Las 16 ciudades más importantes en la Historia de la humanidad

Las ciudades, unos centros de innovación, comercio, cultura y poder imgur.com Desde los albores de la civilización, las ciudades han sido ce...

Hallan una nevera de más de 2.000 años de antigüedad en el noroeste China.

Un equipo de arqueólogos de la provincia noroccidental china de Shaanxi descubrió un primitivo refrigerador de la época imperial Qin, que data de hace más de 2.000 años.

Según informó hoy la agencia oficial Xinhua, el objeto se halló en la excavación de una antigua residencia imperial, en el distrito de Qianyang y que los expertos situaron durante el período Qin (221-207 a.C.).

La nevera, de forma cilíndrica y hecha a base de arcilla, mide 110 centímetros de diámetro y 33 centímetros de altura, explicó Tian Yaqi, investigador del Instituto Provincial de Arqueología de Shaanxi.

Los arqueólogos desenterraron el objeto a tres metros bajo tierra, en el interior de un pozo, aunque sospechan que la nevera se hallaba originalmente a mayor profundidad, en contacto con las aguas subterráneas de la zona.

Antiguamente, los chinos utilizaban estos recipientes de arcilla -conocidos en mandarín como "ling yin"- para conservar la comida fresca durante los días de intenso calor en verano y, según manuscritos de la época, podían mantenerla así hasta tres días.
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Extraído de ABC

Las termas eróticas de Pompeya.

Se recomienda la visión al público adulto exclusivamente. La advertencia, con asterisco y negrita, está en los folletos que publicitan una apertura nocturna especial del área arqueológica de Pompeya, la urbe romana sepultada por la erupción del Vesubio en el año 79. Hasta las dos de la madrugada, los visitantes pueden acceder a las únicas termas que surgen fuera de la muralla que encorseta la antigua ciudad. Lo que verán son tres pequeños locales, el primero de ellos adornado con frescos de escenas eróticas que dejan muy poco a la imaginación.

"Se trata de termas privadas a donde acudían, por pocos centavos, sobre todo los navegantes al regreso de días de alta mar. Lo demuestra la ubicación al lado de la Puerta Marina, al principio de la calle que llevaba al puerto", explica el profesor Antonio Varone, director de las excavaciones de Pompeya. Es normal, entonces, que los marineros, antes de volver a la ciudad quisieran asearse, relajarse y, digamos, permitirse algún que otro placer.

Las termas suburbanas fueron descubiertas en los años cincuenta y hasta ahora han estado prácticamente cerradas al gran público que diariamente visita la zona arqueológica (2,5 millones de visitantes al año, que generan unos ingresos en las taquillas de 20 millones de euros). El estreno de esta noche sirve de prueba general para la apertura definitiva, programada para el verano. Muy bien conservadas, miden unos 800 metros cuadrados y constan de tres locales principales: el vestuario (apodyterium), la piscina fría (frigidarium) y una de agua templada (tepidarium).

"Hombres y mujeres accedían a los locales por la misma entrada: el vestuario era común, elemento no muy corriente. Allí se quitaban las vestimentas y las sandalias y reponían sus pertenencias en las taquillas". Justo encima de los armaritos donde guardaban la ropa durante el baño, hay 16 pequeños frescos cuadrados -cada uno se corresponde con una taquilla- con las escenas eróticas. Se conservan sólo ocho, mientras que quedan rastros del resto.

Las pinturas están dispuestas en un crescendo de intensidad y de número de personas involucradas en la práctica sexual. "Creo que era una especie de juego irónico que permitía individualizar y acordarse con facilidad en qué armario se había dejado la ropa. Más que en los números marcados en las puertas, los marineros debían fijarse en la escenita", cuenta, divertido, Varone. No se deja lugar alguno a la imaginación. El poeta desnudo, felación, amor sáfico, amor de grupo... son algunas de las representaciones que servían, según los especialistas, también como catálogo de los servicios prestados en el interior.

Estas termas, que datan de la edad Augusta (en la transición entre la República y el Imperio, entre 44 a.C y 14 d.C), se encontraban tan arrimadas a la muralla de Pompeya que resultaron ser construcciones ilegales. "El propietario las había edificado en terreno público. Hemos encontrado los documentos que confiscaban una parte del edificio", dice Varone. Sin embargo, el Vesubio llegó antes que la ley.
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Extraído de El País

Científicos españoles hallan 3.000 piezas en una tumba egipcia inédita en Luxor.

Un equipo de investigadores españoles ha encontrado más de 3.000 piezas, entre objetos y fragmentos, en la primera campaña de excavación que se realiza en la mayor tumba inédita de la dinastía XVIII de la antigua ciudad de Tebas, en Luxor (Egipto).

Momias, huesos humanos, cuentas de collar, lino, papiros y estatuillas son algunos de los restos hallados por el equipo que dirige Francisco Martín Valentín, del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto, que consiguió en 2009, tras dos años de negociaciones, un permiso para trabajar en esta tumba.

