Mitra y el cristianismo: ¿copia o meras semejanzas?

El culto a Mitra y el cristianismo Imagen meramente ilustrativa. En los recovecos de la historia, se entrelazan mitos y creencias que han de...

El clima de la Península Ibérica atrajo a las primeras ocupaciones humanas de Europa.

Los restos humanos encontrados en la Península Ibérica indican que las primeras dispersiones humanas desde África hasta Europa occidental se produjeron hace entre 1,4 y 1,2 millones. Hasta ahora se barajaban diferentes hipótesis sobre las razones, pero un equipo internacional liderado por científicos españoles acaba de demostrar que el clima condicionó la primera dispersión humana hacia España.

Los yacimientos paleontológicos de Atapuerca (Burgos) o de la cuenca de Guadix-Baza (Granada), entre otros, han permitido reconstruir en la Península Ibérica diversas curvas climáticas que reflejan la evolución de la Temperatura Media Anual, las temperaturas en el mes más calido y más frío, y la media de pluviosidad anual de hace entre tres millones y 600.000 años.

Los resultados, publicados recientemente en Journal of Human Evolution, demuestran que “las primeras ocupaciones humanas en la zona se produjeron en momentos de bonanza climática, con altas temperaturas y humedad”, señala a SINC Jordi Agustí, autor principal del estudio e investigador en el Instituto de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES).

En los momentos en los que predominaban las condiciones de bajas temperaturas y aridez, la presencia humana estaba limitada. “Los parámetros climáticos jugaron un importante papel en el proceso de dispersión humana hacia Europa y, en este aspecto, su comportamiento no debió diferir en gran medida de otras especies animales, afectadas así mismo por las variaciones climáticas”, asevera el investigador.

Para ello, el análisis de restos de anfibios y reptiles de 16 localidades fosilíferas de España ha sido esencial. “Los reptiles escamosos y los anfibios son muy sensibles a las variaciones de humedad y temperatura, por lo que su estudio ha permitido extrapolar al pasado los parámetros climáticos compatibles”, subraya Agustí.

En la investigación se distinguen cinco fases climáticas, desde el Plioceno superior hasta los inicios del Pleistoceno medio. “Tres de estas fases (3-1.8 millones de años, 1.4 -1 millón de años, y 800.000 - 600.000 años) corresponden a fases cálidas con precipitaciones más altas que en la actualidad”, apunta el paleontólogo.

Sin embargo, las otras dos fases (1.6-1.4 millones de años, y un millón- 800.000 años) se corresponden con “temperaturas relativamente bajas y acentuación de la aridez”, añade el paleontólogo.

El éxodo desde África.

Los hallazgos de las primeras ocupaciones humanas en Eurasia, como los homínidos de Dmanisi (Georgia), y de la Sima del Elefante y Gran Dolina (Atapuerca- Burgos), han suscitado mucho interés entre los paleontólogos que estudian las causas que determinaron la primera salida humana fuera de África.

La Península Ibérica es un espacio privilegiado para este tipo de investigaciones. A los primeros rastros fósiles se añaden también los hallazgos de útiles líticos de Fuente Nueva 3 y Barranco Léon en la cuenca Guadix-Baza (Granada) que también arroja luz sobre lo que lo originó.

Según han demostrado otros estudios, la primera salida humana se remonta a 1,8 millones de años en Dmanisi, “aunque las primeras evidencias en Europa occidental (útiles líticos de Fuente Nueva 3 y Barranco León, y restos humanos de Sima del Elefante) datan de 1,4 a 1,2 millones de años”, declara Agustí.

Hasta ahora los investigadores señalaban que esta primera salida se vinculaba con el desarrollo de una nueva tecnología lítica. Sin embargo, otros autores proponen un escenario más ambientalista, “vinculado a los cambios climáticos que se produjeron a principios del periodo Pleistoceno”, concluye el experto.
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Extraído de SINC

Hallazgo de tumba pudiera explicar colapso de la cultura Maya.

Arqueólogos mexicanos encontraron una tumba de 1.100 años de antigüedad del crepúsculo de la civilización maya que espera arroje alguna luz sobre lo que sucedió a la una vez gloriosa cultura.

El arqueólogo Juan Yadeun dijo que la tumba, y piezas de cerámica de otras culturas halladas en ella, pudieran revelar quién ocupó el sitio maya de Tonina en el sureño estados de Chiapas luego que el período clásico de la cultura comenzase a desvanecerse, informó AP.

Muchos expertos han apuntado a guerras internas entre ciudades estado mayas, o degradación ambiental, como causas posibles de la declinación maya a partir del 820 de nuestra era.

Pero Yadeun, que supervisa el sitio arqueológico en Tonina por el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México, dijo que los objetos de la cultura tolteca halladas en la tumba pudieran indicar otra explicación. Dijo que la tumba data de entre el 840 y el 900 de nuestra era.

"Está claro que es una nueva ola de ocupación, la gente que construyó esta tumba de tipo tolteca", dijo Yadeun el miércoles. "Esto es muy interesante, porque vamos a ver promedio de los huesos quiénes eran es personas, tras el imperio maya".

Los toltecas procedían de las altiplanicies del centro de México y aparentemente expendieron su influencia a los bastiones mayas en el sur de México. Se piensa que dominaron el centro de México desde la ciudad de Tula -al norte de lo que actualmente es Ciudad de México- entre los siglos X y XII, antes que los aztecas dominasen la región.

Arqueólogos no vinculados con las excavaciones expresaron cautela acerca de llegar a conclusiones basados en un sitio, e hicieron notar que el imperio maya cubrió un amplia área y tiene una variada y compleja historia.

"Una tumba, incluso si es muy lujosa, no va a responder las grandes interrogantes de la trayectoria maya en toda la región... quizás localmente", dijo David Stuart, especialista en epigrafía maya en la Universidad de Texas, en Austian.

El sitio selvático está lleno de templos y plataformas dejadas por los mayas. La tumba recién descubierta -detectada inicialmente durante trabajos de mantenimiento en diciembre, y cavada más adelante y mostrada a reporteros el miércoles- está al pie de uno de los templos viejos.

La tumba muestra evidencia de que al menos otro grupo pre hispánico tomó posesión del lugar tras el colapso maya.
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Extraído de El Universal

Un estudio adelanta la extinción de los neandertales.

La llegada de los humanos modernos a la península Ibérica y la desaparición de los neandertales es una de las cuestiones que más debates genera entre los antropólogos. Aún se ignora qué llevó a los neandertales a la extinción y cuándo murió el último de sus descendientes.

Un nuevo estudio publicado en PLoS ONE ofrece hoy nuevas hipótesis sobre el caso que seguramente no harán más que avivar la discusión. El trabajo, dirigido por Joao Zilhao, de la Universidad de Bristol (Reino Unido), asegura que los neandertales desaparecieron hace unos 37.000 años, lo que negaría la teoría de que los últimos de la especie sobrevivieron casi 10.000 años más refugiados en el extremo sureste de la Península.

En 2006, un equipo con participación española encontró algunos de los restos neandertales más recientes que se han hallado hasta ahora. Eran de hace unos 28.000 años y estaban en una cueva de Gibraltar, según el estudio, publicado en la prestigiosa revista Nature. Hasta entonces, la mayoría de expertos databan la desaparición hace 35.000 años. La cueva gibraltareña, contaban los responsables del trabajo, sería uno de los últimos lugares en los que se refugiaron los neandertales antes de desaparecer.

Zilhao y su equipo niegan ahora esa posibilidad y adelantan la "extinción o absorción" de la especie por parte de humanos modernos casi en 10.000 años. Se basa en un nuevo análisis de restos animales y humanos de la cueva de Pego Diabo, cerca de Lisboa. Pertenecen a una etapa del Auriñaco que "sólo está asociada a humanos modernos", señala el trabajo.
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Principio y fin.
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Según Zilhao, los neandertales se refugiaron en la península Ibérica durante unos 5.000 años, cuando la fachada atlántica se cubrió de vegetación y vivió temperaturas moderadas. Su final coincidió con la retirada parcial de esa vegetación, temperaturas más frías y el avance de herbívoros y humanos modernos que los perseguían.
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Extraído de Público

Arqueología y evangelios. Otro libro de Joaquín González Echegaray.

El libro rellena una laguna evidente de información para los lectores: resume de un modo claro y gráfico los resultados de las excavaciones arqueológicas en Israel/Palestina -publicados siempre en revistas especializadas, poco accesibles al público en general- para lectores interesados en el Jesús histórico. El volumen omite detalles demasiado técnicos, propios sólo de los especialistas, y complementa los temas con la exposición de los aspectos históricos, teológicos, bíblicos o rabínicos.

Advierte el autor que no se tratan en este libro ciertos temas relacionados como Sábana santa, Vera Cruz, Grial, etc., pues todo ello pertenece al ámbito del estudio de las reliquias y son temas que obligan a un estudio científico (carbono 14, por ejemplo) de su autenticidad, a la vez que pertenecen más a la historia en cuanto investigación de la Edad imperial tardía o de la Edad Media que a la auténtica arqueología.

