Cleopatra VII: la última reina del antiguo Egipto

La heredera de una dinastía milenaria Imagen meramente ilustrativa. Cleopatra VII fue la última soberana de la dinastía ptolemaica, que gobe...

La huella de la prehistoria.

La huella del hombre en las comarcas castellonenses se remonta a la prehistoria. Los territorios que actualmente conforman el norte de la Comunitat Valenciana fueron el hábitat preferido de los hombres del paleolítico que conformaron sociedades que vivían de la caza de una fauna rica y salvaje de la que no queda más rastro que las representaciones pictóricas en abrigos y cuevas y numerosos hallazgos arqueológicos. Y precisamente esas representaciones pictóricas constituyen el mejor ejemplo del llamado arte rupestre levantino, que actualmente goza de la declaración de Patrimonio Universal de la Humanidad que aprobó hace unos años la Unesco como órgano defensor de la cultura y el patrimonio en Naciones Unidas.

El conjunto de arte rupestre levantino, con sus magníficas pinturas, se localiza en varias comarcas del interior de Castellón, especialmente en el Alt Maestrat y en Els Ports, donde se hallan los abrigos más ricos e interesantes.

Y de todos estos conjuntos, uno de los más interesantes y con mayor número de abrigos, es el que se localiza en el barranco de la Valltorta, todo un lugar espectacular y grandioso que se reparte entre los términos municipales de les Coves de Vinromà, Tírig y Albocàsser, en el Alt Maestrat. Este paraje, uno de los más agrestes de la provincia, acoge abrigos tan importantes como los de las cuevas del Civil y Els Cavalls.

Ahora hace 25 años, el gobierno de la Generalitat Valenciana, presidido por el socialista Joan Lerma, decidió otorgar el máximo grado de protección a todo el barranco mediante un proyecto de ley que se debatió en las Cortes Valencianas. El conseller de Educació y Cultura, Ciprià Císcar, fue el encargado de defender esta propuesta legislativa que, tras ser consensuada con los municipios afectados, mereció el apoyo de todos los grupos representados en Les Corts.

El gobierno autonómico se comprometió a invertir un total de 160 millones de pesetas en la defensa del paraje, consolidando las pinturas y construyendo un museo que se iba a ubicar en el propio barranco. La Generalitat aprobó la declaración de Espacio Natural Protegido para la Valltorta hasta el llamado Montegordo, limitando los usos urbanísticos y garantizando la conservación integral de la zona.

¿Ha entrado la Tierra en la era del Antropoceno?

Los seres humanos han producido cambios tan inmensos y sin precedentes en el planeta que pueden estar marcando el comienzo de un nuevo período de la historia geológica: el Antropoceno. Entre las causas figuran la contaminación, el crecimiento demográfico, la urbanización, los viajes y traslados de grupos humanos hacia zonas vírgenes formando nuevas ciudades, la minería y el uso de combustibles fósiles, que han alterado el planeta de una manera considerable. Este hecho, estiman los expertos, se dejará sentir durante millones de años. El impacto de la humanidad es tan importante que puede dar lugar a la sexta extinción en masa más grande en la historia de la Tierra, con el agregado de miles de nuevas especies de plantas y animales, además de las que ya estaban en vías de desaparición. La idea no es nueva, pero un recién formado grupo de trabajo de expertos ha sido creado para reunir todas las pruebas que apoyen el reconocimiento del Antropoceno como el sucesor de la actual época del Holoceno, en la que nos encontramos oficialmente. Se espera que dentro de tres años, este caso sea presentado en la Unión Internacional de Ciencias Geológicas, que decidirá si la transición a una nueva época se ha iniciado o no.

La nueva era, llamada Antropoceno (del griego «antropo», humano, y «keinos», nuevo) sería el primer período de tiempo geológico creado por la acción directa de una sola especie animal. Viajando hacia atrás en el tiempo, hace 58 millones de años se estima que terminó el Paleoceno y se dio inicio al Eoceno (del griego «eos”», aurora). Durante este período ocurrió un evento que cambiaría a la Tierra y que se debió también a una sola especie, en este caso de origen vegetal: una planta llamada azolla. La azolla es un helecho de agua fresca que se asocia con una bacteria (la «Cianobacteria anabaena») que tiene una característica sobresaliente: la eficiente fijación del nitrógeno y el carbono. En esta combinación, cada 4.000 metros cuadrados de azolla pueden «atrapar» en un año una tonelada de nitrógeno y seis toneladas de carbono. Cuando se dan condiciones favorables, la azolla crece muy rápido y con 20 horas de sol puede duplicar su biomasa en tres días o menos.

El Evento AzollaEn el Eoceno las condiciones eran muy favorables para la azolla, sobre todo en el Polo Norte donde hacía calor, y además durante el verano estaba expuesta constantemente al sol. El crecimiento de la azolla comenzó a disminuir el dióxido de carbono de la atmósfera. El registro fósil muestra que en el transcurso de 800 mil años los niveles de CO2 en la atmósfera bajaron de 3.500 partes por millón (ppm) (al principio del Eoceno) hasta 650 ppm. Conocido por los paleontólogos como el Evento Azolla, el cambio atmosférico originado por el crecimiento explosivo de este helecho inició el enfriamiento global que duró hasta el Pleistoceno ("pleisto"=mucho) donde aparecieron y se extinguieron muchas especies de mamíferos gigantes y hasta apareció nuestro antepasado directo, el Homo erectus. Este período, el Pleistoceno finalizó hace aproximadamente 11 mil años, cuando se retiraron los hielos, para dar lugar al Holoceno («holo», todo) con la flora y la fauna que hoy habita nuestro planeta.

Aunque el término Antropoceno ha sido utilizado de manera informal entre los científicos por más de una década, es ahora considerado un término oficial. Un nuevo grupo de trabajo ha sido creado para reunir todas las pruebas que apoyen el reconocimiento del Antropoceno como el sucesor de la actual época del Holoceno. Se espera que dentro de tres años este caso sea presentado en la Unión Internacional de Ciencias Geológicas, que decidirá si la transición a una nueva época se ha iniciado. La teoría ha sido propuesta por un grupo de científicos, como Paul Crutzen, premio Nobel de Química en 1995, en la revista Environmental Science & Technology. Los expertos llegaron a la siguiente conclusión: «El Antropoceno representa una nueva etapa en la historia tanto de la humanidad como de la Tierra misma, ya que al combinar las fuerzas naturales y las fuerzas humanas, el destino de una está determinando el destino de la otra. Geológicamente, este es un episodio importante en la historia de este planeta».

Una extinción catastróficaEl Dr. Jan Zalasiewicz, de la Universidad de Leicester, coautor del documento, añadió: «Se sugiere que estamos en el tren de producción de una extinción en masa catastrófica capaz de rivalizar con las anteriores cinco grandes pérdidas de especies y organismos durante el pasado geológico de la Tierra». Hoy la preocupación inmediata es las emisiones de dióxido de carbono que está causando un lento pero incesante calentamiento global. Pero no es la única huella por la que de aquí a varios miles de años los arqueólogos reconocerán al Antropoceno. Además del cambio climático, mucho más brutal que el causado por la azolla, encontrarán miles de millones de toneladas de plásticos y residuos tóxicos. El Antropoceno será una de las épocas geológicas más claramente marcadas y todo parece indicar que puede ser la más corta en la historia de la Tierra. Una época que muchos niegan y se resisten a recibir intentando cada día una nueva actividad que genere conciencia y ponga freno a este suicidio masivo en el que estamos todos embarcados.
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Extraído de ABC

Arqueología experimental, la prehistoria en la mano.

Esta disciplina explica la tecnología y los usos de los antepasados humanos.
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Gracias a la arqueología experimental se han comprendido muc
has de las técnicas utilizadas por nuestros antepasados, su forma de resolver problemas y de pensar. Javier Baena, catedrático de Prehistoria de la Universidad Autónoma de Madrid, lo define de la siguiente manera: "Es un modelo de contrastación de hipótesis a través de la experimentación de un proceso técnico desarrollado en la actualidad". Es decir: cuando en una excavación arqueológica aparece una pieza, los investigadores se preguntan para qué y por qué se realizó. "Reproducimos la pieza, la probamos y contrastamos la hipótesis. Muchas veces se muestra que no tenía la función que se había pensado y hay que replantearse la teoría", dice José Aurelio García Munúa, investigador en el Museo de la Cueva de Altamira (Cantabria) y responsable de los talleres de arqueología experimental impartidos al público.

Ambos investigadores han impartido un curso sobre esta disciplina en el Parque de la Prehistoria de Teverga (Asturias), que se quedó sin plazas nada más abrirse. El interés por la prehistoria se encuentra en auge en España. "Los pioneros fueron los franceses; en nuestro país, esta rama es muy joven", comenta Munúa. "Pero empieza a tener mucho tirón en los congresos y varias universidades ya la incluyen en sus planes de estudios. Es un motor muy importante para la divulgación", añade.