"No sabemos lo que puede salir de esta tumba", ha relatado Martín Valentín, quien ha anunciado que en octubre de este año comenzarán la segunda campaña de excavaciones, que durará dos meses y medio. Los investigadores trabajan en la tumba 28 que perteneció del visir Amen-Hotep, Huy, correspondiente al reinado de Amen-Hotep III (Imperio Nuevo, hacia 1360-1353 antes de cristo).

Monumento cubierto de arena.

Este período y, en concreto, el tiempo transcurrido entre los años 28 al 36 de este soberano constituye uno de los períodos más turbulentos del Imperio Nuevo egipcio, ha señalado Martín Valentín.

Los investigadores se encontraron el monumento totalmente cubierto de arena; esta sería la causa de que hasta ahora la tumba no haya sido explorada. Lo primero que hizo el grupo de once expertos fue, además de despejar la zona de arena, limpiar los desechos. Después, aclararon la zona del patio pegada a la puerta de la tumba o capilla y excavaron hasta los cuatro o cinco metros.

Una vez dentro, los expertos lograron medir el monumento: cerca de mil metros cuadrados de superficie, entre el patio y la capilla, por una media de 5,5 metros de profundidad, ha detallado Martín. Ya en el patio (previo a la capilla) hallaron objetos, como las cuentas de collar de fayenza azul, los papiros con inscripciones y varios ushebtys, pequeñas figuras funerarias.

Dos necrópolis, en la capilla y en el patio.

Entre las piezas halladas, la que más llamó la atención a Martín Valentín fue una estatuilla de mujer desnuda de 14 centímetros hecha de marfil de hipopótamo y que sitúa en el 1.100 a.C. También en el patio, los expertos localizaron siete tumbas en las paredes, por lo que en este monumento hay dos necrópolis.

En la capilla, el grupo de científicos halló los restos de 28 columnas, que junto a las dos que aún están en pie, formaban parte de la decoración y estructura de esta parte del monumento. Además de los restos de esta época egipcia, los expertos descubrieron objetos de la época cristiana.

Los más de 3.000 objetos hallados en esta primera excavación están clasificados, registrados y guardados en un almacén. Para la segunda campaña se sumarán otros ocho investigadores españoles. El proyecto, que se lleva a cabo en cooperación con el Supreme Council of Antiquities de Egipto, recibe financiación del Ministerio de Cultura y de la Fundación Gaselec de Melilla.
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Extraído de 20 minutos

Hallan una tumba de 2.700 años de antigüedad.

Arqueólogos mexicanos y estadounidenses han descubierto una tumba con cuatro osamentas de unos 2.700 años de antigüedad dentro de los restos de una pirámide en el estado de Chiapas, al sureste de México.

"El hallazgo en este sitio de filiación zoque consiste en los restos óseos de cuatro individuos, dos de ellos vestidos con jade, utensilios de cerámica y otros objetos preciosos para la cultura y la época", ha informado este lunes el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

El descubrimiento ha sido realizado por integrantes del Proyecto Arqueológico Chiapa de Corzo, donde participan especialistas del INAH, de la Universidad Nacional de México (UNAM) y de la Universidad Brigham Young, de Utah, Estados Unidos.

Los científicos destacan que por sus características se trata de la tumba de un alto personaje de la época y "podría ser la más antigua en su tipo en toda Mesoamérica", la cual permitirá ajustar las cronología de las culturas Olmeca y Maya, además de precisar que el uso de las pirámides como recintos funerarios "es más antiguo de lo que se había creído hasta ahora".

Los expertos indicaron que la cerámica encontrada ha permitido ubicar el sitio en el período clásico medio, entre los 700 y 500 años antes de Cristo, lo cual se confirmará con estudios de carbono 14, estroncio y ADN de las osamentas y objetos.

El hallazgo consiste en una cámara funeraria con un anexo dentro de una de las estructuras más tempranas "del montículo 11 de Chiapa de Corzo, una pirámide que debió tener entre seis y siete metros de altura, escaleras de barro y un templo en la parte superior".

Agregó que en el interior de la tumba se encontraron las osamentas de tres individuos, uno correspondiente a un personaje de alto rango de unos 50 años, con ricos atavíos, junto a otras dos -una de un niño de un año y una más de un joven-, que habrían sido depositados como acompañantes y que fueron "posiblemente sacrificados".

El personaje principal estaba ricamente adornado con cuentas de jade, un taparrabo con perlas, así como con pendientes de jade de diversas formas colocadas en sus tobillos, rodillas, en pulseras y brazaletes, además de una máscara con ojos de obsidiana verde, un espejo de pirita y 15 vasijas.

En una cámara anexa se ha encontrado una cuarta osamenta de una mujer, también con una gran ofrenda de jade y perlas, con pendientes y cuentas de ámbar, entre otros objetos.