El contenido del libro que presentamos es de lo más interesante: el autor comienzo explicando en qué proporción se hallaba la población mixta del Israel de tiempos de Jesús y a qué culturas pertenecían: greco-helenística por un lado y judía por otro, con sus notables diferencias y tensiones. Es sorprendente el número de enclaves paganos, como por ejemplo ciudades libres de mayoría griega, dentro de lo que hoy vemos que es Israel/Palestina: Israel no estaba habitado ni mucho menos por solo los judíos.

El autor aborda el estudio de las tropas de ocupación, cómo actuaban, cuál era su armamento y sus acuartelamientos. Importante también es el tema de los impuestos, así como de las atribuciones del prefecto respecto a lo que formaba parte del gobierno autónomo judío, permitido por el Imperio, con las consiguientes derivaciones hacia la opinión pública respecto a los ocupantes. Todo ello motivado por descubrimientos arqueológicos que conducen a esas reflexiones.

Las ciudades, tanto de Galilea como de Judea, son descritas con minuciosidad por el autor, acompañadas de planos e imágenes de objetos. El lector se hace entonces una idea más precisa de los movimientos de Jesús y sus discípulos en ellas. Lo que se dice de los caminos, los viajes, los modos de emprenderlos, la descripción de la denominada Via Maris que atravesaba Israel de norte a sur por la costa y el ascenso a Jerusalén desde Galilea ayudan sobremanera a imaginarse la itinerancia de Jesús, que no usó, al parecer, nunca medios de transporte que no fueran sus pies.

El lago de Genesaret, las actividades de pesca, las pequeñas rutas marítimas internas, de una a otra ribera del lago (los israelitas no fueron en la Antigüedad un pueblo de marineros), nos lleva de inmediato al contexto de diversos y conocidos pasajes evangélicos y al mundo de algunos de los principales discípulos de Jesús como Pedro y Andrés, y los hijos de Zebedeo. El ambiente rural de Galilea, su fauna y flora, el desierto y las montañas sagradas, especialmente en Judá, la importancia de la montaña para la comunicación más íntima con Dios evocan de inmediato la itinerancia de Jesús con su grupo, la relación de éste con el desierto, el sermón de la Montaña y su posible entorno, el relato de la Transfiguración, etc.

Los lugares de culto, estudio y rezo ocupaban un lugar importante el la vida del judío del siglo I. Por ello el autor presenta una detallada descripción de las sinagogas del país y del Templo, contrastando las reconstrucciones de la arqueología con lo que dicen los Evangelios.

Como una parte muy importante del ministerio de Jesús estuvo dedicada a las sanaciones y exorcismos, la salud y la enfermedad ocupan también otro apartado importante del libro. Me ha parecido muy interesante el tratamiento de la llamada “Piscina probática”, donde tiene lugar la curación narrada con bastante detalle en Jn 5,1-18.

Comidas e invitados, comedores y equipos para la comensalidad son también importantes en los Evangelios, pues el banquete es el símbolo mesiánico de la realidad esplendorosa del Reino que viene, según Jesús. En este capítulo hay un estudio especial del banquete narrado, con muchas variantes, en Mc 14,3-9 y paralelos y en Jn 12,1-8…, si es que se trata del mismo, más la exposición de los detalles de “realia” que pudieron concurrir en la Última Cena: lavatorio de los pies, según el Evangelio de Juan, y cena pascual según Marcos y paralelos.

El proceso judicial de Jesús y su ejecución dan pie para tratar del emplazamiento del Sanedrín, de la sentencia en el pretorio (¿dónde se situó en realidad?), analizando si las reconstrucciones anteriores de la Torre Antonia era verosímiles o no… (en realidad debió de ser más pequeña de lo que se ha imaginado), el Gólgota, el modo de la crucifixión y los diversos tipos de tumbas.

Hay además una exposición de los ritos funerarios con sus costumbres arraigadas y una discusión curiosa acerca de una inscripción griega hallada en Nazaret a finales del siglo XIX, con sus posible implicaciones acerca de la pretendida violación de la tumba de Jesús.

No me considero competente para discutir técnicamente los temas tratados en este libro por un arqueólogo profesional y con muchos años de experiencia, sobre todo cuando mi tarea ha sido especialmente la transmisión y el análisis de textos. Sí puedo comentar, en síntesis, que el volumen es de lectura extraordinariamente agradable y sumamente instructivo.

Desde la tercera edición de 2002 ha habido algún que otro descubrimiento más sobre el tema “arqueología y evangelios”, que seguro tendrá en cuenta el autor para una posible y deseable cuarta edición puesta totalmente al día. Pero esos datos nuevos no son más que complementarios y en nada cambian las perspectivas generales ofrecidas por el texto. En el entretanto, el lector tiene la posibilidad, gracias sobre todo a Internet, de hallar fácilmente si lo desea esos datos que complementen un poco la imagen ofrecida por este libro encomiable en sus diversos apartados.
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Extraído de Tendencias21

Una amputación quirúrgica en la Edad de Piedra.

Los antropólogos que trabajan en el yacimiento de Butiers-Boulancourt (sur de París) se han encontrado con la evidencia de una amputación quirúrgica. Que no tendría nada de extraordinario si no fuera porque la antigüedad del paciente se remonta a unos 6.900 años. Es la manera de probar que existían las intervenciones médicas en el Neolítico. De otro modo, no podría explicarse que el antebrazo del esqueleto encontrado por la profesora Buquet-Marcon hubiera sido seccionado de manera tan precisa y ortodoxa.

Ha permitido reconstruir la operación el recurso de un escáner superdotado. Gracias a él se ha advertido que había un traumatismo y que se había realizado una amputación mediante un escarpelo de sílex, ya que entonces no se habían generalizado los útiles en metal.

«La limpieza del corte descarta la posibilidad de que el hueso se hubiera seccionado en razón de un accidente o de una pelea», explica Cécile Buquet-Marcon. Llegando a la conclusión, por tanto, de que un especialista con oficio y criterio llevó a cabo un "acto quirúrgico".

No es la única sorpresa. El análisis de la osamenta ha permitido reconocer señales de cicatrización posteriores en meses e, incluso, en años al trance de la amputación. Se produjo por debajo del codo y no impidió al paciente reintegrarse entre sus congéneres.
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Un hombre grande con artrosis.
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El detalle es importante a juicio de la profesora Buquet-Marcon porque sobrentiende los hábitos "sofisticados" de una sociedad solidaria y porque implica el reconocimiento y la integración de los disminuidos físicos en el seno de las tribus neolíticas.

De ahí la importancia polifacética que ha adquirido el paciente. No se le ha puesto un nombre, pero se le han encontrado muchas otras referencias. Sabemos, por ejemplo, que vivió entre 4.700 y 4.900 años antes de Cristo, que era un hombre grande (2 metros), que padecía artrosis en las vértebras cervicales y que había perdido íntegramente la dentadura.

Así se lo encontró el equipo de Buquet-Marcon cuando los subalternos cavaron en una profundidad de 1,5 metros. Ha facilitado la conservación del esqueleto el cúmulo calcáreo que rodeaba al amputado, y ha llamado la atención, igualmente, que el difunto compartiera semejante tumba de circunstancias con una oveja y un hacha.

Es la primera vez que aparece en Francia y en la Europa meridional un ejemplo tan concluyente de cirugía neolítica, aunque el hallazgo de mayor valor y de más antigüedad fue exhumado en el yacimiento de Vedrovice (República Checa). Fue allí donde apareció la prueba de una amputación realizada hace unos 7.500 años.
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'Excelentes cirujanos'.
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"Ni en aquel caso ni el ejemplo francés puede hablarse de cirujanos tal como podemos entenderlos hoy", advierte la profesora Buquet-Marcon. "En cambio sí puede decirse que había una cierta especialización y un cierto conocimiento. De los restos hallados se desprenden, por ejemplo, condiciones idóneas de asepsia y se puede acreditar que la sección del hueso se hizo con criterio y escrúpulo", añade la antropóloga.

Más entusiasta parece su colega Éric Crubézy, profesor en la Universidad Paul-Sabatier de Toulouse. En su opinión, puede hablarse de excelentes cirujanos y se los puede hasta diferenciar en dos grandes escuelas. La primera correspondería a la zona de influencia del Danubio, como probaría el caso de Vedrovice, mientras que la segunda se desarrollaba en el Mediterráneo.

¿Había contacto entre ellas? Es una de las dudas que se plantean los especialistas. Se antoja verosímil que unos y otros pueblos compartieran el conocimiento, pero también cabe la posibilidad de que no existiera contacto, de modo que la cirugía habría aparecido como una solución específica e imprescindible a los contratiempos de la guerra y de la caza.
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Extraído de El Mundo

Investigadores de Valencia descubren un mascarón maya anterior al año 600.

Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia y de la Universidad de Valencia han hallado, en plena selva guatemalteca, un mascarón maya decorado datado entre los años 300 y 600 después de Cristo, que ha permanecido oculto durante siglos bajo la frondosa vegetación que cubre las ruinas arqueológicas de Chilonché, al norte de Guatemala.

Los responsables del proyecto, financiado por los ministerios españoles de Cultura y el de Ciencia e Innovación, han destacado la importancia del hallazgo ya que, según estiman los expertos, la pieza hallada podría ser, cronológicamente, de una época bastante anterior a la arquitectura visible de este asentamiento maya, según ha explicado a Efe Gaspar Muñoz Cosme, del departamento de Composición Arquitectónica de la UPV.

De ahí su relevancia, "ya que nos da unos datos científicamente muy importantes para conocer mejor la arquitectura de este entorno y de sus antiguos pobladores mayas", según ha señalado Gaspar Muñoz, quien encabezó los trabajos de documentación y conservación.

Se trata de un mascarón estucado, de grandes proporciones (mide aproximadamente 2,8 por 3 metros en planta y una altura visible de 1'50 metros) y en buen estado de conservación, que fue descubierto hace varios meses de forma fortuita por los investigadores valencianos cuando examinaban las antiguas edificaciones mayas del sitio arqueológico de Chilonché, donde la presencia de túneles de saqueo es muy numerosa en la zona, ha indicado el arquitecto.

"Fue en el interior de uno de estos túneles, construidos por saqueadores que roban objetos antiguos para venderlos en el mercado negro, donde tuvimos la sorpresa de encontrarnos con este espectacular mascarón, hecho de estuco y que incluso conserva algunos de sus colores originales", ha señalado Gaspar Muñoz.

El investigador ha destacado todavía con asombro el buen estado de conservación de esta monumental escultura arquitectónica, esculpida sobre piedra caliza.

Dentro de la cultura maya son tradicionales estos elementos ornamentales que representaban a las fuerzas de la naturaleza o, como en este caso, a seres sobrenaturales con rasgos de divinidades y que formaban parte de la decoración de las antiguas edificaciones de la cultura maya, que han quedado escondidas bajo grandes montículos de tierra y vegetación, y que poco a poco los arqueólogos van desenterrando.

Dada la magnitud del hallazgo, los investigadores valencianos informaron rápidamente a las autoridades guatemaltecas para dotar de mayores medidas de seguridad a la zona, de modo que puedan evitarse los saqueos, algo por otra parte muy frecuente en la zona.

Al mismo tiempo, el equipo de profesores, profesionales e investigadores de las UPV y la UV, especializados en arqueología, restauración y conservación de estucos y en restauración de arquitectura maya, se puso a disposición de los responsables del Patrimonio Cultural de Guatemala para colaborar en los trabajos de salvamento y restauración del citado mascarón.

"Hemos tomado datos y realizado el levantamiento topográfico de la zona, con apoyo de profesorado de la UPV, y también propuesto las primeras medidas para la protección y conservación del mascarón", según ha detallado el profesor Gaspar Muñoz.
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Un segundo mascarón.
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El investigador ha calificado de "espectacular" la información que el hallazgo ha arrojado hasta el momento y apunta que habrá que esperar los resultados de laboratorio para saber con mayor precisión su antigüedad".

"Además los investigadores confían en encontrar un segundo mascarón, dado que éstos suelen construirse de forma simétrica, ha agregado Gaspar Muñoz.

De hecho, muchas de las monumentales estructuras mayas estaban decoradas con murales y adornos de estuco, de las que aún hoy se conservan buen testimonio como este mascarón", ha señalado.

Este importante hallazgo se enmarca dentro del proyecto La Blanca que, desde hace más de seis años, vienen desarrollando ambas universidades valencianas con la colaboración de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

El objetivo es rescatar el patrimonio cultural del sitio arqueológico La Blanca.

El proyecto no sólo recupera patrimonio arquitectónico, sino que busca poner en valor las ruinas "como un motor económico y social para mejorar sus condiciones de vida", según ha explicado el arquitecto y profesor de la UPV, Gaspar Muñoz, codirector de este proyecto, junto con la profesora y arqueóloga de la UV, Cristina Vidal.

Estas ruinas mayas están enclavadas dentro del Departamento de El Petén, el más septentrional de Guatemala y considerado por los expertos como el corazón de la desaparecida cultura maya, y en donde se encuentran ciudades como Naranjo, Nakum o, la más conocida últimamente gracias al turismo, Tikal.
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Extraído de El Mundo

Los europeos descienden de un agricultor y una recolectora.

Hace unos 10.000 años, un grupo de inmigrantes procedentes de Oriente Medio llegó a Europa para quedarse. Traían consigo un modo de vida opuesto al de los europeos de aquella época, pues eran sedentarios y sabían cómo cultivar el campo. Ese conocimiento fue decisivo para su expansión y les dio ventaja a la hora de encontrar pareja entre las europeas de grupos nómadas. Esas parejas mixtas iniciaron la revolución agrícola del neolítico y son el antepasado de la mayoría de los europeos de hoy.

Así lo mantiene un estudio que ha analizado el ADN de más de 2.500 hombres europeos y que publica hoy PLoS Biology. La mayoría posee aún una variante en su cromosoma Y que se transmite sólo de padre a hijo que los emparenta con los primeros agricultores. El rasgo es mayoritario en Europa, donde lo llevan más de 100 millones de personas. Por el contrario, otros estudios han demostrado que el ADN mitocondrial de la mayoría de europeos, que transmite sólo la madre, los emparenta con nómadas cazadores y recolectores. Los autores creen que el saber de los primeros agricultores les dio ventaja para encontrar pareja frente a los cazadores autóctonos.
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Extraído de Público

El bipedismo hizo posible la construcción de herramientas.

Un equipo de científicos canadienses aseguran haber descubierto el proceso que hizo evolucionar las manos de los primates para que pudieran manipular herramientas. Según sus conclusiones, tuvo mucho que ver con la evolución de sus pies. Utilizando un modelo matemático, que sirvió para simular los cambios evolutivos, han demostrado que la capacidad de andar sobre dos piernas está directamente relacionada con la aparición de los utensilios de piedra.

Los investigadores, liderados por Campbell Rolian, de la Universidad de Calgary, realizaron un estudio comparativo de los dedos de manos y pies en 202 humanos (muchos de ellos afroamericanos) y 89 chimpancés. Su objetivo era revelar cómo había sido su desarrollo hace entre cinco y ocho millones de años, cuando ambas ramas de primates se separaron.

Utilizando mediciones de la lontigud de las falanges comprobaron, como publican en la revista 'Evolution', que manos y pies forman parte de "estructuras que comparten modelos de desarrollo idénticos porque hay una correlación entre ambas extremidades".

Esta hipótesis contradice la teoría más extendida de que las adaptaciones de las manos humanas surgieron después de que nuestros ancestros se hicieran bípedos, cuando ya no eran necesarias para su movilidad. Es una teoría vigente desde los tiempos de Charles Darwin.
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Trayectoria paralela.
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Los autores, ahora, han demostrado que si se tiene el dedo pulgar del pie largo también lo es el de la mano, lo que quiere decir que tuvieron una trayectoria genética paralela y que los cambios que afectaron a una extremidad, también lo hicieron a la otra.

Gracias a un modelo matemático simularon las presiones evolutivas que podrían haber influido en la selección y concluyeron que los factores externos tienen una incidencia más fuerte en los dedos de los pies, por los que habrían sido éstos quienes se modificaron y, paralelamente, causaron un cambio genético en las manos.

La cuestión está en que la modificación de un gen o su expresión por duplicado afecta a varios rasgos fenotípicos de la forma y el tamaño de todos los dedos no sólo de algunos. "Nuestros datos apoyan la hipótesis de que las manos y pies humanos coevolucionaron a la vez. Surgieron unos pulgares largos y fuertes que facilitaban caminar sobre dos piernas y, a la vez, los nuevos dedos en las manos facilitaron la aparición de una tecnología lítica en nuestros ancestros", apuntan.
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Extraído de El Mundo

Hallan un templo consagrado a una divinidad egipcia felina.

Arqueólogos egipcios han encontrado los restos de un antiguo templo griego de 2.000 años de antigüedad consagrado a la diosa egipcia Bastet en la ciudad mediterránea de Alejandría. El recinto, que mide 60 metros de largo y 15 de ancho, fue desenterrado durante excavaciones de rutina en el barrio de Kom Al-Dekkah, muy cerca del anfiteatro romano y de la principal estación de ferrocarril de la ciudad.

El templo podría haber pertenecido a la esposa del rey Ptolomeo III, primer monarca de la dinastía Ptolomeica (332-30 a.C.). Esta dinastía estuvo presente desde la conquista de Egipto por Alejandro Magno hasta el suicidio de Cleopatra VII, cuando Egipto pasó a manos de Roma.