La arqueología experimental se adentra en el pensamiento de nuestros antepasados. ¿Ha cambiado la forma de pensar del Homo sapiens desde Altamira? "Se han modificado las culturas, pero somos la misma especie", responde Munúa. "Ha cambiado la valoración del tiempo. Nosotros vivimos estresados, lo queremos todo para ayer y no vemos factible tardar una semana en hacer un arpón. En el Paleolítico, hacer un arpón llevaba varios días y eso era una ventaja; la manipulación estimula el cerebro para encontrar soluciones. ¿De dónde ha surgido lo aprendido e inventado por los humanos? De tener tiempo", concluye.
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Extraído de Público

Sobre la construcción de las pirámides egipcias.

Sobre la construcción de las pirámides egipcias.
Las pirámides son unos de los monumentos más impresionantes que nos dejó el antiguo pueblo egipcio. Miles de obreros trabajaban durante años para construir una pirámide, que serviría de tumba al faraón. Durante tiempo se pensó que los obreros que trabajaban en la construcción de las pirámides eran esclavos, pero después se supo que el faraón contrataba campesinos en los meses en los que no había trabajo en el campo y que se les pagaba con sal, trigo y cebada a cambio de su trabajo. Estos campesinos llegaban a trabajar desde diferentes lugares de Egipto, por eso, se construían las ciudades de los obreros donde vivían hasta que volvían a sus casas. Estas ciudades contaban con servicios médicos donde se les atendía cuando tenían accidentes en el trabajo o enfermaban. Los constructores tenían que estar muy bien organizados para trabajar en estas obras tan importantes y cada grupo de cuatro hombres tenía un capataz que se encargaba de guiarles en el trabajo y de que no perdieran tiempo en sus jornadas.

La Mujer X, un nuevo linaje humano.

El análisis genético de un hueso de hace 40.000 años revela una migración desconocida de homínidos desde África.

El dedo pequeño de una mano infantil, de un niño o niña que vivió hace 40.000 años en Siberia, ha revelado que los antepasados remotos de los humanos salieron de África al menos una vez más de lo que se creía y que en una pequeña zona convivieron neandertales, humanos modernos (de los que descendemos los actuales) y los nuevos homínidos ahora descubiertos, cuyo aspecto y otras características todavía no se conocen. El análisis genético del dedo es la herramienta que ha permitido hacer este sorprendente descubrimiento, que sitúa definitivamente a la genética como auxiliar imprescindible de la paleontología, al menos para la época más reciente.

"Una criatura que no conocemos llevó este linaje desde África y lo hizo hace menos de un millón de años", explica Svante Pääbo , el más prestigioso especialista en ADN antiguo y director del trabajo, que publica la revista Nature. Sin embargo, reconoce Pääbo: "No podemos decir realmente cómo era esta criatura, ni si se conoce ya por fósiles hallados en otros sitios, pero nos da una nueva imagen, mucho más compleja, de nuestro pasado". Prudente, Pääbo se niega a hablar de "nueva especie" y dice que en el laboratorio llaman al fósil Mujer X, simplemente, por la transmisión materna del ADN mitocondrial, que es lo que se ha estudiado, aunque no conocen su sexo.

"Hemos analizado el ADN mitocondrial del fragmento de dedo con las técnicas que desarrollamos para el ADN de neandertal", explica Johannes Krause, del laboratorio de Pääbo. La sorpresa fue que el análisis de esta máquina celular reveló grandes diferencias (hasta 400) con el ADN mitocondrial del hombre moderno y del neandertal. La conclusión es que pertenece a otro linaje, hasta ahora no identificado, posterior a la primera salida del África de un homínido. "Los neandertales y los hombres modernos divergieron evolutivamente hace medio millón de años aproximadamente, y el ancestro común de los tres linajes, incluido el nuevo, data de un millón de años, así que estas criaturas están dos veces más distantes de nosotros que los neandertales", dice Pääbo.

El primer grupo de homínidos que salió de África fue Homo erectus y después hubo al menos otras dos oleadas, la de los ancestros del neandertal, entre los que está en Homo antecessor de Atapuerca, hace entre 500.000 y 300.000 años, y el Homo sapiens, la especie actual, hace sólo 50.000 años. El problema es que únicamente se ha realizado análisis genético del neandertal, por lo que resulta imposible la comparación del nuevo homínido (si resulta serlo y no uno ya identificado por los fósiles) con los anteriores. Pääbo confía en que el ADN del núcleo del mismo fósil, que ya están estudiando, de muchos más datos.

El yacimiento en el que se ha encontrado el hueso analizado es un abrigo -la cueva Denisova, en las montañas Altai del sur de Siberia- que ha estado habitado desde hace 100.000 años. El estudio de los estratos de la cueva y de otros yacimientos cercanos indica que el homínido de Denisova vivió cerca, en el espacio y en el tiempo, de los neandertales y los humanos modernos.
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Extraído de El País

Una especie humana desconocida vivió hace 40.000 años en Siberia.

El hallazgo en el sur de Siberia de los restos de una clase de homínido desconocido de hace 40.000 años está destinado a revolucionar algunos de los conceptos clave de la paleontología moderna. De hecho, se trata de una especie contemporánea a la nuestra y de la que no había noticias hasta ahora. Una especie humana, otra, inteligente y que vivió al mismo tiempo que nuestros antepasados y que los neandertales, el otro grupo humano que en aquél momento habitaba en Asia y Europa. El excepcional descubrimiento se publica hoy en Nature.

Un espectacular y poco frecuente descubrimiento acaba de alterar para siempre lo que sabemos (o creíamos saber) sobre cómo el hombre moderno consiguió poblar el mundo a partir de su continente natal, África. Durante largas décadas, los paleontólogos han ido dibujando un cuadro en el que, durante los últimos 40.000 años, aparecían dos únicos protagonistas: los neandertales, que en aquél tiempo ocupaban la mayor parte de Europa y extensas zonas de Asia (hasta que se extinguieron hace unos 15.000 años); y los humanos modernos, nuestros antepasados directos, que tras abandonar África unos veinte mil años antes de esa fecha, se multiplicaban y extendían por toda Eurasia.

En 2003, el panorama cambió tras la aparición de una tercera especie humana, un pequeño homínido aparecido en Indonesia y bautizado como Hombre de Flores. Y ahora, en un estudio que hoy mismo publica la revista Nature, Johannes Krause, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, de Leipzig, en Alemania, añade a la «familia» humana una cuarta especie, un nuevo miembro que obligará a replantearse lo que creíamos saber hasta ahora.

Pero el descubrimiento de Krause y sus colegas pasará a la historia, también, por otra razón: se trata de la primera vez que se describe una nueva especie de homínido a partir de su ADN y no de la morfología de alguno de sus huesos fosilizados. Un ADN que procede de un fragmento del hueso de un dedo descubierto en la Cueva de Denisova, en los montes Altai, al sur de Siberia. La cueva fue ocupada de forma intermitente por grupos de humanos desde hace por lo menos 125.000 años pero, a pesar de que han aparecido numerosas herramientas de piedra de diferentes periodos, en ella se han encontrado muy pocos restos humanos, totalmente insuficientes como para realizar los estudios morfológicos habituales.

Análisis de las mitocondriasEs precisamente sobre estos escasos y fragmentarios restos fósiles que Krause ha llevado a cabo sus análisis genéticos. Análisis que han llevado al sorprendente e inesperado descubrimiento de una especie humana totalmente desconocida. El fragmento de dedo procede de una capa de sedimento cuya datación arroja una antiguedad de entre 48.000 y 30.000 años. Y analizar el ADN de una muestra tan antigua es ya, de por sí, todo un reto para la Ciencia, que ha podido ser abordado gracias a las nuevas técnicas que el Instituto Max Planck está utilizando para otro gran proyecto (dirigido por Svante Pääbo, que también ha participado en esta investigación), el de secuenciación del genoma de un hombre de Neandertal.

Para realizar su trabajo, los investigadores se centraron en un tipo muy particular de ADN, el contenido en unos orgánulos del interior de la célula llamados mitocondrias. Para enfrentarse a unas muestras tan escasas y antiguas, el ADN mitocondrial resulta mucho más adecuado, ya que cada célula contiene cerca de 8.000 copias (una en cada mitocondria) frente a las dos únicas copias que posee de ADN nuclear. Utilizando los mismos métodos de secuenciación ya usados con neandertales y mamuts, Krause consiguió ensamblar, a partir de varios fragmentos, una secuencia completa de ADN mitocondrial del dedo de Denisova.

Pero Krause no fue consciente de su hallazgo hasta que comparó esa secuencia con otras análogas de humanos modernos y de neandertales y se dio cuenta de que era única. ¿A quién podía pertenecer ese ADN de hace 40.000 años si no era de un neandertal ni de un Homo sapiens? Una posibilidad era que se tratara de un descendiente directo de Homo erectus, la especie que abandonó Africa hace ya casi dos millones de años y que sobrevivió en Indonesia hasta hace cerca de cien mil... pero nada hacía suponer que esa excepción pudiera aplicarse a Siberia, geográficamente tan alejada de Indonesia.

Los científicos se dedicaron entonces a la tarea de establecer comparaciones genéticas entre su nueva y flamante secuencia de ADN y las de las dos especies humanas que le fueron contemporáneas, la nuestra y los neandertales. El objetivo era buscar relaciones entre las tres especies humanas y construir un árbol evolutivo que las incluyera a todas. El resultado fue que todas ellas tienen (tenemos) un antepasado común que vivió hace cerca de un millón de años.

