oscila entre el perfil puntiagudo de sus tres grandes templos de adobe, las mezquitas de Djingareyber (construida en el siglo XIV), Sankoré y Sidi Yéhia (siglo XV), y la destartalada plaza de mercado en la que se realiza la actividad comercial.

Niños de cara empolvada trasiegan con pollos en venta mientras buscavidas se acercan y tratan de colocar sus navajas repujadas en cuero o pedazos de sal mineral excavados más al norte. Toca regresar a Niafunké, el pueblo que gobernó el bluesman Alí Farka Touré. Una visita a su tumba, alicatada de blanco a las afueras de la villa, devuelve al ritmo cansino que marca la vida cotidiana en África.
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Extraído de Público

El Mio Cid, ¿un árabe empuñó la tizona?

La pluma que cantó las gestas de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, el icono del cristianismo, tenía sangre de infiel. Al menos, así lo asegura la tesis que acaba de presentar la profesora Dolores Oliver, El Cantar de Mío Cid: génesis y autoría árabe, que ha provocado revuelo entre los especialistas. "Soy consciente de que he tirado por la borda el trabajo de muchos investigadores", dice Oliver a Público. No sólo eso: con su argumento sobre los rasgos arabizados del héroe, también ha destruido la imagen del Cid como guerrero castellano, salvapatrias y matamoros.

En el círculo universitario, la tesis de una autoría árabe ha provocado una especial división entre los arabistas, alineados con la teoría de la profesora, y los medievalistas, que defienden la teoría oficial de que los orígenes del Cantar proceden de un castellano -cristiano- con influencias de la épica francesa y germánica. Una confrontación que, por otra parte, ya se vivió en los años 40 del siglo XX, cuando se ratificó que las jarchas, las primeras composiciones literarias en castellano, tenían un origen árabe.

Así, mientras que Juan Martos, director del Departamento de Árabe de la Universidad Complutense de Madrid, señala que el libro de Oliver es "muy revelador y valiente, porque, además, no dice ninguna tontería", para Alberto Montaner, profesor de la Universidad de Zaragoza y quizá uno de los mayores conocedores del Cantar, "la autoría árabe no se sostiene".

Propaganda política.

Oliver, que comenzó a trabajar en la posible autoría árabe en 1984, ha basado su estudio en los documentos de los tiempos del Cid (entre 1043 y 1099), que retratan una época donde los señores feudales se rodeaban de poetas árabes que, como modernos asesores, montaban los discursos de propaganda política. "Ese es el género de este poema épico escrito hacia 1095", afirma Oliver, en contra de la teoría defendida por Colin Smith y Ramón Menéndez Pidal, quienes afirmaban que el autor fue un juglar que estudió en Francia o Italia y que lo compuso hacia finales del siglo XII y principios del XIII. "Eso es imposible porque los juglares eran analfabetos que contaban historias que habían aprendido por la tradición oral", apostilla Oliver.
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Para sus colegas arabistas, la prueba que mejor refrenda la teoría de Oliver son las batallas que se narran en el poema. Según Luis Bernabé, profesor de la Universidad de Alicante, "que las batallas son como las de los héroes islámicos y que se muestra a un Cid arabizado es algo irrefutable". Una de las diferencias con respecto a otros héroes medievales europeos, es que "el Cid es mucho más humano y no hace las proezas de superhéroe que aparecen en La canción de Roland, donde de un espadazo, Roland se carga a 50 personas".

Los medievalistas, por su parte, destruyen estos argumentos al afirmar que en "el Cantar no hay rasgos que denoten que es una traducción del árabe al castellano", como asegura Alberto Montaner. Además, para Guillermo Carnero, catedrático de Literatura Española de la Universidad de Alicante, "la profesora Oliver no ha aportado ninguna prueba que no se conociera ya antes".

Para los arabistas, y mucho más aún para los medievalistas, el argumento más débil de Oliver es el de atribuir la autoría concreta al jurista y poeta Abu Al-Waqqashi. Como afirma Luis Bernabé, "esto sí es bastante provocador. A mí no me cabe duda de que el Cantar salió de un núcleo dónde existía cultura árabe y que fue alguien que lo conoció, pero creo que es arriesgado decir que fue Al- Waqqashi". Para su colega de la Universidad de Córdoba, José Ramírez "es algo muy tentador, pero carece de base".

Por supuesto, esta no es la primera vez que la autoría del Cantar de Mío Cid se pone en duda. Desde que se conoció el texto, en el siglo XVIII, surgieron numerosas teorías acerca de su autor. La que más se ha mantenido en el tiempo es la que señala que fue un tal Per Abbat en 1207, según aparece en uno de los explicit del Cantar, aunque "esta teoría se tiene hoy menos en cuenta y a Abbat se le considera sólo un copista", manifiesta Dolores Oliver.

La problemática con el Cid ha surgido porque su figura literaria se suele mezclar con la histórica y viceversa. Según manifiesta el profesor Juan Martos, de la Universidad Complutense de Madrid, "el Cid ha tenido la mala suerte de que fue convertido en el icono de la derecha. Es el símbolo del cristiano contra el infiel y por eso no se lee con objetividad". Desde otra perspectiva, Guillermo Carnero lamenta que La España del Cid, el libro de Ramón Menéndez Pidal, "fuera estudiado en las academias militares durante el franquismo". Tampoco contribuyó Charlton Heston con la película que protagonizó en 1961.

Mundos ajenos.

