La conjura de Catilina: el intento fallido de derrocar a la República romana

El contexto político y social de la crisis Cicerón denuncia a Catilina, por Cesare Maccari. La conjura de Catilina fue un complot liderado p...

Nuevos hallazgos en Anoeta apuntan a un comercio transfonterizo en la Edad de Hierro.

La aparición de una cuenta de collar típica de la cultura Mediterránea confirmaría otras rutas por el Pirineo. Hallan nuevas estelas en una zona de vivienda.
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La decimocuarta campaña de excavaciones en el poblado Basagain, situado en Anoeta y perteneciente a la Edad de Hierro, ha dado sus frutos. Si sonado fue el hallazgo de una inspección anterior, donde se localizó la primera lápida con rayas de la Edad de Hierro en Gipuzkoa, en esta nueva campaña, y a escasamente un metro del lugar donde se produjo este hallazgo, los investigadores han dado con una nueva estela con rayas en sentido horizontal y vertical así como con otros quince pequeños fragmentos de otras tantas lápidas. Pero quizás, el descubrimiento más interesante, y que podría demostrar nuevas formas de comercio en este poblado, tenga que ver con el hallazgo de una cuenta azul de un collar compuesto por varios círculos geométricos blancos y pequeños ribetes azules de gran vistosidad, típicos de la cultura céltica.
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Este poblado, de dos hectáreas -20.000 metros cuadrados- que fue habitado según parece entre los años 350 y el cambio de era, es uno de los de la Edad de Hierro en Gipuzkoa. Está cerca de los de Murumendi (Beasain), Intxur (Albiztur-Tolosa) y Buruntza (Andoain). Todos están situados en zonas altas, que permitían controlar las vías de comunicación en el valle del Oria.
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Para Xabier Peñalver, director de la excavación, «lo llamativo de la aparición de estas estelas es que se han encontrado en una zona de vivienda -como ya ocurriera con la primera lápida encontrada el pasado años-, no en una necrópolis como ha sucedido en otros casos. Aún desconocemos para qué iban a ser destinadas», asegura.
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Nuevas rutas.
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Pero más dudas arroja el hallazgo de la cuenta de collar, que posee características similares al brazalete encontrado en una campaña anterior (también compuesta de vidrio azul) y que es claramente asociable a la cultura céltica y mediterránea. «Se sabe que hubo un comercio estable de agricultura y hierro entre los poblados de las colinas y las granjas o caseríos de los valles. Este brazalete y el descubrimiento de esta cuenta nos indica que hubo un comercio más amplio todavía, porque posiblemente está fabricado en una zona al sur de Marsella. Es llamativo, pues en toda la península sólo había aparecido ese tipo de vidrio en un yacimiento de Girona. Así que no es descabellado pensar que existía una red de comercio que entraba por el Norte del Pirineo y no forzosamente desde el Valle del Ebro».
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Peñalver considera necesario «seguir trabajando en este poblado por los datos tan importantes que estamos recogiendo durante todos estos años. La financiación está garantizada por el ayuntamiento de Anoeta, por lo que parar ahora sería un error», reconoce el director de la excavación.
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Extraído de Diario Vasco

Viaje a los orígenes genéticos del hombre.

Spencer Wells se ha ganado la popularidad gracias a los documentales de National Geographic que ha protagonizado con motivo del proyecto 'Genographic' que dirige. Pero su talla como científico supera a la figura televisiva. Tras trabajar junto a genetistas como Richard Lewontin o Luigi Luca Cavalli-Sforza -dos de los padres de la genética de poblaciones-, las películas han sido sólo una perfecta plataforma desde la que divulgar los últimos resultados de sus investigaciones. Es el caso del documental El árbol genealógico humano, que estrena hoy en España National Geographic Channel a las 21 horas y que acudió a presentar Wells la semana pasada en París.

La andadura del proyecto Genographic comenzó hace casi ocho años, después de que los trabajos de Wells resultasen cruciales para determinar el importante papel del cromosoma masculino Y -los cromosomas sexuales femeninos son XX y los masculinos XY- para reconstruir las migraciones ancestrales del ser humano. «Hemos podido reconstruir las rutas migratorias del ser humano desde que salió de África gracias a que todos tenemos un archivo histórico de documentos genéticos dentro de nosotros», dice Wells a EL MUNDO. «Cada individuo guarda pequeños cambios en el ADN que ha heredado de sus padres, de los padres de sus padres y así sucesivamente», explica. Es como si un escribano tuviese que transcribir a mano un libro de 1.000 páginas. Seguro que cometía errores. Eso sucede con las copias del ADN cuando se recombinan las copias del padre y de la madre para formar un nuevo individuo.

«El proyecto ha servido para encontrar a nuestros Adán y Eva», asegura Wells con una media sonrisa, «todos descendemos de un único hombre, un Adán científico, que vivió en África hace alrededor de 50.000 años». No quiere decir que fuese el único hombre sobre la Tierra en aquel momento de la Historia, pero sí ha sido el único que ha transmitido su ADN a las generaciones que habitan el planeta en la actualidad. «Quizá tuviese algún tipo de ventaja adaptativa que hizo que su carga genética tuviera ventajas sobre las demás y aumentase las probabilidades de vivir y reproducirse de sus descendientes», dice Wells.

Para encontrar a Eva, en cambio, hay que remontarse más de 150.000 años. Igual que el cromosoma Y sirvió para reconstruir las migraciones de los descendientes de Adán, un pequeño fragmento de ADN que no se encuentra en el núcleo y que heredamos sólo de nuestras madres (ADN mitocondrial) fue la herramienta usada para rastrear la descendencia de Eva. «El Cromosoma Y sólo lo transmite el padre y el ADN mitocondrial sólo la madre, de forma que los cambios sólo se producen por mutaciones y no por la recombinación del ADN del padre y de la madre durante la gestación».

Que descendamos de un único ancestro de hace tan sólo 40.000 años habla de las enormes semejanzas que existen entre las distintas poblaciones. «Las ramas más profundas del árbol genético humano están en África. Hay más diversidad en un sólo pueblo africano, que entre dos poblaciones separadas por miles de kilómetros», explica Wells.

En ocasiones se ha tratado de usar el proyecto Genographic con fines políticos. El investigador Lluis Quintana-Murci, que codirige la parte Europea, cuenta un perfecto ejemplo de ello. «Un periodista me preguntó si había diferencias entre palestinos y judíos y, para su sorpresa, la respuesta fue que no», dice, «cuando me preguntó si podía usar la cita le respondí negativamente. ¿Es que importa si existen diferencias genéticas para justificar una guerra?».
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Extraído de El Mundo

El último rey-dios azteca ajusta cuentas con la historia.

Considerado por muchos un traidor que se rindió al conquistador español Hernán Cortés, Moctezuma, último emperador azteca electo, se reivindica en el Museo Británico como un formidable líder que tuvo a sus pies el mayor imperio de Mesoamérica. Casi cinco siglos después de su oscura muerte, el legendario gobernante sigue fascinando al mundo y se lanza ahora a seducir a los británicos en la magnífica exposición 'Moctezuma: Emperador azteca', organizada por el museo londinense en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH).

El soberano promete convertirse en una de las estrellas de la temporada cultural en el Reino Unido, pues ha generado tanta expectación que se han vendido por adelantado 10.000 entradas para la exhibición, asegura una portavoz del British Museum.