Durante la excavación se han desenterrado 600 objetos, entre los que abundan recipientes de barro, figuras de terracota de los dioses Harpócrates (Hurus niño) y Ptah, así como lozas y estatuas de piedra y bronce de otras deidades del Antiguo Egipto. La pieza más destacada es una estatua en forma de gata de Bastet, la diosa de la protección y la maternidad. El arqueólogo Mohamad Abdel Maqsud, director de Antigüedades del Bajo Egipto y responsable de la excavación, ha explicado que el hallazgo indica que el culto a la “diosa gata” permaneció inalterable en esta época, a pesar de la influencia griega.
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Extraído de Muy Interesante

Evolución humana: panorama familiar del Ardipithecus.

¿Quién fue el primer homínido?
Esta ilustración refleja la historia de nuestra evolución desde que nos separamos de nuestros antepasados comunes con otros primates actuales, a juzgar por los restos fósiles que hemos ido descubriendo. El tamaño indica la antigüedad evolutiva, y nos presenta al Ardipithecus ramidus como el homínido más antiguo del que se conserva un esqueleto completo (del S. tchadensis y del O. tugenensis solo tenemos algunos huesos). Su estudio ha revelado que ya supuso un estadio intermedio hacia la posición erguida, que hasta ahora solo se había comprobado a partir de Australopithecus afarensis como Lucy.
1 Sahelanthropus tchadensis. Hace 7 millones de años
2 Ardipithecus ramidus. 4,5 millones
3 Australopithecus anamensis. 4 millones
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Australopithecus gardhi. 2,5 millones
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Homo ergaster. 1,5 millones
6
Homo habilis. 2 millones
7 Orronin tugenensis. 6 millones
8 Australopithecus afarensis. 3,5millones
9 Australopithecus bahrelghazali. 3 millones
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Homo antecessor. 1 millón de años
11 Homo rhodesiensis. 500.000 años
12.
Homo sapiens. 160.000 años, hasta hoy
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Homo heidelbergensis. 500.000 años
14.
Homo neardentalensis. 60.000 años
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Extraído de Quo

Así huelen, así se conservan: los libros delatan su estado.

Un nuevo método de análisis permitirá conocer la degradación de libros antiguos y documentos históricos a partir de su olor. Sus responsables, un equipo de científicos del University College de Londres, aseguran que este sistema evitará la necesidad de las técnicas convencionales de cortar muestras del documento para estudiar su estado.

Según uno de sus autores,
el profesor Matija Strli? el conocido “olor a moho” de un libro antiguo es el resultado de cientos de compuestos orgánicos volátiles (COVs) que emanan del papel. La mezcla particular de estos compuestos es la consecuencia de una red de vías de degradación.

El trabajo, publicado en la revista
American Chemical Society's Analytical Chemistry, analiza 72 documentos históricos de los siglos XIX y XX, e identifica 15 COVs como buenos candidatos a marcadores para determinar el grado de degradación del papel.
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Extraído de Quo

Los estudios arqueológicos ponen en tela de juicio una bella historia de amor.

El hallazgo arqueológico de dos esqueletos abrazados en las excavaciones que se hicieron en 2008 en el yacimiento del nuevo campo de hockey salió en la prensa revestido de un halo romántico al creerse que se trataba de dos enamorados, e incluso alguien barajó la idea de darlo a conocer a modo de reclamo turístico de los ancestros de otras parejas románticas que han hecho famosas sus ciudades de origen.

Ahora la ciencia, y concretamente Eduardo Vijande Vila, de la empresa Figlina, Gabinete de Arqueología, Desarrollo y Servicios del Patrimonio Cultural SL, director de la actividad arqueológica urgente que se desarrolló en la zona, pone al menos en entredicho esa historia romántica y la ha dejado en un abrazo paterno filial, que también tiene su importancia, pero no es lo mismo. Y es que al igual que en el periodismo la realidad te estropea los titulares, en la vida misma la ciencia se dedica a explicar todo aquello que no se entiende o que se preferiría entender de otra forma.

En un resumen de la actividad arqueológica desarrollada, Vijande Vila, además de la documentación de numerosas estructuras de época prehistórica y, en concreto, de la Edad del Bronce y del período Neolítico, explica que lo más destacado es el hallazgo de la necrópolis o cementerio del poblado neolítico con una antigüedad, según las últimas investigaciones, de seis mil años.

En el transcurso del trabajo desarrollado fue posible la documentación de hasta 83 individuos caracterizados por aparecer en posición fetal en estructuras de enterramiento diversas que van desde las simples fosas, a tumbas más complejas de diversa tipología elaboradas con lajas de piedra de mediano tamaño.
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Entre los albañiles.
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Toda la excavación, dicho sea de paso, se llevó a cabo a la vez que se trabajaba en la construcción del campo de hockey para que las instalaciones no sufrieran retrasos, lo que al final no ha servido de mucho ya que los temporales la han llevado a sumarse a las obras que no han estado terminadas en plazo.

“La necrópolis es espectacular tanto por sus dimensiones (pudo llegar a tener unos 300 enterramientos), como por la diversidad de estructuras de enterramiento localizadas. A todo ello debemos sumar el excelente estado de conservación de los restos pese a la elevada antigüedad de los mismos”, dice Vijande Vila.

El enterramiento que ha generado mayor expectación, popularmente conocido como “los enamorados”, surge de “una inhumación doble en fosa simple que constituye toda una rareza al hallarse a los dos individuos frente a frente y con miembros inferiores y superiores entrelazados”.

Y ahí es donde termina la historia romántica. El estudio antropológico preliminar realizado in situ por la antropóloga Mila Macías -siempre según Vijande- revela que el individuo depositado a la derecha corresponde a un adulto con una edad dental estimada entre 35-40 años, cuyo sexo está pendiente de confirmar a través del estudio antropomórfico y antropométrico, mientras que el de la izquierda corresponde a una niña de unos 12 años. Es ahí donde aún cabe la posibilidad de que fueran pareja puesto que a esa edad ya se es mujer.
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Intencionalidad.
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“No hay duda acerca de la intencionalidad por parte de los que efectuaron el enterramiento de que hubiese contacto físico entre ambos individuos, debido a que debió existir entre ellos un fuerte vínculo afectivo. Tan sólo los estudios de ADN podrían determinar la existencia o no de una relación familiar entre ambos individuos. La presencia de los miembros entrelazados de ambos individuos sugiere una muerte sincrónica o muy próxima en el tiempo”, dice el arqueólogo.

“Es a destacar la presencia de ocre (pigmento rojo) depositado en la mitad inferior de ambos individuos así como la localización de diversas agujas de hueso en la parte posterior del cráneo del individuo adulto probablemente relacionadas con el tocado del peinado”.
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Hallazgo extraordinario.
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El enterramiento desde el punto de vista arqueológico “no es el más importante hallado en la necrópolis, pero sí que es extraordinario desde un punto de vista emocional”. De hecho, constituye uno de los pocos casos de “abrazo” conocidos junto al de Los amantes de Valardo localizado recientemente en la localidad italiana de Mantua por la arqueóloga Elena Menotti quién le atribuyó una cronología relativa de entre 5.000 y 6.000 años.

“En el caso de la pareja de Campo de Hockey presentamos como novedad una datación de C-14 AMS efectuada directamente sobre un hueso de uno de los individuos y que nos ha ofrecido una datación absoluta cercana a los 6 mil años”, dice Vijande.

La extracción de este enterramiento fue realizada por restauradores con el fin de evitar su separación y contribuir a su conservación. Actualmente, se encuentran en la última fase de restauración con el objetivo de ser expuestos en el Museo Histórico Municipal de San Fernando en el año 2010, según el arqueólogo director de los trabajos.

De esta forma el hallazgo entra dentro de lo extraordinario, lo que no es poco, aunque bien hubiera venido para los actos del 2010 presentar a los isleños y posibles visitantes una historia de amor que enamorase y San Fernando fuera conocida por algo más que lo que se publica hoy en día en la prensa.

Una parte de la primera población permanente de San Fernando.

“Esta impresionante necrópolis neolítica constituye una parte de la primera población permanente asentada en San Fernando. Es realmente significativa esta elevada población en un territorio que por esas fechas era una completa isla separada con respecto al continente por varios cientos de metros”, dice Vijande. Esto haría preciso unos mínimos conocimientos de navegación para el intercambio de productos, como por ejemplo los elementos exóticos (cuentas y colgantes de ámbar, variscita, turquesa, etc…) atestiguados en los ajuares de algunos enterramientos y en proceso de estudio por parte de Salvador Domínguez-Bella, Profesor Titular de Cristalografía y Mineralogía de la Universidad de Cádiz. O sea, que la tradición marinera de la ciudad viene de lejos.