El libro de Dolores Oliver ha propiciado un debate del papel de la influencia de la literatura árabe sobre la castellana en el medievo. Como afirma Luis Bernabé, "simplemente, la sorpresa que ha causado la tesis de Oliver en la universidad demuestra que todavía existe el prejuicio de que lo árabe es algo ajeno a los españoles. Hasta ahora la historia de la literatura es la de la literatura castellana". Este profesor de la Universidad de Alicante señala que esta tendencia es la que incide en que "todavía nadie haya señalado los elementos árabes o mudéjares que hay en El libro de Buen Amor".

Precisamente, la orientación oficial de la Universidad es la que defienden los profesores Guillermo Carnero y Alberto Montaner. Para el segundo existen muchas dudas sobre la influencia literaria árabe en la literatura hispánica: "Yo no digo que sea imposible, pero una cosa es que existan paralelismos y otra, que haya influencias. Y hay paralelismos con la literatura árabe, pero también con la tradición románica, la germánica e incluso con la eslava". Sin embargo, como ratifica Luis Bernabé, "cada vez hay más voces que hablan de la interconexión cultural entre los dos mundos". El libro de Oliver es un ejemplo.
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Extraído de Público

Hallan en el Sinaí cuatro templos faraónicos.

Los arqueólogos egipcios han descubierto cuatro templos faraónicos amurallados, que datan del Imperio Nuevo (1539-1075 a. C.) y del Primer Periodo Intermedio (2125-1975 a. C.), en la península del Sinaí, en el noreste de Egipto.

El ministro de Cultura egipcio, Faruk Hosni, ha anunciado en un comunicado que los templos fueron hallados en las zonas de Qantara Sharq, a cuatro kilómetros al este del canal de Suez, y Zaro, que fue en la antigüedad un punto de partida del Ejército para proteger la frontera este del país.

Uno de los templos encontrados es el mayor hallado en el Sinaí hasta el momento, fue construido con piedra caliza y mide 80 metros por 70. El templo, que contiene cuatro salas con 34 basas de columnas, tiene inscripciones de distintos faraones como Tutmosis II y Ramsés II, lo que demuestra la importancia del lugar durante las dinastías XVIII y XIV del Imperio Nuevo.

Además, los dibujos en las paredes del templo, considerado un centro religioso importante en la entrada este de Egipto, todavía mantienen sus colores vivos, agregó el comunicado.

El templo está rodeado, asimismo, de 26 almacenes, que datan de la época de los reyes Seti I, Ramsés II y Seti II (1315-1215 a.C), y que están localizados en una antigua carretera militar, que se llamaba Horus y que unía Egipto con Palestina.

El jefe de la misión arqueológica que halló los templos, Mohamed Abdel Maqsud, aseguró que estos almacenes abren la puerta para revelar nuevos secretos de la historia del Sinaí, ya que contienen decenas de inscripciones y sellos reales que muestran la riqueza de la construcción egipcia en la antigüedad.

Por su importancia, los muros que llevan estas inscripciones serán trasladados a los museos egipcios, añadió Maqsud.

Alrededor del templo aparecieron, además, quince torres de vigilancia, de veinte metros de altura, que, según el experto en arqueología, son otra muestra de la experiencia militar de los faraones.
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Extraído de El Mundo

Descubren el texto hebreo más antiguo conocido.

Un equipo de arqueólogos de la Universidad Hebrea ha descubierto el texto hebreo más antiguo conocido, escrito en alfabeto protocananeo, en una ciudad antigua en el área donde David derrotó a Goliat, la ciudad judía más antigua encontrada hasta la fecha. Se piensa que el hallazgo de 3.000 años de antigüedad es el descubrimiento arqueológico más significativo en Israel desde el hallazgo de los Manuscritos del Mar Muerto, antecediéndolos en cerca de 1.000 años.

El ostracon (fragmento de cerámica con texto inscrito en tinta) tiene cinco líneas de texto divididas por líneas negras y mide 15 x 15 centímetros. Fue encontrado en el suelo, dentro de una edificación del siglo 10 a.C. cercana a la entrada de la ciudad del lugar, conocida como la Fortaleza de Elah, en Khirbet Qeiyafa.

Yosef Garfinkel, del Instituto de Arqueología en la Universidad Hebrea de Jerusalén, y Saar Ganur dirigen las excavaciones.

La datación mediante carbono 14 del material orgánico encontrado con el ostracon, realizada por la Universidad de Oxford, junto al análisis de la cerámica, sitúa a esta inscripción en tiempos del Rey David, hace alrededor de 3.000 años, antecediendo a los Manuscritos del Mar Muerto en aproximadamente un milenio.

A pesar de que todavía no se ha descifrado la inscripción, la interpretación inicial indica que el texto fue parte de una carta y que contiene las raíces de las palabras "juez", "esclavo" y "rey". Esto puede indicar que es un texto legal que podría proporcionar conocimientos sobre las creencias, la sociedad y la ley hebreas de aquella época. Los arqueólogos dicen que fue escrito claramente como un mensaje intencionado por un escriba debidamente entrenado.

Datando del siglo 10 a.C., la Fortaleza de Elah es la ciudad fortificada conocida más antigua del período bíblico en Israel. Las excavaciones comenzaron en el sitio en Junio de 2008.