Los arqueólogos destacaron la similitud de esta tumba con otras descubiertas a mediados del siglo pasado en La Venta Tabasco, uno de los principales centros de la cultura olmeca.
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Extraído de El Mundo

Neandertales y sapiens, aún más separados.

Un estudio dice que su ancestro común vivió hace un millón de años, el doble de lo aceptado.

El último pariente común entre sapiens y neandertales es el doble de viejo de lo que se creía, según un trabajo realizado por investigadores del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), en Burgos. Los investigadores lo sitúan hace un millón de años. Mientras, el primer genoma neandertal publicado la semana pasada lo databa hace unos 350.000 años.

"Estas conclusiones han sido uno de mis mayores quebraderos de cabeza y yo he sido la primera sorprendida", explica a Público Aida Gómez, quien ha realizado la investigación como parte de su tesis doctoral bajo la supervisión de María Martinón, investigadora de Atapuerca, y José María Bermúdez de Castro, director del CENIEH. Los datos se desprenden del análisis morfológico de unas 1.500 piezas dentales de toda la familia humana (neandertales, sapiens, erectus, habilis o antecessor) y de australopitecos de hace hasta cuatro millones de años, de África, Asia y Europa. Se han analizado con una herramienta informática que compara puntos en los dientes de las especies y calcula su divergencia evolutiva.

"La evidencia real de los fósiles nos dice que el ancestro común de sapiens y neandertales vivió mucho antes de lo que dicen los genes", explica Martinón.

Guerra de cifras.

Martinón dice que los neandertales que vivieron hace 600.000 años en Atapuerca ya eran una especie diferenciada de los sapiens. Eso hace imposible que su último ancestro común viviese 300.000 años después, como propone el equipo que ha obtenido el genoma neandertal. Los dientes de otros homininos de la Gran Dolina de Atapuerca, de hace 900.000 años, ya presentaban rasgos que los hacían más neandertales que ancestros del sapiens, añade Gómez.

El ancestro común se ubicaría 100.000 años antes, lo que demuestra que ninguno de los fósiles encontrados hasta hoy es el del ansiado ancestro, ya que no hay fósiles de Homo de esa antigüedad, concluye Martinón.
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Extraído de Público

Genes surferos.

Los importantes trabajos sobre el genoma neandertal merecen una reflexión profunda, de la que ahora solo puedo adelantar unas líneas.

En primer lugar, produce una gran satisfacción el hecho de que varios investigadores españoles hayan participado tan brillantemente en el proyecto. No solo aportamos fósiles, sino también talento.

Las diferencias genéticas entre neandertales y humanos modernos, aunque pequeñas, son del máximo interés para conocerlos a ellos, y también para entendernos a nosotros y averiguar qué es lo que nos hace únicos en tantos aspectos, desde la anatomía hasta la cognición.

Y he dicho ellos para referirme a los neandertales, como si no tuvieran nada que ver con nosotros. No es así. Compartimos, de entrada, la mayor parte de nuestro genoma, ya que la separación de las dos líneas -es decir, el momento en que las poblaciones europeas y africanas dejaron de intercambiar genes- es relativamente reciente en el tiempo: entre hace un millón y hace medio millón de años. Además, el estudio apunta a que los humanos actuales de Eurasia recibieron una pequeña aportación genética (en torno al 2º%) de los neandertales.

No ocurre lo mismo en el caso de los pueblos subsaharianos. Esto se explica porque los subsaharianos nunca estuvieron en contacto con los neandertales. Sin embargo, al salir los humanos modernos de África se encontraron con los neandertales que vivían en el Oriente Próximo, e intercambiaron genes, se cruzaron (pero eso no debe hacernos perder de vista que el resultado fundamental del estudio es la divergencia evolutiva entre las dos líneas, que explica las diferencias morfológicas tan marcadas entre unos y otros).

De este modo, «subiéndose» en el Mediterráneo Oriental a la ola de expansión humana procedente de África, esos pocos genes neandertales «surferos» llegaron (según parece) hasta Nueva Guinea, China o Francia. Pudieron incorporarse, aunque los hijos en común no abundasen, porque los humanos que salieron de África fueron pocos. Más tarde se multiplicaron sus descendientes por todo el mundo.

Sorprende, no obstante, que los habitantes de Europa Occidental no porten más genes neandertales que los papuas o los chinos, puesto que la convivencia en Europa fue de muchos milenios, y el territorio estaba más densamente poblado –sobre todo en el sur-, que en otros lugares.

La explicación de los autores es que los actuales europeos llegaron mucho después, con las expansiones neolíticas desde el Creciente Fértil, donde los neandertales habrían desaparecido mucho antes que en Europa. Sin embargo queda un poso paleolítico en Europa, más marcado en ciertas zonas del Occidente Europeo… que habrá que investigar.

Falta comprobarlo todo y discutirlo todo. Pero es posible que muchos de nosotros llevemos una gota neandertal en nuestras venas. Gran noticia.
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Extraído de ABC
POR JUAN LUIS ARSUAGA

Pliopithecus canmatensis, más diversidad de primates del Mioceno.

