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El contexto político y social de la crisis Cicerón denuncia a Catilina, por Cesare Maccari. La conjura de Catilina fue un complot liderado p...

Los sapiens dejaron África cruzando el mar.

Herramientas humanas halladas en Emiratos Árabes apoyan que hubo un éxodo hace 125.000 años.

El primer viaje de los humanos modernos fuera de África pudo ser mucho más antiguo y audaz de lo que se pensaba. Un puñado de herramientas de piedra halladas en el Golfo Pérsico dibujan, según un grupo de arqueólogos europeos, una ruta alternativa por la que el hombre moderno podría haber colonizado primero Arabia, luego Mesopotamia y después Europa y Asia. Según esta hipótesis, de la que aún faltan los fósiles de aquellos pioneros, la primera cabeza de puente del sapiens para conquistar el resto del mundo no fue el corredor del Nilo a través de lo que hoy es Egipto hasta entrar en Israel, como siguen pensando muchos expertos, sino las aguas del mar Rojo y los desiertos de Arabia. Este primer éxodo sería casi el doble de antiguo, pues sucedió hace unos 125.000 años, según el trabajo.

"Pudieron usar balsas o botes, porque ya eran capaces de construirlos en aquella época", postuló el arqueólogo de la Universidad de Tubinga (Alemania) Hans-Peter Uerpmann, coautor del estudio, durante una conferencia de prensa para presentar su hallazgo.

La propuesta, que publica hoy Science, se sustenta en un hacha de mano hecha de sílex y otros útiles de hace entre 100.000 y 125.000 años. Sus filos delatan la mano de humanos modernos, según el equipo que los ha desenterrado en Jebel Faya, un enclave desértico en Emiratos Árabes a unos 65 kilómetros de la costa que separa a este país de Irán.

"Fueron nuestros ancestros, no me cabe duda", aseguró Uerpmann sobre los autores de aquella caja de herramientas paleolítica. Su visión contradice los estudios genéticos clásicos que mantienen que los humanos actuales descienden de sapiens que salieron de África hace entre 60.000 y 70.000 años vía Egipto e Israel.

"Nuestro estudio debería animar a que se analice de nuevo la forma en la que los humanos modernos nos convertimos en una especie global", aseguró Simon Armitage, el investigador de la Universidad de Londres que ha datado los nuevos restos. El equipo mantiene que el hacha, los punzones y los raspadores que han desenterrado son muy parecidos a los que se han encontrado en otros yacimientos del este de África en épocas similares y que se atribuyen a humanos modernos. Sus afilados cantos cuentan la historia de un éxodo alternativo por la ruta del sur.

Todo comienza hace unos 130.000 años, con la llegada de un periodo de temperaturas más cálidas al final de una glaciación. Con el calor llegaron las lluvias a Arabia, donde los desiertos se convertirían en sabanas mucho más habitables y parecidas a las de África. Pero, para llegar a ellas, los humanos modernos tuvieron que cruzar el mar Rojo, donde el nivel del mar comenzó a subir con el deshielo. Todo dependió de estar en el lugar y momento adecuados para poder cruzar el estrecho.

Al comienzo del calentamiento, antes de que se derritiesen los hielos, el nivel del mar Rojo era cien metros más bajo que el de hoy, pero el clima de Arabia ya era más húmedo. Los humanos sólo tuvieron que cruzar unos cuatro kilómetros de mar, según los autores del estudio, para llegar a unas praderas donde ya vivían gacelas, cabras monteses y otros animales de caza. Aún es un misterio cómo cruzaron. Una vez conquistada la otra orilla, las poblaciones atravesaron Arabia hasta los emiratos. El área sería un nuevo centro desde el que los humanos modernos podrían luego haber cruzado el Golfo Pérsico hasta llegar a Mesopotamia y luego a Europa y Asia en épocas de clima favorable y un nivel del mar bajo, señala el estudio.

Pocas pruebas.

"Es muy lógico pensar que existió esta ruta alternativa a la gran autopista de salida", opina Eudald Carbonell, codirector de Atapuerca. El experto, que no ha participado en el estudio, apunta que hace 125.000 años los humanos modernos "conocían bien el medio marino y los litorales", lo que les pudo permitir realizar la travesía a Arabia por el sur. Pero las pruebas no son suficientes, ya que no hay fósiles que prueben esta hipótesis, advierte Carbonell. De hecho, el experto, que conoce bien las herramientas de los neandertales y sus ancestros, señala que pudo ser esta especie la que hiciese los útiles de Jebel Faya. "Es muy difícil asegurar que son de humanos modernos, pues se conocen industrias líticas laminares muy parecidas hechas por neandertales de Europa", concluye.

Extraído de Público

El atajo árabe del 'Homo sapiens' al salir de África.

Un conjunto de herramientas encontradas en un yacimiento de los Emiratos Árabes Unidos, el Jebel Fayal, podría haber retrasado en casi 50.000 años la llegada de los humanos modernos a la península árabe, después de cruzar por el Estrecho de Bad al Mandab, que la separa del Cuerno de África.
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Esta es la conclusión que un equipo de investigadores, dirigidos por Hans-Peter Uerpmann, de la Universidad alemana de Tübingen, presenta esta semana en la revista 'Science', que atribuyen los utensilios de piedra encontrados en el yacimiento a primitivos 'Homo sapiens', por el método de tallaje con el que se fabricaron.
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Hasta ahora, se sabía que los primeros 'sapiens' en abandonar el continente africano lo hicieron por el llamado 'corredor del Nilo', hacia Próximo Oriente. Restos fósiles encontrados en dos yacimientos en Israel así lo confirman, y la genética ha revelado que hace 80.000 años se cruzaron allí con los neandertales.
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Tras esta salida, se sabía que su expansión hacia la costa árabe tuvo lugar hace unos 60.000 años y que hace unos 45.000 llegaron a Europa siguiendo la costa del Mediterráneo.
En el trabajo publicado en 'Science', Simon Armitage, de la Universidad de Londres, y el resto del equipo defienden que hubo otra ruta de salida, por el sur del Golfo Pérsico, dado que las herramientas de piedra de Jebel Faya tienen la misma tecnología que la que utilizaban los 'sapiens' primitivos que habitaban en el Este de África.
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Entre ellas, hay hachas de mano, raederas y perforadores, todas ellas muy primitivas, de una tecnología (Levallois) que surgió en África y que han desarrollado también otras especies que no es la nuestra. Es un dato por el que algunos otros expertos discuten su atribución a los 'sapiens'.
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Una Arabia verde.
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El trabajo se complementa con un estudio de los cambios en el nivel del mar y el clima que hubo en la región arábiga hace unos 130.000 años. Concluyen que el Estrecho de Bad al Mandab tuvo una bajada en su nivel de unos 100 metros antes o al comienzo del último periodo interglaciar, lo que facilitó que los 'sapiens' pudieran cruzarlo.
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También revelan que por entonces la península árabe era mucho más húmeda que ahora, y no sólo tendría más vegetación sino una red de canales y ríos que facilitarían la vida de los cazadores-recolectores.
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Su expansión, señalan, les habría llevado a cruzar también el Estrecho de Ormuz, camino de la India y de Australia por un camino más rápido que el propuesto hasta ahora. "Estos humanos, anatómicamente modernos, evolucionaron en África hace 200.000 años y luego poblaron el resto del mundo", recuerda Armitage. "Nuestros hallazgos deberán estimular una reevaluación de los métodos por los cuales nos hemos convertido en una especie mundial", ha asegurado.
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Sin embargo, al mismo tiempo que se ha dado a conocer el hallazgo ha surgido la polémica en torno a sus conclusiones principales. Por un lado, algunos expertos recuerdan que no sería una salida de África anterior a la que sí está registrada con fósiles (los de Israel, de hace entre 100.000 y 130.000 años).
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Por otro lado, porque muchos expertos consideran insuficientes los datos disponibles para atribuir a la especie 'Homo sapiens' estas herramientas. Algunos recuerdan que otros homínidos también utilizaron esta técnica levallois, otros dicen que no todos los utensilios se identifican con ella y hay quien arguye que un solo yacimiento no puede servir para avalar una vía árabe a la salida de África.
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Extraído de El Mundo

Paralelismos entre la evolución biológica y la evolución del lenguaje.