Pero si los humanos modernos evolucionaron en Africa, entonces este antepasado común de un millón de años de antiguedad también debía proceder del continente negro. Sin embargo, resulta imposible que el antecesor del hombre de Denisova fuera un Homo erectus, especie que comenzó a poblar Europa más de 900.000 años antes... Y la secuencia genética de Denisova tampoco se parecía a la de los antepasados directos de los neandertales, cuyo linaje se separó del que dio lugar a Homo sapiens hace 450.000 años, mucho después que la rama que desembocó en el hombre de Denisova.

Por lo tanto, y descartadas esas posibilidades, la única conclusión lógica era que la secuencia genética de Denisova perteneció a una clase desconocida de homínido que abandonó Africa en un proceso de migración (también desconocido) hace alrededor de un millón de años, y que ese homínido logró sobrevivir (por lo menos) en algunas zonas de Eurasia hasta hace 40.000 años.

ADN nuclearAhora, el siguiente reto para los investigadores es el de conseguir ADN nuclear de las muestras de Denisova. Algo, como hemos visto, mucho más complicado de obtener que el ADN mitocondrial, pero que aclararía mucho las relaciones de esta nueva especie con nuestros antepasados y con los neandertales. Por no hablar, claro, de que el método utilizado por Krause y sus colegas podrá ahora ser aplicado a un gran número de muestras fósiles procedentes de yacimientos de todo el mundo.

Con lo que el número de nuevas especies humanas desconocidas por nuestros científicos podría incrementarse de una forma espectacular, aclarando de una vez por todas el complejo y aún misterioso proceso que llevó a que una única especie, la nuestra, sobreviviera a todas las demás variedades humanas y colonizara por completo nuestro planeta.
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Extraído de ABC

La mujer, muy presente en la Prehistoria.

Hace décadas, cuando nuestros viejos libros de texto nos informaban sobre la humanidad de la Prehistoria solían referirse a los 'hombres primitivos' en un sentido que muchas veces era estrictamente literal: se divulgaban fundamentalmente las tareas y misiones que los varones cazadores desarrollaban en aquellas sociedades antiguas y se les presuponía la autoría de los dibujos en roca que han llegado hasta nuestros días.

La presencia de las mujeres se despachaba con alusiones a su trabajo doméstico y alguna reflexión sobre el papel simbólico de las plásticas 'venus' cuya significación ha ocupado siempre a los arqueólogos. La mayor presencia social de las mujeres y, sobre todo, la incorporación creciente de féminas a los equipos de investigación universitaria, ha abierto nuevas interrogantes de género en el estudio de las sociedades prehistóricas. Establecer teorías e indagar nuevos vestigios y testimonios sobre la aportación de las mujeres a la vida diaria y la economía de aquella época es el objetivo de la exposición 'Las mujeres en la Prehistoria' que se abre esta mañana en la Sala Europa de Badajoz.

La muestra está organizada por el Museo de Prehistoria y la Diputación de Valencia y ha realizado desde comienzos del año 2007 un recorrido itinerante por numerosos museos del país, sorprendiendo primero por sus perspectivas y, en general, despertando pasiones por sus múltiples sugerencias.

La comisaria de la muestra, Begoña Soler, dice que se ha intentado romper mitos acendrados como el de la exclusión de la mujer de los grupos cazadores. Algunas fotos que se exhiben al comienzo del recorrido corresponden a sociedades cazadoras-recolectoras de mediados del pasado siglo, con un estadio de desarrollo que podría asimilarse al de algunas prehistóricas, en las que las mujeres fueron vistas utilizando arcos de caza. «Queríamos romper el mito de que hay determinadas actividades que sólo hicieron los hombres y nos podemos plantear que la mujer tenía muchas opciones en lo que era la actividad económica cotidiana», dice Begoña Soler.

La exposición está organizada cronológica y temáticamente. Se empieza por el Paleolítico y se sigue por las sociedades agrarias. Sobre imágenes de yacimientos reales del litoral valenciano se han dibujado figuras de hombres, mujeres, niños y niñas imaginados en actitudes de cada día y rodeados de copias de objetos y cerámicas creados en aquella sociedad.

Puede verse una reconstrucción del enterramiento de una mujer sin ajuar y la imagen de otra muerta de parto. Los paneles representan otras tumbas de mujeres con sus parejas o con bebés que pudieran ser sus hijos. También hay imágenes de vulvas que fueron dibujadas en las paredes hace 28.000 años. Y reproducciones de las famosas 'venus' sobre las que hoy se discute que representen un canon de belleza o tengan significado religioso. Hay un investigador que supone que sus marcados rasgos corporales puedan proceder de la propia autobservación femenina. En ese caso, las artistas también serían ellas.
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Extraído de HOY

Dos nuevos templos en el centro de Mérida.

El Templo de Diana permanece como punto de referencia del llamado Foro de la Colonia de Mérida, una gran plaza pública situada en el corazón de Augusta Emérita que concentraba la vida social, política y administrativa de la villa. Pero un estudio reciente demuestra que tan sólo era un edificio más de un complejo mucho mayor de lo que se creía y que escondía dos joyas hasta ahora desconocidas, dos nuevos templos que ensalzan aún más el valor del yacimiento emeritense.

Los investigadores Rocío Ayerbe, Teresa Barrientos y Félix Palma, del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, coordinan un trabajo que hoy verá la luz y que ha requerido nueve años de estudio y el análisis de más de 50 excavaciones.

Como apuntan los autores del estudio, hasta ahora se definían dos zonas, el llamado Templo de Diana y el denominado Pórtico del Foro, a pocos metros de distancia, a lo que se unía restos de arquitectura pública y piezas halladas en la zona. Ahora, su investigación identifica estos restos, duplica el espacio atribuido al Foro y aporta otros dos conjuntos al complejo urbanístico.

Para facilitar la investigación, y con el objetivo de ofrecer un nuevo punto de partida, el estudio identifica cuatro 'plataformas'. En el centro se encontraría lo que hasta ahora se consideraba el foro, dominado por el Templo de Diana. En esta zona se han identificado edificios como la curia de la colonia (donde se reunían los representantes del pueblo) y la basílica judiciaria.

Sin embargo, no se trata del único complejo de carácter sacro de época augustea, de la etapa fundacional de la ciudad. También se vincularía al foro los restos que hoy se encuentran bajo el Centro Cultural Alcazaba, en la calle John Lennon, que se interpreta como una 'schola iuvenum' (escuela oficial para jóvenes). Este conjunto se encuentra al suroeste de la plataforma central. Un segundo recinto que se añadiría a este espacio se encuentra en la calle Viñeros, un poco más al sureste, donde se inscribe un templo hallado en el año 2008 que ahora se identifica como una posible réplica del Divo Iulio, situado en el foro romano.

Por otra parte, a mediados del siglo I d. C., casi cien años después de la fundación de Augusta Emérita, se construyó una nueva área pública sobre dos manzanas de la ciudad, ocupadas por viviendas, situadas en el lado oriental del Templo de Diana. Dentro de este espacio se ubicaron dos complejos monumentales diferenciados, pero proyectados de forma coetánea. Aquí se insertaría el Pórtico del Foro, hoy visible en la calle Sagasta, y un nuevo templo, cuyos restos se encuentran en la calle Baños.

A partir del siglo V, los recintos del foro emeritense sufrieron una serie de alteraciones importantes que dieron como resultado el nuevo paisaje urbano que, hasta hoy, permanecía oculto bajo el subsuelo de la ciudad actual.
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Desde 2001
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Los datos científicos proceden de las 38 excavaciones arqueológicas realizadas por los investigadores en los últimos años, así como de otras 14 actuaciones anteriores, cuyos informes se guardan en los archivos del Consorcio. El estudio se completa con un análisis de la epigrafía (las inscripciones, 61 en total), la decoración arquitectónica, las esculturas descubiertas (23), los materiales cerámicos y los procesos constructivos.

El estudio cuenta con la labor multidisciplinar de un equipo de profesionales del Consorcio, del Instituto de Arqueología de Mérida, de la Universidad de Sevilla, de la Universidad de Córdoba, del Instituto Arqueológico Alemán y del Museo de Arqueología de Cataluña.

La investigación se remonta al año 2001, cuando un proyecto I+D permitió llevar a cabo una excavación en la antigua iglesia de Santa Catalina, junto al Templo de Diana. Sin embargo, no fue a partir del 2004, momento en el que se apreció el alcance de la investigación, cuando se planteó un proyecto que ha concluido con la redefinición del Foro de la Colonia y la aportación de nuevos hallazgos.
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Extraído de HOY

¿Por qué los dinosaurios dominaron la Tierra?