En Catalunya se localiza el yacimiento de primates del Mioceno más importante de Europa. Los descubrimientos que se vienen realizando en Can Mata, ubicado en Hostalets de Pierola (Barcelona), permiten ir cambiando la visión que se tiene de la evolución de los antecesores de los grandes monos y de nuestra humanidad.

Can Mata es un yacimiento paleontológico de gran importancia para conocer la biocenosis del planeta de hace algo más de 10 millones de años. Este lugar fosilífero se hizo mundialmente conocido gracias al descubrimiento de una nueva especie de primate, el Pierolapithecus catalaunicus, cuyo holotipo fue localizado en los sedimentos terciarios de la localidad mencionada.

La construcción de un basurero en ese municipio, uno de los más grandes de España, es el responsable de gran parte de los hallazgos que allí se están produciendo. La remoción de centenares de miles de metros cúbicos de sedimentos permite poner de relieve capas fosilíferas de un valor científico singular. Hasta ahora se han documentado decenas de miles de fósiles de vertebrados. Desde el 2002, año en que se inician dichos descubrimientos, se ha procedido a la excavación y publicación de este significativo registro.

Recientemente, Can Mata ha vuelto a ser noticia al haberse revelado una nueva especie de primate el Pliophitecus canmatensis. Efectivamente, una serie de restos craneales de gran trascendencia (mandíbulas y piezas dentarias), han permito identificarla, un hecho que se ha dado a conocer en el American Journal of Physical Anthropology. Según el estudio llevado a cabo, este espécimen, que pesaba unos 15 kilogramos y vivía en las ramas y copas de los árboles, se alimentaba básicamente de frutos. Cabe destacar que se trata de antecesores de la que será la línea que conducirá, por evolución, a los homininos de finales del Plioceno y Pleistoceno inferior, es decir, la base de nuestros antepasados de género. Estos parece ser que emergieron en África y después se trasladaron a Euroasia oriental, para desplazarse posteriormente hacia Europa, realizando así algo parecido a lo que podría haber efectuado nuestra especie, el Homo sapiens, cuando salió de África hace unos 100.000 años.

Después del descubrimiento del Pieralophitecus catalaunicus y el Anoiapithecus brevirostris, el Pliopithecus canmatensis, contribuye, sin duda, a ensanchar la diversidad de primates que habitaron en el Mioceno en esta parte del planeta.
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Extraído de El Mundo

Los neandertales siguen 'vivos'.

El primer genoma de esta especie demuestra que hasta el 4% del ADN de los humanos actuales procede de ella. Los sapiens se cruzaron con sus 'primos' en Oriente Próximo hace 80.000 años. Genes de desarrollo cognitivo y craneal diferencian a ambos.
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Los neandertales se extinguieron hace miles de años, pero una pequeña parte de ellos sigue viva. El primer borrador del genoma de este primo de los humanos actuales demuestra que los habitantes de Europa y Asia lleva hasta un 4% de ADN neandertal. El trabajo es una confirmación casi definitiva de que ambas poblaciones se cruzaron y tuvieron hijos fértiles.

"Ha sido una sorpresa y se contradice con las opiniones que habíamos defendido antes", explica a Público Carles Lalueza, investigador de la Universidad Pompeu Fabra y coautor del trabajo, en el que se han analizado fósiles neandertales de El Sidrón (Asturias) y de otros yacimientos.

El estudio también aporta la primera lista de genes candidatos a definir qué diferencia a los humanos modernos de sus parientes extintos, como el neandertal. Algunos son claves para el desarrollo del cráneo y otros están relacionados con el autismo o la esquizofrenia, que podría ser una dolencia exclusiva de los sapiens. "Puede parecer paradójico, pero quizás no seríamos nosotros si no padeciéramos estos trastornos", aventura Lalueza.

Son los primeros resultados de un trabajo en el que han participado decenas de investigadores europeos y estadounidenses durante cinco años. En este tiempo, multitud de estudios ya habían conseguido acabar con la imagen del neandertal como un ser rudo y primitivo en comparación con los sapiens, con los que vivieron en Europa durante unos 15.000 años. Esta última vuelta de tuerca añadirá una nueva crisis de identidad al sapiens.

"Una discusión infructuosa".

"Si podían tener hijos fértiles, entonces eran la misma especie", asegura el codirector de Atapuerca Juan Luis Arsuaga, que no ha participado en el estudio. Los autores son más cautos. "Es una discusión infructuosa", explica Svante Pääbo, investigador del Instituto Max Planck en Alemania y autor principal del trabajo. "Yo los definiría como unos humanos algo más diferentes de lo que los humanos son entre ellos pero, en realidad, no muy distintos genéticamente a nosotros", añade.

El trabajo, publicado hoy en Science, es un hito decisivo en el debate sobre el parentesco entre los diferentes linajes humanos y el nivel de intimidad al que llegaron.