La revista PLoS Biology recoge un interesante artículo que afirma que existen serios paralelismos entre la evolución del lenguaje y la evolución de las especies postulada por Charles Darwin. Os presento algunas ideas extraídas del mismo y, para profundizar en el tema, os animo a la lectura del artículo.
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En Febrero de 1837, incluso antes de que el Beagle partiera, Sir John Herschel ya tenía la idea de que los idiomas tenían un ancestro común. Esto se recoge en una carta que Darwin envió a su hermana Caroline donde afirmaba:
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Las herramientas empleadas para analizar la evolución biológica pueden ser usadas para investigar la evolución del lenguaje, y lo curioso es que al hacerlo hay similitudes interesantes. El biólogo Mark Pagel de la Universidad de Reading, U.K. afirma que “los idiomas se parecen extraordinariamente a los genomas”. Incluso llega a afirmar que “es posible que existan reglas generales de evolución del lenguaje al igual que ocurre con la evolución biológica”.
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Observando las 200 palabras más comunes de 87 idiomas indoeuropeos, el equipo de Pagel encontró que la frecuencia con la que éstas eran usadas en cada conversación explicaba la mitad de las variaciones que se producen. El Dr. Erez Lieberman de la universidad de Harvard ha encontrado que en el último siglo, los verbos ingleses se han regularizado con una frecuencia inversamente proporcional a su uso. Algunos investigadores piensan que la frecuencia de variación por el uso es comparable a la variación de algunos genes, con lo que para algunas palabras sería posible construir árboles filogenéticos para buscar las relaciones entre los diferentes idiomas, quizá hasta hace 20.000 años, a diferencia con los 8.000 que hasta ahora se supone como límite de conocimiento.
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Pagel y sus colaboradores encontraron que los cambios ocurren lentamente, pero súbitamente aparecen cambios bruscos, tal como ocurre en lo que los biólogos llaman el equilibrio puntuado. Estas bruscas variaciones ocurren cuando existe una “especiación” lingüística, cuando dos poblaciones divergen y sus idiomas también lo hacen.
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Orangutanes y humanos comparten el 97% de sus genes.

Los orangutanes comparten con el ser humano un 97% de sus genes, lo que les sitúa como unos parientes más lejanos de nuestra especie que los chimpancés (cuya similitud genética alcanza hasta el 99%). Así lo ha revelado el genoma del 'hombre de los bosques' ('Pongo'), como lo llaman en las islas que habita, realizado por un consorcio de internacional, en el que han participado más de 30 laboratorios de siete países, entre ellos varios españoles.

Este nuevo genoma se suma al ya conocido del macaco reshus, el chimpancé, los neandertales y el ser humano moderno y, según los expertos, es un nuevo hito científico que ayudará a conocer mejor nuestra evolución, aporta nuevos conocimientos sobre la investigación de enfermedades genéticas y, además, permite conocer mejor a unos grandes simios que están en grave peligro de extinción, lo que ayudará a su conservación.

Una de las novedades que revela el nuevo genoma, realizado al completo en una hembra llamada 'Susie', es que los cambios genéticos han sido mucho más lentos en los orangutanes que en los chimpancés o los 'Homo', algo que ha sido un sorpresa para los genetistas.

"Hemos comprobado que hay repeticiones de secuencias que se han activado y desactivado en nuestro genoma y que en el suyo no se han movido", apunta el jefe del grupo de Genómica de Primates del Instituto de Biología Evolutiva de la Universitat Pompeu Fabra (UPF-CSIC), Tomàs Marquès, uno de los españoles firmantes del artículo de 'Nature'.

El artículo no entra en la interpretación de este hecho, que podría estar relacionado con los pocos cambios en el entorno selvático en el que han vivido en Sumatra y Borneo, situación que está cambiando con la deforestación brutal en ambos lugares. En todo caso, el genoma abre la puerta a futuros trabajos que revelen por qué los homínidos tuvieron, en un momento dado, una evolución distinta.

El genoma, en el que se han catalogado 13 millones de variaciones genéticas propias de los 'Pongo', revela también la diversidad entre los orangutanes de Borneo y los de Sumatra.


Dos especies en peligro.

En concreto, desvela que ambos se separaron de un ancestro común hace 400.000 años y que en la actualidad hay más diversidad genética entre los de Sumatra (donde sólo quedan unos 7.500) que en los de Borneo (cuya población asciende a 45.000), un dato que podría servir para planificar nuevas estrategias conservacionistas.

Nuestra especie se habría separado hace 14 millones de años de la del orangután, una divergencia que con los chimpancés ocurrió hace seis millones de años, y con los que compartimos un 99% del genoma.

El equipo de Arcadi Navarro, de la Universidad Pompeu Fabra, se ha centrado comparar cambios en los cromosomas relacionados con graves enfermedades, como la 'cromosoma Filadelfia', mientras que el de Carlos López-Otín, de la Universidad de Oviedo, se ha centrado en genes relacionados con el cáncer.

Según este investigador, se ha comprobado que la presión evolutiva ha presionado sobre el sistema inmune y el reproductivo. De hecho, han comprobado que los orangutanes están protegidos genéticamente contra algunos cánceres que afectan a nuestra especie.

Investigadores de la Universidad de Viena, por su parte, han descubierto los genes implicados en la selección natural por la percepción visual y el metabolismo de los glicolípidos, que están relacionado con la evolución neurológica de los primates.

Extraído de El Mundo

Nuevas pruebas avalan la importancia de San Fernando en la Prehistoria.

Los análisis realizados con Carbono 14 revelan que toda la necrópolis del campo de hockey data de hace 6.000 años.

El Carbono 14 lo corrobora. La prueba ha arrojado que la necrópolis hallada en un campo de hockey de San Fernando, la de los famosos enamorados, tiene 6.000 años. El equipo de investigación del yacimiento prehistórico, capitaneado por el arqueólogo Eduardo Vijande, por fin ha podido confirmar que todos los enterramientos hallados son de la misma época.

En un primer momento los arqueólogos mandaron a un prestigioso estudio experto en datación las muestras para analizar una zona concreta de la necrópolis, pero quisieron hacer una datación de una tumba del lado opuesto para comprobar si los 83 enterramientos eran del mismo periodo o había alguna diferencia cronológica entre ellos. Pues bien, los resultados han dado también 6.000 años, así que queda prácticamente confirmado que todo el yacimiento tiene seis milenios.

De igual modo, gracias a otras pruebas, el equipo de investigación ha podido saber que hubo otro poblado en la Edad del Bronce, esto es, con una antigüedad de 3.500 años. Todos estos resultados vienen a avalar la importancia de San Fernando en la Prehistoria reciente. «Tenemos unas estructuras (pozos) y la necrópolis del Neolítico (6.000 años) y otras estructuras (fondos de cabaña) pertenecientes a otro poblado que existió en la misma zona en la Edad del Bronce que refuerzan esa valía», resume Eduardo Vijande.