Hasta el 24 de enero de 2010, más de 200.000 personas se espera que visiten "la primera exposición biográfica de Moctezuma que se celebra en el mundo", en palabras de la subcomisaria del evento, Elisenda Vila.

Unas 160 piezas (máscaras mosaico, cuadros idealizados, valiosas alhajas, códices coloniales, armas de la época) procedentes en su mayoría de México, pero también de España y otros países, recrean el esplendor de la civilización azteca, un término incorrecto popularizado desde el siglo XIX para referirse a los "mexica".

Persona 'non grata' en México.

Moctezuma, cuarto y último protagonista de una serie que el Museo Británico ha consagrado a grandes gobernantes de la historia, da nombre a una marca de cemento, una compañía chocolatera, una cervecería y una estación de metro en Ciudad de México, pero no cuenta en la capital mexicana con ninguna estatua en su memoria.

La ausencia del soberano quizás se deba, como apunta el comisario de la exposición, Colin McEwan, a que "Moctezuma es persona non grata en México debido a la opinión tradicional de que actuó en secreto contra su pueblo y cedió el imperio a los españoles". "Nosotros -precisó McEwan- intentamos mostrar la otra cara del hombre: la de un gobernante brillante, temido y legitimado por derecho propio, que acometió importantes conquistas territoriales y se embarcó en un gran programa de monumentos públicos imperiales".

Moctezuma II -como se le conoce para distinguirlo de un antecesor homónimo- fue un semidiós, un líder político y un jefe militar que, desde 1502 a 1520, forjó el máximo esplendor del imperio azteca, que abarcaba desde la costa del Pacífico hasta el Golfo de México.

Hernán Cortés, 'dios de la sabiduría'.

Sólo en la capital, Tenochtitlán, capaz de competir entonces con Constantinopla y Nápoles y donde se alza hoy la Ciudad de México, unos 250.000 súbditos rendían culto a Moctezuma, pero no podían mirarle a la cara, pues semejante sacrilegio costaba la muerte. Sin embargo, varias premoniciones -cometas en el cielo, torres de fuego y otros fenómenos- presagiaron el colapso del imperio y precedieron la llegada de los españoles, como documenta el "Códice Durán", proveniente de la Biblioteca del Palacio Real de Madrid.

Intercesor de su pueblo con los dioses, Moctezuma daba enorme importancia a esos augurios, que coincidieron con el desembarco de Hernán Cortés y varios cientos de hombres en la costa de Veracruz.

El soberano tomó a Cortés por el dios de la sabiduría Quetzalcóatl, cuyo retorno mítico esperaban los mexicas, y envió a emisarios que agasajaron al invasor con presentes, como la bella serpiente de dos cabezas en turquesa que puede verse en Londres.

Moctezuma dejó entrar a los españoles en Tenochtitlán y los alojó en su palacio, donde acabó eventualmente secuestrado por sus huéspedes, una humillante retención que enfureció a los aztecas, hartos también de los sacrilegios de los intrusos.

Tras una masacre de nobles mexica a manos de los españoles, la ciudad se rebeló y Cortés intentó usar al destronado monarca para negociar un salvoconducto que le permitiera escapar de la urbe, pero cuando Moctezuma se dirigió a la masa, resultó lapidado.

Según la versión de los conquistadores, el último rey-dios de los aztecas murió poco después como consecuencia del apedreamiento, si bien una imagen del "Códice Moctezuma", que el INAH ha prestado a la exposición, sugiere otra hipótesis bien distinta.

La ilustración del códice, elaborado por escribas indígenas, muestra una figura, que se asemeja a Moctezuma, apuñalada y asesinada con una lanza por sus captores españoles.La increíble reacción del emperador, un gobernante poderoso y resolutivo que, de repente, parece verse abocado a la indecisión propia de un Hamlet, ha alimentado el imaginario colectivo.

El reputado historiador Jim Tuck sólo halla una explicación a la conquista de un imperio tan poderoso por un puñado de invasores: la superstición religiosa. Sea como fuere, el arribo de los españoles, como concluyó Elisenda Vila, "cambió para siempre el destino de América".
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Extraído de El Mundo

La larga marcha del hombre.

La evolución del hombre comenzó hace 7 millones de años por la adquisición de la posición erguida bípeda. Los Australopitecus, los primeros primates que marcharon de pie y eran ocasionalmente arborícolas, han ocupado una gran parte de África entre los 5 y los 2 millones de años.

Desde los 5’5 millones de años, los Homo habilis, salidos de los Australopitecus, adquieren el lenguaje articulado e inventan los útiles. Con ellos comienza la fabulosa aventura cultural de los hombres de la Prehistoria.

Son los Homo erectus, salidos de los Homo habilis hacia 1’8 millones de años, quienes hacia 1’7 millones de años abandonan la cuna africana de la humanidad y adquieren hacia 1’5 millones de años el sentido de la armonía y de la estética, puesto que ellos son capaces de fabricar magníficos bifaces que presentan una simetría bilateral y bifacial.

Hacia los 400.000 años, en el límite norte de las zonas templadas de Eurasia, ellos domestican el fuego, formidable motor de hominización y con él pueden entonces penetrar en las zonas templadas-frías.

Es hacia los 100.000 años cuando los Neandertales o los proto-Cromagnon, precursores del hombre moderno, entierran a sus muertos, practican sus ritos funerarios, testimonio del surgimiento de un pensamiento religioso.

A partir de 35.000 años, los hombres modernos, Homos sapiens-sapiens u hombres de Cromagnon, de frente alta, inventan el arte, el arte mobiliar y el arte parietal, fabrican elementos de adorno que testimonian del desarrollo de un pensamiento simbólico.

Equilibrio.

Hacia 7.000 y 8.000 años antes de nuestra era en diferentes regiones del planeta (Anatolia, Africa del Sur, África subsahariana, sudeste asiático, China del sur, América Central), los hombres rompen en equilibrio con la naturaleza y ellos no viven más simplemente de la recolección, de la caza y de la pesca, puesto que devienen productores de alimento, agricultores y pastores.

La Paleontología nos enseña que ninguna especie es eterna. Cada especie aparece, evoluciona y se diversifica. El hombre no puede escapar a esta ley. La evolución morfológica de la línea humana se continuará inexorablemente. El cráneo devendrá de más en más esférico, la mandíbula de más en más corta y los molares tendrán de mayor en mayor dificultad en mantenerse en su sitio en cada alveolar. Los miembros anteriores serán cada vez más gráciles. Sin embargo, esta evolución morfológica es muy lenta y harán falta por lo menos 50.000 años para poner en evidencia, para que se puedan mostrar modificaciones significativas. Hoy la evolución cultural ha ocupado el sitio de la evolución biológica. El hombre ha llegado a ser un aprendiz de brujo capaz de manipular los principales factores de la evolución, el medio ambiente, la selección natural, puede que incluso pueda manipular su patrimonio genético.

Medio natural.

El hombre debe recordar que es parte integrante del medio natural. Que él está constituido de células, de proteínas, de aminoácidos y que el no podrá jamás franquear las raíces que le encadenan a sus lejanos orígenes y a su medio. La unidad de la especie humana donde todos los individuos son salidos de un ancestro común datado de 2’5 millones de años nos enseñan la tolerancia y el respeto de cada hombre. Desde el 2 de octubre de 1999, la humanidad ha sobrepasado los 6.000 millones de hombres repartidos a través de 200 estados. Es urgente crear una nueva ética planetaria capaz de gestionar el porvenir del hombre, y de asegurar la conservación de su patrimonio cultural y espiritual de todas las culturas, de garantizar la dignidad absoluta de todos los seres humanos, de asegurar la armonía entre el hombre y su entorno.