“Estamos interesados en el conocimiento de las formas de vida de estas formaciones sociales, prestando especial atención a los inicios de la jerarquización social y a los comienzos de las desigualdades sociales”. Del mismo modo, se han documentado numerosos restos marinos (fundamentalmente malacofauna), de gran importancia en la dieta de estas comunidades y utilizadas igualmente como elementos de adornos y que están siendo estudiados por el doctorando Juan Jesús Cantillo Duarte en el marco de su Tesis Doctoral.

Las labores de investigación del yacimiento se están realizando gracias al apoyo del Grupo PAI-HUM 440 de la Universidad de Cádiz. “Agradecemos en este sentido a José Ramos Muñoz, profesor titular de Prehistoria, las analíticas y los consejos ofrecidos. Por último, debemos señalar que las labores de musealización de los restos recuperados están siendo ejecutadas por Antonio Sáez, subdirector del Museo Histórico Municipal de San Fernando.

A pesar de las escasas ayudas económicas a la investigación recibidas, los resultados preliminares del yacimiento se han expuesto recientemente en el Congreso Internacional celebrado en la Universidad de Algarve (Portugal) bajo el título ‘The last Hunter-Gatherers and the first farming communities in teh South of the Iberian Peninsula and North of Marocco’, con expertos de diversos países como Portugal, España, Marruecos, Alemania o Francia”.

Asímismo, a principios de 2010 se publicará un artículo sobre las primeras analíticas efectuadas y las líneas de investigación futuras en este yacimiento en la Revista Atlántica-Mediterránea de Prehistoria y Arqueología Social (RAMPAS) vinculada al Grupo de investigación PAI-HUM 440.

Las primeras ocupaciones humanas en Europa.

El diario de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca, publicado por la Fundación que lleva el mismo nombre, en su número 34, se hacía eco del debate internacional sobre Homo antecessor y el primer poblamiento humano en Eurasia.

Este tema ha sido abordado de manera recurrente desde finales del siglo pasado, llegándose a plantear tres hipótesis que han marcado las investigaciones posteriores: la primera contempla una ocupación moderna de Europa, de no más de medio millón de años; la segunda, defiende una ocupación moderadamente antigua, de sobre un millón de años, y la tercera, se refiere a una ocupación muy vieja, de más 1,5 millones de años.

De momento, la segunda es la que ha sido contrastada. Los restos de Homo antecessor encontrados en la cueva de la Sima del Elefante (Atapuerca), de los cuales ya hablamos en este mismo blog, han sido decisivos para avalar esta hipótesis, pero es muy posible que en el futuro la que considera una ocupación muy vieja encaje mejor en el proceso evolutivo y el estudio de la dispersión del género Homo por el planeta.

La cuestión que se plantea, y que hace correr muchos ríos de tinta en las publicaciones científicas como Journal of Human Evolution, Quaternary International, Journal of Archeological Science, etc, es averiguar cómo se produce dicha ocupación independientemente de su antigüedad.

Cada vez más las hipótesis ecológico-climáticas van ganando más adeptos. El colega y amigo Jordi Agustí (IPHES, Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social), y colaboradores, defienden que abundantes precipitaciones y una mejora climática coinciden con los registros que se han recuperado en la Sima del Elefante de Atapuerca y en Barranco León y Fuente Nueva 3, en Orce (Granada). Lo que se plantea es que no se produce un avance y difusión poblacional a latitudes septentrionales antes que el clima se atempere.

Una hipótesis de orden paleo-ecológica también es formulada por Jan van der Made y colegas, en la que postulan la llegada de homínidos a Europa en un momento de clima seco y abundantes estepas. Por su parte, la paleontóloga italiana Rita Palombo pone de relieve la importancia de la relación entre presas y predadores, además del clima.

Otra cuestión de debate es si estas primeras poblaciones europeas proceden de África, cómo piensa Henry de Lumley, o del este de Asia, cómo afirma Robin Dennell.

De otro lado, José María Bermúdez de Castro y yo mismo, planteamos que las poblaciones de Homo antecessor pueden ser descendientes de Dmanisi (Georgia) y que, por lo tanto, es factible encontrar en Europa occidental homínidos de más de 1,5 millones de años. Por eso, en nuestra opinión, la hipótesis de la vieja Europa puede triunfar en el futuro, pues lleguen procedentes de Asia o de África, lo que parece seguro es que los nuevos descubrimientos en Italia y Francia, entre otros, nos indican una gran antigüedad para las primeras ocupaciones en Europa.

Como siempre, son muchas las hipótesis y pocos los fósiles. Sólo el trabajo de campo sistemático y transdisciplinar puede ayudarnos a contrastar lo aquí expuesto. No hay otro camino que la investigación de campo; lo demás son meras especulaciones.
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Extraído de El Mundo

El sofisticado cerebro de los neandertales.

Un rostro tosco, casi sin barbilla, con una gran nariz, piernas cortas y un cuerpo robusto. El retrato de los neandertales, a partir del análisis de sus huesos, ha cimentado la idea de que aquellos humanos que vivieron en Europa desde hace 230.000 y hasta hace 28.000 años, eran torpes, incapaces de progresar y, por tanto, sucumbieron ante la llegada, desde África, de una especie mucho más inteligente, la nuestra.

Pero este egocéntrico retrato de la historia se tambalea tras los hallazgos que se han producido en los últimos años. El más reciente, unos adornos corporales realizados con conchas y recipientes para guardar sus pinturas decorativas que han sido encontradas en Murcia por el equipo del investigador portugués Joao Zilhao, actualmente en la Universidad de Bristol.

Estas piezas del rompecabezas neandertal se suman a otras que representan a unos seres humanos que no eran nada tontos y que, probablemente, acabaron extinguiéndose por un crisol de factores como el cambio en el clima, su dispersión geográfica, una población genética muy pequeña y, ya en su declive, la llegada de competencia.

Hoy sabemos que se comunicaban entre ellos (tienen el gen FOX P2 del lenguaje, pero se desconoce si su capacidad lingüística era como la del 'Homo sapiens'), que vivían en bandas dentro de cuevas-campamento que acondicionaban y que cubrían el suelo con pieles , como ha comprobado el director del IPHES, Eudald Carbonell, en el yacimiento de Abric Romaní en Capellanes (Barcelona); también usaban trípodes para asar la caza que acompañaban con frutos recolectados. Sabemos que enterraban a sus muertos y, en 2009, el norteamericano Metin Eren incluso defendía en un trabajo que sus herramientas fueron más eficientes y duraderas que las de los sapiens.

Todo ello no ha hecho sino echar leña a un debate que no cesa en torno a su capacidad de innovar o solamente copiar lo que hacían los vecinos recién llegados.

Los adornos encontrados por el equipo de Zilhao en la cueva de los Aviones y la de Antón, publicados en 'Proceedings of National Academy of Science' (PNAS), podrían poner fin a la polémica. "Estas decoraciones corporales indican un pensamiento simbólico hace 50.000 años, 10.000 años antes que de llegaran los 'sapiens' a Europa, así que no les pudieron copiar. Y son adornos que identifican a las personas, lo que indica que tenían redes sociales complejas. También fabricaban un pegamento mediante un sofisticado proceso con calor. Todo ello evidencia que sus cerebros eran como los nuestros", dice Zilhao.

El paleontólogo luso está entre los defensores de la conocida como teoría indigenista, que defiende que entre ambas humanidades hubo intercambio genético, dado que eran especies casi iguales. Es decir, que los neandertales fueron absorbidos y dejaron su huella. Esto es algo que, de momento, el ADN prácticamente ha descartado.

"Puede que se cruzaran sin tener descendencia", apunta el arqueólogo Enrique Baquedano. Para este experto, director del Museo Arqueológico de Madrid, la polémica sigue: "No creo que los neandertales hicieran herramientas más sofisticadas. Los 'sapiens' tenían flechas y arcos, lo que les permitía atacar y defenderse a distancia. Los yacimientos neandertales más avanzados son los chapelterronienses, muy tardíos, y pudieron ser fruto del intercambio cultural", apunta dando alas a la teoría de la copia.

El catedrático Valentín Villaverde, de la Universidad de Valencia, coautor del hallazgo con Zilhao, sin embargo, cree que las diferencias son adaptativas: "Hay un fondo común en el origen del simbolismo, de un antepasado lejano de ambas especies, pero la evolución dependió de factores externos e internos. Su capacidad cognitiva era la misma, pero los neandertales eran pocos y dispersos;puede que no tuvieran arcos porque no habían llegado a desarrollarse hasta ese punto cuando desaparecieron. Ellos eran eficaces en la caza. Su derrota no fue por su incapacidad, sino por las circunstancias», defiende el experto.

Es lo mismo que defiende Carbonell:"Si el 'Homo heilderbergesis', hace 400.000 años, ya tenía un comportamiento simbólico, no me sorprende nada que lo tengan los neandertales, que ya hacían grabados y son una forma de escritura incipiente. Ya el enterramiento en la Sima de los Huesos de Atapuerca fue consciente, y ello ya es simbólico. Sin diferencias físicas, serían igual que nosotros. Pero tenían muchos factores en contra y hubieran desaparecido con o sin 'sapiens'", asegura.