Tanto él como sus compañeros están impacientes por conocer los resultados de los análisis de ADN de los 'enamorados' hallados en esta necrópolis. Un equipo británico de especialistas trabajan en estos momentos con las muestras de ambos restos para establecer el parentesco de esta ya famosa pareja. Es tan conocida, que los isleños han solicitado en numerosas ocasiones que sea expuesta al público. El museo municipal trabaja en estos momentos en la futura exposición. Atenderá así la demanda de expertos y curiosos, ávidos por conocer la verdad sobre esta trama de película. Sin pruebas no se puede afirmar que son amantes, de hecho, hay múltiples combinaciones: padre e hija, madre e hijo, padre e hijo, madre e hija, hermanos...

Con la alegría de corroborar la antigüedad del yacimiento y a la espera de los resultados de los 'enamorados', Vijande continúa trabajando en el análisis de la zona (pruebas de la malacofauna, de los colgantes de ámbar, turquesa, variscita... ). «Los días que estoy por San Fernando aprovecho para estudiar la industria lítica y la cerámica en el museo», destaca el arqueólogo.

Y también está dedicado a la difusión de todas las informaciones verificadas. Su presencia en congresos científicos es cada vez más recurrente. Tiene buenas noticias que contar: el yacimiento prehistórico del campo de hockey de San Fernando es de los más importantes de Andalucía.

Extraído de La Voz Digital

Hallan 600 pergaminos en un hueco de la pared de la Basílica de la Virgen.

Entre los manuscritos descubren certificados de dotes para doncellas huérfanas.

El equipo técnico encargado de las obras de restauración de la Basílica de la Virgen de Valencia han localizado más de 600 pergaminos, entre ellos más de 80 «ápocas» o documentos notariales, fechados entre los siglos XV y XVIII, que certifican la concesión de dotes a «doncellas huérfanas» que eran atendidas por la cofradía de la Virgen en sus orígenes, según informó ayer el Arzobispado.
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Los documentos reflejan la realización de compraventas de inmuebles, así como legados y herencias con destino a la archicofradía de la Virgen, para sus fines caritativos, como la ayuda a través de dotes a «jóvenes huérfanas sin recursos para cuando contrajeran matrimonio».
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Se trata de textos completamente manuscritos que han sido hallados dentro de un hueco de pared durante las obras de derribo y reconstrucción de la estructura y cimientos del templo. Las «ápocas», que relatan y explican las dotes y legados, en latín y en valenciano, tienen un tamaño reducido, mientras algunos pergaminos alcanzan cuatro metros de extensión. Estos documentos pudieron pertenecer al antiguo archivo de la cofradía cuando la entidad, constituida a principios del siglo XV, se dedicaba también a la atención de huérfanas. Con motivo de las obras de la Basílica, el archivo fue trasladado a la Biblioteca de San Miguel de los Reyes, donde permanece en la actualidad.
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En sus orígenes, la Archicofradía de la Virgen se dedicó a la protección y ayuda a las doncellas sin recursos, entre otros fines caritativos como el antiguo hospital de enfermos mentales sin recursos. Todo el material hallado se encontraba junto «y permanecía afectado de humedades y hongos», por lo que será necesario restaurarlo.
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Está previsto que los documentos se reúnan en un futuro en el archivo de la Archicofradía de la Virgen cuando finalicen las obras que, en estos momentos, se centran en el edificio anexo al templo y está previsto que se concluyan a finales de año.
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Extraído de ABC

La ciencia resuelve el misterio del cadáver de la joven Moore, hallado en Alemania.

La ciencia, detective implacable, ha conseguido descifrar el misterio de Moora, la joven cuyos restos aparecieron esparcidos en una zona pantanosa cerca de Hannover. Un primer análisis de aquel cadáver excepcionalmente bien conservado apuntó a una mujer de entre 17 y 19 años de edad que podría haber muerto en extrañas circunstancias porque algunos de los huesos presentaban deformaciones.
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La policía sospechó en un primer momento que el cadáver estaba relacionado con una desaparición de una joven de 16 años en 1969, nunca resuelta, pero las pruebas de ADN permitieron descartarla. El caso, entonces, fue a parar a los archivos. Cinco años más tarde, el 5 de Enero de 2005, apareció en la misma zona una mano derecha humana y con las huellas digitales intactas que inmediatamente fue asociada a los restos.
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Restos de 2.600 años de antigüedad.
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Los forenses advirtieron la presencia de sustancias propias de una momificación y así fue como el caso pasó al campo de la arqueología. Los arqueólogos Hennig Haßmann y Andreas Bauerochse realizaron la datación por radiocarbono en la Universidad de Kiel, sorprendiendo a todos con una antigüedad de 2.600 años. La chica había muerto entre el 764 y el 515 antes de Cristo. Los investigadores, antes de ponerse manos a la obra, la bautizaron como Moora, dado que pantano en alemán se dice Moor.

Tras seis años de trabajo científico, hoy lo conocemos casi todo sobre ella. Gracias a un equipo multidisciplinar compuesto por paleontólogos, profesionales de la justicia, antropólogos y arqueólogos, sabemos por ejemplo que era zurda, que su cabello era ligeramente pelirrojo y que vivió en lo que hoy es Baja Sajonia, en la Edad de Hierro prerromana, llevando una existencia llena de penurias y sufrimientos.

Según el experto en huesos Dennis Saring, del Hospital Universitario Hamburg-Eppendorf, de niña sufrió al menos dos fracturas parciales de cráneo que tuvieron tiempo de soldar solas y padeció largos periodos de enfermedad fácilmente asociables a largos inviernos de privaciones. Las líneas de crecimiento de los huesos revelan que durante toda su infancia y adolescencia sufrió una desnutrición crónica y un ejercicio físico duro que estaría relacionado posiblemente con el traslado de grandes vasijas cargadas con agua sobre su cabeza.
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Reconstrucción del rostro.
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El semanario 'Der Spiegel' ha publicado la reconstrucción de su rostro, llevada a cabo por la Policía Criminal del estado de Sajonia-Anhalt y expertos de las Universidades de Friburgo y Dundee (Reino Unido), unas facciones que, en cuanto fueron presentadas al equipo de expertos, sirvieron de estímulo a los investigadores, a esas alturas ya muy encariñados con Moora y con el proyecto de desvelar las causas de su muerte.

Los paleontólogos han diagnosticado que la muchacha de la ciénaga tenía un tumor benigno en la base del cráneo, lo que terminó ocasionando una curvatura en la columna vertebral y una inflamación crónica en los huesos de las piernas. Pero la cuestión de cómo y por qué 'Moora' murió permanece abierta.

Uno de los principales interrogantes es por qué estaba desnuda, ya que es evidente que no hay restos de ropajes ni joyería. Otra pregunta es por qué su cuerpo no fue cremado, según las costumbres funerarias de la época. El equipo de antropólogos considera que su trabajo podría consistir en cruzar el páramo pantanoso haciendo equilibrios sobre un estrecho puente o pasarela de troncos flotantes en el fango y llevando algún tipo de carga.

El área que cruzaba debió ser importante para su grupo, no solamente como fuente de alimentos o agua, sino también por su significado religioso. La zona en la que aparecieron los restos ha sido intensamente estudiada, pero no han aparecido más, según el jefe de la Oficina de Monumentos, Stefan Winghart y la investigación ha llegado a un callejón sin salida, pero la mirada de Moora sigue motivando a los investigadores, que saben que el puzle de su muerte están aún por completar.