Hasta la fecha, sólo ha sido excavado el 4 por ciento del yacimiento arqueológico, vislumbrándose para el futuro muchos más descubrimientos asombrosos en el 96 por ciento restante.
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Extraído de Scitech News

La importancia de saber hacer fuego en la migración ancestral hacia fuera de África.

La habilidad de hacer fuego, milenios atrás, fue probablemente un factor clave en la migración de homínidos prehistóricos desde África hacia Eurasia, según considera un investigador del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén sobre la base de unos descubrimientos efectuados en el yacimiento arqueológico de Gesher Benot Ya'aqov, en Israel.

Excavaciones previas en el lugar, llevadas a cabo bajo la dirección de Naama Goren-Inbar del Instituto de Arqueología, mostraron que los ocupantes del sitio, que son identificados como parte de la cultura acheuliana que surgió en África hace cerca de 1,6 millones de años, habían dominado la habilidad de hacer fuego hace 790.000 años. Esta revelación hizo retroceder en medio millón de años las fechas aceptadas previamente sobre cuándo el Hombre aprendió a hacer fuego.

El yacimiento de Gesher Benot Ya'aqov está ubicado en el Valle de Hula, en el norte de Israel.

Una investigación reciente y detallada de los ocho niveles de civilización encontrados en el lugar ha dado ahora resultados que han sido interpretados como indicadores de la presencia de restos de chimeneas antiguas. Según la investigadora Nira Alperson-Afil, del equipo de Goren-Inbar, esto denota que una vez adquirida, la habilidad de hacer fuego fue transmitida a lo largo de un periodo de muchas generaciones.

En otros estudios en los que se obtuvieron evidencias de uso del fuego, sólo se verificó la presencia de materiales arqueológicos quemados, sin que fuese posible indagar más en la cuestión de si los humanos sabían hacer fuego desde las primeras etapas en que se valieron del mismo, o si se limitaban a aprovechar el provocado por causas naturales y a evitar que se apagara durante tanto tiempo como pudieran.

Los nuevos hallazgos hechos en Gesher Benot Ya'aqov son excepcionales ya que constan de evidencias bien preservadas sobre el uso del fuego a lo largo de una secuencia ocupacional muy larga. Este uso continuo y habitual del fuego sugiere que estos humanos antiguos no se vieron obligados a recolectarlo en incendios naturales, y sí en cambio que fueron capaces de hacerlo a voluntad.

La manipulación del fuego por los hombres antiguos fue claramente un punto de cambio para la humanidad. Una vez "domesticado", les permitió protegerse de los depredadores, obtener calor y luz, y posibilitar la explotación de una nueva gama de alimentos.

Disponer del fuego como una herramienta proporcionó una mayor autoconfianza a los humanos primitivos, que estuvieron en mejores condiciones para atreverse a abandonar sus territorios originales y acabar poblando entornos nuevos y poco familiares.
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Extraído de Scitech News

Hallan nuevas pruebas sobre la localización de la tumba de Cleopatra.

Una misión arqueológica egipcia y dominicana asegura haber encontrado nuevas pruebas que confirman la presencia de la tumba de Cleopatra y Marco Antonio en las proximidades de Alejandría.

La abogada dominicana Kathleen Martínez, jefa de la misión, calificó este miércoles de históricas las pruebas que han logrado sobre la presencia de la tumba de la reina Cleopatra y del general romano Marco Antonio en las proximidades de Alejandría, al norte de Egipto.

La también ministra consejera de la embajada de República Dominicana en Egipto informó en una rueda de prensa de que la expedición ha logrado "importantes" avances que conducen hacia las tumbas de los dos amantes.

Martínez dio a conocer hoy una serie de hallazgos de la misión arqueológica y que, en su opinión, confirman la presencia del sepulcro de Cleopatra y Marco Antonio.

Cementerio cerca del templo de Abusiris.

La expedición encontró, precisó Martínez, un cementerio junto al templo de Abusiris, norte de Egipto, en el que se encontraron 27 tumbas con 10 momias, dos de ellas envueltas en oro.

En el lugar también se encontraron mesas de ofrenda, jarras de vino y de cerveza, así como 22 monedas con el rostro de la reina Cleopatra y Alejandro Magno y una máscara funeraria de un hombre con una hendidura en barbilla, muy semejante con las imágenes que se conocen del general Marco Antonio.

Asimismo, se localizaron diversos objetos personales pertenecientes al periodo grecorromano. Esto confirma, agregó la investigadora, que en el lugar están sepultados restos faraónicos y señaló que están "tras la pista de la tumba de Cleopatra y Marco Antonio".

Este es el más reciente resultado de la teoría que Martínez presentó en 2005 al Consejo Supremo de Antigüedades egipcio y que sirvió para conformar la expedición arqueológica egipcia y dominicana en busca de la tumba.

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Extraído de El Mundo

Descubren un idioma que carece de palabras para los números específicos.

Un idioma amazónico que sólo hablan 300 personas no tiene ninguna palabra para expresar el concepto de "uno" o cualquier otro número específico, según un nuevo estudio.

Los investigadores, dirigidos por Edward Gibson, profesor de ciencias cognoscitivas y del cerebro del MIT, comprobaron que los miembros de la tribu Piraha del remoto noroeste del Brasil utilizan el idioma para expresar cantidades relativas como "algunos" y "más", pero no números precisos.

"A menudo se supone que contar es una parte innata de la cognición humana", señala Gibson, "pero aquí hay un grupo que no cuenta. Ellos podrían aprender, pero contar no es útil en su cultura, por eso nunca han adoptado esa herramienta".