Y éste es para el tercer milenio un gran desafío a escala planetaria.
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Extraído de Tartessos

¿Qué pasó en Orce?

En 1983 José Gibert propuso que existía presencia humana en Venta Micena, envejeciendo la llegada del hombre a Europa un millón de años. Esta hipótesis fue cuestionada por algunos, principalmente el Dr. Lumley, autoridad del momento, quien proponía que el hombre no había llegado a Europa antes del medio millón de años. Sin embargo, el Dr. Gibert defendió su hipótesis hasta su muerte, apoyado siempre por nuevos y contundentes datos objetivos. Un fragmento de cráneo, dos de húmero y un molar atribuidos a Homo habían sido descubiertos por él en los sedimentos de Orce. En 1997 investigaciones realizadas desde la Univeridad de Granada por los Drs. Enrique García Olivares y Concha Borja, junto con otras hechas en la Universidad de California por Gerald Lowenstein demostraron, utilizando nuevos métodos analíticos, que los fósiles de Orce eran humanos. A diferencia de Pitldow, en Orce las nuevas y resolutivas metodologías analíticas no consiguieron zanjar el debate para todos, sólo para aquellos que creían en la objetividad de la ciencia.

El tiempo le ha dado la razón a José Gibert, aunque ha sido demasiado tarde para él. Durante más de 20 años insistió en la necesidad de actuar en Venta Micena para recuperar más información. En los últimos 15 años 'comisiones de expertos' que asesoran a la Administración consideraron que esto no era necesario, impidiendo el desarrollo normalizado de las excavaciones. Actualmente existe un nuevo proyecto presentado a la Consejería de Cultura para realizar esta labor. El equipo está integrado por paleontólogos del Museo Nacional de Ciencias Naturales, Geólogos del CSIC de Granada, Bioquímicos de la Universidad de Granada, Arqueólogos de la universidad de Oxford, Geocronólogos de Berkeley y hasta un total de 7 instituciones nacionales y 6 internacionales. Esta propuesta está avalada plenamente por expertos independientes. A día de hoy no existe resolución respecto a este proyecto para trabajar en Venta Micena, Fuentenueva-1 y Solana del Zamborino, tres localidades clave de la Depresión de Guadix Baza, abandonadas desde hace demasiados años. Confiamos que este proyecto sea aprobado y que en 2009 podamos continuar las investigaciones que nuestro colega, el Dr. José Gibert inició en 1976 al descubrir Venta Micena. Este sería un buen final para unos acontecimientos difíciles de entender, si no se conoce la historia de la Paleoantropología. La sociedad civil, autoridades científicas y administraciones locales lo apoyan, esperemos que esta vez la Comisión Andaluza de Arqueología también.
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Extraído de Tartessos

Héroes del Silencio: “La Herida”

Atapuerca y los primeros europeos.

Un yacimiento paleontológico único.

Cuando una investigación aparece en portada de la revista Nature, se trata de un trabajo de trascendencia internacional. El equipo de investigadores encabezado por Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell puede lucir en su curriculum no sólo una portada, sino varias.

El mérito de estos científicos consiste, según el propio Carbonell, en haber descubierto un yacimiento, el de la sierra burgalesa de Atapuerca, considerado el único enclave de Europa donde es posible estudiar la evolución humana durante el último millón de años, en registros bien contextualizados y asociados a conjuntos paleontológicos que incluyen series únicas de fósiles humanos.

El yacimiento ya había sido explorado en décadas anteriores, pero la excavación del año 1992 en la “Sima de los Huesos” iba a cambiar las vidas de aquellos investigadores: Comienzan a descubrirse diversos restos, entre ellos el primer cráneo completo del Pleistoceno Medio (hace entre 780.000 y 127.000 años), y el más entero y mejor conservado de todos los hallados en el mundo.

Dos años después, en la Gran Dolina, se descubren los restos de homínidos más antiguos de Europa, de más de 780.000 años, los cuales habían sido víctimas de prácticas antropófagas. Y en los dos años siguientes, en dicho yacimiento aparece el “Niño de Gran Dolina”, una nueva especie, antepasada nuestra y de los Neandertales, que los paleoantropólogos de Atapuerca denominaron Homo antecesor.

Por su parte, los humanos de la Sima han sido clasificados dentro de la especie Homo heidelbergensis, un homínido que vivió en Europa entre hace algo más de 500.000 y 200.000 años, intermedia entre el antecessor y el neardental.
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Cómo eran los hombres de Atapuerca.
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El Homo antecessor podría pasearse hoy día por nuestras ciudades sin llamar mucho la atención: alto, fuerte y con un rostro muy similar al nuestro, aunque con un cerebro más pequeño.

El Homo heidelbergensis hubiera sido el fichaje perfecto de un equipo de rugby o como boxeador de pesos pesados: de una altura similar a la del ser humano actual, su corpulencia era un tercio superior a la nuestra, pesando una media de 100 kilos.
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Lo que queda por descubrir.
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Los restos encontrados serían una pequeña muestra de lo que puede conservar bajo tierra el yacimiento. De hecho, los miembros del equipo de investigadores ya han reconocido que en Atapuerca “se van a jubilar todos”. Aunque las técnicas y los análisis avanzan, aún quedan por estudiar restos encontrados hace años.

Asimismo, las demás cuevas de las cercanías podrían deparar todavía más sorpresas. Por ejemplo, las cuevas orientadas hacia la Sierra de la Demanda son “extremadamente prometedoras”, según los investigadores.
Extraído de Quo

Hallan "los pecios de la cal".

"El Valparaíso ha quedado ya posicionado", aseguraba ayer David Santos, uno de los cuatro arqueólogos subacuáticos al término del tercer día de trabajo en los fondos de Punta Borneira, en Cangas. Santos es uno de los buzos de la empresa Argos que fue contratada por la Xunta para realizar una prospección de los pecios de naufragios acontecidos en estas aguas después de que en marzo, marineros de la extracción de erizo hallaran restos de cañones y de piezas de bronce.

A quince metros de profundidad, los tres buzos de Argos, David Santos, David Fernández e Ignacio Crespo, además de Iago Abilleira, localizaron los restos del vapor británico Valparaíso, hundido el 28 de febrero de 1887; y a escasos metros, los del navío Southerm Cross, hundido en 1909. La curiosidad de este último barco está en su cargamento de cal que cubrió toda una montaña de barriles que siguen siendo muy visibles en el fondo del mar. Por esta razón, en el mundo de la arqueología subacuáticase se conoce a este barco como "la montaña de cal".

Los buzos marcaron también esa montaña de barriles. Los profesionales se centraron en el casco de ambos barcos, aunque del Valparaíso sólo es visible la proa ya que buena parte del casco está enterrado. Más en superficie está el Southerm Cross, del que es visible su estructura. En estos tres días, los arqueólogos no han encontrado más restos junto a los barcos.

El "Herminie".