"Esto va a reavivar el debate hasta el límite del incendio", explica Antonio Rosas, investigador del CSIC y coautor del trabajo.

Los investigadores han taladrado los huesos de neandertales que vivieron en Croacia, España y Rusia hace entre 70.000 y 38.000 años para extraer su ADN. Tres hembras de Croacia han servido de referencia para componer un borrador del genoma neandertal que abarca un 60% del total. Las secuencias se compararon con los genomas de cinco personas actuales: un yoruba y un san del oeste y el sur de África, un chino en representación de Asia, un papuano por Oceanía y un francés por Europa.

La mítica hibridación.

Los resultados han permitido intuir el lugar de la mítica hibridación. Desvelaron que tanto los asiáticos como los europeos han heredado de los neandertales una serie de secuencias genéticas que equivalen a una fracción de entre el 1% y el 4% del total de sus genomas. Los africanos, emparentados con poblaciones de sapiens más antiguas, no llevaban esas secuencias. Eso implica que el encuentro entre neandertales y humanos sucedió después de que los ancestros de los sapiens dejasen el continente negro.

Los sapiens que se expandían hacia el este se encontraron con los neandertales que habitaban Oriente Próximo. Antes de continuar su marcha hacia Asia y Europa, ambos linajes se mezclaron, posiblemente en un periodo de tiempo no muy largo y en un territorio no muy extenso, explica Rosas. En aquel lugar, los neandertales contribuyeron a forjar el ADN de los futuros europeos y asiáticos, pero no al revés, pues no han encontrado muestra de que los sapiens legasen genes nuevos a los neandertales.

Esto pone patas arriba la teoría de la Eva africana. Dice que todos los humanos actuales descienden de una población primigenia que salió de ese continente y reemplazó a todos sus parientes: homo erectus, heidelbergensis y neandertales.

"Es un estudio clave", dice Milford Wolpoff, el investigador de la Universidad de Michigan que inventó hace años la teoría alternativa, el multirregionalismo.

"El hecho de que haya hibridación prueba que pudo haber intercambio de genes favorables entre una y otra especie", explica. Su conclusión es que sapiens y neandertales son subespecies de la misma especie.

Tampoco faltan los peros. "Es difícil de imaginar cómo los neandertales convivieron en Europa con los sapiens durante unos 15.000 años y que los europeos de hoy no muestren mayor cercanía a ellos que los asiáticos", opina Laurent Excoffier, investigador de la Universidad de Berna y valedor de la teoría de la no hibridación.

Evolución en directo.

La investigación también ha sido la primera en proponer una lista de 83 genes que se han conservado durante miles de años de evolución en los sapiens y que no tenían los neandertales. Entre ellos hay genes relacionados con el desarrollo mental cuyas mutaciones provocan autismo o esquizofrenia. "Es posible que los trastornos mentales que padecemos los homo sapiens sean un daño colateral de nuestro desarrollo cognitivo", señala Carles Lalueza.

Otro gran candidato es el gen RUNX2, relacionado con el desarrollo del cráneo y la caja torácica. Cuando este gen está mutado, se producen malformaciones que abultan la frente y la hacen más neandertal. También producen una caja torácica acampanada, similar a la que muestran los fósiles neandertales encontrados hasta el momento. La colección también contiene otras adivinanzas en forma de genes relacionados con la calidad del esperma, la curación de heridas, el metabolismo o la pigmentación de la piel. Ahora habrá que adivinar su función específica, que aún se desconoce en la mayoría de los casos. "No sólo habrá que crear ratones transgénicos neandertalizados sino también otros humanizados", explica Lalueza. Cada uno de esos transgénicos llevará un año y medio de trabajo. "Esto nos abre un campo muy complicado para los próximos 10 años", concluye.
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Extraído de Público

Los mamuts tenían sangre 'anticongelante'.

Los mamuts tenían sangre 'anticongelante' que les permitía mantener su cuerpo en las condiciones perfectas ante tan bajas temperaturas, según recoge un estudio publicado en 'Nature Genetics', tras haber trabajado con varios ejemplares que vivieron hace unos 10.000 años.

Así, los científicos han empleado una proteína disuelta en la sangre de estos animales para poder llegar a la hemoglobina, que se encuentra en los glóbulos rojos sanguíneos, donde se transporta el oxígeno a través de la sangre. Además, los autores del estudio han resaltado que estos hallazgos han permitido abrir nuevas líneas de investigación acerca de los ecosistemas tan fríos del Pleistoceno.

De esta forma, el equipo encontró que los mamuts poseían una adaptación genética que permitía a su hemoglobina liberar ese oxígeno incluso a muy bajas temperaturas, una capacidad que normalmente se ve inhibida cuando los termómetros rozan los grados bajo cero.

Conservados en el hielo.