El estudio ofrece evidencias de que las palabras que designan los números son un concepto inventado por las culturas humanas cuando los necesitan y no una parte inherente de los idiomas.

El nuevo estudio sigue los pasos de uno anterior publicado en el 2004, en el cual se encontró que aparentemente los Piraha tenían palabras para expresar las cantidades "uno", "dos" y "muchos". En la nueva investigación, los investigadores del MIT observaron el mismo fenómeno cuando les pidieron a los Piraha que describieran conjuntos de objetos cuando el contenido de estos iba aumentando, desde el 1 hasta el 10.

Sin embargo, el equipo del MIT decidió cambiar de perspectiva: empezaron con 10 objetos y pidieron a los miembros de la tribu que contaran hacia atrás. En ese experimento, los miembros de la tribu usaron la palabra que previamente se pensaba que significaba "dos" cuando estaban presentes tantos como cinco o seis objetos, y emplearon la palabra que supuestamente significaba "uno" para cualquier cantidad entre uno y cuatro.

Esta manera de valorar cantidades nunca se había observado antes, aunque los investigadores sospechan que quizás también pueda encontrarse en otros idiomas primitivos y muy minoritarios sobre los cuales se ha venido creyendo que para contar poseen palabras equivalentes a "uno", "dos" y "muchos".
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Extraído de MIT

Guerra Química en Tiempos del Imperio Romano.

Un investigador de la Universidad de Leicester ha identificado lo que parece ser la evidencia arqueológica más antigua de armamento químico, remontándose nada menos que a tiempos del Imperio Romano.

Simon James, arqueólogo de la Universidad de Leicester, ha presentado indicios de que una veintena de soldados romanos, encontrados en una antigua mina asediada en la ciudad de Dura-Europos, Siria, fallecieron no como resultado de una estocada con espada o de un lanzazo, sino asfixiados.

Dura-Europos, ciudad a orillas del Éufrates, fue conquistada por los romanos, quienes entonces instalaron allí una gran guarnición de tropas. Alrededor del año 256 d. C., la ciudad fue sometida a un feroz asedio por parte de un ejército del emergente Imperio Persa-Sasánida. La dramática historia ha sido reconstruida exclusivamente a partir de restos arqueológicos, pues ningún texto antiguo la describe. Las excavaciones en el área comenzaron en la década de 1920 y se prolongaron durante la de 1930. Sin embargo, no todo fue descubierto entonces ni mucho menos. Al ser reanudadas las excavaciones en años recientes, han acabado dando como resultado varios descubrimientos espectaculares.

Los sasánidas emplearon todo el arsenal de técnicas de asedio antiguas para superar las defensas de la ciudad, incluyendo excavación de minas para vencer sus murallas. Los defensores romanos respondieron abriendo "contraminas" para rechazar a los atacantes. En una de esas estrechas y bajas galerías subterráneas, se encontró, en la década de 1930, un montón de cuerpos, de cerca de 20 soldados romanos todavía con sus armas.

Recientemente, mientras James trabajaba en el yacimiento arqueológico, reexaminó la "escena del crimen" tratando de averiguar la causa de muerte de estos soldados, y cómo llegaron al lugar donde fueron encontrados.

A juzgar por los cadáveres, parece claro, tal como señalan los arqueólogos, que cuando mineros y contramineros se encontraron, los romanos perdieron la escaramuza. Un análisis cuidadoso de la disposición de los cuerpos demuestra que estos fueron apilados intencionadamente contra la boca del túnel romano, usando a sus víctimas para crear una barrera de cuerpos y escudos, paralizando así el contraataque romano mientras prendían fuego a la contramina, colapsando la galería, lo que permitió a los persas proseguir con su operación de avance subterráneo. Esto explica el por qué se encontraron los cuerpos en esa posición. ¿Pero cómo murieron? Matar a 20 soldados en un espacio con menos de 2 metros de altura o anchura, y de cerca de 11 metros de longitud, requería de los persas una fuerza de combate sobrehumana, o bien algo más insidioso.

Los hallazgos realizados en el túnel romano revelaron que los persas emplearon betún y cristales de azufre para quemarlo. Cuando ardieron, tales materiales produjeron densas nubes de gases asfixiantes.

Los persas debieron oír a los romanos mientras excavaban el túnel de contraataque, y prepararon una peligrosa sorpresa para ellos. Los arqueólogos creen que los sasánidas colocaron braseros y fuelles en su galería, y cuando los romanos abrieron un boquete, los sasánidas vertieron la mezcla de productos químicos y bombearon nubes de humo sofocante dentro del túnel romano a través del agujero. La partida de asalto romana quedó inconsciente en cuestión de segundos, muriendo pocos minutos después.

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Extraído de Scitech News

Descubren los nervios del placer.

Un equipo de científicos afirma tener un mejor entendimiento de cómo el cuerpo responde al tacto placentero.

El equipo, que incluye investigadores de la empresa Unilever , identificaron un tipo de fibras nerviosas en la piel que específicamente envían mensajes de placer.

Para activar la sensación de placer , las personas deben ser acariciadas a una velocidad específica: entre cuatro y cinco centímetros por segundo.

El estudio, publicado en la revista Nature Neuroscience , podría ayudar a explicar cómo el tacto mantiene las relaciones humanas .

Durante varios años, los científicos han estado tratando de entender los mecanismos de cómo el cuerpo experimenta el dolor , así como los nervios que participan en el envío de esos mensajes al cerebro.