Muchas son las teorías sobre cómo desaparecieron los dinosaurios de la faz de la Tierra, pero para algunos científicos, descubrir cómo semejantes animales fueron capaces de sobrevivir a un mundo absolutamente hostil y ponerse la corona sobre el resto de criaturas que pisaban el orbe es aún más enigmático. Según un estudio realizado por paleontólogos de la Universidad de Brown y que publica la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) , hace unos 200 millones de años una intensísima actividad volcánica acabó con los animales dominantes hasta entonces, los crurotarsanes, unas criaturas cercanas a los actuales cocodrilos, y permitió que los dinosaurios ocuparan su lugar en el escalafón del poder terrestre. Así comenzó un reinado que duró 80 millones de años por tierra, mar y aire.

Cuando no había quién hiciera sombra a los crurotarsanes, todavía al final del período Triásico, el planeta era muy diferente a cómo es ahora. La mayor parte de la tierra estaba unida en un solo continente llamado Pangea y no había océano Atlántico. Sin embargo, las cosas estaban a punto de cambiar. Un azote de erupciones volcánicas se sucedieron, incrementado el dióxido de carbono atmosférico y otros gases de efecto invernadero que acabaron con la mitad de las especies de plantas existentes y diezmaron la población de crurotarsanes. Al parecer, gracias a la catástrofe climática, los dinosaurios fueron liberados de sus principales competidores y se convirtieron en la fuerza dominante en el mundo animal.
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Cuestión de suerte.
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«Lo más importante es que muchas personas han oído por qué se extinguieron los dinosaurios, pero la pregunta de por qué llegaron a ser lo que eran es mucho más emocionante», afirma Whiteside, profesor asistente de ciencias geológicas. Lo que saben los científicos es que hace más de 200 millones de años, el supercontinente Pangea se rompió cuando las placas de América del Norte y de África comenzaron a separarse, creando la cuenca que después se convertiría en el Océano Atlántico. Enormes erupciones volcánicas que duraron unos 600.000 años cubrieron de lava esta cuenca de más de 9 millones de kilómetros cuadrados, un área cercana a la parte continental de Estados Unidos.

Los investigadores analizaron los fósiles y las firmas de carbono de dos cuencas antiguas en el noreste de Estados Unidos, la de Newark y Hartford, así como otras zonas de Inglaterra para averiguar exactamente qué lo que había ocurrido con el clima, y cómo había afectado a las plantas y animales. De esta forma, averiguaron que la mitad de las especies de flora pereció en la actividad volcánica del Triásico. En cuanto a los animales, los crurotarsanes no pudieron sobrevivir a la lava. Liberado de su principal competidor, los primeros terópodos, una categoría que incluye a todos los dinosaurios carnívoros desde el velocirraptor al Tyrannosaurus rex, se convirtieron en dominantes.

Los científicos admiten que es difícil explicar cómo los dinosaurios consiguieron sobrevivir ellos también a la catástrofe natural, pero lo cierto es que tuvieron la enorme suerte de adaptarse a un mundo absolutamente terrorífico.
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Extraído de ABC

Pedro III de Aragón fue embalsamado y era más alto que sus contemporáneos.

El rey medieval de la corona catalano-aragonesa Pedro III de Aragón fue embalsamado, estaba sano y medía 1,73 metros, algo más que la media de la época, según los primeros resultados de la apertura de su tumba, en el monasterio de les Santes Creus (Tarragona), y su posterior traslado al Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya, en Valldoreix (Sant Cugat del Valls), donde ahora se analizará en profundidad.

El embalsamamiento era una práctica habitual en los enterramientos de miembros de casas reales europeas a partir del siglo XII. El dato de su estatura es aproximado, porque el cuerpo está ligeramente arqueado.

El nivel máximo de anchura del cuerpo a la altura de la espalda es de 39 centímetros, 44 a nivel de cadera y 17,6 a nivel de las rodillas. Una de las particularidades del cuerpo del rey es que los pies se encuentran separados del cuerpo. La principal hipótesis es que, en un segundo enterramiento, se recolocaron entre las piernas para adaptar el cuerpo a las dimensiones de la bañera en la que yace.

Los primeros análisis sobre los restos de telas indican la ausencia de tejidos relacionados con el carácter regio del cuerpo, lo que daría veracidad a la crónica de Bernat Desclot, que explica que el rey fue enterrado con hábito monástico. También se ha encontrado un mechón de cabellos, aunque aún no se sabe si pertenecen al rey o a algún miembro de su familia. La práctica de dejar mechones de cabello en enterramientos funerarios se había encontrado en otras épocas, como la griega, pero nunca antes en la Edad Media.

Además, las manchas de humo y los restos de cera confirman que en 1857 se abrió la tumba de forma parcial, tal como consta en las memorias de Bonaventura Hernández Sanahuja, comisionado en la restauración de Santes Creus por la Comisión Provincial de Monumentos.
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Breves apuntes sobre el teatro romano de Regina Turdulorum.

El teatro de Regina Turdulorum tiene una posición periférica con respecto a la ciudad. Es de época flavia y está situado en el extremo noroccidental de la ciudad. Para la construcción del sector inferior de la cavea, orientada al noreste, se aprovechó el terreno natural. Las excavaciones realizadas por Alvárez y Mosquera en 1986 han puesto en evidencia la proximidad del postscaenium con la subestructura de cloacas que posiblemente corresponda al kardo maximus, con el que también guarda relación el recinto forense.
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Descifran el lenguaje de los orangutanes.

Los científicos, dirigidos por Carel van Schaik, siguieron a tres orangutanes sexualmente activos llamados Niko, Kentung y Fugit de una reserva natural de Tuanan, en Borneo. El área de investigación cubría 750 hectáreas de bosque de turba en el que la densidad media de orangutanes es de 4,25 por kilómetro cuadrado. Según explica Brigitte Spillmann, coautora del estudio que se publica en la revista Ethology, los orangutanes tienen un rico repertorio de llamadas, pero sólo los machos sexualmente maduros emiten “llamadas de larga distancia con una serie de pulsos y gruñidos profundos largos que pueden oírse a lo largo de un kilómetro de densa jungla”.
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El sofisticado caminar bípedo de los antepasados humanos.

Los antepasados humanos que vivieron hace 3,6 millones de años en África, y cuyas huellas que quedaron impresas en el yacimiento tanzano de Laetoli, caminaban dando pasos como hoy lo hacen los 'sapiens' modernos, aunque también eran capaces de trepar por los árboles con gran agilidad.

Una nueva investigación, desarrollada en Estados Unidos, ha confirmado lo que ya muchos paleoantropólogos sospechaban: que los 'Australopithecus afarensis' fueron los primeros en erguise de forma vertical y andar por el suelo de una forma mucho más eficiente que sus parientes, los chimpancés.

La certeza del sofisticado bipedismo que ya caracterizó a esta especie, a la que pertenecen los restos de la hembra batizada como 'Lucy', ha sido posible gracias al trabajo sobre las huellas grabadas en Laetoli del equipo de David Raichlen, antropólogo de la Universidad de Arizona.

Estas huellas, descubiertas hace 30 años al sur de la Garganta de Olduvai, se preservaron durante millones de años gracias a que encima de ellas se depositaron cenizas volcánicas, dejando todos los detalles impresos, y sólo pudieron ser hechas por los 'A. afarensis' que entonces habitaban la zona.

El esqueleto de 'Lucy', del que se encontraron numerosos huesos, es uno de sus ejemplares y corresponde al de un primate que habría caminado sobre sus dos piernas en la tierra, debido a las características de sus caderas, sus piernas y su trasero. Sin embargo la curvatura en los dedos de todas sus extremidades, así como sus hombros indican que también pasaban tiempo en las ramas, por lo que aún no se consideran del género 'Homo', que surgió hace unos dos millones de años.

Experimento biomecánico.

Algunos investigadores debatían hasta ahora si aquellos 'A. afarensis' llegaron a andar erguidos o caminaban como los chimpancés, con las rodillas y las caderas dobladas, algo que se rebate ahora en las conclusiones del equipo de Raichlen, publicadas en 'PLoS One'.

Para su experimento biomecánico, construyeron un camino de arena en su laboratorio e hicieron caminar por él a diferentes individuos, algunos de forma erguida y otros agachados, como si fueran chimpancés.

Captaron así modelos tridimensionales de todas sus huellas, gracias al equipo que tiene el biólogo Adán Gordon en su laboratorio evolutivo de la Universidad de Albany. Tras estudiar la profundidad de las marcas dejadas por el talón y los dedos de los pies comprobaron que las huellas de Laetoli eran exactamente iguales que las de los humanos erguidos. Cuando iban agachados, la impresión de los dedos era mucho más profunda.

"Los análisis anteriores indicaban de los 'Australopithecus afarensis' andaban inclinados, pero hemos visto que no es así. Lo hacían como los humanos modernos y es una forma increíblemente eficiente, lo que sugiere que el coste energético en la evolución del bipedismo ya era bajo antes de los orígenes de nuestro género 'Homo'", asegura Raichlen.

Además, como destaca su colega Adam Gordon, este estudio demuestra que, en un momento en que nuestros antepasados tenían una anatomía bien adaptada para pasar mucho tiempo en los árboles, ya habían desarrollado el bipedismo moderno, aunque aún tardarían más 1,5 millones de años en bajar definitivamente a tierra.
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Extraído de El Mundo

Los primeros habitantes de la isla de los «hobbits».