Los investigadores han secuenciado los genes de la hemoglobina procedentes de tres mamuts siberianos, de hace 10.000 años, que se conservaron en el permafrost, la capa de hielo permanente situada en los niveles superficiales del suelo en las regiones muy frías, como los polos.

"Las moléculas de hemoglobina no son diferentes de aquellas que podrían haber sido tomadas de un ejemplar de la época", afirmó el coautor del estudio de la Universidad de Canadá, Kevin Campbell, a la vez que señaló que los elefantes de hoy en día no disponen de sangre anticongelante.

Por su parte, el investigador del centro australiano de ADN de la Universidad de Adelaida, Alan Cooper, destacó el hecho de que se pueda volver a recrear una proteína de esas características, tras más de 10.000 años, y descubrir "importantes" hallazgos que no pueden percibirse en las especies actuales.

Sin su adaptación genética, indica, los mamuts habrían perdido energía en invierno, obligándoles a comer más durante esa época para sustituir la comida por energía.
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Extraído de El Mundo

La sofisticada organización social de los indígenas de la Patagonia argentina.

Uno de los principales argumentos que los conquistadores europeos llegados a América utilizaron para someter a la población indígena fue su supuesta inferioridad en sus costumbres y en su forma de pensar, llegando a calificarles de 'bárbaros' o a compararles con 'bestias'.

Un estudio llevado a cabo por investigadores españoles y argentinos se suma a los de otros historiadores y demuestra que las comunidades indígenas de la Patagonia tenían niveles muy desarrollados de organización social.

"Aunque la tecnología no era comparable con la europea o la colonial, sus formas de organización social y política eran muy sofisticadas", explica Juan A. Barceló, arqueólogo y autor principal de este estudio, publicado en 'Arctic Anthropology'.

"Se trataba de grupos numerosos de cazadores-recolectores que cada vez invertían más capacidades en el cuidado pastoril de caballos y ganado bovino", añade este investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

Resistiendo a la invasión colonial.
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El investigador afirma que se han documentado concentraciones de miles de individuos, organizados de forma jerárquica: "Prueba de esta complejidad social y económica es que desde mediados del siglo XVIII, las comunidades indígenas resisten la penetración colonial, produciendo incluso numerosas derrotas. Es la población indígena la que domina en la frontera que se va conformando.", afirma.

El análisis comenzó a partir de la situación actual de los indígenas, cuya población se ha reducido enormemente y muchos grupos han desaparecido. Los investigadores argentinos y chilenos llevan muchos años estudiando el exterminio de las poblaciones autóctonas. "Nosotros nos hemos centrado más en los aspectos poco visibles de las dinámicas sociales internas de los grupos, cómo van perdiendo progresivamente su identidad, su lengua, su cultura."

"Partimos de las características de estas poblaciones en la época anterior al contacto y analizamos la paulatina desorganización de sus sistemas demográficos, económicos, sociales y políticos". Para ello contaron la ayuda de la población indígena: "Nos facilitaron todo tipo de ayuda, en especial, documentación lingüística y cultural que ellos mismos han recopilado en estos años".

La población actual está desprotegida.
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Respecto a la situación actual de las comunidades indígenas en la Patagonia, Barceló afirma que "si hacemos caso de las afirmaciones de los representantes indígenas, no hay política de protección de ningún tipo".

Asimismo, denuncia que los numerosos estudios científicos que se publican quedan automáticamente restringidos a los canales académicos, sin que lleguen a la población indígena. "Por ejemplo, el único diccionario Tehuelche-castellano existente se ha editado en Holanda, y ninguna de las comunidades indígenas sabe que existe", añade el investigador.

En cuanto a la lengua, el estudio afirma que de forma errónea se consideraba que las poblaciones indígenas australes eran marginales y hablaban el mismo idioma. Existen estudios históricos que han recopilado más de 30 idiomas y dialectos distintos.

Los investigadores esperan con este estudio romper con falsos mitos y constatar que la población indígena tiene su propia historia.
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Extraíso de El Mundo

Los chimpancés redefinen al ser humano.

El descubrimiento, hace 50 años, de que esta especie emplea herramientas cambió la percepción antropocéntrica del mundo.

Hace ahora medio siglo, una chica inglesa de 26 años y melena rubia que desentonaba en la selva de Tanzania como un orangután en una oficina de Londres, observó a un chimpancé adulto esgrimiendo una brizna de hierba para pescar termitas en su guarida de barro. La muchacha se llamaba Jane Goodall y hacía apenas tres años que había pisado África por primera vez, movida por su pasión por la novela Tarzán. Su mentor, el paleoantropólogo Louis Leakey, descubridor del Homo habilis, miró a Goodall y proclamó: "Ahora tenemos que redefinir la palabra herramienta, redefinir el concepto de hombre o aceptar que los chimpancés son humanos".