Su colega Antonio Rosas, paleobiólogo del Museo Nacional de Ciencias Naturales, que codirige las excavaciones en la cueva de El Sidrón (Asturias), es más cauto. "Me creo el último hallazgo en un 95%. Yo creo que ambas especies son humanidades distintas y sus capacidades debían ser diferentes. Quizá la datación de las conchas varíe con nuevas técnicas o quizá la cueva estuvo sumergida en el mar y todo se movió. También puede que la naturaleza inventara lo mismo dos veces", argumenta.

Rosas no niega que sigue el debate porque en el registro arqueológico siempre falta información. "Lo analizamos como el escenario de un crimen, pero no tenemos nunca testigos que nos confirmen lo que vemos", apunta.

"Se trata de entender que hubo otra forma de ser humano y que somos únicos por casualidad. Ellos vivían felices en Europa y llegaron unos de África y se extinguieron, pero hubo muchos factores en esa desaparición y los cromagnones sólo les dieron el tiro de gracia", concluye.
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Extraído de El Mundo

Llerena 30 años después.

En julio de 1979 el pueblo se llenó de periodistas de todo el mundo para informar de la aparición de miles de cadáveres en la torre de la iglesia.

El periodista Manuel López y el fotógrafo Alfonso Rodríguez -ambos del Diario HOY- subieron las escaleras de la torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Granada. Arriba, un hueco abierto por unos albañiles en una puerta tapiada permitía el acceso a una estancia pequeña y oscura. No se veía nada al otro lado y el fotógrafo disparó su cámara. El flash iluminó toda la zona y permitió ver lo que se hallaba en su interior, una dantesca imagen que no olvidarán. Cientos de huesos, cadáveres momificados, cuencas vacías, sonrisas macabras en rostros desencajados y extremidades casi en perfecto estado de conservación. Sin saberlo, su trabajo como informadores aquel cuatro de julio de 1979 daría la vuelta al mundo.

Días después de que la noticia fuese publicada en la portada de este diario comenzaron a llegar hasta Llerena medios de comunicación de todos los puntos de España, de distintos países de Europa y hasta de Latinoamérica y Japón. Todos querían contar lo que estaba sucediendo y buscar posibles explicaciones para aquel siniestro hallazgo. En el hueco de una escalera que permanecía cerrada y en una estancia de la torre de una iglesia de este pueblo de la Campiña Sur habían aparecido miles de cadáveres, algunos de ellos momificados. Quizás si Llerena no hubiese sido antaño sede del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición no habrían empezado a aflorar todo tipo de teorías que relacionaban la aparición con los autos de fe e incluso con la secta de los iluminados. Desde otros sectores querían ver en aquellos restos a represaliados de la Guerra Civil. Lo cierto es que aquel hecho dio la vuelta al mundo, aunque ¿fue realmente un descubrimiento? Para muchos habitantes de Llerena las momias, como se conoció coloquialmente al caso, no fueron ninguna novedad y lo único que fue llamativo fue el gran número de restos que aparecieron. Los monaguillos, cuando subían a la torre para hacer sonar las campanas, se asomaban por los respiraderos de la habitación y veían los huesos y lo más observadores decían ver cierto resplandor por las rendijas de la torre que no era más que la fluorescencia que producían los supuestos fuegos fatuos que se se producen por la inflamación del fosfuro de hidrógeno que desprenden las materias orgánicas en descomposición. Dos de los llerenenses que conocían la existencia de restos humanos son Valentín Cortés y Luis Garraín, hoy en día, alcalde y cronista oficial de la localidad respectivamente.

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Restauración en 1745.

Aunque en un primer momento se barajaron decenas de hipótesis, los restos fueron analizados por expertos de las universidades de Madrid, Barcelona y Extremadura, aunque tampoco faltó la polémica por la poca presencia que esta última tuvo desde el inicio en las investigaciones. Según comenta el cronista oficial, los análisis determinaron que se trataba de cadáveres que habían sido trasladados en una reforma de la iglesia. En 1745 el arquitecto José de Hermosilla y Sandoval, natural de Llerena y encargado de restaurar, entre otros monumentos, la Alhambra de Granada, solicitó un permiso para obrar la iglesia de Nuestra Señora de la Granada.


Optó por tapiar una antigua escalera y construir otra nueva en otra ubicación. Se tiraron tabiques, se levantaron losetas del suelo... «y comenzaron a aparecer restos, como en todas las iglesias», apunta Garraín. Ante tal aparición, el arquitecto decidió 'almacenar' los restos en el hueco que quedaba en la escalera tapiada y en una habitación que había en la torre. Queda la incógnita del porqué de los cadáveres momificados, para lo que Garraín tiene una respuesta: «Por las condiciones lumínicas y de humedad en las tapias de la iglesia es posible que muchos quedasen momificados. Durante el traslado se les colocó de esas posturas en la nueva ubicación e incluso es posible que algún gracioso situase en determinadas poses a los cadáveres», apunta el cronista oficial, que señala que la propia descomposición ha hecho que parezca que tienen expresiones macabras cuando en realidad, son cadáveres que se están consumiendo.


Ya en los años 60 se descubrió por primera vez el osario e incluso un médico forense estuvo examinando los restos, pero se volvió a tapar el muro hasta 1979.

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Otras teorías.


Sin embargo, el misterio siempre ha rodeado este asunto. El periodista y escritor extremeño Gonzalo Pérez Sarró dedicó un capítulo a este tema en su libro 'Huellas de otra realidad'. En él, el autor recogía parte de los estudios que hicieron desde la Universidad de Barcelona. «Las fracturas violentas que se observaban en algunas momias pensamos que podían ser debidas a muertes con gran sufrimiento, aunque también pueden ser debidas a otros factores», recogía la publicación que también se hacía eco de los estudios de la Complutense de Madrid en este sentido. «Sus posturas no parecen obeceder a una muerte natural», comentaban con respecto a las momias.


Asimismo el autor también se hacía eco de un trabajo de la Universidad de Buenos Aires, 'Aproximación al estudio de los restos momificados' donde se explicaba el proceso de 'saponización' que ,al parecer, podrían haber sufrido estos restos dado su aspecto. Se recogía que este tipo de momificación solía darse en enterramientos en grupo, dejando entrever la posible relación con el Tribunal del Santo Oficio.


Luis Garraín asegura que este caso no tiene nada que ver con la Inquisición ni mucho menos con la secta de los iluminados. «Todos los casos de autos de fe de la Inquisición están documentados y no hay nada que recoja la posibilidad de enterramientos en vida como tampoco nada nos dice que fuesen de esa secta que ni siquiera estaba asentada en Llerena ya que sólo se recoge que se juzgó a una mujer en un grupo de 30 'iluminados' pero ninguno de ellos fue ajusticiado ni condenado a muerte», explica el cronista oficial.


Sea lo que fuere, la duda para muchos aún sigue ahí y el tema continúa apareciendo esporadicamente en programas y revistas de misterio, aunque para Garraín el asunto no debería tener tanta repercusión. «Que dejen a nuestros muertos descansar en paz», apostilla. Y no va desencaminado, porque en algún lugar, las momias y sus macabros rostros que dieron la vuelta al mundo descansan lejos de los focos y las cámaras.
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Extraído de Hoy

Jordania exige a Israel la devolución de los Rollos del Mar Muerto.

Jordania ha presentado una demanda ante Naciones Unidas para que Israel le devuelva una parte considerable de los milenarios Rollos del Mar Muerto, un conjunto de más de 20.000 fragmentos manuscritos atribuidos a la misteriosa casta de los esenios.

Según la demanda, de la que dan cuenta hoy varios medios locales, Israel se apropió de parte de esos manuscritos durante la Guerra de los Seis Días de 1967, al ocupar la parte este de Jerusalén y sacarlos del Museo Rockefeller, en el que se hallaban.

Los conocidos como Rollos del Mar Muerto constan de unos 900 textos antiguos en hebreo, arameo y griego, y son los documentos más antiguos hallados hasta ahora sobre la vida en Judea hace más de 2.000 años y del Antiguo Testamento.

Hallados en once cuevas alrededor de la costa noroeste del Mar Muerto, entre 1947 y 1956, un parte fue recolectada a través de varias vías por arqueólogos israelíes, y otra se hallaba en un museo de Jerusalén Este, que estuvo bajo ocupación jordana entre 1948 y 1967.
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Nueva teoría.
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Tradicionalmente la autoría de los documentos es atribuida a los miembros de la misteriosa secta de los esenios, que vivían aislados y dedicados a dios en una aldea cercana a orillas del desértico Mar Muerto. Teorías más recientes disputan la autoría de los documentos, datados entre el 150 a.C y el 70 d.C, y apuntan a que, en realidad, procedían de distintos registros de toda Judea y llegaron a las cuevas de Qumran en una fecha próxima a la gran guerra contra Roma, que condujo a la destrucción del Templo y el exilio forzoso de los judíos, en el 70 de la era actual.