Esto es porque hay personas que pueden sufrir mucho dolor .
La neuropatía , en la que el sistema nervioso periférico no funciona bien, puede ser una condición muy dolorosa pues el sistema envía mensajes equivocados y la persona puede sentir dolor cuando no hay estímulo.
Vellosidades.

Pero los científicos de este estudio querían entender la reacción contraria: el placer .

La investigación, en la que participaron expertos de la Universidad de Gotemburgo en Suecia y de la Universidad de Carolina del Norte en EE.UU., registró las reacciones nerviosas de 20 personas.

Luego examinaron cómo las personas respondían a caricias sobre la piel del antebrazo a diferentes velocidades.

Identificaron a las fibras nerviosas llamadas "C-táctiles" como las que son estimuladas cuando las personas dijeron haber sentido una caricia placentera.

Cuando la caricia era más rápida o más lenta que la velocidad óptima , no se sentía placer y las fibras nerviosas no se activaban.

Los científicos descubrieron que las fibras nerviosas C-táctiles sólo están presentes en piel con vellosidades y no se encuentran en la mano.

Esto parece ser "diseñado a propósito", explica el profesor Francis McGlone , que representa a la empresa Unilever en el estudio.

"Creemos que puede ser la manera en que la Madre Naturaleza se asegura que no se envíen mensajes cruzados al cerebro cuando la mano se utiliza como una herramienta funcional ", expresó.

Señaló que la velocidad a la cual las caricias del antebrazo son placenteras es la misma que la que una madre utiliza para consolar a un bebé, o la que las parejas utilizan para demostrar afecto .
McGlone dice que se trata de una parte del mecanismo evolutivo que sostiene las relaciones entre adultos o con menores .

"Nuestro impulso primario como humanos es la procreación , pero hay algunos mecanismos que están asociados con el comportamiento y la recompensa que están presentes para asegurar que las relaciones perduren ".
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Extraído de Terra

Dios: una red de neuronas.

¿Qué le ocurrió a aquel antepasado humano que comenzó a creer en los dioses? ¿Por qué nuestra especie tiene esa especial tendencia a la fe religiosa? La ciencia, especialmente la neurología, ha entrado de lleno en la búsqueda de respuestas dentro del cerebro, que por el momento son muy complejas.

Mucho se ha avanzado desde que el anatomista Franz Gall, a principios del siglo XIX, dijera que había encontrado el órgano de Dios en el cuerpo, lo que le valió la condenación eterna. Ahora, muchos investigadores prestigiosos están convencidos de que las redes neuronales están detrás de esa tendencia a la espiritualidad, que es innata y que se ha repetido en todas la culturas y civilizaciones.

Si hace unos años, el biólogo americano Dean Hamer aseguraba haber hallado el gen de Dios, ahora investigadores del Instituto Nacional de Desórdenes Neurológicos en Bethesda (EEUU) han revelado las zonas del cerebro que se activan con la fe religiosa, que son las mismas que los humanos empleamos para comprender las emociones, los sentimientos y los pensamientos de los demás.

Este último trabajo, publicado recientemente en la revista Proceedings of the National Academy of Science (PNAS), sitúa el área religiosa en el lóbulo temporal y en el frontal, lo que indicaría, según el neurólogo Jordan Grafman, que juzgamos a Dios utilizando los mismos mecanismos que a otras personas y que, como creencias que se transmiten entre generaciones, entrarían en la memoria, la imaginación y la empatía.

El cerebro creyente.

Ahora bien, ¿por qué se cree en algo de lo que no existe constatación? Algunos científicos apuestan por la idea de que el cerebro está organizado para que podamos creer.

Otras hipótesis defienden que la religión surgió como una adaptación evolutiva que hizo que los genes que la facilitaban se transmitieran y prosperaran: habría ayudado a formar grupos sociales cohesionados y a proporcionar consuelo en las desgracias. Así lo cree el psiquiatra Francisco J. Rubia, autor del libro 'La conexión divina'.

«El origen de la espiritualidad, que no de Dios, fue multifactorial. Influyeron los sueños, en los que el individuo viajaba sin mover el cuerpo, dando lugar a la idea del alma, y también la predisposición a la dualidad, porque el cerebro está organizado para ver el contraste, como es la luz y la oscuridad, lo finito y lo eterno, lo real y lo imaginario. Todo ello unía al grupo», argumenta.

Sin embargo, algunos antropólogos, como Scott Atran, de Michigan, consideran que «religiones que hablan de paraísos tras la muerte no hacen mucho por la supervivencia en el aquí y ahora».

Paul Bloom, psicólogo de Yale, busca la explicación fisiológica. Argumenta que el cerebro tiene dos sistemas cognoscitivos: uno se encarga de las cosas vivas y otro de las muertas, uno se ocupa de la mente y otra de los aspectos físicos (el dualismo del que habla Rubia). Sería la explicación de por qué abandonamos el cuerpo en los sueños o en proyecciones astrales. Es la misma dualidad que prepara al cerebro para conceptos como la eternidad, la vida después de la muerte. Y añade que pensar en experiencias al margen del cuerpo, espirituales, «está a un paso de la creación de los dioses».

La búsqueda de causas.