Los posibles ancestros del famoso Homo floresiensis, también conocido como el «hobbit» por su pequeño tamaño, habitaron la isla indonesia de Flores hace un millón de años, mucho antes de lo que se creía.

Investigadores de la Universidad de Wollongong en Sidney (Australia) llegaron a esta conclusión tras descubrir una serie de herramientas en un nuevo yacimiento arqueológico en Flores (Indonesia), que sitúa la presencia de los homíninos en la isla 200.000 años antes de lo estimado por los científicos. Aunque el descubrimiento del Homo floresiensis hace cinco años en la cueva de Liang Bua otorga al hobbit 18.000 años de antigüedad, se sabía que los homíninos habían habitado Flores durante largo tiempo, pero no tanto.

Los investigadores habían pensado con anterioridad que la llegada de los homíninos hace alrededor de 880.000 años causó un cambio en la vida animal, incluyendo la mortalidad masiva de la tortuga gigante y el elefante enano que habitaban la isla, pero ahora creen que estas especies desaparecieron de forma natural, y que la irrupción de los antepasados del hombre no tuvo consecuencias tan directas sobre la fauna isleña, ya que llegaron mucho antes de su desaparición.

El trabajo plantea que esta población antiquísima podría tener entre sus descendientes al famoso Homo floresiensis. Aún así, no se han descubierto fósiles anteriores debido a que los depósitos de la cuenca de Soa no son lo suficientemente antiguos para conservar la evidencia de la llegada inicial de los homíninos a la isla, por lo que se deberán explorar otros yacimientos antes de que se resuelva esta teoría. Los investigadores iniciarán nuevos trabajos en la isla para determinar con la mayor exactitud posible el momento de la llegada de los homínidos. La investigación ha sido publicada en la revista Nature.
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Extraído de ABC

Identifican el palacio de los primeros Omeyas en el mar de Galilea.

Arqueólogos israelíes han conseguido identificar el lujoso palacio que los primeros califas de la dinastía Omeya tuvieron a orillas del mar de Galilea, cuya existencia mencionan en sus textos historiadores árabes de la época.

El palacio, construido por el primer califa, Muawiya, en el siglo VII, ha sido identificado en las proximidades de la moderna Beth Yerah o Jirbet el Kerak, a orillas del bíblico lago, en un yacimiento descubierto hace décadas, informó hoy en un comunicado la Universidad de Tel Aviv (UTA).

"Tiene gran relevancia no sólo por la importancia en sí del palacio Omeya, sino también por su exclusiva cercanía a una iglesia del período bizantino más temprano y por la corta distancia a la que se encuentra de un cementerio de pioneros sionistas", dice en la nota el arqueólogo Raphael Greenberg, del departamento de Arqueología de esa universidad.

Textos antiguos del primer siglo del Islam ubicaban el palacio en un lugar conocido como al-Sinnabra, dato que hasta ahora no había ayudado a los arqueólogos a dar con su emplazamiento. Excavaciones en la misma zona de Beth Yerah entre 1950 y 1953 dieron como resultado el hallazgo de una estructura fortificada que los expertos fecharon en el período bizantino (330-620 D.C), una evaluación puesta en tela de juicio cuando, poco después, se encontró una gran sala orientada hacia Jerusalén y con el dibujo de un candelabro de siete brazos en una piedra.

Un palacio de invierno.

En 2002, a raíz de otros descubrimientos menores, un arqueólogo estadounidense de Chicago afirmó que la sala no era una sinagoga sino que parecía ser el mítico palacio de los Omeya en Tiberíades, construido por el califa Muawiya, que gobernó desde Damasco entre el 661 y el 680. Historiadores de esa época relatan que, desde Muawiya hasta Abdel Malik (685-705), constructor de la conocida mezquita de la Cúpula de la Roca en Jerusalén, todos los califas usaron el palacio en los meses de invierno, por el cálido clima de la zona.

La identificación del palacio, trabajo en el que también ha participado la Universidad Hebrea de Jerusalén, fue posible después de un exhaustivo examen de los cimientos de la sala que hasta ahora se creía una sinagoga. Monedas halladas bajo el suelo y otras estructuras subterráneas demuestran que el edificio no pudo haber sido construido antes del 650.

Así lo indican también unos suntuosos baños encontrados junto al muro exterior del palacio y que son fechados a finales del siglo VII, y los restos de conductos agua y tuberías de cerámica, que apuntan a la existencia en su día de un sofisticado sistema de distribución alimentado por un acueducto.

El palacio en la zona de los Omeya estaba cerca de la ciudad de Tiberíades, fundada en el 20 d.C. por Herodes Antipas en honor del emperador romano Tiberio y que fuera capital de la zona hasta la conquista musulmana. En su época de gloria, el palacio fue el centro de la actividad real de la dinastía omeya y, con la caída del Califato de Damasco alrededor del 750, declinó también la importancia de al-Sinnabra.

Greenberg destaca que los restos, entre ellos muros de dos metros de espesor, permiten delimitar la base estructural del recinto, los baños y las torres de defensa que el palacio tuvo durante el trascendental primer siglo de vida del Islam.
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Extraído de ABC

Conquista de la comarca de Llerena por la Orden de Santiago.

Menéndez y Pelayo ya apuntó en esta dirección cuando dijo que la “Crhonica de las tres Ordenes” era muy familiar a Lope y que probablemente se valió de ella para escribir la comedia. Como muestra de tal opinión, don Marcelino incluye un fragmento del texto de la crónica de Rades indicando, además, que este autor seguía a la Primera Crónica General en la narración de los hechos de armas en los que intervino el maestre. Tal circunstancia –nos referimos a la utilización de la obra de Rades como fuente de datos históricos para Lope-, ha sido corroborada y ampliada por otros muchos especialistas entre los que destacaremos aquí a Juan Bautista Avalle Arce quien, en 1962, ya aportaba datos suficientes como para asegurar que la “Chronica” de Rades fue la fuente de inspiración para Lope de Vega en este caso concreto. El dato concluyente para que Avalle Arce asegurara tal cosa era que la obra de Rades decía, por un común error de imprenta, que Pelay Pérez Correa era el XVI maestre de la Orden de Santiago cuando debía decir el XIV. Lope, según dice Avalle Arce, no se dio cuenta de este detalle y al dar en su comedia la lista de maestres que precedieron a Pelay Pérez Correa no pone más que trece. Aunque esto no fue exactamente así, porque Rades fue numerando correlativamente a cada uno de los maestres de su listado y a Pérez Correa le corresponde el número XVI, no deben existir dudas de que Lope se documentó en la obra de Rades a la hora de escribir El sol parado por una serie de detalles muy concretos que se recogen en la crónica y se reflejan en la comedia, algunos de los cuales comentaremos a continuación.
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Al primero que hemos de referirnos es, naturalmente, aquel que hace alusión al origen portugués del maestre y a la cita del nombre de la madre de éste a quien Rades llama “Dordea Perez de Aguiar”, y Lope nombra como “Andrea de Aguilar” porque sonara más cercano al público de los teatros españoles. El maestre Pelay Pérez Correa era originario de Portugal y de echo fue el comendador mayor de este reino entre 1232 y 1241, pero este último año fue trasladado a la encomienda de Uclés -encomienda mayor de Castilla por entonces-, y fue elegido maestre de la Orden un año después -el 30 de noviembre de 1242-, siendo precisamente comendador mayor de Castilla, no de Portugal como recoge Rades y se refleja en Lope. Y con respecto a la elección habrá que puntualizar la circunstancia de que Rades cree que la elección se hizo en Mérida, y así lo recoge Lope, cuando realmente fue elegido maestre en León porque allí se celebró el Capítulo General de la Orden en la fecha que antes hemos indicado. Y por no insistir más en estos detalles que apunta Rades y sigue fielmente Lope en su comedia, citaremos la particularidad que Rades recoge con respecto a lo que él llama “Miraglo de Tudia”, dispuesto en su obra como broche final a los hechos de armas en los que intervino el maestre. Ante un Rades bien documentado -no olvidemos que se apoyaba, como ya dijo Menéndez y Pelayo, en las citas de la Primera Crónica General- no creemos que Lope se atreviera a dudar del relato del freire calatravo; lo más probable es que nuestro dramaturgo se fijara sólo y exclusivamente en las posibilidades dramáticas que le ofrecía aquel relato sobre las acciones militares del maestre que finalizaba, como ya dijimos, con un milagro tan portentoso como el de Tudía. Para darnos una idea de lo que pudiera sentir Lope con respecto a esto último, conozcamos lo que dice Rades con respecto al milagro en cuestión:
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“En antiguos memoriales de cosas desta Orden se halla escripto, que el Maestre don Pelay Perez Correa, haziendo guerra a los Moros por la parte de Llerena huuo con ellos una batalla al pie de Sierra Morena, cerca de donde agora es Sancta Maria de Tudia. Dicen mas que peleando con ellos muchas horas, sin conoscer se victoria de una parte a otra, como viesse que hauia muy poco tiempo de Sol, con desseo de vencer aquella batalla, y seguir el alcance, suplico a Dios fuesse seruido de hazer que el Sol se detuuiesse milagrosamente, como en otro tiempo lo hauia hecho con Iosue, Caudillo y Capitan de su pueblo de Israel. Y porque era dia de nuestra Señora, poniendo la por intercessora, dixo estas palabras, Sancta Maria deten tu dia. Dizese en los dichos memoriales que milagrosamente se detuvo el Sol por espacio de tiempo muy notable, hasta que acabo el maestre su victoria y prosiguio el alcance. En memoria deste milagro dizen hauer se edificado una yglesia por mandado del Maestre, y a costa suya, a la qual puso nombre Sancta Maria de Tentudia: y agora corrupto el vocablo se dize Sancta Maria de Tudia”.
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Texto de Manuel López Fernández
Fotografía de Regina Turdulorum

Llerena descrita por José Ramón Mélida a principios del siglo XX.