Argos intentará durante los días que se prolongue la prospección subacuática intentar localizar el pecio de otro emblemático navío, la fragata francesa Herminie, que se hundió también en la zona de A Borneira en torno a 1762. En ese año hay un documento que autoriza a un empresario de origen francés afincado en Vigo, Francisco Silvy, a recuperar 36 cañones del fondo del mar que procedían de esta fragata. Sin embargo, no se ha podido confirmar si los cañones fueron retirados y si lo fueron cuál fue su destino.

Cuando los marineros del barco cangués Tres hermanos localizaron en marzo los restos de un cañón, de balas y clavos de cobre, se pensó que podían proceder de esta fragata francesa, aunque los arqueólogos lo descartaron después por la antigüedad de las piezas. De todas formas, hay esperanzas de que el pecio del "Herminie" aparezca bajo A Borneira.
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Extraído de Faro de Vigo

Tecnología del siglo XXI para descifrar los glifos mayas.

El primer diccionario virtual de términos mayas con métodos de inteligencia artificial para descifrar la escritura glífica estará disponible en internet a partir del 21 de septiembre, según anuncia en una entrevista a Efe uno de los investigadores del proyecto, Ignacio Cases.

Este proyecto está dirigido por Alfonso Lacadena, que es profesor del Departamento de Antropología e Historia de la Universidad Complutense de Madrid, y en él participa Soren Wichmann, investigador del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, además de Cases, que ha estudiado Astrofísica en la Universidad de La Laguna.

La idea surgió tras analizar más de 400 inscripciones de las llamadas series lunares, los diferentes calendarios regidos por la Luna que utilizaba esta cultura mesoamericana que habitó en México, Guatemala, Honduras, El Salvador y Belice, y que estaban asociadas a textos políticos, explica Ignacio Cases.

El investigador se prepara para iniciar en febrero de 2010 un doctorado sobre métodos de interpretación por ordenador de las escrituras mesoamericanas por la Universidad estatal de Nueva York y ha participado en siete proyectos de investigación en la zona maya, entre ellos, el mayor plan de excavación de América, El Mirador en Guatemala, que financia Mel Gibson.

Cases elabora una tesis sobre semiótica computacional y hermenéutica informática aplicada a los sistemas de escrituras mesoamericanas, que no son alfabéticas sino logo-silábicas. Su intención es aplicar la inteligencia artificial a un conjunto de textos restringidos, las series lunares, que son bien conocidos al poder obtener información de ellos mediante métodos numéricos.
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El corpus de la cultura maya.
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Las series lunares aparecen en inscripciones en piedra, cerámica y madera del período clásico maya, hasta el 900 después de Cristo, aproximadamente. La fuente principal de información astronómica de la cultura maya se conserva en tres códices, en el Museo de América en Madrid, la Biblioteca Nacional de Francia en París y la Biblioteca de la Universidad de Dresde en Alemania.

El corpus completo de inscripciones mayas está compuesto por unos 15.000 textos glíficos, y de ellos unos 12.000 han sido digitalizados para «Quadra», la aplicación informática que elabora Cases y que será accesible en la página de internet www.uooh.org, una palabra que significa «glifo» en yucateco.

Para introducir en la red los textos mayas en alta resolución Cases emplea un servidor creado por el Laboratorio Nacional de Los Álamos, en Nuevo México (EE.UU).

De esta manera Cases desarrolla el trabajo del filólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Jesús Cunchillos, ya fallecido, continuado ahora por Juan Pablo Vita y su equipo.

En palabras de Cases, Cunchillos era «un genio visionario» que creó en la década de los 80 del siglo XX un laboratorio de hermenéutica informática, del que derivó el neologismo «hermeneumática».

Así se pudo aplicar la inteligencia artificial para una interpretación filológica de las lenguas ugarítica, púnica y fenicia.

En el caso de «Quadra», el sistema guiará al investigador con las equivalencias de los términos mayas que introduzca y no se limitará a traducir, precisa Cases.

Para este trabajo Cases cuenta con sus estudios previos de las series lunares en los que el investigador sostiene la teoría, que presentó en 2006 a la Sociedad Americana de Arqueología, de que los mayas basaron sus calendarios lunares en otro sistema más antiguo, en un calendario «perdido».

Según su hipótesis, el calendario lunar maya se adaptó probablemente de una cultura anterior, entre otros motivos porque el glifo que nombra a la Luna permanece «fosilizado», sin variación alguna, en todo el período clásico.
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Extraído de ABC

Hallan restos de más de un millón de años en la Sierra del Chaparral.

La Consejería de Cultura ha informado del hallazgo de restos arqueológicos y paleontológicos de más de un millón de años en la Sierra del Chaparral, situada en Villaluenga del Rosario (Cádiz). Los trabajos de excavación están siendo financiados por la Junta, cuya inversión asciende a casi 8.000 euros.

En un comunicado, la Junta explica que el yacimiento se descubrió el pasado invierno por el espeleólogo Diego Mendoza López, del Grupo GIEX de Jerez de la Frontera (Cádiz), que realizaba trabajos de prospección espeleológicas en la Sierra del Chaparral, poniendo el hallazgo en conocimiento de la Delegación Provincial de Cultura de Cádiz.

En consecuencia se redactó un proyecto de intervención arqueológica de urgencia para conocer las etapas cronológicas y características geomorfológicas del yacimiento, así como su ubicación en el contexto del Cuaternario peninsular.

La gran variedad de restos paleontológicos pertenecen a diversos animales, principalmente herbívoros de gran talla y carnívoros, junto a un alto índice de microfauna que actualmente están extinguidos.

Los referentes comparativos más parecidos —por sus características taxonómicas y cronología— pueden establecerse con los hallazgos de Sima del Elefante, situada en el complejo de yacimientos arqueológicos de Atapuerca (Burgos), conocidos por la importancia de los restos paleoantropológicos más antiguos del occidente europeo y las formaciones de brechas cuaternarias localizadas en el yacimiento de Faryndong, del Peñón de Gibraltar.

Según ha dicho la Junta, en un futuro próximo se llevarán a cabo los estudios tafonómicos para conocer las características de los procesos de formación del yacimiento, deposición de los fósiles, y marcas de actividades de carnívoros y carroñeros sin descartar la presencia de posibles huellas de actividad de origen antrópico.

Congreso de la Unión Internacional para el Estudio del Cuaternario EuropeoLa excavación concluirá con una valoración del yacimiento, tanto desde una perspectiva de investigación, como del potencial de restos paleontológicos conservados. Los resultados preliminares y estudios de esta intervención serán presentados próximamente en el Congreso de la Unión Internacional para el Estudio del Cuaternario Europeo, que tendrá lugar en la localidad granadina de Orce del 28 de septiembre al 4 de octubre.

Los trabajos de excavación están siendo desarrollados por un equipo de investigación de paleontólogos, geólogos y prehistoriadores del Cuaternario procedentes de varios centros nacionales de investigación. Para el desarrollo del proyecto también se contó con la colaboración de la familia Pérez Clotet de Villaluenga del Rosario, propietarios de la finca donde se ubica el yacimiento, y de la Federación Andaluza de Espeleología, que ha puesto a disposición del equipo de trabajo las dependencias deportivas del Centro de Tecnificación Espeleológica de Villaluenga durante el tiempo que dure las excavaciones.
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Extraído de ABC

Descubren una calle que conducía al Templo de Jerusalén.