El antropólogo William McGrew comienza con esta anécdota un artículo sobre la tecnología punta de los chimpancés que se publica hoy en la revista Science. El descubrimiento casual de Goodall, junto a otras observaciones similares realizadas por el español Jordi Sabater Pi en Guinea, cambiaron la percepción del mundo. En un vistazo de apenas un minuto a un simio, el pensamiento cristiano que otorgaba en exclusiva el don de la inteligencia al hombre se desplomó. Los chimpancés empleaban herramientas y, como se supo después, también las fabricaban y enseñaban su manejo a otros individuos. Los monos tenían cultura. La escena del primate aprendiendo a emplear un hueso como herramienta, al compás de Así habló Zarathustra, que pintó Stanley Kubrick como origen del hombre en 2001: Odisea del espacio, dejó de tener sentido cuando los trabajos de Goodall se popularizaron. Aquellos mandobles con el hueso no definían al ser humano. Los chimpancés también empleaban útiles. La esencia del hombre debía estar en otra parte.

"La afirmación de Leakey es una falsa tricotomía. Las herramientas todavía son herramientas, los humanos son todavía humanos y los chimpancés son todavía chimpancés. Sin embargo, ahora nos damos cuenta de que la distancia entre lo que es humano y lo que no es mucho más pequeña de lo que pensábamos", explica McGrew a Público.

El antropólogo, de la Universidad de Cambridge, dibuja en su artículo una especie tecnificada, que usa herramientas para casi todo, según se ha descubierto en los últimos 50 años. Las utilizan para obtener alimentos, como cuando pescan hormigas. O para comer, como cuando usan un martillo de madera y un yunque de piedra para partir nueces. Incluso para conseguir sexo. Algunos machos tensan una hoja entre sus dientes y su mano y con la otra hacen que vibre. Esta música de la selva atrae a las hembras en celo.

Tenedor y palillos.

El caso de los chimpancés es único. Ni los bonobos, también conocidos como chimpancés pigmeos, ni los gorilas exhiben esta capacidad tecnológica en libertad. En cambio, cada grupo de chimpancés utiliza unos 20 tipos de herramientas distintas. Y este kit cambia de una selva a otra, por el mismo motivo que un español come el arroz con tenedor y un chino, con palillos.

McGrew cree que esta capacidad para fabricar y utilizar un amplio abanico de herramientas complejas, exclusiva de los chimpancés y los humanos, es "impresionante". Recientemente, los científicos han observado simios que entretejen hojas y ramas para hacerse una cama, con somier y colchón. Incluso con almohada. Y a comienzos de esta semana, dos estudios diferentes mostraron un comportamiento conmovedor en dos grupos de chimpancés tras la muerte de varios individuos. Si hubieran sido humanos, hubiera sido fácil definirlo: duelo, luto.

En uno de los casos, un grupo de psicólogos de la Universidad de Stirling, en Escocia, observó un velatorio tras la muerte de una vieja hembra criada en un parque. Sus congéneres la acicalaron antes de morir y su hija permaneció con el cadáver toda la noche. En el otro caso, científicos de la Universidad de Oxford siguieron por las selvas de Bossou, en Guinea, a un grupo de chimpancés que acababa de perder a dos crías. Las madres transportaron y cuidaron a los cadáveres durante semanas. La coincidencia del ADN de chimpancés y humanos, superior al 90%, no es en balde: los primeros perciben la muerte de manera similar a los segundos. Ahora resta encontrar qué hay en ese ADN restante que nos hace humanos. "En mi opinión, la diferencia más importante entre humanos y no humanos es la posesión de un lenguaje completo", apunta McGrew.

El director del Centro de investigación en primates de la Universidad de Barcelona, Joaquim Veà, va más allá y apunta al "dominio del fuego" como rasgo distintivo del ser humano, entendido éste no como un urbanita de hoy, sino como la esencia del Homo sapiens desde que pisó por primera vez el planeta. "El resto de características, como el arte o la religión, son muy recientes", señala Veà.

Hoy es casi imposible diferenciar una herramienta de un chimpancé y la de un ancestro humano. Y algunos expertos creen que, con el paso de los milenios, su tecnología seguiría evolucionando, haciéndose más humana, casi como en El planeta de los simios. Pero Veà es más escéptico: "Dentro de unos milenios no habrá chimpancés". Sólo quedan unos 200.000, amenazados por el ébola y los cazadores furtivos.
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Extraído de Público

Los científicos responden a Hawking: no hay que temer a los extraterrestres.

Las declaraciones de Stephen Hawking sobre las nefastas consecuencias que podría tener para nosotros un encuentro con una civilización extraterrestre avanzada siguen provocando reacciones. Esta vez le toca el turno a otros científicos de relieve, que se preguntan cómo exactamente podría producirse una invasión de seres de otro mundo. Con todas las salvedades y aplicando criterios puramente lógicos, concluyen que, sencillamente, a los aliens no les merecería la pena el esfuerzo.