Una parte de los manuscritos están albergados en el emblemático Santuario del Libro de Jerusalén, pero hay colecciones privadas y otros remanentes en tres universidades de Estados Unidos. Según las fuentes, Jordania ha presentado también una solicitud al Gobierno de Canadá para que confisque una muestra de los manuscritos que actualmente se exhibe en Toronto, alegando que el derecho internacional le concede ese privilegio hasta que se resuelva el litigo sobre la propiedad.
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Extraído de ABC

Descubren la primera casa en Nazaret de la época de Jesús.

Arqueólogos israelíes han hecho público hoy el hallazgo de la primera casa en Nazaret, en el norte de Israel, que data de la época de Jesús, situada a apenas decenas de metros de la Basílica de la Anunciación.

La construcción estaba formada por dos habitaciones y un patio que incluía una cisterna excavada en piedra donde se almacenaba el agua de la lluvia.

Los escasos útiles encontrados en la estructura son principalmente fragmentos de cuencos de cerámica de los siglos I y II después de Cristo.

"Es una típica casa en la que vivían judíos y, por tanto, también pudo hacerlo Jesús. Nazaret era una pequeña aldea y en época de la guerra contra Roma, en el siglo I, este recinto pudo haber servido de refugio a la gente", pues no hubo batallas en el pueblo, explicó a Efe la arqueóloga responsable de las excavaciones, Yardena Alexandre.
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«Regalo de Navidad»
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También se encontraron en el lugar fragmentos de cuencos de yeso, que sólo empleaban las familias judías por motivos religiosos. "En el siglo II parece que dejó de utilizarse porque no hemos encontrado nada por encima del estrato del primer siglo", precisó Alexandre.

Los restos de la casa estaban a ambos lados de una larga muralla de la época mameluca, concretamente del siglo XV, desenterrada en las excavaciones, efectuadas por la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) en preparación de la edificación de un centro mariano internacional.

El jefe de la AII en el distrito norte, Dror Barashad, destacó la importancia del lugar, sobre todo por su proximidad a la gruta donde la tradición sitúa la visita del Arcángel Gabriel a la Virgen María. "Un túnel bien pudo conectar la gruta con el lugar donde se ha descubierto la vivienda", indicó.

El representante del grupo Nuevo Camino, Marc Hodara, que apoya la construcción del citado Centro Mariano Internacional de Nazaret sobre el lugar de las excavaciones, calificó el hallazgo de "regalo de Navidad". "Aquí Jesús pudo estar jugando de niño", subrayó a Efe Hodara.

La Asociación María de Nazaret, que promueve la construcción, pretende integrar los restos descubiertos en el proyecto de su centro dedicado a la Virgen.
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Extraído de ABC

El Ministerio de Vivienda adjudica obras del Palacio Episcopal de Llerena.

Según informa hoy la Junta de Extremadura mediante un comunicado, los trabajos se han adjudicado a la unión temporal de empresas formada por EOC de Obras y Servicios S.A. y Huso 29, S.L. por un importe de 2,2 millones de euros, que serán aportados íntegramente por el Ministerio de Vivienda. y el plazo estimado de ejecución de las obras será de 18 meses.

Se trata de un edificio con patio, de tipología palacial, iniciado a principios del siglo XV y construido para el Prior de San Marcos de León.

A principios del siglo XVI pasa a ser sede del Santo Oficio en Llerena; situándose en él la cárcel de la Inquisición, posteriormente fue remodelado de nuevo como casa Prioral, y la superficie construida prevista es de 1.328 metros cuadrados.

La actuación se inscribe en el programa de recuperación patrimonial para usos de equipamiento cultural, educativo y museístico del Ministerio de Vivienda.
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Extraído de ABC

Camino de Santiago: tras la estela del Apóstol.

En tiempos del Dante, los peregrinajes a la tumba de santiago en Compostela sólo eran superados en número y prestigio por los realizados a Roma. Sin embargo el Poeta supremo opta por valorar mejor los realizados a Galicia, razonando que aunque en sentido amplio ambos son peregrinajes, santiago es el apóstol que reposa más lejos de su tierra y es el que convoca a los auténticos peregrinos. No era mala esa publicidad para una ruta turística que había de contribuir a la vertebración de Europa. Dante concluye que los peregrinajes son, ante todo, situaciones de educación, y que, por tanto, los caminos largos son los más enriquecedores.

Según la tradición Santiago –hermano de Juan Evangelista, hijo de Zebedeo el pescador y de Salomé-, tras predicar el Evangelio en España sin alcanzar gran audiencia, retornó a Jerusalén donde en el año 44 fue decapitado por orden de Herodes Agripa. Unos discípulos consiguieron embarcar su cuerpo hacia estas tierras, donde permaneció ignorado hasta que, a comienzos del siglo IX , se produce el hallazgo de su tumba, que desde entonces competirá con Jerusalén y Roma como lugar de destino de andaduras. Un siglo antes de que Dante dejara en su Vita Nuova aquella apología del peregrinaje a Galicia, ya se había escrito la primera guía turística de la Historia, con su mapa incluido. Forma parte del Liber Sancti Jacobi,un compendio de escritos relativos a Santiago y al camino de peregrinación que, aunque redactado en distintos tiempos, estaba ya reunido a mediados del siglo XII. El manuscrito más notable correspondiente a ese libro es el Códice Calixtino.


La consigna del peregrinaje a la tumba del Apóstol en Galicia se concreta precisamente en el capítulo I del Libro IV de ese Códice, donde se narra la visión del emperador Carlomagno (742-814): “Y en seguida vio en el cielo un camino de estrellas que empezaba en el mar de Frisia y, extendiéndose entre Alemania e Italia, entre Galia y Aquitania, pasaba directamente por Gascuña, Vasconia, Navarra y España hasta Galicia, en donde entonces se ocultaba, desconocido, el cuerpo de Santiago”.


En una aparición a Carlomagno, Santiago le aclara: “El camino de estrellas que viste en el cielo significa que desde estas tierras hasta Galicia has de ir con un gran ejército a combatir a las pérfidas gentes paganas, y a liberar mi camino y mi tierra, y a visitar mi basílica y sarcófago. Y después de ti irán allí peregrinando todos los pueblos, de mar a mar, pidiendo el perdón de sus pecados y pregonando las alabanzas del Señor, sus virtudes y las maravillas que obró” (Codex Calixtinus, folio 162).

La Vía Láctea y el Camino de Santiago.

En un día de verano, antes de que comience el amanecer, si gozamos de un cielo oscuro, sin nubes y sin Luna, puede verse una llamativa singularidad entre las estrellas de la noche: la Vía Láctea forma un arco luminoso que recorre el firmamento de Este a Oeste. Es un espectáculo que fue románticamente descrito por el astrónomo Camille Flammarion (1842-1925) con estas palabras: “Un extenso rastro blanquecino se eleva como un arco aéreo a través de la bóveda estrellada; en él se descubren irregularidades caprichosas: aquí, corre como un río celeste en un lecho angosto y monótono; allí, se divide en dos brazos que quieren separarse el uno del otro; más lejos, parece desgarrarse en pedazos, como un vellón ligero cardado por los vientos del cielo.”


Aquel “extenso rastro blanquecino” que cruza el firmamento había comenzado a llamarse también Camino de Santiago y habría de sugerir durante siglos para muchos peregrinos, de todos los credos y culturas, un camino. Aunque debemos aclarar desde un principio que no puede utilizarse como referencia, dado que su orientación va cambiando a lo largo de la noche, al igual que su posición es diferente a una hora determinada si la miramos en distintas épocas del año.


Hace ahora 400 años que el incomparable Galileo Galilei descubrió que la Vía Láctea no es más que un conglomerado impresionante de estrellas, poniendo realidad científica en donde antes sólo había fantasías y especulaciones. En lo que respecta a nuestras ideas sobre la naturaleza de aquel camino celeste, y al lado de los mitos que existen en todas las culturas, lo cierto es que hasta comienzos del siglo XVII prevalecieron las propuestas de Aristóteles, que sobre el particular no eran lo que se dice especialmente brillantes.


El filósofo estagirita pensaba que la Vía Láctea estaba formada por una sustancia aérea caliente y seca, similar al gas de los pantanos, que sube hasta cerca de la esfera de las estrellas fijas, donde entra en incandescencia. Para justificar el que semejante nube gaseosa, de origen terrestre, se encuentre en medio de los espacios celestes, pueda tener forma irregular pero constante, y no consumirse, Aristóteles tuvo que forzar artificialmente su lógica y mezclar con desparpajo elementos físicos y metafísicos. La cultura popular habría de echar forzosamente mano de los mitos.


Un río de leche.