Extraído de El Mundo

Diamantes, un arma contra los bosquimanos.

Los pocos bosquimanos que aún viven dentro de la Reserva del Kalahari, en Botsuana, han visto como se cumplían sus peores presagios: el Gobierno de su país ha decidido dar luz verde a una gran mina de diamantes dentro de su territorio, un proyecto que llevaba años siendo objeto de numerosas denuncias internacionales.

El anuncio lo ha hecho la empresa británica Gem Diamonds, que en breve pondrá en marcha la mina cerca de la comunidad bosquimana de Gope, un asentamiento donde viven decenas de bosquimanos, al sureste de la reserva, en una zona muy aislada. Gem Diamonds heredó la posible concesión de la mina de la sudafricana De Beers, responsable del eslogan: "Un diamante es para siempre".

Pero lo que parece perdida para siempre es la lucha de los bosquimanos por su tierra, de la que la mayoría fueron desalojados para conseguir la protección de la reserva: el Gobierno de Ian Khama les acusa de matar animales salvajes, lo que hacen para alimentarse desde hace milenios.

La organización Survival International denuncia que en el proceso de aprobación de la nueva mina, y pese a lo que alegan la compañía y el Gobierno, los bosquimanos no han sido informados por fuentes independientes sobre las consecuencias de la mina en sus vidas.

Raquel García, de esta ONG, que visitó la zona hace unos meses asegura el impacto "será brutal, porque la mina necesitará de carreteras e infraestructuras y ocupará mucho espacio". "Es irónico que a los bosquimanos les expulsaran en 2002 y les impidan cazar o acceder al agua, y luego autoricen esta barbaridad", ha declarado a ELMUNO.es

De hecho, desde ese año tanto Survival como las organizaciones de bosquimanos han mantenido que estos últimos fueron expulsados para dejar paso a la minería de diamantes, algo que siempre negó el Gobierno. Apuntaban que el de Gope no era un yacimiento rentable.

Sin embargo, ahora que el precio de los diamantes ha subido, la situación ha cambiado. De hecho, la mina se valora en 3.300 millones de dólares, según la web de Gem Diamonds. Es más, reconoce que la inversión no será muy grande y aseguran que los informes de impacto ambiental indican que éste será mínimo.

Pero el pueblo que siempre ha vivido en este desierto no comparte estas conclusiones y solo quiere volver a su territorio. De hecho, ayer mismo se celebró una vista de la apelación que han hecho para que les dejen beber de un pozo de agua dentro de la reserva, después que que perdieran el juicio el pasado mes de octubre.

Respuesta a la demanda.

En declaraciones recogidas por Survival, un bosquimano declaraba: "¿Por qué tiene el Gobierno que decidir conceder la licencia hoy, mientras se decide nuestra apelación por el agua? Parece que ésta es su respuesta a nuestro caso [judicial]. Nos están diciendo que, incluso si ganamos nuestro caso y conseguimos agua, la mina de diamantes seguirá adelante".

"Es la prueba final de que el argumento del Gobierno de que no quieren que vivamos en la Reserva de Caza del Kalahari Central para proteger la vida salvaje es una mentira. ¿Quién cree que dañará a los animales? ¿La gente que ha vivido aquí desde hace miles de años, o una mina valorada en 3.300 millones de dólares con carreteras, tendido eléctrico, miles de toneladas de desechos y cientos de personas yendo y viniendo?", señalaba el bosquimano.

Según el director de Survival International, Stephen Corry: "Si no fuera algo tan trágico, la pretensión de Gem Diamonds de que los bosquimanos han dado su consentimiento a la mina daría risa. ¿Cómo podrían las personas a las que se les niega el agua para obligarlas a irse de la reserva estar en posición de dar su consentimiento libre e informado? Especialmente cuando nadie aparte de Gem Diamonds y el Gobierno les ha dicho qué impacto tendrá esta enorme mina sobre ellos. Survival mantuvo durante años que el Gobierno quería abrir la reserva a la minería de diamantes. Éste lo negó. Pero desgraciadamente se ha demostrado que teníamos razón".

En la actualidad, viven unos 300 bosquimanos dentro de la Reserva. Muchos entran y salen en función del curso escolar, dado que la educación es obligatoria.

Extraído de El mundo

Los genes también nos unen a nuestros amigos.

No supone ninguna novedad decir que los seres humanos tienden a asociarse -o a entablar amistad- con aquellos con quienes comparten algo o tienen características similares. Sin embargo, una reciente investigación publicada en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), va mucho más allá y demuestra que las afinidades que compartimos con los amigos tienen una base genética.

De forma que no sólo tenemos similitudes genéticas con nuestros familiares, sino que también elegimos a nuestras amistades en función de las características contenidas en su ADN. Estamos vinculados por los genes tanto a la familia como a los amigos.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos), dirigidos por James Fowler, analizaron las semejanzas genéticas y la interconexión de las relaciones humanas utilizando dos estudios independientes de salud estadounidenses. Estas bases de datos contenían información detallada de varias secuencias del genoma de los individuos y también de sus redes sociales.

Los autores analizaron marcadores genéticos específicos dentro de la relaciones sociales de un individuo y descubrieron que los seres humanos tienden a forjar amistades con personas con las que comparten dos de los seis marcadores evaluados.

Unidos por el alcohol.

Los resultados del estudio mostraban de forma clara que la unión de los grupos humanos en función de su base genética excede la que sería esperable sólo por criterios de estratificación poblacional o de localización en la misma área geográfica. Por ejemplo, los investigadores descubrieron que los individuos que portaban el marcador DRD2 -asociado con el alcoholismo- tendían a ser amigos de otros positivos en DRD2, mientras que quienes carecían del gen lo eran de los individuos negativos para este marcador.

Por otro lado, las personas que portaban un gen asociado con una personalidad abierta tienden a ser amigos de quienes carecen de ese gen. Y aquellos predispuestos genéticamente para ser líderes, tienden a unirse con individuos cuyo ADN está asociado con ser seguidores.

James Fowler y sus colegas, aseguran que los genes dan forma al ambiente social, lo que podría afectar a la conducta humana. Según indican en el trabajo, la influencia genética en las relaciones sociales podría haber tenido relevancia en el devenir de la evolución humana.

Extraído de El Mundo

La piedra Rosetta de la evolución.

El experto mundial Erik Trinkaus busca al neandertal mediterráneo y su proceso reproductivo en los esqueletos hallados en la Sima de las Palomas.
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El antropólogo norteamericano Erik Trinkaus, una eminencia en la investigación de los neandertales y el mayor conocedor del hombre fósil de todo el mundo, visita estos días la Región de Murcia, donde trabaja sobre los restos óseos encontrados en las últimas campañas de excavación llevadas a cabo en la Sima de las Palomas del Cabezo Gordo de Torre Pacheco. Un yacimiento en el que se trabaja desde hace 16 años, bajo la dirección del catedrático de Antropología Física de la Facultad de Biología de Murcia, Michael Walker, y que ha sacado a la luz «el mayor conjunto de individuos neandertales de la Europa meridional», lo define Trinkaus refiriéndose a los más de 300 restos, entre huesos y dientes, pertenecientes a un total de diez individuos diferentes.

Por este motivo y por el estado de conservación de los huesos encontrados, Trinkaus califica la pachequera Sima de las Palomas como un yacimiento «extremadamente importante en la investigación de los neandertales. Entre los 10 o 12 más destacados de toda Asia Occidental y Europa».