Arqueólogos israelíes han descubierto lo que creen que fue una de las calles principales que empleaban los peregrinos judíos para dirigirse al Segundo Templo de Jerusalén hace 2.000 años, informó hoy la Autoridad de Antigüedades de Israel.

Se trata de una sección de una calle pavimentada con baldosas de piedra de diferente tamaño, al sur del santuario, en dirección a la piscina de Siloé, en una zona conocida como la Ciudad de David y aledaña a la actual ciudad antigua de Jerusalén.

La existencia de este camino era conocida desde hacía más de cien años, cuando fue descubierto por primera vez entre 1894 y 1897 por Frederick K. Bliss y Archibald C. Dickey, del Fondo Británico de Exploración en Palestina, que tras el hallazgo taparon los restos arqueológicos.

Otras secciones de la misma calle fueron descubiertas en el pasado en una zona más al norte de la actual, e igualmente cubiertas, en trabajos conducidos por el arqueólogo S.N. Jones en 1937, y por Kathleen Kenyon de 1961 a 1967.

La sección hallada en la actualidad se ubica a unos 550 metros al sur del Monte del Templo, la explanada donde hoy se erigen las mezquitas de Al-Aksa y de Omar.

Una vía central de la antigua JerusalénLos arqueólogos creen que el sendero era una vía pública central de la antigua Jerusalén, que ascendía desde la esquina noroeste de la piscina de Siloé hacia la parte norte del santuario judío.

El arqueólogo Ronny Reich, responsable de las excavaciones, cree que durante este período «los peregrinos comenzarían su ascenso al santuario desde aquí. Se trata del extremo más meridional del camino, del cual una sección ya fue descubierta junto al muro occidental del Monte del Templo».

Las excavaciones actuales han sido realizadas en una franja muy estrecha (de uno a dos metros de ancho) en las partes occidentales del camino, y el trabajo de los arqueólogos ha consistido principalmente en retirar la tierra con la que sus predecesores británicos habían tapado estos tramos ya descubiertos.

La sección de la calle fue construida según las pautas arquitectónicas de la época, y alternaba baldosas anchas y angostas.

La Autoridad de Antigüedades de Israel continuará sus investigaciones para determinar qué relación había entre la sección descubierta, otros tramos del camino y un canal de drenaje o desagüe encontrado en la misma zona hace dos años.

El Templo de Jerusalén, principal santuario israelita de peregrinación y donde se realizaban los sacrificios rituales, fue destruido por los romanos en el 70 d.C., al finalizar la Gran Revuelta Judía que se había iniciado unos años antes.

Según los textos bíblicos, ese santuario fue levantado setenta años después de la destrucción por el rey babilonio Nabucodonosor del Primer Templo, que había sido construido por el rey Salomón cuatrocientos años antes.
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Extraído de ABC

Primeros Pobladores retoma sus excavaciones en Santa Ana y El Millar.

El Equipo de Investigación Primeros Pobladores de Extremadura (EPPEX) realiza desde el pasado domingo una la campaña de excavaciones del yacimiento arqueológico El Millar (Cáceres) y de la Cueva de Santa Ana.

El Campo de Trabajo 'Primeros Pobladores de Extremadura', organizado dentro de la Campaña de Verano 2009 por el Instituto de la Juventud de Extremadura de la Consejería de los Jóvenes y el Deporte de la Junta, permite que un total de 25 jóvenes puedan participar en las excavaciones llevadas a cabo por EPEEX. De estos jóvenes, 13 son de Extremadura y 12 han llegado desde otros puntos de la geografía española, como Galicia, Madrid, el País Vasco o Andalucía.

Yacimiento de El Millar.

Los trabajos arqueológicos se desarrollarán paralelamente en el yacimiento al aire libre de El Millar y en la Cueva de Santa Ana.

El Millar se encuentra situado en la llanura granítica a medio camino entre los humedales de Malpartida de Cáceres y el karst cacereño. Este yacimiento fue localizado durante las prospecciones realizadas durante el año 1999 en la finca del mismo nombre.

En un corte realizado para la extracción de áridos se observó la presencia de herramientas antiguas realizadas sobre cantos de piedra. Su excavación comenzó en el año 2000. Desde entonces se han realizado ocho campañas de excavación. En la actualidad se han excavado unos 50 metros cuadrados.

En el yacimiento de El Millar se han hallado más de seis mil herramientas talladas en piedra, principalmente en cuarzo de diferentes calidades. La industria lítica del yacimiento El Millar presenta unos patrones asignados al Paleolítico Medio (500.000 a 40.000 B.P.).

Este yacimiento está íntimamente relacionado con los del karst cercano, donde se encuentran la Cueva de Santa Ana, la Cueva de Maltravieso y la Cueva del Conejar. La articulación del territorio y el uso del mismo por parte de los homínidos del pleistoceno, que encontraban en la llanura cacereña un lugar recurrente para la captación de recursos, han creado este palimpsesto en el que se encuentra representado en un pequeño paquete sedimentario, una gran diversidad tecnológica y crono-cultural que abarca gran parte del pleistoceno medio.

Cueva de Santa Ana.

La cueva de Santa Ana se abre sobre una pequeña colina en el interior del campamento militar CIMOV nº 1, a 12 kilómetros al sur de la ciudad de Cáceres. Los sondeos efectuados en la cavidad han proporcionado las primeras evidencias sobre la evolución técnica dentro del Complejo Cacereño.

Esta singular cavidad contiene en sus niveles herramientas líticas en las que puede apreciarse la evolución tecnológica de los homínidos en los últimos 800.000 años. El yacimiento conserva además un importante conjunto paleontológico en el que destacan los restos de ungulados cazados por los homínidos.

Santa Ana es uno de los pocos yacimientos peninsulares en los que se conserva industria lítica Achelense en estratigrafía lo que la convierte en un lugar de referencia para los estudios de evolución humana.

También hay que destacar que, como actividad complementaria al campo de trabajo, el domingo 20 de septiembre se realizarán unas jornadas de limpieza y adecuación de la Cueva del Conejar, promovidas por ARBA (Asociación para la Recuperación de los Bosques Autóctonos) con la colaboración de EPPEX.

La campaña de excavación cuenta además con la colaboración directa de la Diputación de Cáceres, así como con el apoyo del Ayuntamiento de Cáceres, el Ayuntamiento de Malpartida de Cáceres y el Museo de Cáceres, según informó el equipo de investigación en nota de prensa.
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Extraído de HOY

Los cromañones no aprendieron a labrar el campo.

Los agricultores europeos de hace 7.500 años eran inmigrantes.

Cuando los humanos modernos llegaron a Europa hace 45.000 años, reemplazaron a los neandertales que vivían en el continente. Ahora, un nuevo estudio genético, publicado hoy en la revista Science, revela que sus descendientes sufrieron el mismo destino al finalizar la edad de hielo hace 11.000 años.

En aquella época, la agricultura y la ganadería comenzaron a reemplazar en Europa el estilo de vida cazador-recolector de los primeros sapiens. Al principio, de un modo gradual a través de Turquía, Grecia y Bulgaria y, a partir de hace 7.500 años, en tan sólo unos pocos siglos, se extendió desde Centroeuropa hasta Francia por el oeste y Ucrania por el este.