Para la tradición griega clásica, nuestro Camino de Santiago celeste había sido un río de leche. La leyenda que da calificativo oficial a esa banda blanquecina –Vía Láctea, Milky Way, Voie lactée– nace en una de las aventuras de Zeus, un dios al que como sabemos le gustaban especialmente las mujeres mortales. En esta ocasión visitó a Alcmena, la esposa de Anfitrión, haciéndose pasar por su marido, y como fruto de aquel encuentro nació Heracles, que sería Hércules en la versión romana.


Para que el pequeño adquiriese la inmortalidad fue colocado a los pechos de la diosa Hera, esposa y hermana de Zeus, mientras ella dormía, y el niño succionó con tal fruición que adquirió la fortaleza que luego harían posibles las hazañas que le hicieron famoso. Pero Hera tenía celos de la madre del niño, y al despertar y darse cuenta de lo que sucedía alejó a Heracles de su pecho, con lo que su leche se derramó por el cielo. Ésta es la versión que ha dejado en nuestra cultura el adjetivo de “láctea” para esa vía o camino que vemos en el cielo de la noche, y también proporciona un origen para la palabra “galaxia”.

Los astros están desde siempre vinculados a los viajes. No olvidemos que la palabra “desastre” significa “sin ayuda de los astros”, expresión que, entre otras interpretaciones, representa la adversidad que puede suponer para un viajero el no poder orientarse en su camino si no ve las estrellas. De este modo no resulta nada extraño llamar vía o camino a esa banda blanquecina. De hecho, existen otras varias denominaciones en esa clave y, por ejemplo, en algunos países del Asia oriental, se le conoce como el Camino del Elefante Blanco, y para muchos tártaros musulmanes se trata del Camino a la Meca.


Como queda dicho, desde el siglo XII, entre nosotros se ha popularizado el nombre de Camino de Santiago, denominación que creo extendida de manera general, al menos por España y Francia. Claro que siempre hay alguna anecdótica excepción: hace años descubrí que en la zona de Cedeira (Coruña) había personas que conocían a la Vía Láctea con el nombre de Camiño de San Andrés. Parece que la rivalidad entre los peregrinajes a Compostela y San Andrés de Teixido, sean de muertos o de vivos, se extiende también a este aspecto. Está claro que puede tratarse de un camino, aunque al variar de orientación no se sepa exactamente a dónde conduce. En nuestra tradición, el llamar camino a la Vía Láctea tendrá como principal objeto recordar el sentido religioso del peregrinaje y crear un símbolo entre las estrellas, más que disponer de un instrumento de orientación. Por encima del posible valor icónico de la banda lechosa está el valor simbólico.


Esa idea nos permite dejar a un lado las consideraciones astrológicas y los esfuerzos miméticos –que están presentes en la redacción del Códice Calixtino cuando habla del tema– y hacer, por ejemplo, una lectura puramente religiosa. Evidentemente hay una idea cristiana del Camino, que se apoya sobre todo en el evangelista Lucas, quien lo construye en dos momentos: primero de Galilea a Jerusalén (Evangelio de Lucas 9,51), pero sin olvidar luego la misión de continuar hasta el confín de la Tierra (Hechos de los Apóstoles 1,8).


A la vista de la variedad de peregrinos, de sus lenguas y orígenes, de sus motivaciones, de sus expresiones artísticas y literarias, de sus manifestaciones y de sus historias personales y colectivas resulta sugerente pensar que ese caminar en realidad nos lleva a seguir al viejo Sol, que es quien sabe mejor que nadie dónde está el más allá. Plus ultra. Es verdaderamente difícil diferenciar, por un lado, el recorrido religioso de las peregrinaciones a Santiago y, por otro, la vía iniciática que se prolonga hasta un poco más allá de Compostela, hasta la Costa da Morte, el lugar donde “muere el Sol” en su fusión con el océano; es el Finis Terrae.

Las leyendas del camino.

Desde luego no faltan leyendas que unan ambos caminos y enlacen elementos míticos presentes en Galicia, como la relación de la villa de Noia con Noé y de su Arca con Argo navis, gran constelación en la Vía Láctea que cuando está baja en el horizonte, tocando el mar, permite soñar en seguir con ella por el cielo el camino que sobre la tierra ha tocado a su fin. El mito quiere también que aquel propio Hércules que fue separado de los pechos de Juno al formarse la Vía Láctea, construyese en La Coruña una torre que sirve para señalar uno de los confines del mundo.


El peregrinaje a Compostela recorre el mismo camino que marca el Sol. La costumbre de los peregrinos de recoger conchas marinas al llegar a la costa, de la que nos habla el Libro III del Liber Sancti Jacobi, ratifica que el final de los peregrinajes estaba al llegar al océano. Al final del camino está la mar.


Desde que Galileo desveló con su primitivo telescopio la identidad del celeste Camino de Santiago, la ciencia ha recorrido un largo sendero. Esta milenaria ruta científica nos ha llevado a descubrir que la Vía Láctea es, en realidad, la galaxia a la que pertenece nuestro Sistema Solar, junto con todas las demás estrellas que vemos a simple vista y con unos 200.000 millones más.


Hoy en día ya podemos afirmar que la banda lechosa es, simplemente, la visión de ese conglomerado estelar desde dentro, en la dirección del plano donde hay más estrellas. Nuestra Galaxia tiene forma de disco achatado, con dos brazos espirales y gira a una velocidad enorme. Al parecer, los caminos terrestres no tenían correspondencia alguna en el cielo; pero sin duda, nosotros seguiremos caminando.

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Extraído de Muy Interesante

Científicos tratan de demostrar que los talibanes tienen orígenes bíblicos.

Dos genetistas intentarán verificar por primera vez si el principal grupo étnico que da vida al movimiento talibán, los pastunes, tiene orígenes bíblicos al ser sus miembros posibles descendientes de una de la Tribus Perdidas de Israel.

El israelí Carl Skoretzky y la india Chanaz Ali intentarán descubrir si existe algún vínculo científico entre los pastunes y la bíblica tribu de Efraín, según informa el diario Yediot Aharonot. Esa tribu era una de las diez que formaban el reino de Israel, conquistado por los asirios hacia el año 722 antes de Cristo y cuyos habitantes fueron deportados por toda la región.

Antiguas creencias indican que algunas de las tribus llegaron hasta la India, donde conservaron sus tradiciones durante cientos de años pero acabaron asimilando las de la zona. Por su parte, los pastunes, que viven sobre todo en el este y sur de Afganistán y varias zonas de Pakistán, surgieron de la región de Uttar Pradesh, en el noroeste de la India, no lejos de donde supuestamente se asentaron los israelitas deportados. Entre los pastunes hay leyendas que remontan su origen al Egipto faraónico, al sostener que son descendientes de egipcios que huyeron con Moisés en tiempos del Éxodo y se integraron entre los israelitas.
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Leyendas y tradiciones.
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Para confirmar la posible relación, Ali comparará las pruebas genéticas que ha acumulado en el noroeste de la India con las del israelí Skoretzky, subdirector del Hospital Rambam de Haifa y el mayor experto mundial en genética judía. Se trata del primer estudio científico que trata de confirmar o rechazar las a veces milenarias leyendas y tradiciones mediante la búsqueda de concordancias genéticas. La investigación, becada por el Ministerio israelí de Exteriores, durará entre tres meses y un año. Una funcionaria del hospital Rambam confirmó la llegada a Israel de Ali pero declinó dar más información sobre la investigación porque el director del equipo, Skoretzky, se encuentra en el extranjero.

En 2005, el Rabinato de Israel reconoció el origen judío de otra tribu de origen indio, Lu-Shi, que se concentra en una zona cercana a Uttar Pradesh. Su nombre significa literalmente «Diez Tribus», y el rabinato consideró en base a ciertas pruebas científicas, culturales y religiosas que sus miembros son los descendientes de la tribu de Mensahé, el hermano de Efraín. Los dos fueron los únicos descendientes de José, hijo favorito del patriarca Jacob, nieto a su vez de Abraham y que le dio doble herencia territorial en la Tierra Prometida.

Sin que exista ninguna prueba, la estrecha consanguineidad entre las dos tribus podría explicar en principio la proximidad geográfica que sus descendientes eventualmente eligieron para el exilio, a diferencia de las otras ocho de las que nunca más se supo.

La Lu-Shi, una tribu de entre 750.000 y 1,2 millones personas radicados en las regiones de Mizoram y Manipur (noreste de la India), fue descubierta en 1979 por un rabino que se sorprendió de sus rituales exclusivamente judíos.

Entre ellos destaca el derecho de una viuda sin hijos a exigir al hermano de su difunto marido que le dé descendencia. Tienen, además, una bendición colectiva que declara: «Nosotros los hijos de Menashé aún portamos el legado».

Gracias a la decisión del Rabinato, más de un millar de los ahora llamados «Hijos de Menashé» se han acogido en los últimos años a la Ley del Retorno al Estado de Israel, en un proceso de nacionalización automático habilitado en principio para judíos o sus descendientes hasta tercera generación.
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Extraído de ABC