(…) José Ramón Mélida se embarcó en la confección del catálogo monumental de las dos provincias extremeñas, sus lazos de unión con Extremadura fueron en aumento así como su interés por la historia de sus comarcas. Durante estos años sus colaboraciones en la “Revista de Extremadura”, órgano de las Comisiones de Monumentos de las dos provincias extremeñas, fueron bastante habituales. En 1909 dedicó un artículo a la localidad pacense de Llerena. Alternó un tono costumbrista y ameno con profundas reflexiones críticas en torno a la identificación de antiguas poblaciones romanas:
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“la noble ciudad de Llerena atrae por su historia al viajero curioso de pasados recuerdos. A ella redujeron algunos historiadores la Regina Turdulorum del itinerario de la vía romana de Emerita Augusta a Hispalis, alegando en testimonio algunas inscripciones halladas por aquellos contornos (...) El viajero que desee repasar esa historia en los monumentos arqueológicos debe buscar el recuerdo tangible de la ciudad romana de Regina, no en Llerena, sino a alguna distancia de ella, junto al vecino pueblo de Casas de Reina. Allí aparece un arruinado teatro romano, muy singular por su estructura y por lo curioso de sus restos (...) En pie una ermita en la que algunas columnas visigodas dan testimonio de aquella vieja civilización de comienzos de la Edad Media. Todavía conserva la caballeresca ciudad el aspecto que le dieron los reconquistadores al fortificarla para estar prevenidos contra la morisma (...) Algunos trozos de murallas son de tapial, de fábrica árabe, posiblemente aprovechados por los cristianos al fortificar de nuevo la ciudad (...) Notable monumento de la Edad Media es también el palacio episcopal. En la Casa de la Inquisición apenas se acierta a ver un exiguo trozo de su portada gótica, y en su interior un patio de igual tipo que el acabado de describir y algunas naves y cámaras con grandes arcos de ladrillo”.
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Texto que extraigo de un trabajo de Daniel Casado Rigalt, en el que estudia a José Ramón Mélida, uno de los principales impulsores de la Arqueología extremeña en el primer cuarto del siglo XX. La fotografía la cojo de mi otro blog Regina Turdulorum.

El homínido que se impuso a los grandes depredadores.

Sus limitaciones físicas e instrumentales no le impidieron adaptarse al entorno hostil. El 'eslabón perdido' entre los primeros habitantes de Orce, hace 1,3 millones de años, y el 'Homo Antecessor' de Atapuerca, hace 800.000, se ha revelado como un gran superviviente. Vivió hace un millón de años en la costa mediterránea de la Península Ibérica, y se ha encontrado su rastro en Vallparadís, Terrasa (Barcelona).

"El aspecto más importante del descubrimiento de estos restos es que demuestra la gran capacidad de adaptación al entorno que tenían estos homínidos", explica el doctor Joan García, director de la investigación del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES). "Con una tecnología muy simple y un físico muy primitivo, estos hombres supieron competir en un ecosistema frente a felinos de gran tamaño, como hienas y jaguares, y alimentarse de la carne de grandes herbívoros, como hipopótamos o rinocerontes", añade, aunque precisa: "No se sabe si consumían el cuerpo de animales vivos o muertos".

"Es un homínido que aún está muy lejos de las sociedades", matiza el doctor, "ni siquiera vivía en cuevas, eso es mucho más moderno". "Son los primeros humanos, de rasgos simiescos", continúa, "similares a familias de unos 15 chimpancés, muy conocedores del entorno y sin asentamiento fijo ni cultura material".

Tecnología rudimentaria.

"Los instrumentos que hemos encontrado son cuchillos de piedra muy básicos", comenta García. Los homínidos golpeaban el mineral y "al saltar un fragmento de cuarzo, les bastaba para cazar y despellejar animales". Se trata de rastros de tecnología Olduvayense, la industria africana más remota, que se caracteriza por su escasa elaboración. Utiliza principalmente materiales autóctonos como el cuarzo, el sílex o la lidita, que los hombres golpeaban sobre un yunque para confeccionar instrumentos muy cortantes y muy útiles para la carnicería.

Algunos de los restos de herbívoros que los investigadores han encontrado en Vallparadís presentaban marcas de cortes, "lo que demuestra un acceso primario de los humanos a las carcasas de los animales en relación al resto de los grandes carnívoros. Este fue el elemento clave del éxito adaptativo de las primeras poblaciones ibéricas", concluye Joan García.

El yacimiento de Vallparadís ha proporcionado el mayor registro arqueológico y paleontológico del Pleistoceno inferior europeo, una etapa clave en la primera ocupación humana de Europa.
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Extraído de El Mundo

Un historiador asegura que la imprenta 'nació' 80 años antes de que Gutenberg la inventara.

El libro 'El imaginario europeo de la imprenta en Asia' (Editorial Tleo), que se presenta en la Universidad de Granada (UGR), del historiador de la Tipografía Francisco de Paula Martínez Vela, asegura que "la imprenta con tipos metálicos nació 80 antes de que Gutenberg imprimiera su Biblia, datada en 1455 aproximadamente".

Según informó la UGR en un comunicado, este trabajo analiza, partiendo de textos históricos, "la visión que sobre la imprenta y su invención se ha extendido en Europa a lo largo del tiempo, salvaguardando sus intereses hegemónicos y ajustando los hechos a su conveniencia". En este sentido, indicó que "a la vez, se negaba, de paso, la posibilidad de la aparición de la imprenta con tipos metálicos en otro lugar que no fuera Alemania".

Por otro lado, precisó que "si bien el pensamiento 'eurocentrista' sobre la imprenta con tipos metálicos lleva años siendo cuestionado en algunos países europeos y en América, es la primera vez que se aborda este asunto en España".

El autor del libro, Francisco de Paula Martínez Vela, natural de Alcalá la Real (Jaén), ha publicado un libro de poesía, 'Las hojas caídas', y es hijo y hermano de impresores. Él mismo aprendió el oficio en Granada, estudios que completó con los de Grabado Calcográfico y Tipografía Artística con los maestros Antonio Idígoras, José García de Lomas y Emilio Sdum.
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Extraído de El Mundo

Sobre Pelayo Pérez Correa y la conquista cristiana de la actual comarca de Llerena.

La primera presencia de origen portugués en relación con Granada se remonta al acto mismo de constitución del emirato pues, en aquel momento, entre los dirigentes políticos y militares que acompañaban a Fernando III se encontraba el maestre de Santiago Pelayo Pérez Correa, que había participado en el cerco de Jaén, cuya entrega por Muhammad I fue la condición previa para aceptar el reconocimiento del nuevo emirato. Sabemos que, después del cerco de Jaén, el maestre aconsejó al rey proceder al ataque directo contra Sevilla; sería muy extraño que no hubiera dado también consejo a Femando III en relación con la cuestión de Granada. Pero también es cierto que Pelayo Pérez Correa había abandonado sus actividades portuguesas desde que fue elegido maestre de Santiago, en 1242, y, en especial, después de la posible ayuda que prestó a Alfonso III para sustituir en el trono a su hermano Sancho II; sus actividades y su personalidad política se expresaron en un escenario hispánico general, ya que también ayudó a Jaime I de Aragón en su proyectada expedición a Tierra Santa en 1269.
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Pero el maestre de Santiago actuó sobre todo en las zonas de guerra y frontera, esto es, en Murcia —cuya primera conquista protagonizó junto con el infante heredero Alfonso en 1243— y Andalucía. Su papel en la conquista de Carmona, Alcalá de Guadaira y Sevilla, donde tuvo a su cargo el cerco del arrabal de Triana, es bien conocido (1247-1248), así como la aportación de dinero y el apoyo militar que los santiaguistas hicieron para sofocar la revuelta mudéjar andaluza y murciana de los años 1264 a 1266: el maestre estuvo en Orihuela y acompañó a Jaime I cuando éste recuperó el reino de Murcia para su yerno Alfonso X de Castilla, mientras otros caballeros de la Orden de Santiago resistían en Lorca y en Huércal, donde tuvo el mando Martim Anes do Vinhal. Pelayo Pérez Correa murió en febrero de 1275, el mismo año en que los meriníes desembarcaron en la península y comenzaron sus ataques contra Andalucía, y el mismo año también en que murió el infante heredero del trono, Femando, cuando acudía a hacerles frente. Pelayo Pérez Correa alcanzó una fama como caballero de pro casi comparable a la que rodeaba al conde de Castilla Fernán González y al Cid Rodrigo Díaz; junto con ellos aparece mencionado en textos bajomedievales, como modelo de proeza y caballería cristiana, e incluso, para afianzar mejor esta imagen, se tejió la leyenda de un milagro en el que el maestre habría conseguido con sus rezos a Dios y a Santa María que se detuviera el sol unas horas para tener el tiempo de ganar la batalla trabada con los musulmanes en la actual zona de Llerena, donde el santuario de Santa María de Tudia o ‘detén tu día’ conmemora el prodigio que hizo del maestre un nuevo Josué.
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Texto de Miguel Ángel Ladero Quesada
“Portugueses en la frontera de Granada”
Fotografía de Regina Turdulorum

Los dioses aztecas no requerían tanta sangre.

El arqueólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma lima tópicos sobre los sacrificios humanos.

Eduardo Matos Moctezuma (Ciudad de México, 1940), que ha viajado a Barcelona para participar en la jornada Arte y mito organizada por la Universidad Pompeu Fabra y el Museo Barbier-Mueller, es uno de los nombres de referencia en la arqueología mesoamericana. Director del Proyecto Templo Mayor de excavaciones en la capital mexicana, está considerado una de las personas que más saben de los aztecas en todo el mundo. Pese a su aspecto afable, el científico tiene un carácter de obsidiana, digno de su apellido (Moctezuma, "el que se hace temer", en náhuatl), un apellido majestuoso ?el del antepenúltimo caudillo azteca? que, subraya, "no ha predestinado mi interés".

El arqueólogo desmonta leyendas y tópicos sobre esa civilización. ¡Hay que ver cómo pone verde al antropólogo Marvin Harris por su tesis sobre el canibalismo! Suerte que uno lleva consigo al entrevistarlo La flor letal, de Christian Duverger, sobre la economía del sacrificio azteca, y eso le apacigua un poco. Matos Moctezuma explica cómo empezaron las investigaciones sobre el Templo Mayor y el área ceremonial de Tenochtitlan, la capital azteca. "El Proyecto del Templo Mayor comenzó hace ya 32 años", explica. "El 21 de febrero de 1978, obreros de la Compañía de Luz y Fuerza localizaron parte de una escultura, una pieza monumental, en forma de escudo, que representaba a una deidad lunar, Coyolxauqhi, hermana de Huitzilopochtli, el dios de la guerra, y muerta por éste, decapitada y descuartizada. Al excavar se encontró el edificio del Templo Mayor, desmantelado en el siglo XVI. Durante años nos hemos dedicado a estudiar el edificio y sus aledaños, toda esa área de gran sacralidad de Tenochtitlan que contenía hasta 78 edificios de culto; a excavar y a interpretar el material recuperado, las ofrendas -máscaras de piedra, vasijas, figuritas, restos animales (felinos, peces, aves, caimanes)-, los millares de objetos. Continuamos excavando, de manera más esporádica. Lo último que hemos encontrado es el templo del dios del viento, Ehecatl, que ha aparecido detrás de la catedral. No lo podremos excavar completamente porque está rodeado de casas".

Parece que por razones geológicas, la ciudad colonial se está hundiendo y de alguna manera la roe por abajo la precolombina, a la que se superpuso. "En 1991 hubo que hacer obras de salvamento de la catedral, que se hundía por la extracción de agua para la ciudad, que debilitó el terreno. Al hundirse, se asentó sobre los templos prehispánicos que estaban debajo y que hicieron de cuñas que resquebrajaban el templo cristiano. Sí, es como la venganza de los dioses". Matos Moctezuma considera la arqueología como "viajar en una máquina del tiempo" o descender al mundo de los muertos y devolverlos a la vida. "Cada día han salido de la tierra los dioses antiguos", apunta.

"Hemos visto que el del Templo Mayor era un área enorme que representaba ya en su arquitectura el cosmos y el verdadero centro desde el que se desplegaba el urbanismo de Tenochtitlan, una ciudad de cerca de 200.000 habitantes", prosigue el estudioso. "Se usaba para grandes ceremonias religiosas. De hecho luego los frailes tendrán problemas para arrastrar a los indios al interior de las iglesias, acostumbrados como estaban a los espacios abiertos, a la gran plaza".

Matos Moctezuma está completamente en desacuerdo con la idea de que el mundo azteca resulte más difícil de entender que el de cualquier otra civilización. "Para comprender una cultura lo primero es conocerla. Decir, por ejemplo, que el arte azteca es violento o exuberante es absurdo y superficial. Hay que leer a los especialistas, a los autores serios. No creo que haya nada objetivo en decir que el arte azteca o el mesoamericano en general sea más difícil de entender o más exótico que cualquier otro. Es un arte que viene del mito y va al mito, esa es su clave. Si no conoces la mitología no puedes pretender entenderlo, pero eso se puede aplicar también al arte griego o al etrusco". ¿Pero no cree Moctezuma que en occidente se siguen entendiendo mal esas culturas? Quizá las cosas no han cambiado mucho desde que, como cuenta el propio arqueólogo, Cuauhtémoc, al rendirse, señaló el puñal en el cinto de Hernán Cortés para que lo sacrificara a los dioses como correspondí a un guerrero y este entendió que se trataba de una simple ejecución y le perdonó la vida, para desconcierto y decepción del bravo último caudillo azteca. "Es posible. En mi opinión hay mucho prejuicio detrás. Se parte de los parámetros culturales europeos y se considera lo que no cuadra, lo demás, como arte primitivo".

Los sacrificios humanos provocaron repulsión a los conquistadores y siguen perturbando a los observadores de la cultura azteca. Esa imaginería de corazones palpitantes arrancados y cuerpos ensangrentados lanzados por las escaleras de los templos... "¿Y no provoca acaso la misma o más repulsión la Inquisición con sus autos de fe?", se enoja el estudioso. "Piénselo. Por no hablar de Hiroshima y Nagasaki. Al menos los aztecas no mataban al otro porque lo juzgaban diferente, sino con una finalidad ritual. El sacrificio humano era un rito propiciatorio para que la vida no se detuviera, para que el sol siguiera su curso. En los pueblos agrarios el sacrificio humano tiene una presencia muy fuerte, con fines de renovación de la vida. En todo caso, se cree que se ha exagerado mucho el fenómeno en el mundo azteca. Los datos arqueológicos desmienten que los sacrificios fueran tan masivos. Había una fiesta especial al dios de la guerra en la que se sacrificaban prisioneros y con esa intencionalidad cósmica de que no se parara el sol. Y luego había otras ocasiones más esporádicas en las que se sacrificaba a un solo individuo caracterizado como el dios al que se veneraba".

¿Y qué hay del canibalismo? El antropólogo estadounidense Marvin Harris teorizó que los sacrificios eran en realidad una excusa para disponer de alimento en una zona en la que las proteínas animales eran escasas. "¡Basta de leyendas negras y tonterías!", estalla Moctezuma. "¡No me hable de Harris! Lean cosas serias, por favor. Hay estudios científicos que demuestran que había recursos animales y vegetales más que suficientes. El consumo de carne humana no era en absoluto un acto generalizado. Tan sólo en algún ritual específico, con un sacrificado que representaba al dios, se tomaba como una forma de comunión".

El investigador prefiere que retengamos otros aspectos menos morbosos de la vida azteca. "Estamos descubriendo que eran una sociedad realmente compleja, con una gran división del trabajo y grandes especialistas, con gente que se dedicaba a tiempo completo a ramas concretas de la producción, a tallar la obsidiana, a fabricar cerámica. La tecnología que descubrimos detrás es impresionante. El conocimiento del tipo de barro, de los pigmentos, del diseño de motivos, o en los textiles la forma de sembrar el algodón, seleccionarlo, teñirlo. También es extraordinario el conocimiento médico y de la naturaleza".
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Extraído de El País

Sobre la conquista cristiana de la actual comarca de Llerena y de la fortaleza de Reina.

En nuestra opinión, y teniendo en cuenta el deslinde efectuado por Alfonso X en 1253 , la tierra de Sevilla avanzaba hacia el norte hasta Jerez de los Caballeros, Montemolín y Azuaga. Ello unido a la topografía de la Sierra de Aracena nos lleva a interpretar que el distrito de Cortegana debía estar volcado hacia el norte, compaginando áreas de serranía y campiña. Mientras que Almonaster, por debajo de las máximas alturas de la Sierra, prolongaría su distrito hacia el sur, formando parte de ella el Andévalo oriental que en efecto también quedó integrado en los territorios repartidos por Alfonso X a mediados del siglo XIII.

La conquista castellana llegó hasta Constantina y Reina, que en 1247 se entregaron por la vía de la capitulación. El ámbito occidental del espacio que tratamos fue conquistado por el reino de Portugal, llegando éste hasta Aracena en el año 1251.

En 1253 Alfonso X de Castilla llega a un acuerdo con el rey portugués, quedando fijada la frontera entre ambos reinos por el curso del río Guadiana. La cesión formal se produce con el Tratado de Badajoz del año 1267.