La expansión de esta cultura es un hecho arqueológico bien conocido. Sin embargo, hasta ahora había una larga controversia de más de un siglo entre los que defendían que este cambio cultural fue propiciado por la llegada de otros individuos procedentes de Oriente Medio frente a los partidarios de una modificación de los hábitos de las poblaciones que ya vivían en la zona.

Un equipo de científicos de las universidades de Mainz (Alemania), University College de Londres y Cambridge (Reino Unido) ha zanjado el debate: los agricultores eran inmigrantes.

Comparando el ADN mitocondrial, extraído de cráneos fósiles, de los primeros granjeros con el de los cazadores-recolectores anteriores, los investigadores demuestran que se trata de dos poblaciones genéticamente diferentes. Y, al comparar ambos grupos con los europeos actuales, concluyen que los cazadores-recolectores del Paleolítico europeo apenas contribuyeron al acervo genético de los habitantes modernos.

Los humanos que trajeron a Europa el Neolítico, por tanto, sustituyeron a los antiguos pobladores del continente. La expansión de este grupo humano coincide en el tiempo y el espacio con la aparición de una mutación beneficiosa que permite a los europeos modernos digerir la lactosa de la leche durante la edad adulta, según otro artículo publicado recientemente en PLoS Computational Biology.
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Extraído de Público

Egipto edificó sus templos con planos de estrellas.

La idea comenzó a fraguarse hace miles de años. Algunos humanos especialmente avispados observaron que los puntos brillantes que adornaban el cielo cuando caía la noche tenían costumbres arraigadas. Sus trayectos cambiaban con el paso de los días, pero volvían a repetirse cada cierto tiempo. La intuición de este orden estelar se afianzó y comenzó a relacionarse con los cambios del tiempo. Así, la posición de las estrellas permitió predecir cuándo iba a pasar el invierno y sería posible empezar a sembrar, o cuándo llegaría la gran inundación que depositaría el limo y haría fructificar los campos. Nacieron los calendarios.

Algunos investigadores han sugerido que los artistas rupestres que hace 15.000 años pintaron las cavernas de Lascaux, en Francia, plasmaron también la constelación de Las Pléyades. Aquella sería la primera representación astronómica de la historia, pero no es fácil demostrar que los puntos que aparecen en la Sala de los Toros de la cueva francesa sean una imagen de un grupo de estrellas.

La influencia del cielo en la vida de los hombres ya no es una duda en el antiguo Egipto, 10.000 años después de Lascaux. En un reciente artículo publicado en Advances in Space Research, el investigador español Juan Belmonte, del Instituto Astrofísico de Canarias, y el egipcio Mosalam Shaltout, del Observatorio de El Cairo, muestran que los templos egipcios se construían alineados con sucesos astronómicos que servían como referencia para fijar los calendarios políticos, económicos o religiosos. Hasta ahora, se asumía que la única referencia que tomaban los arquitectos del reino africano era el río Nilo. Los autores del estudio confirman que el curso fluvial es la referencia principal, pero añaden pruebas sobre la influencia fundamental de las estrellas.

Solsticio y año nuevo.

Un ejemplo es el templo de Karnak, en Luxor. El día del solsticio de invierno, el más breve del año, los rayos del sol atraviesan el eje principal del edificio y entran en el santuario principal del templo. Este alineamiento, que se produciría con mayor precisión que ahora hace 4.000 años, cuando fue construido el complejo sagrado, coincidía con la celebración del año nuevo.
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El templo de Karnak es un ejemplo del cuidado con el que los egipcios elegían los emplazamientos y las orientaciones para sus lugares sagrados. Fue construido en uno de los pocos lugares de Egipto donde la línea del solsticio que conecta la salida del sol en invierno con la puesta de sol en verano es, al mismo tiempo, perpendicular al Nilo.

Las orientaciones buscando el solsticio eran habituales en el antiguo Egipto y, según indican los autores en su artículo, podrían ser un reflejo de la importancia del culto al Sol, que aún no se comprende del todo. Desde el punto de vista práctico, el solsticio de verano habría sido una fecha importante, al estar cercana a la llegada de la inundación que todos los años provocaba el Nilo, esencial para la economía del país. El especial significado religioso del solsticio invernal parece no ser exclusiva de Egipto. Entre las culturas del Mediterráneo, estaba muy extendida la idea de que el Sol nacía precisamente ese día.

Otro de los cuerpos celestes que los constructores del reino de los faraones no podían descuidar era Sopdet, la estrella que nosotros conocemos como Sirio. La estrella más brillante del firmamento fue, al menos a partir del Reino Medio, el heraldo de la crecida del Nilo.

El cielo era una fuente de orden para los habitantes de Egipto, pero eso no significa que necesitasen unos conocimientos de astronomía excesivamente sofisticados. "Lo único que necesitaban era una buena capacidad de observación del cielo, conocimiento de la esfera celeste y un saber acumulado sobre los movimientos de la Luna y, en particular, del Sol", explica Belmonte.

El faraón arquitecto.

El investigador del Instituto Astrofísico de Canarias lleva muchos años viajando por todo el mundo para recoger evidencias sobre cómo influyó el conocimiento del cosmos en las civilizaciones antiguas. La arqueoastronomía, una disciplina científica relativamente joven, a medio camino entre la arqueología y la astronomía, es una forma más de hurgar en la psicología de las civilizaciones antiguas.

Hasta la publicación de los trabajos de Copérnico o incluso Galileo, la observación del cielo estuvo impregnada por una interpretación religiosa y muchos yacimientos arqueológicos guardan pruebas de ello. "Uno de los aspectos más interesantes de este trabajo en el antiguo Egipto es que puedes cotejar lo que observas en las construcciones con lo que dejaron escrito en los jeroglíficos", afirma Belmonte.

Los símbolos que ilustran las paredes de los templos ya sugerían que los constructores de estos lugares sagrados tenían en cuenta el firmamento. Estos jeroglíficos incluyen la representación de una ceremonia en la que el faraón tiraba una cuerda para marcar el alineamiento con el que el templo se debería construir. Sin embargo, las pruebas que sustentasen este interés por la astronomía eran escasos. Ahora, tras el estudio de Belmonte y Shaltout, se podría asumir que algún ciudadano realizaría una ceremonia para marcar el alineamiento del futuro edificio y es posible que, en el caso de los lugares más importantes ,quien lo hiciese fuese el faraón.
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El trabajo de Belmonte no se reduce a los templos de Egipto. Dejando a un lado hipótesis sobre representaciones astronómicas en las pinturas de Lascaux o las de la cueva cántabra de El Castillo, las pruebas más antiguas de observaciones astronómicas están en los monumentos megalíticos. "Las antas, unos dólmenes de siete piedras del sudeste de la Península, muestran una clara orientación hacia la salida del Sol", apunta Belmonte.

A partir de ahí, durante siglos, las evidencias pueden encontrarse en todo el mundo, desde los monumentos ciclópeos de las tumbas de Cerdeña hasta las plataformas de los moai de la Isla de Pascua. Hasta ahora, una época en que "la tecnología ha provocado un distanciamiento entre el hombre y el cosmos", concluye Belmonte.
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Extraído de Público

Arsuaga: la medicina moderna receta "una cierta vuelta" a la prehistoria.

El paleontólogo y codirector del equipo de investigación de los yacimientos pleistocenos de la sierra de Atapuerca (Burgos), Juan Luis Arsuaga, ha afirmado hoy que "la medicina moderna, en cierta medida, receta que volvamos a ser un poco prehistóricos".