Pero, ¿bastan esos dioses para dar lugar a la religión? Deborah Kelemen, de la Universidad de Arizona, añade a este cóctel el sentido de la causa-efecto, es decir, buscar un propósito o un diseño para todo, algo que surgió por mera supervivencia (un ruido puede ser un depredador) y que el cerebro extrapola a lo demás: todo tiene un porqué.

«La religión es un artefacto ineludible del cableado de nuestro cerebro», asegura Bloom en la revista 'New Scientist'. Incluso los ateos y agnósticos tendrían tendencia a pensar en lo sobrenatural. Según Rubia, en estos casos la espiritualidad innata se deriva hacia otras cuestiones, como la naturaleza. «Siempre se buscará porque produce endorfinas, y por tanto placer, pero las experiencias místicas pueden no ser religiosas», asegura.

De hecho, Atran lo llama «la tragedia de la cognición»: «Los seres humanos pueden anticipar el futuro y concebir su propia muerte. Cuando los procesos naturales del cerebro nos dan una salida, la cogemos, claro», argumenta.

Luego, ¿la religión es un subproducto de la evolución del cerebro humano o fue seleccionada para la supervivencia del grupo? El evolucionista Richard Dawkins considera correctas ambas premisas. Por un lado estaría el adoctrinamiento que se recibe del grupo, y que se acepta para no ser rechazado, pero por otro la predisposición cerebral a creer en seres invisibles, que se concretan en los de los padres.

La relación religión y cerebro va, incluso, más lejos. El psiquiatra español Rubia recuerda que hay una epilepsia que afecta al lóbulo temporal y activa la religiosidad por una descarga de neuronas. «Los chamanes eran personas que entraban en éxtasis y algunos sufrían esa enfermedad. Desde antiguo eran quienes hablaban con los muertos y curaban, seguramente por poderes psicosomáticos más que otra cosa».
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Extraído de El Mundo

Desenterrada una necrópolis faraónica con 53 tumbas.

Un equipo arqueológico egipcio ha desenterrado una necrópolis con 53 tumbas excavadas en la roca que datan del Reino Medio y Nuevo y de la XXII dinastía faraónica (III, II y II milenio A.C.), según ha informado el Consejo Supremo de Antigüedades (CSA).

En un comunicado, precisa que la necrópolis fue descubierta en la región de Al Fayum en una zona arqueológica conocida como Al Lahun, donde está la pirámide del mismo nombre.

El ministro de Cultura egipcio, Faruk Hosni, ha explicado que hay dos tipos de tumba: unas, con una única cámara mortuoria y otras, más elaboradas, con una sala de entrada que conduce a una segunda superior, desde la que a su vez se accede a un tercer compartimento, situado, curiosamente, a nivel inferior.

El secretario general del CSA, Zahi Hawas, ha precisado que en las tumbas se han hallado varios sarcófagos de madera decorada con momias en su interior. Hawas explicó que la decoración de los féretros se encontraba en un buen estado de conservación.

Junto a las tumbas fueron halladas 15 máscaras decoradas así como amuletos y recipientes de arcilla cocida.

El supervisor de antigüedades del Egipto Medio, Abdelrahman Al Ayedi declaró, asimismo, que fue hallada una capilla funeraria del Reino Medio (2061-1786 A.C.) que probablemente fue reutilizada durante época romana (30 A.C - 337 D.C).

Al Ayedi ha subrayado que habían sido recuperados féretros de barro y joyería de cobre de la era romana, junto a una colección de amuletos en buen estado de conservación.
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Extraído de El Mundo

Una familia de 4.600 años.


Estudiando los restos de personas enterradas hace 4.600 años en Eulau (Alemania), un equipo multidisciplinar de arqueólogos, antropólogos y genetistas ha comprobado que la familia como forma de convivencia surgió hace al menos cinco milenios. En esta imagen se reconstruye la posición en que se enterró a cuatro personas durante la Edad de Piedra. La madre (abajo izquierda) y el padre (abajo derecha) fueron sepultados mirando a sus hijos, tomados de las manos y con las piernas entrecruzadas. La postura, indica el arqueólogo alemán Harald Meller en la revista PNAS, pretendía expresar afecto mutuo más allá de la muerte.
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Extraído de Muy Interesante

Las chimpancés copulan más con los machos que comparten carne con ellas.

Las chimpancés hembras tienen relaciones sexuales más frecuentemente y durante mayor tiempo con machos que comparten con ellas su comida, reveló un estudio publicado hoy en la edición en internet de la revista PLoS ONE.

Según científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Alemania, el estudio indica que estos primates piensan en el presente pero son capaces de relacionarlo con el pasado y con el futuro.

En la investigación realizada en el Parque Tai, en Costa de Marfil, los antropólogos Cristina Gomes y Christophe Boesch determinaron que las hembras copulan con mayor frecuencia con machos que comparten la carne con ellas en al menos en una ocasión.

Los científicos compararon esa reacción al estudiar la relación sexual y determinaron que era mucho menor en frecuencia cuando se trataba de machos que nunca compartían la carne.

Según Gomes, el estudio sugiere que los chimpancés intercambian carne por sexo y lo hacen en una relación de largo plazo.

La antropóloga agrega que las investigaciones anteriores no habían hallado una relación precisa entre el acoplamiento y compartir la comida porque se centraban en episodios de corto plazo o porque en ciertos grupos el acceso a las hembras era causado por la coerción que les impedía elegir su pareja.