Pero veamos. La raza humana ha sufrido ya, en la ficción, numerosos ataques procedentes del espacio. En libros y películas hemos sido secuestrados, usados para crueles experimentos, devorados, esterilizados, desintegrados y hasta convertidos en abono para adaptar nuestro planeta a los nuevos inquilinos que pretenden dominarlo. Y las opiniones expresadas por Hawking refuerzan, en cierto modo, ese miedo colectivo. «Sólo debemos mirarnos a nosotros mismos para ver cómo la vida inteligente puede convertirse en algo que no quisiéramos conocer», dijo el científico británico, quien añadió además que «si los extraterrestres nos llegan a visitar, creo que el resultado sería muy parecido a como cuando Cristóbal Colón llegó a América, lo que no terminó muy bien para los indígenas. Imagino que habiendo utilizado todos los recursos en su planeta natal, esas civilizaciones extraterrestres avanzadas se volverían nómadas, buscando conquistar y colonizar cualquier planeta que pudieran alcanzar».

Otros científicos, sin embargo, no están en absoluto de acuerdo con estas opiniones. Se trata de investigadores que, como el propio Hawking, han dedicado sus vidas a estudiar la física y el Universo, y que han dedicado mucho tiempo a analizar las diferentes formas en que se desarrollaría un contacto con una hipotética civilización de otro mundo. El resultado, según ellos, es que no tenemos nada que temer. "En las películas -asegura Seth Shostak, investigador del programa SETI de búsqueda de inteligencia extraterrestre- los aliens sólo vienen a la Tierra por dos razones: o bien para encontrar algún recurso del que no disponen en su propio planeta, o bien para utilizarnos para algún oscuro experimento de reproducción". Dos escenarios que apuntan directamente a dos de nuestros miedos más ancestrales: perder los recursos necesarios para sobrevivir y nuestra capacidad para reproducirnos.

Buenas pretensiones.
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Sin embargo, opina Shostak, no resulta lógico pensar que los aliens, en caso de venir aquí, pretendan hacer alguna de esas dos cosas. Los viajes espaciales son algo muy costoso y requieren de una enorme cantidad de recursos, seas del planeta que seas. "Cualquier cosa que nosotros tengamos aquí, ellos podrían encontrarla en el lugar donde viven. Y en el caso de que en la Tierra haya algún recurso que no exista en su planeta natal, seguramente habría una forma más fácil de conseguirlo que la de venir aquí a invadirnos".

Además, opina el científico, si una civilización extraterrestre está lo suficientemente avanzada como para hacer viajes interestelares, resulta lógico pensar que también dispondrán de máquinas y robots muy sofisticados. Y que serían esos robots, y no ellos personalmente, los que llegarían hasta nuestro planeta.

Tampoco David Morrison, director del centro de investigación espacial Ames, de la NASA, está de acuerdo con las afirmaciones de Stephen Hawking. Para él, cualquier contacto con extraterrestres resulta altamente improbable. Pero si se produjera, sería en forma de ondas de radio enviadas de una civilización a otra. "Nosotros estamos a la escucha de esas señales de radio -afirma Morrison- Y podemos asumir que cualquier civilización de la que recibamos señales de radio estará más avanzada que nosotros". La razón es que nuestra especie sólo dispone de la tecnología necesaria para escuchar y emitir ondas de radio desde hace apenas un siglo, lo cual supone que nuestra señales, viajando a la máxima velocidad posible (la de la luz, a 300.000 km por segundo), apenas si han cubierto una distancia de cien años luz.

Un Ejército cansado.
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Pero si nos llega una señal de radio alienígena desde un lejano planeta que esté a cientos, o a miles de años luz de distancia, la civilización que la he emitido ttiene por fuerza que ser más avanzada que la nuestra, ya que fueron capaces de emitir la señal hace ya cientos o miles de años. Y Morrison duda que una civilización así de avanzada venga hasta aquí con la sola intención de hacernos daño. "Si una civilización ha podido perdurar a lo largo de cientos o de miles de años -razona Morrison- es casi seguro que habrá conseguido resolver los problemas que tenemos nosotros. O por lo menos así lo espero".

Incluso en el peor de los casos, es decir, que los extraterrestres existan, nos hayan localizado y hayan viajado hasta aquí, no parece probable que envíen todo un ejército y los pertrechos necesarios para lanzar un ataque contra la Tierra. O por lo menos eso es lo que piensa el reputado escritor de ciencia ficción Jack McDevitt. "Imagine lo que significa reunir toda una fuerza de invasión, y sólo para apilarlos en contenedores durante largos años para hacerlos llegar hasta aquí", afirma el novelista.

A pesar de que el contacto entre humanos y alienígenas es uno de los temas más recurrentes de sus obras, McDevitt no cree que un encuentro así pueda producirse fácilmente. Llevaría una enorme cantidad de tiempo para cualquier civilización llegar hasta la Tierra, y "cualquiera que sea capaz de llevar a cabo esa proeza no querría utilizar todas sus fuerzas para esa tarea. Tenemos problemas mucho mayores de los que preocuparnos", asegura.
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Extraído de ABC