"Los médicos nos dicen que comamos alimentos sanos y naturales; que nos movamos y no nos quedemos quietos y sentados; y que juguemos con nuestros hijos; esto es lo que hacían nuestros antepasados en el monte y en la cueva", según ha explicado en una entrevista a EFE.

Este profesor de la Universidad Complutense, que recibió junto a su equipo el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1997, ha participado hoy en Bilbao en el XXIV Congreso de la Sociedad Anatómica Española donde ha pronunciado la conferencia inaugural, titulada "La construcción del cuerpo humano".

En su intervención, Arsuaga ha "repasado" la evolución humana porque, según ha precisado a EFE, "la anatomía es producto de la evolución y sabemos que no hemos sido creados así por un diseñador supremo, sino que en nuestro cuerpo tenemos todos los signos de ese proceso evolutivo".

Este paleontólogo se ha referido a la forma de vida en la prehistoria en comparación con los tiempos actuales y ha afirmado que resulta "difícil evaluar científicamente si vivían mejor o eran más felices que nosotros" porque, según ha dicho, se trata de "conceptos filosóficos" y, además, la vida prehistórica presentaba "grandes inconvenientes".

Según ha indicado, una comparación con la Edad Media, sin embargo, "siembra dudas sobre si no eran más desgraciados que en la cueva" ya que fue un período de tiempo que registró la misma mortalidad infantil que en la prehistoria, además de hambrunas, peste y esclavitud.

Sobre la evolución humana futura, Arsuaga ha asegurado que "no se sabe nada" porque es un proceso de escala geológica y, según ha destacado, "a nadie le importa lo que va a ser de nosotros dentro de 200.000 años. Dentro de cien años -ha puntualizado- ya sabemos que seremos iguales".

Ha opinado que "no es fácil" que la especie humana se extinga y en referencia al actual cambio climático ha apuntado que "puede producir guerras, muerte y sufrimiento a cientos de millones de personas, pero no acabará con el hombre porque aunque haga más calor en el sur, en el norte mejorarán las condiciones climáticas".

"Lo espantoso -ha augurado- será la próxima glaciación; no se puede predecir cuándo será, pero convertirá en inhabitable la mayor parte del hemisferio norte y Alemania, Irlanda o el Reino Unido quedarán cubiertos por dos kilómetros de hielo. Eso sí será la apocalipsis", ha sentenciado.
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Extraído de ABC

Los humanos se hacían ropa con lino hace 34.000 años.

Un equipo de arqueólogos ha descubierto fibras de lino de 34.000 años. Estas fibras, las más antiguas que se conocen, se encontraron en la cueva Dzudzuana, situada en la falda de una montaña del Cáucaso, en la República de Georgia. El hallazgo se publica en la revista Science.

Los investigadores aseguran que estas fibras de lino del Paleolítico Superior no procedían de un cultivo: "Sabemos que es lino silvestre que crecía en las inmediaciones de la cueva, y tras analizarlas con carbono 14 podemos asegurarlo", afirma Ofer Bar-Yosef, profesor de arqueología prehistórica de la Universidad de Harvard y uno de los directores de la excavación. "Lo más probable es que se usaran para hacer tela e hilo con los que fabricar después prendas de vestir, coser piezas de cuero, o atar los paquetes en sus desplazamientos", añade.

"Se trata de una invención muy importante para los primeros humanos", señala Bar-Yosef. Estos inventos aumentaban sus posibilidades de supervivencia y además, facilitaban su movilidad en esta región montañosa de duras condiciones climatológicas. Con ropa y zapatos de más calidad podían soportar mejor el frío, y con paquetes mejor atados podían moverse más cómodamente, una ventaja importante para una sociedad de cazadores-recolectores. Los arqueólogos también averiguaron que algunas fibras se utilizaron para hacer cuerdas o cadenas porque estaban torcidas. Otras eran de color negro, gris, turquesa o rosa porque estaban teñidas con pigmentos vegetales de plantas de la zona.

Hoy en día, estas fibras no son visibles para el ojo humano ya que los objetos de los que provienen hace mucho tiempo que se desintegraron. Eliso Kvavadze del Instituto de Paleoecología, del Museo Nacional de Georgia fue quien las encontró al examinar con el microscopio las muestras de arcilla de diferentes estratos de la cueva. Fue toda una sorpresa. El objetivo de los científicos era analizar el polen presente en las muestras, como parte de un estudio sobre el medio ambiente y las fluctuaciones de temperatura a lo largo de miles de años. Sin embargo, encontraron estas fibras de lino que superan el récord de antigüedad de las encontradas en Dolni Vestonice, República Checa, que tienen unos 28.000 años.

Este equipo comenzó las excavaciones de esta cueva en 1996, y han vuelto cada año para completar el trabajo. "Queríamos saber cuándo se ocupó la cueva, dónde iban de caza y dónde recolectaban alimentos, qué tipo de herramientas de piedra, hueso y asta usaban, y cómo las usaban, si se ponían colgantes para la decoración del cuerpo... Y al final, encontramos las fibras de lino. Ha sido una sorpresa maravillosa", admite el profesor de Harvard.
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Extraído de El Mundo

Aclaran el misterio de las estatuas de la Isla de Pascua.

Científicos británicos han aclarado parte del misterio de las coronas rojas que ciñen los moais de la cantera Puna Pau de la Isla de Pascua (Chile), gracias al descubrimiento de un camino que se utilizó para transportarlas.

Los profesores Sue Hamilton, del University College de Londres, y Colin Richards, de la Universidad de Manchester, afirmaron que las coronas están hechas de rocas volcánicas procedentes de un antiguo volcán de la zona y que fueron elaboradas por los pobladores polinesios de la isla entre los años 1.250 y 1.500.

Lo que sigue siendo una incógnita, según explicó la Universidad de Manchester en un comunicado de prensa, es cómo lograron aupar estas rocas de varias toneladas de peso hasta lo alto de los moais.

Hamilton y Richards dirigieron el primer equipo británico que visita la isla desde 1914 y fueron los primeros arqueólogos a los que se permitió realizar una excavación en Puna Pau.

«Ahora sabemos que las coronas llegaron rodando por una carretera que se construyó con un cemento de polvo de escoria roja comprimida, con una calzada elevada en uno de los lados», explicó Richards, quien señaló que «lo más probable es que fueran empujadas a mano, aunque también es posible que se emplearan troncos de madera».

Hamilton indicó que la Puna Pau está dentro del cráter de un volcán extinguido y que «una tercera parte del cráter fue empleado para la producción de las coronas» de los moais.

«Hasta ahora hemos localizado más de 70 coronas en las plataformas ceremoniales y por el camino. Muchas más pueden haberse roto y haber sido incorporadas a las plataformas», añadió.

Además, se descubrió un hacha de obsidiana con una hoja de unos 17 centímetros, posiblemente propiedad de uno de los obreros que trabajaron en el transporte de las coronas, que la habría abandonado junto a la carretera como un ofrecimiento a los dioses.

Una avenida ceremonialEl hallazgo del hacha y la manera en la que las coronas rotas están alineadas en uno de los lados del camino sugieren, según los investigadores británicos, que la carretera era una avenida ceremonial que conducía hasta la propia cantera.