"Nuestros resultados se agregan a las crecientes pruebas de que los chimpancés pueden pensar en el pasado y en el futuro y que ello influye en su pensamiento del presente", manifestó Boesch.
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Extraído de El Mundo

120 años de momias a la española.

Se les veía tímidos y algo incómodos en sus ropas formales, y ninguno llevaba látigo ni sombrero Fedora, pero concentraban en sus manos y corazones más empeño y aventura que Indiana Jones. El puñado de hombres y mujeres discretos que ayer se congregó en el Museo Egipcio de El Cairo para celebrar los 120 años de las excavaciones españolas en Egipto y presentar la exposición que con ese motivo se ha organizado en el centro, eran los egiptólogos de campo, los profesionales que con tesón y esfuerzo, arrancando sus secretos a la arena, sus misterios a la eternidad, han hecho avanzar decisivamente ese sector de la ciencia en España. Ahí estaban Mari Carmen Pérez Die, de Heracleópolis; Josep Padró, de Oxirrinco; José Manuel Galán, de Dra Abu el Naga -que en una iniciativa que le honra se trajo a su capataz, el inconmensurable rais Alí, para homenajear a todos los trabajadores egipcios-; Josep Cervelló, de Kom El-Khamasin; Luis Gonzálvez, de Meydum y Sharuna; Myriam Seco, que excava el templo funerario de Tutmosis III... Incluso se dejó caer Eduard Porta, el hombre vivo que más ha intimado con Nefertari.

Daban ganas de gritar, como hizo aquel dragón francés durante la expedición de Bonaparte a los científicos en medio de un ataque mameluco: "¡Los asnos y los sabios en medio!". Han traído con ellos, los sabios, cosas maravillosas pero sobre todo su arrojo, su ilusión y su ejemplo.

"Hoy se salda, no sé si del todo pero bastante, la deuda que tenemos los españoles con vosotros y con los que han trabajado durante estos 120 años aquí, a menudo en condiciones difíciles y con pocos medios", sintetizó el ministro de Cultura, César Antonio Molina, que inauguró oficialmente la exposición junto al todopoderoso secretario de antigüedades egipcio Zahi Hawass (al que Molina entregó ante el actor Omar Sharif la Orden de las Artes y las Letras de España por su aportación a la cultura española). Algún ojo se humedeció, pero seguramente era el áspero viento del desierto capaz de desgastar, es sabido, las cornisas de los templos y hasta el curtido rostro de la esfinge. Molina, con un aire enigmático (son días complicados si uno es ministro), se comprometió a apoyar "en serio" a la arqueología y a los arqueólogos y subrayó su intención de impulsar los institutos de Arqueología en el extranjero, "que nunca han funcionado".

Fue ayer el gran día de la egiptología española, su definitiva puesta de largo, la confirmación internacional de su importancia. "Es nuestra gran fiesta, en la casa madre de la egiptología", destacó Pérez Die, decana del grupo, que este año ha cumplido sus bodas de plata con Herishef -el dios principal de Heracleópolis-. "Los españoles llegamos tarde a la egiptología, pero nos hemos esforzado; cumplimos y no pasamos inadvertidos". La exhibición, organizada por Cultura y el museo, con la colaboración de otras instituciones como la fundación Aga Khan, la embajada española y el Cervantes, ocupa la sala 44 del museo, habitual para exposiciones temporales, y también, excepcionalmente, la contigua 45, un gran espacio de paso que garantiza una enorme afluencia de visitantes. Disponer de tanto espacio en el sanctasanctórum de la egiptología mundial, donde cada centímetro está abarrotado de obras maestras, es un privilegio raro, único.

La exposición cuenta ya con el reclamo de una pieza sensacional fuera: la colosal estatua de Khamerernebty, hija de Keops, que alude a las excavaciones pioneras del conde Vicente de Galarza, en Giza, en 1907. La exhibición propiamente dicha, sobria y efectiva, muy bien presentada, compuesta por 137 piezas y que puede visitarse hasta el 6 de junio (se está estudiando que pueda viajar a España), arranca con la puerta de la tumba de Sennedjem, excavada en 1886 por el verdadero primer egiptólogo español, Eduard Toda. Esa preciosa puerta simboliza, explicó Pérez Die, comisaria de la exposición, "nuestra propia entrada en la egiptología".

Después pueden verse objetos únicos excavados por Toda: la caja de canopos (para las vísceras), el sarcófago y la tapa antropomorfa de la momia de Sennedjem, el justificado. El propio Sennedjem participa en la fiesta, pues su momia permanece en el interior del ataúd. A Toda, hombre cachondo, al que le gustaba disfrazarse él mismo de momia le hubiera encantado ver su trabajo destacado tan prolijamente. Su capacidad de evocación no ha sido superada por sus sucesores; hay que ver cómo describía los restos humanos esparcidos por la arena, los cráneos "cuya órbita conserva el apagado ojo del difunto", las mandíbulas "que guardan aún la lengua", todo ello "pasto de las hienas y festín de los chacales". ¡Eso sí que era crear afición! Unas fotos recuerdan el papel decisivo para la egiptología española de la colaboración de España en el salvamento de los templos de Nubia en los años sesenta.