Después de múltiples tensiones y búsqueda de equilibrios, el rey portugués don Dinís reclama los territorios conquistados por Portugal, llegándose a un acuerdo en el año 1297, al Tratado de Alcañices, después del cual Castilla retuvo Aroche y Aracena, mientras que entregó a Portugal Olivenza y Campo Mayor. La frontera de éste ámbito quedó definida por el río Chanza, aunque en el salto entre éste y el río Ardila quedó un espacio indefinido objeto de disputas interminables hasta mediados del siglo XVI.
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Leer artículo completo en Federación Sierra
Fotografía de Regina Turdulorum

Sorpresa en Oia con forma de barco.

Los arqueólogos descubren en el monte de Mougás el único grabado rupestre que representa una embarcación tradicional autóctona de hace más de 4.000 años.
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Los montes de Oia han vuelto a dar una sorpresa a los arqueólogos por su riqueza prehistórica. El Instituto de Estudios Vigueses acaba de participar en el descubrimiento de un nuevo petroglifo en forma de embarcación en un área cercana al curro de Mougás y a la casa forestal.

El hallazgo es insólito porque es el único grabado rupestre conocido con esta forma. Bien es verdad que a una distancia relativamente cercana se han encontrado las únicas representaciones de embarcaciones complejas que dan cuenta de una primitiva actividad comercial con el Mediterráneo.

A diferencia de estas, el petroglifo encontrado representa una nave muy simple, una especie de balsa compuesta por un casco estrecho y un mástil con una forma de media luna que podría representar una vela.

Las características del símbolo conducen a pensar que hacen referencia a una nave autóctona empleada por los primitivos pobladores de Oia, hace más de cuatro mil años.

Proa y mástil.

El cuerpo de la nave tiene la forma de un pequeño rectángulo con un extremo levantado en forma de proa, con el mástil situado en el centro.

Este curioso petroglifo fue localizado en la zona denominada como Alto das Veigas, en una superficie en la que también pueden contemplarse combinaciones circulares y otros elementos del más remoto repertorio iconográfico.

El estado de conservación del resto prehistórico es bastante bueno en general, pese a estar expuesto a la intemperie sometido a todo tipo de condiciones externas, pero puede apreciarse perfectamente durante las horas de luz rasante.

Autores.

El hallazgo fue obra de Cándido Verde Andrés y junto con el arqueólogo y vicedirector del Instituto de Estudios Vigueses Fernando Javier Costas Goberna han publicado el estudio de investigación en el número 14 del boletín Glaucopis de esta institución.

«No podemos encontrar ningún elemento hasta estas fechas en el repertorio iconográfico de los petroglifos del noroeste de la península Ibérica semejante a la figura», manifiestan los autores en la publicación.

El hallazgo se suma a la gran cantidad de restos arqueológicos encontrados en los montes de Oia, un recurso que el Ayuntamiento aún tiene pendiente de explotar para poner en valor su patrimonio e intentar rentabilizarlo para el turismo, ya que no existen políticas para la catalogación, conservación y promoción de los tesoros arqueológicos de sus montes.

Por otro lado, la destrucción de esta riqueza patrimonial ha sido galopante en los últimos años. La degradación de los grabados rupestres pide a gritos, según los ex pertos, medidas para evitar la desaparición de un valioso legado.
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Extraído de La voz de Galicia

¿Cuándo llegaron los primeros humanos “modernos” a la Península Ibérica?

Las muestras obtenidas en Cova Gran datadas por Carbono 14 refieren una antigüedad entre 34.000 y 32.000 años para posicionar temporalmente cuándo se produjo este reemplazo biológico en el Mediterráneo Occidental, aunque el estudio relativiza la validez de la técnica del Carbono 14 para la datación de materiales arqueológicos del periodo de transición del Paleolítico Medio al Superior (40.000-30.000 años). Los resultados también refuerzan la hipótesis de que no hubo interacción ni convivencia entre ambas especies.

El trabajo, publicado en el Journal of Human Evolution, ha sido coordinado por Rafael Mora, catedrático de Prehistoria y director del CEPAP-UAB y en él han participado Jorge Martínez-Moreno, investigador del CEPAP-UAB; e Ignacio de la Torre, profesor del Institute of Archeology de la University College of London.

Cova Gran, un abrigo de grandes dimensiones descubierto en el año 2002, se ubica en la localidad de Les Avellanes-Santa Linya -en la comarca leridana de La Noguera- y es uno de los escasos yacimientos arqueológicos europeos que permiten estudiar lo que en Paleoantropología se denominan “transiciones”, fases críticas en las que se detectan transformaciones y remodelaciones esenciales para reconstruir la historia de nuestra especie.

Una reconstrucción de 60 m2.

Los investigadores han trabajado sobre una superficie de unos 60 metros cuadrados, realizando una excavación en extensión, que permite reconstruir la forma de vida de las gentes que habitaron en el abrigo. Esta sistemática de trabajo no es habitual en arqueología, ya que generalmente las excavaciones se restringen a sondeos de reducidas dimensiones. Ello les ha permitido recuperar materiales arqueológicos del Paleolítico Medio, atribuibles a Homo neanderthalensis, y del Paleolítico Superior, que corresponden a Homo sapiens, separados por un estrato estéril de sedimentos que permite diferenciarlos.

Estas excepcionales condiciones de preservación del registro arqueológico, que no se ha visto afectado por alteraciones debidas a procesos geológicos o biológicos, han permitido que los materiales utilizados por cada población se conserven sin remociones, al contrario de lo que se ha señalado en otros yacimientos arqueológicos. Un análisis detallado de los restos líticos recuperados permite reconocer importantes diferencias en su elaboración; lo que implica que fueron realizados por especies distintas.

Este hecho, reconocido en otros yacimientos de Europa Occidental, refuerza la hipótesis de que ambas especies no convivieron ni interaccionaron, aunque no puede descartarse que habitaran en una misma zona geográfica, durante el periodo comprendido entre 40.000 y 30.000 años, en el que habitualmente se posiciona la “transición” Paleolítico Medio/Superior.

Cova Gran fue ocupada sucesivamente por neandertales y humanos “modernos”, en grupos reducidos de 15 ó 20 personas que vivían de forma muy parecida: cazaban, recolectaban, elaboraban instrumentos para llevar a cabo actividades cotidianas como obtener y procesar alimentos, para las que la gestión del fuego era esencial. Sin embargo, cada especie empleaba técnicas y materias primas bien diferenciadas. La aplicación de saberes y la forma de relacionarse con el medido sugieren comportamientos distintos.

Caracoles marinos que dan pistas.

Entre los restos hallados atribuibles a Homo sapiens destacan varios caracoles marinos perforados, habitualmente considerados como un indicador de la dispersión de esta especie por África, Próximo Oriente y Europa Occidental. Igualmente, denotan la existencia de un lenguaje simbólico y unas capacidades cognitivas de las que no se tiene constancia durante el Paleolítico Medio.

Estos objetos inducen a pensar que los Homo sapiens transitaban por amplios territorios que abarcaban desde la costa del Mediterráneo hasta el Prepirineo, una distancia superior a los actuales 150 kilómetros. Sin embargo, los investigadores no descartan la existencia de redes sociales, que conectarían grupos separados por importantes distancias, y por las que circulan estos objetos. De ser así, los adornos serían un elemento simbólico clave en la configuración social y en la definición de la identidad de estas gentes.

El trabajo aporta también nuevos datos sobre el periodo en que aparecen los primeros representantes de los denominados “humanos modernos” en la Península Ibérica y la desaparición de los neandertales, una cuestión que genera una importante discusión dentro de la Paleoantropología. Las muestras datadas por Carbono 14 (14C) en Cova Gran refieren una antigüedad entre 34.000 y 32.000 años para posicionar temporalmente cuándo se produjo ese reemplazo biológico en el Mediterráneo Occidental.

Sin embargo, el estudio discute al mismo tiempo la validez del 14C, método habitualmente utilizado para datar restos arqueológicos de este periodo. Aunque el 14C es una herramienta esencial para datar contextos arqueológicos, una conclusión que se desprende del estudio es que las fechas entre 40 y 30 mil años no pueden considerarse como años “históricos”.

Esta observación aviva la polémica existente desde hace tiempo en arqueología, sobre la consideración del 14C como un reloj temporal absoluto. Este isótopo radioactivo se desintegra de forma regular, pero a partir de 30.000 años su presencia en las muestras datadas es residual y, en muchas ocasiones, estas muestras han sido sometidas a procesos de alteración difíciles de identificar.

Los investigadores argumentan que muchas de las fechas habitualmente empleadas en el estudio de este tramo cronológico pueden corresponder a muestras que han sufrido contaminaciones, o que han sido tratadas en los laboratorios con métodos que no han detectado este tipo de problemas. Actualmente se están desarrollando mejoras que posiblemente eliminarán estas incertidumbres.

Cova Gran es un yacimiento de más 2.500 metros cuadrados de superficie que contiene un importante patrimonio arqueológico. Futuras excavaciones permitirán profundizar sobre cómo se asentó el hombre moderno en la Península Ibérica y su evolución durante los últimos 40.000 años.
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Extraído de SINC