«Ha quedado claro que la cantera tenía un contexto sagrado, pero también un contexto industrial», detalló el profesor Richards, quien recordó que los polinesios veían el paisaje como algo vivo y consideraban que después de tallar la roca los espíritu entraban a formar parte de las estatuas, como en el caso de los moais.

Richards indicó que inicialmente los habitantes del lugar poblado más remoto del planeta (la isla está a 4.000 kilómetros de la costa de Chile) construían los moais con distintos tipos de piedra local y que no fue hasta los años 1.200 y 1.300 cuando dejaron de realizar las estatuas y comenzaron a elaborar la coronas.

La investigación, que se va prolongar cinco años más, también ofrece detalles sobre la vida de hace 500 años en la isla de Pascua, cuyos habitantes, afirmó Hamilton, «vivían en una sociedad exitosa y bien organizada, en un entorno vital bien gestionado».

«El 70 por ciento de la isla fue transformado en jardines abiertos y en terreno agrícola, donde se utilizaba un elaborado sistema para mantener la humedad de la superficie», dijo.

En cuanto a Puna Pau, se concluyó que fue un lugar secreto, que no se podía ver desde otras partes de la isla y cuya producción non se podía oír al tener lugar en el interior del cráter.

Todo parece indicar también, señaló Richards, que existían distintos equipos que trabajaban en la cantera y que competían por tener sus propias áreas de producción dentro de Puna Pau.
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Extraído de ABC

El hombre habitó Altamira 4.000 años antes de lo que se pensaba.

Los cazadores del Paleolítico habitaron la cueva de Altamira desde hace 22.000 años, 4.000 antes de lo que se pensaba, un descubrimiento que da un nuevo sentido a sus pinturas más antiguas, un puñado de figuras rojas hasta ahora encuadradas en un período cultural, el Solutrense, en el que sus características «chirriaban».

Así lo revela un trabajo realizado por los investigadores del propio Museo de Altamira, revisando las excavaciones que se hicieron en la cueva a principios del siglo XX por pioneros como Alcalde del Río, Breuil u Obermaier, cuyas conclusiones se recogen en un artículo todavía no publicado: «La cueva de Altamira: nuevos datos sobre su yacimiento arqueológico (sedimentología y cronología)».

Como señalan sus autores, resulta paradójico, pero el conocimiento que se tenía de las ocupaciones humanas de la más famosa de las cuevas paleolíticas del mundo era escaso, porque fue una de las primeras en descubrirse (1879) y porque fue excavada muy pronto, con técnicas que a veces consistían en vaciar el yacimiento a pico y pala en busca de determinadas piezas arqueológicas.

El director de Altamira, José Antonio Lasheras, primer autor del artículo, ha explicado a EFE que, en realidad, no han encontrado nada que no vieran hace un siglo Hermilio Alcalde del Río o Hugo Obermaier, que excavaron en el interior de Altamira en 1903 y en 1924, ni que no estuviera allí cuando Joaquín González Echegaray y Leslie Gordon Freeman volvieron a explorar el yacimiento, en 1980. «Hemos mirado mejor lo que ellos mismos vieron», asegura.

Con la cueva cerrada al público para estudiar sus condiciones de conservación, en 2004 y 2006 los investigadores del Museo y las Universidades Politécnica y Complutense de Madrid que firman el artículo limpiaron la tierra suelta que quedó en el interior de la cueva, producto de antiguas excavaciones y de las obras que se realizaron en los sesenta para apuntalar algunas zonas donde había riesgo de derrumbe y para permitir que Altamira fuera visitable.

Hasta ese momento, se sabía que el hombre había vivido en Altamira desde hace 18.000 años (la fecha obtenida en las pinturas más antiguas en las que se empleó un colorante orgánico, carbón) hasta hace 13.000, cuando la entrada se derrumbó y dejó sellada la cueva, sepultando bajo toneladas de roca el vestíbulo donde sus moradores realizaban gran parte de las tareas cotidianas, como cocinar, comer o tallar sus herramientas de sílex.

Comprender mejor AltamiraLos bisontes polícromos que han hecho mundialmente famosa a Altamira, como la cumbre del arte paleolítico, se pintaron casi al final de esa secuencia, hace unos 14.000 años, en el Magdaleniense.

Sin embargo, en la cueva hay figuras rojas, manos, caballos que no se pueden datar con Carbono 14 y que tradicionalmente se asociaban al período más antiguo fechado en Altamira, el Solutrense (hace 18.000 años), pero que estilísticamente se parecían más a otras del periodo Gravetiense (de hace 27.000 a 21.000 años) presentes en otras grutas de Cantabria, como El Pendo y La Pasiega.

Las nuevas pruebas de Carbono 14 indican que el estrato más profundo del yacimiento de Altamira tiene 21.910 años de antigüedad. Por debajo, sólo hay roca, así que los investigadores infieren que en esa fecha comenzó a ser habitada por los cazadores que vivieron en la Cornisa Cantábrica al final de la última glaciación.

Lasheras explica que estos datos permiten entender mejor Altamira y poner en el contexto adecuado sus distintas pinturas, además de que aportan uno de los escasos yacimientos gravetienses que existen en toda la Cornisa Cantábrica (15, ocho de ellos en Cantabria). Del siguiente período cultural, el Solutrense, existen más yacimientos, y del que le sucedió, el Magdaleniense, más aún, en una progresión que va paralela al crecimiento del censo de pobladores de la zona.

El equipo de Altamira trabaja ahora en un segundo proyecto, una excavación completamente nueva que se ha abierto en el exterior de la cueva, en la parte del antiguo vestíbulo habitado por el hombre que quedó fuera de la gruta tras el colapso de la entrada.

En ella, han encontrado un nivel Magdaleniense de entre 13.000 y 14.000 años con objetos característicos de esa cultura, como un omóplato de cierva con un dibujo de ese mismo animal, grabado.

Lasheras recuerda que todo el arte prehistórico tiene un sentido: «No se grabó por recreo, no es un descanso, no es una actividad secundaria, sino que probablemente tiene una intencionalidad simbólica y un valor trascendente, como todo lo que llamamos arte».
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Extraído de ABC

El perro nació hace 16.000 años en China.

Un estudio revela que existió un único lugar de origen, pero no un solo ancestro salvaje.

Los perros domesticados aparecieron por primera vez al sur del río Yangtsé, que divide en dos mitades la actual China, hace 16.000 años, según reveló ayer un equipo de científicos suecos y chinos. El análisis de muestras de ADN de canes procedentes de todo el mundo indica que existió un único lugar de origen, pero no un solo ancestro salvaje.

A juicio del principal autor del estudio, Peter Savolainen, del Instituto de Tecnología de Estocolmo, los perros surgieron de la domesticación de, al menos, varios cientos de lobos, lo que indicaría que desempeñaban "un papel muy importante en la cultura" de los seres humanos. En un estudio previo, publicado en 2002 en Science, el investigador español Carles Vilà sugirió que los humanos utilizaban los perros para cazar, lo que explicaría por qué se los llevaron en sus migraciones a América hace unos 13.000 años.

Para Savolainen, su estudio, publicado en la revista Molecular Biology and Evolution, ofrece otros datos sorprendentes sobre la historia de los canes. Según sus conclusiones, los primeros perros de Asia oriental acabaron en los estómagos de sus dueños, a diferencia de sus descendientes europeos, que fueron empleados como pastores o guardas.
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Extraído de Público