Los estudios que Trinkaus realiza en la Sima de las Palomas le han servido para reforzar, una vez más, su teoría sobre que entre neandertales y cromagnones mantuvieron relaciones sexuales fructíferas y que los neandertales no se extinguieron sin dejar huella genética sobre la faz de la tierra. No en vano, los neandertales encontrados en el Cabezo Gordo son «más gráciles» que los del norte de Europa.

No ocurre lo mismo en lo que se refiere a su polémica teoría sobre el canibalismo ocasional de los neandertales, con la que Trinkaus asegura que en épocas de hambrunas los neandertales se comían los cuerpos sin vida de sus congéneres, de lo que, hasta el momento, no se han encontrado evidencias en el yacimiento de Torre Pacheco.

Lo que sí podrá Trinkaus, cuando avance en sus investigaciones «ahora en un estadio inicial», es vislumbrar las diferencias antropomórficas, «no muy grandes, pero sí significativas», aclara el antropólogo norteamericano, entre los neandertales del norte y los neandertales mediterráneos.

Así mismo, certifica que el número de individuos que la Sima de las Palomas ofrece, junto con la existencia de tres esqueletos articulados en posición anatómica y bastante completos, aportarán datos sobre la talla y proporciones de neandertales concretos, mucha información de interés para comprender a los neandertales y su comportamiento y biología, al tiempo que le permitirán conocer, a través del esqueleto SP-96 de una mujer de entre 20 y 25 años que conserva casi completa la pelvis (la única en el mundo), es cómo era la gestación y el parto en los neandertales y cuál el proceso reproductivo.

Con las declaraciones que el paleoantropólogo de la Universidad de Washington en San Luis, Erik Trinkaus, se refuerzan las afirmaciones que el investigador de la Universidad de Bristol Joao Zilhao hizo ahora hace un año en Murcia, tras presentar las conclusiones de sus estudios en las cuevas de los Aviones (Cartagena) y Antón (Mula) en las que afirmaba que los neandertales eran homínidos inteligentes que hablaban, tenían un lenguaje avanzado, enterraban a sus muertos y tenían la capacidad de pensamiento simbólico: la Región de Murcia se está revelando como un centro de gran importancia internacional en el estudio de los neandertales y, en concreto, la Sima de las Palomas es uno de los diez yacimienos más importantes en el estudio de Asia Occidental y Europa en el estudio de los neandertales, tanto por el número de individuos que alberga el yacimiento pachequero, como por el estado de conservación de los restos, entre los que se encuentran tres esqueletos articulados en posición anatómica, uno femenino, otro de adulto joven y otro de niño.

Como las cosas de palacio, los hallazgos paleoantropológicos van despacio. Y ahora comienzan a dar resultados los restos excavados hace cinco campañas. No obstante, avanzó Trinkaus, «la Sima de las Palomas nos ayudará a comprender a los neandertales, su biología y su comportamiento, algo que exige un cierto número de individuos y que, al mismo tiempo, ofrece la Sima del Cabezo Gordo». Los hábitos alimentarios, el ciclo vital, su crecimiento, las proporciones corporales y su relación con la dieta y el ciclo de crecimiento, la gestación, el parto y los procesos reproductivos dejarán de ser un misterio en años sucesivos, ya que «la investigación va a seguir algunos años más con la colaboración de especialistas españoles y del resto de Europa, de Estados Unidos, Australia y Canadá, que ya han trabajado con Michael Walker. Un trabajo -se comprometió Erik Trinkaus- en el que estaré implicado».
Extraído de La Verdad

La esperanza de vida no acabó con los neandertales.

Un estudio descarta una popular teoría sobre la extinción de esta especie humana.

La esperanza de vida de los neandertales y de sus coetáneos, los ancestros de los humanos actuales, era prácticamente la misma. La conclusión de este estudio, publicado hoy en la revista PNAS, acaba con una de las muchas teorías que pretenden explicar por qué se extinguieron los neandertales y se impusieron sus primos los primeros sapiens, a pesar de que, en algunas zonas, llegaron incluso a convivir y a engendrar descendencia común.

El estudio lo firma el paleoantropólogo de la Universidad de Washington (EEUU) Erik Trinkaus, un experto en neandertales, conocido sobre todo por haber localizado los restos del primer humano fuera de África, un Homo sapiens que vivió en el sur de China hace unos 100.000 años. El autor explicó a este diario que este trabajo demuestra lo erróneo de la teoría de la esperanza de vida: "Otro estudio mío, de 1995, razonaba claramente que había otros argumentos, además de la longevidad". El punto de partida de la teoría ahora refutada es el hecho de que era extraño encontrar individuos mayores entre los restos de los humanos arcaicos tardíos.

Por esta razón, Trinkaus decidió analizar los registros fósiles para comparar la distribución de la mortalidad entre adultos jóvenes (de entre 20 y 40 años) y mayores (más de 40 años) en tres linajes: neandertales, humanos que vivieron en el Paleolítico superior y humanos que existieron en el Paleolítico medio. Trinkaus encontró sólo ligeras diferencias entre los patrones de mortalidad de los tres linajes estudiados. Por esta razón, los resultados de la investigación publicada hoy no apoyan que la esperanza de vida fuera una ventaja para estos primeros sapiens. Sin embargo, Trinkaus no considera que la discusión esté totalmente cerrada: "Las muestras fósiles siguen siendo pocas y muy dispersas en el tiempo y el espacio, pero esperamos que la discusión pueda seguir ahora líneas de investigación más productivas", comentó.

Otras hipótesis.

Los resultados no niegan que los primeros humanos tuvieran una ventaja demográfica sobre los neandertales. Pero el autor abre la puerta a otras hipótesis: que dicha ventaja fuera el resultado de una mayor fertilidad o una menor mortalidad infantil. De hecho, Trinkaus cree que la teoría con más peso es que la extinción neandertal se debiera a cambios sutiles en su comportamiento social.

Por otra parte, el autor se pregunta por la razones de la escasez de individuos mayores. Descarta dos explicaciones posibles: que se debiera a una mejor conservación de los restos de los jóvenes frente a los de los más viejos, que serían más frágiles, y que las técnicas que se utilizan para atribuir la edad a un esqueleto daten los huesos por debajo de su edad real, dadas las dificultades del proceso de datación.

La explicación para Trinkaus es la necesidad de movilidad. Puesto que los restos no muestran lesiones, puede ser que los cuerpos de los más mayores se dejaran atrás y fueran devorados por los carnívoros de la época.


Otras posibles causas de la desaparición.

1. La gran glaciación

Aunque es la teoría con menos fuerza, durante años se ha atribuido la extinción de los neandertales a la última gran glaciación. Pero la buena adaptación de este linaje a los climas extremos quita fuerza a esta hipótesis.


2. La competitividad

Otra de las grandes teorías atribuye la extinción de los neandertales a la competitividad con los primeros sapiens. Ante la escasez de recursos, ambos linajes habrían peleado por alimentarse, ganando los humanos actuales que finalmente pervivieron.


Extraído de Público

El final de las especies.

El ADN de fósiles humanos ha demostrado en 2010 que esa especie se cruzó con sus parientes cercanos, los neandertales.


Los elefantes de África y los humanos de todo el mundo atraviesan una crisis de identidad sin precedentes. La culpa la tiene el ADN fósil que, tras pasar decenas de miles de años enterrado, regresa ahora de su tumba para enfrentar a ambos animales a su verdadera naturaleza.