Ya en la sala 44 se encuentra uno de los primeros objetos de Oxirrinco, entre ellos una contundente tapa de sarcófago saíta de piedra y una vitrina con el asombroso contenido de un nicho ceremonial del templo de Osiris que se excava en el lugar. Las excavaciones de Heracleópolis se llevan la parte del león de la exposición y todo el mundo está de acuerdo en que es lo justo: fantásticas estelas de falsa puerta, los canopos de la sacerdotisa Tanetamun, un collar de lapislázuli, cornalina y oro, el contundente dintel de Osorkon. Galán ha elegido para representar las tumbas de Dra Abu el Naga que excava objetos sobre todo de madera: maravillosa la galería de rostros de tapas de ataúdes, en diferentes colores, negro, amarillo, rojo. El resto de los trabajos españoles -a excepción del de Cervelló, del que se exhiben varios bloques con inscripciones- están representados sólo por información en un gran panel. Sin embargo, ayer casi nadie se quejaba por un quítame allá ese adobe. Olvidados o aparcados los celos y las rencillas, abrazados en un ejemplar acto de camaradería, nuestros egiptólogos vivían la fiesta de lo más felices. Valor y al toro (Apis). ¡Podemos!, por Isis, ¡podemos!
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Extraído de El País

Yacimiento de los Castillejos. Del Neolítico a la época romana.

Este yacimiento se encuentra muy cerca de Fuente de Cantos, una bonita localidad del sur de Badajoz, en la comarca de Tentudía. En las excavaciones se han encontrado restos que parecen datar en el Neolítico los primeros asentamientos en este paraje. Pero lo que más llama la atención son los restos de la muralla y la trama urbana construida durante la Edad del Hierro.

Para llegar a Los Castillejos hay que seguir una carretera local que une Fuente de Cantos con Calera de León.

Si estamos en el centro de Fuente de Cantos podemos preguntar por el albergue, el Centro de Interpretación de Zurbarán (no la casa de Zurbarán) o el antiguo Convento de San Diego, son el mismo edificio pero en el pueblo lo conocen con diferentes nombres. Una vez allí hay que subir hacia la EX-202 y a pocos metros aparece un desvío a la derecha con un cartel indicando hacia los Castillejos.

Otra opción es salir a la N630 y desde ahí seguir por la EX-202 hacia Fregenal. Aproximadamente a la altura de la Calle de los Mártires, a la izquierda, aparecerá el desvío.

La carretera local es bastante estrecha, así que hay que tener cuidado con los vehículos con los que nos crucemos. Curiosamente discurre en paralelo de la Cañada Real Leonesa durante este tramo.

A unos 5-6 kilómetros aparece señalizado un desvío a la izquierda por un camino que nos lleva a la entrada de la finca en la que se encuentra el centro de interpretación y los yacimientos.

El lugar está formado por dos cerros, uno de los cuales está muy cerca del arroyo Bodión Menor. Es un buen lugar para un asentamiento por la elevación del terreno, que permite una mejor defensa y sirve como atalaya natural y por la proximidad del agua.

A partir de los estudios realizados hasta el momento se deduce que los asentamientos fueron ocupados en diferentes épocas, desde el Neolítico hasta la época romana.

En Los Castillejos I se ha encontrado una muralla circular, de unos 2.5 metros de espesor, que rodeaba el recinto, con una torre o bastión semicircular. Parece ser que el asentamiento en este cerro se produjo en el Calcolítico (Edad del Cobre) y después fue abandonado. Se han encontrado cenizas a lo largo de toda la muralla, en la cara interior, que pueden indicar que el fuego pudo destruirla.

En este yacimiento se han encontrado también una serie de piezas conocidas como ídolos de cuernos.

El yacimiento de Los Castillejos II muestra una muralla defensiva mucho más elaborada, que data de los siglos IV a II aC. Esta muralla, de planta pentagonal tiene un espesor de hasta 3 metros en algunos puntos y disponía además de torreones rectangulares.

La muralla va subiendo desde la parte inferior del cerro, situada junto al arroyo, hacia la parte alta del cerro en el punto opuesto. Actualmente se puede ver la excavación de esta zona inferior y la excavación en la parte superior del cerro.

En el interior del recinto se pueden ver las casas, adosadas unas a otras, a lo largo de al menos una calle principal. En la tipología de las casas se aprecian al menos dos épocas o fases de ocupación. Una primera fase en la Edad del Hierro y otra fase posterior a partir del siglo II aC.

La estructura en la parte superior del cerro parece ligeramente diferente. Los muros de las casas son más anchos y los recintos más grandes. Es posible que estas casas pertenecieran a las clases más altas de la población o que cumplieran otra función.

En esta excavación de la zona superior del cerro se puede apreciar lo que parece un pozo de nieve, es decir una oquedad artificial que se utilizaba para almacenar nieve durante el invierno para conservar los alimentos.

Estas dos fases de ocupación más recientes han borrado gran parte de los restos de fases de ocupación anteriores, documentadas a partir del Neolítico.

Parece ser que los primeros asentamientos de época neolítica estaban localizados en el cerro más próximo al arroyo. Es probable que el lugar fuera abandonado y vuelto a utilizar por diferentes pobladores a lo largo del tiempo. El cerro de Castillejos I parece que fue utilizado sólo durante una época, en el Calcolítico, y abandonado definitivamente en épocas posteriores. Más adelante, en la Edad del Hierro, se construye el recinto defensivo de Castillejos II y la estructura urbana que se puede ver en la actualidad. Y posteriormente, a partir del siglo II aC. llegan nuevos pobladores que reutilizan el asentamiento e introducen modificaciones.

En Castillejos II se han encontrado, entre otros objetos, dos ruedas de carro muy bien conservadas.
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Extraído de Hoy