El resumen podría ser este. Por primera vez desde que el sueco Carlos Linneo acuñó el término Homo sapiens en 1758, el ADN de fósiles humanos ha demostrado en 2010 que esa especie se cruzó con sus parientes cercanos, los neandertales. También intercambiaron fluidos y genes con los denisovanos, una especie humana cuya existencia se ignoraba hasta el año pasado y cuyos fósiles han sido hallados en una cueva de Siberia. Los autores del estudio mantienen que nacieron hijos fértiles de cada uno de los encuentros. Eso significaría que, según una de las definiciones de especie más extendida, neandertales, sapiens y denisovanos son de la misma especie.

En el caso de los elefantes africanos, las pruebas indican justo lo contrario. Tras analizar ADN de elefantes africanos actuales así como el del mamut lanudo extinguido hace miles de años, un equipo de investigadores de EEUU concluía hace un mes que el elefante africano no es una sola especie, sino al menos dos. Una está compuesta por los enormes ejemplares de la sabana y otra por sus parientes más pequeños que habitan zonas boscosas. A pesar de seguir compartiendo continente, sus linajes se separaron hace más de 2,5 millones de años, una fecha similar a la que marcó la divergencia entre los elefantes asiáticos y los mamuts lanudos.

"Dado que los elefantes asiáticos y los mamuts lanudos pertenecen no sólo a especies, sino también a géneros diferentes, creemos que hay que clasificar los elefantes de sabana y bosque al menos como especies distintas para ser consistentes", explica a Público David Reich, experto en genética de la Universidad de Harvard y coautor del estudio que demostró el cruce entre los denisovanos y los sapiens, así como el que ahora separa a los proboscidios de África.

Sus estudios también cuestionan el concepto mismo de especie, que atraviesa una crisis de identidad mucho más profunda y antigua que la de humanos y elefantes. "La deficinión de lo que es una especie no está clara y es más una cuestión filosófica que científica", confiesa Reich.

Desde que Linneo creó la taxonomía que otorga un nombre en latín para especificar el género y la especie de cada ser vivo (Homo sapiens, Homo neanderthalensis...) los científicos no se han puesto de acuerdo en cuándo un organismo puede ser considerado una especie con todas las letras. El propio Charles Darwin reconoció la dificultad de definir el concepto de forma que satisficiese a todos los naturalistas en su obra cumbre, El origen de las especies. En su segundo gran libro, El origen del hombre, Darwin llamaba al consenso entre los que pensaban que la humanidad pertenecía a una especie, y los poligenistas, quienes aseguraban que los diferentes pueblos pertenecían a especies distintas. "Es una tarea desesperada intentar definir este asunto con fundamento hasta que alguna definición de especie sea aceptada de forma general", escribía el padre de la teoría de la evolución en 1871.

Más de un siglo después, nadie ha logrado acuñar una definición que plazca a todos y una especie sigue siendo un concepto tan difundido como subjetivo. "La gente piensa que los científicos tenemos clarísimo lo que es una especie, pero no es así, pues es un asunto muy complejo", reconoce Carles Lalueza-Fox, genetista de la Universidad Pompeu Fabra y coautor del estudio que desveló el genoma neandertal y sus cruces con los sapiens.

A la hora de nombrar especies nuevas, los científicos se han basado en la forma que tiene cada organismo, en la porción de terreno que ocupan, en su diferencia genética, en su parentesco respecto a un ancestro común, y así hasta sumar los 26 criterios diferentes que existen actualmente. Además hay que tener en cuenta que la vida está en constante evolución y que la aparición de especies es un proceso al que es difícil poner un principio y un final bien definidos.

Discusión filosófica.

El debate llega hasta la filosofía, pues muchos autores reconocen que sólo existe un concepto de especie para designar la realidad natural y que las definiciones del hombre son solo concepciones propias de la forma en que su cerebro intenta simplificar un mundo complejo. "Los humanos somos los únicos a los que nos gusta pensar en categorías limpias y separadas, por eso intentamos definir algo que no se puede definir", asegura Michi Hofreiter, experto en ADN fósil de la Universidad de York (Reino Unido) y coautor del estudio sobre los elefantes africanos, publicado en PLoS Biology.

"Se trata de un debate académico del que no aprenderemos nada", apunta Johannes Krause, miembro del equipo del Instituto de Antropología Evolutiva Max Planck (Alemania) que ayudó a extraer y secuenciar el ADN fósil de neandertales y denisovanos, un nuevo linaje al que han dejado sin nombre científico adrede. "No encontrarás la palabra especie en nuestro estudio, no queremos hacer ninguna declaración de principios", añade Krause.

Entre todas las definiciones de especies que existen, tal vez la más exitosa fue la del biólogo Ernst Mayr. Se trata del concepto biológico de especie que se define como el grupo de seres vivos que puede procrear solo entre sí y tener hijos fértiles. "Para la mayoría de los animales, la definición de especie biológica de Mayr es un buen comienzo", opina Hofreiter. Pero, según esa propuesta, los chacales y los lobos serían la misma especie, y también los osos polares y los pardos, ya que ambas especies han tenido crías fértiles viviendo en libertad, como han demostrado estudios recientes. El nuevo clavo en el ataúd de esa teoría lo pone el ADN antiguo. ¿Eran los neandertales, los sapiens y los denisovanos la misma especie? "Sin ninguna duda", asegura Hofreiter.

Especies extintas.

Si ya es difícil nombrar una especie viva, hacerlo con una extinta a gusto de todos es casi imposible. Por eso durante décadas, casi cada vez que se encontraba un fósil aparentemente humano, se nombraba una nueva especie y se iniciaba una pelea científica a puñetazos. El hombre de Flores es un ejemplo de lo tenues que son los límites entre especies cuando se retrocede en el tiempo. Su denominación actual es Homo floresiensis, pero, dependiendo de a quién se pregunte, también es en realidad un Homo sapiens, un Homo erectus o incluso un australopiteco, resalta Krause. "Todo el que trabaja con especies extinguidas trabaja con una simple aproximación al concepto", advierte María Martinón-Torres, científica del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) y experta en las características morfológicas de la dentadura de neandertales y sus posibles ancestros, el hombre de Atapuerca.

A falta de datos sobre el ADN, los paleoantropólogos se han tenido que limitar a criterios morfológicos de los fósiles para diferenciar especies, que pueden fallar en muchos casos, pero que, para Martinón-Torres, siguen demostrando que neandertales y sapiens son especies distintas. Para la experta, es hora de que expertos de la rama genética y la morfológica se reúnan, discutan e intenten buscar un acuerdo sobre cómo definir una especie. "Si los datos no coinciden, al menos podremos estudiar por qué no lo hacen", opina.

La rama genética discrepa. "No creo que sea posible llegar a un acuerdo", asegura Hofreiter, quien prefiere quedarse con el término actual aunque sea tan vago . "Deberíamos seguir usando el concepto de especie aunque no sirva para cada caso", señala. "La gente sigue haciendo música aunque ninguna canción guste a todo el mundo", concluye.

Extraído de Público

Ceuta y la península Ibérica estaban relacionadas en la Prehistoria.

Ceuta y la península Ibérica estaban relacionadas en la Prehistoria y tenían medios marítimos para moverse por este área geográfica, según revela un estudio realizado a raíz del hallazgo de una cueva prehistórica en Ceuta con evidencias de ocupación de más de 250.000 años de antigüedad.

La cueva de La Cabililla, situada junto a la frontera norte que separa Ceuta de Marruecos, fue descubierta casualmente en 2001 y las diferentes prospecciones arqueológicas han permitido evidenciar el contacto entre las dos orillas del Estrecho.

El último ejemplo se revela en la tesis doctoral presentada por el arqueólogo Eduardo Vijande Vila ante la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz, tras participar en varias campañas de excavaciones en Ceuta.

Fuentes del área de Cultura del Gobierno ceutí han dicho a EFE que la investigación, calificada con sobresaliente 'cum laude', lleva por título: "Formaciones sociales tribales en la región histórica del Estrecho de Gibraltar (del VI al IV milenio antes de nuestra era). Los ejemplos de la Cueva de Benzú (Ceuta) y el asentamiento de Campo de Hockey (San Fernando, Cádiz). Comparación entre dos orillas".

Según ha documentado el investigador del Instituto de Estudios Ceutíes y miembro del Proyecto Benzú desde 2002, hace ya miles de años los habitantes de estas tierras interactuaban con sus pares de la orilla norte del Estrecho.

Estas relaciones entre las dos orillas, que han sido objeto de discusión entre la comunidad científica desde hace mucho tiempo, han quedado demostradas con el minucioso trabajo del prehistoriador, según la fuente.

Eduardo Vijande ha tenido que llevar a cabo una labor descriptiva muy completa de todos los objetos arqueológicos hallados en la cueva así como elaborar un detallado estudio espacial y una valoración socioeconómica de las tribus asentadas en esta zona.

Según ha explicado a Efe el codirector de la tesis, José Ramos Muñoz, profesor titular de Prehistoria en el campus gaditano, el estudio pone de manifiesto "el peso de la ganadería y la agricultura en la región durante la antigüedad así como la existencia de redes de circulación y contactos entre ambas orillas desde muy atrás".

El experto lo tiene muy claro: "encontramos similitudes evidentes en los modos de vida y de trabajo".

Estos vínculos transmarítimos se evidencian, a juicio del catedrático, en que "hay una serie de objetos decorativos que enmarcan estas relaciones, más elementos tecnológicos y arqueológicos que indican similitudes tanto de técnica como de estilo, por lo que claramente hubo contacto y relaciones".

Estas relaciones se demuestra que en la época neolítica los pueblos del Estrecho disponían de medios de transporte marítimos que les permitían desplazarse de Europa a África y viceversa.

Los directores del proyecto y el Instituto de Estudios Ceutíes, a raíz de los hallazgos, han decidido trabajar para generar una publicación a partir de la tesis.

La idea es que tenga formato libro y constaría de unas 250 o 300 páginas ya que el trabajo original supera las 500 páginas, con lo cual se pretende acercar la información recogida a la comunidad científica y a la ciudadanía en general.

La cueva de La Cabililla en Ceuta ha evidenciado, una vez más, que la prehistoria tiene un punto importante de estudio en esta zona del Estrecho.

Extraído de ABC

La ciencia descubre cómo era una familia neandertal.

La investigación se ha basado en el análisis genético de fósiles descubiertos en Asturias en la cueva de El Sidrón.

Las mujeres de los neandertales abandonaban su grupo familiar cuando tenían edad de reproducirse, mientras que los hombres se quedaban y acogían a mujeres procedentes de otros grupos, según la primera investigación que ha reconstruido las relaciones familiares de un grupo de neandertales.

La investigación, presentada ayer en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU., se ha basado en el análisis genético de fósiles de doce neandertales descubiertos en Asturias en la cueva de El Sidrón. Entre estos doce especímenes, que fueron devorados por otros neandertales hace 49.000 años, hay seis adultos, tres adolescentes y tres niños de unos ocho, cinco y dos años. De los adultos, tres son mujeres y tres, hombres.

Los investigadores han analizado el ADN mitocondrial, que se hereda de la madre pero no del padre. El ADN mitocondrial permite deducir, por lo tanto, quiénes descienden de la misma familia por línea materna. “Lo que hemos descubierto es que los tres hombres comparten el mismo ADN mitocondrial; las tres mujeres, en cambio, lo tienen distinto”, explica Carles Lalueza, paleogenetista del Institut de Biologia Evolutiva UPF-CSIC y primer autor de la investigación. “No sabemos si los tres hombres tenían entre ellos una relación de hermanos, de primos hermanos o de tíos y sobrinos. Lo que es seguro es que estaban estrechamente emparentados. En cambio, las mujeres no tenían parentesco entre ellas por línea materna”.

Todos los niños y adolescentes del grupo tienen además el mismo ADN mitocondrial que alguna de las mujeres adultas, lo que confirma que los neandertales de El Sidrón formaban parte de una misma familia. La cueva asturiana “es el único yacimiento del mundo que permite reconstruir estas relaciones familiares”, ya que “no hay ningún otro lugar donde se haya encontrado una acumulación tan grande de especímenes que murieran al mismo tiempo”, destaca Lalueza.

El análisis del ADN mitocondrial indica, por ejemplo, que el niño de dos años, el de cinco y uno de los adolescentes son hijos de una de las mujeres adultas. La interpretación más probable de los análisis genéticos es que la mujer llegara años antes procedente de otro grupo y fuera la madre de los tres.

Este tipo de migración de mujeres entre grupos de hombres se ha observado también en la mayoría de sociedades cazadoras-recolectoras de nuestra especie. Los biólogos evolutivos la interpretan como una estrategia inconsciente para evitar la endogamia y las enfermedades derivadas de la falta de diversidad genética.

A partir de los comportamiento observados en las sociedades de cazadores-recolectores, Antonio Rosas, paleoantropólogo del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC en Madrid y coautor de la investigación, aventura que “el intercambio tendría lugar durante encuentros puntuales entre los diferentes grupos en lugares comunes y momentos relacionados con la caza.


Extraído de La Vanguardia

La tumba de Tutankamón no aguanta más y cierra.

Bajo la sentencia "la protección de la historia es más importante que el turismo", Zahi Hawas, responsable egipcio de Antigüedades, ordena la clausura de varias tumbas faraónicas.

Después de un prolongado periodo de reflexión, las autoridades egipcias han decidido cerrar a los turistas algunas de las tumbas faraónicas más célebres del Valle del Nilo con el fin de evitar el deterioro paulatino e irreversible que la presencia humana, y principalmente la respiración, están causando en uno de los tesoros más antiguos y apreciados de la humanidad.

La célebre tumba de Tutankamón (1361-1352, antes de Cristo), que se descubrió a principios del siglo XX en el Valle de los Reyes de Luxor, y que es la única de su clase que se ha hallado intacta, será uno de los espacios a los que no podrán acceder los millares de visitantes que cada año llegan a Egipto con el deseo de admirarla de cerca. Pero la medida también afecta a otras tumbas como la de Seti I (1314-1304 a. de C.), padre del mítico faraón Ramsés II, que también se encuentra en el Valle de los Reyes, o la de la reina Nefertari, que fue esposa de Ramsés II y que se halla en el Valle de las Reinas.

"La única manera de preservar estas antigüedades es cerrarlas y hacer réplicas que puedan visitar los turistas", dijo a Efe Zahi Hawas, secretario del Consejo Supremo de Antigüedades, que advirtió de que si no se adoptan estas medidas drásticas inmediatamente, las tumbas desaparecerán en unos 200 años.

La de Tutankamón la halló el británico Howard Carter el 4 de noviembre de 1922 y constituyó uno de los hitos más importantes e inesperados de la egiptología. Aunque fue profanada en al menos dos ocasiones por saqueadores poco después de la muerte de Tutankamón, los objetos robados se substituyeron y el lugar se sellóde nuevo, permaneciendo intacto en su estado original durante más de 3.000 años.

El hecho de que Tutankamón muriera muy joven, a los 19 años, después de reinar una década, explica, según los arqueólogos, que fuera enterrado en una tumba relativamente pequeña en relación a su estatus. Se cree que cuando falleció todavía no se había acabado de construir una apropiada para él y por ello fue enterrado en una más pequeña.

Parece un milagro que su tumba haya permanecido intacta hasta nuestros días, aunque tiene una explicación: una gran cantidad de residuos bloquearon la entrada durante siglos. En la antigüedad se perdió el recuerdo de la tumba del joven faraón, a pesar de que se encontraba en un lugar relativamente transitado.

Lo primero que hizo Howard Carter en 1922 fue rodearse de expertos en egiptología: estudiaron a fondo los aproximadamente 5.000 objetos que se hallaron junto a la momia de Tutankamón y los catalogaron. Hoy están en los museos de El Cairo.

La intención de las autoridades egipcias es construir réplicas de las tumbas que se cerrarán con objeto de que continúe la afluencia de visitantes, ya que el turismo constituye una de las fuentes de ingresos más importantes con que cuenta el país.

El 4 de noviembre de 2007, es decir exactamente 85 años después del descubrimiento de Howard Carter, se le quitó el sudario a la momia de Tutankamón y sus restos se exhibieron en la tumba original, pero fuera del sarcófago de oro y dentro de una urna de cristal con la temperatura acondicionada. La humedad que provocan los turistas cuando respiran y su sudor especialmente en los calurosos meses de verano, cuando las temperaturas en el Valle de los Reyes alcanzan los 50 grados centígrados aceleran la descomposición.

Según Zahi Hawas, al daño que causa la humedad hay que añadir el mal que ocasionan ciertos hongos que poco a poco van cubriendo las paredes de la necrópolis y se van extendiendo por los muros debido a que las tumbas no disponen de un sistema de ventilación adecuado para contrarrestar la presencia de miles de turistas diarios.

Hawas explicó que se ha escogido las tumbas de Tutankamón, Seti I y Nefertari para cerrarse basándose en que "estas tres tumbas nunca podrán repetirse", aunque el director del Consejo Supremo de Antigüedades ha advertido de que más adelante el cierre podrá afectar a otras tumbas.

Desde hace un año y medio, las autoridades egipcias habían limitado la entrada de turistas en las tumbas que están más amenazadas, e incluso introdujeron en algunas sistemas de ventilación con el fin de mantener constante el nivel de humedad y evitar el deterioro de las pinturas murales.

Los expertos han empezado a tomar medidas y a estudiar todos los detalles decorativos que hay en los muros y en otros lugares con el fin de reproducirlos minuciosamente en el mismo Valle de los Reyes, en la orilla occidental del Nilo. Según Hawas, cuando se hayan terminado las réplicas, sólo los especialistas recibirán autorización para entrar en las tumbas originales después de pagar "entradas carísimas".

En cuanto a la tumba de Nefertari, situada en el Valle de las Reinas, es una de las más lujosas de la zona, aunque fue saqueada en la antigüedad. Algunos de los objetos que se hallaron allí se exhiben hoy envarios museos de EEUU. Nefertari fue una de las principales esposas del poderoso Ramsés II, a quien algunos historiadores han relacionado con el éxodo de los judíos de Egipto. Sin embargo, numerosos historiadores contemporáneos creen que la narración bíblica es una leyenda sin base histórica.

La momia del faraón Seti I, cuya tumba también se cerrará al público, es una de las mejor conservadas. Se estima que Seti I vivió unos 40 años y murió de forma repentina sin que se conozcan las causas; la momia no tiene ningún signo deviolencia. Tanto su padre, Ramsés I, como su hijo, Ramsés II, vivieron hasta la vejez.

Aunque la momia de Seti I apareció decapitada, los arqueólogos creen que este hecho fue causado por ladrones de tumbas en la antigüedad. Los egiptólogos han explicado su muerte repentina, sugiriendo que se debió a una enfermedad congénita del corazón. El hecho de que su corazón apareciera en el lado derecho del pecho del faraón es una curiosidad más de esta momia.

Extraído de Público

El hombre navegaba hace ya 130.000 años.

Investigadores griegos y estadounidenses descubren en la isla griega de Creta nuevas evidencias sobre los viajes por mar.
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Arqueólogos griegos y estadounidenses han descubierto en la isla griega de Creta indicios de que el hombre cruzaba los mares ya hace 130.000 años, mucho antes de lo estimado hasta ahora, según ha informado el Ministerio de Cultura helénico.
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Al respecto, los científicos encontraron en torno a las localidades de Plakia y Préveli, al sureste de la isla, herramientas de la Edad de Piedra. Se trata de hachas con rasgos de estilo 'Achelean', relacionada con el 'homo heidelbergensis' y el 'homo erectus', dos antepasados del actual ser humano. Estas herramientas tienen al menos una antigüedad de 130.000 años pero también podrían llegar hasta los 700.000 años, asegura el ministerio griego en un comunicado.
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Pese a la continua investigación de la prehistoria de Creta, cuna de la civilización minoica, hasta hace poco no había ni siquiera pruebas de que fue habitada antes del período neolítico (7.000-3.000 antes de la era cristiana). Según el ministerio, los nuevos hallazgos son "el indicio más antiguo para la navegación marítima". "Los resultados no solo demuestran la existencia de viajes por mar en el Mediterráneo decenas de miles de años antes de lo que sabíamos hasta hoy, sino que también alteran la evaluación de las habilidades del hombre", agrega el ministerio.
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Extraído de ABC

Los neandertales intercambiaban hembras para evitar la endogamia.

Por primera vez y gracias a un estudio genético, un grupo de investigadores españoles ha logrado demostrar que, entre los neandertales, las hembras se intercambiaban entre un grupo y otro, una práctica que evitaba la endogamia, mientras que los machos tendían a permanecer en su núcleo familiar original y muy raramente abandonaban su territorio natal. El hallazgo, que se publica en la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences», se ha realizado gracias al análisis de los restos de doce neandertales de la cueva asturiana de El Sidrón, descubiertos en 1994.

La diversidad genética de los neandertales, pues, dependía de las mujeres, que eran «intercambiadas» por los varios grupos en una práctica, la patrilocalidad, ampliamente observada en tribus actuales de cazadores recolectores y tambén en distintos grupos de primates.

Según ha explicado a ABC el paleontólogo del CSIC Antonio Rosas, uno de los firmantes del artículo, «a medida que avanzan las campañas de investigación, vamos consiguiendo más y más fósiles en la cueva de El Sidrón. En la actualidad tenemos doce individuos muy bien caracterizados, una variedad más que suficiente para intentar su caracterización genética como grupo».

Los investigadores, afirma Rosas, ya sospechaban que los diferentes individuos de este grupo podían estar «genéticamente próximos». «Al hilo de esa sospecha -continúa Rosas- pensamos en tomar muestras y caracterizarlas a través del ADN mitocondrial (que no se encuentra en el núcleo celular, sino en las mitocondrias, y se transmite sólo por línea materna), lo que nos daría una muy buena visión genética general de estos individuos».

Casi una familia.

Los resultados confirmaron lo que se sospechaba: los doce neandertales de la cueva de El Sidrón formaban parte de una unidad «genéticamente próxima», casi casi una familia. «No queremos utilizar el término familia -explica Rosas- porque además de la componente genética, una familia se construye sobre lazos afectivos cuya existencia no podemos demostrar en este grupo de neandertales».

Para Carles Lalueza, sin embargo, primer firmante del artículo, «es evidente que debe haber hermanos, padres, madres e hijos, en la muestra estudiada». Según el artículo, el ejemplar juvenil 2 desciende de la hembra adulta 5, mientras que el juvenil 1 y el infantil serían vástagos de la hembra adulta 4. Si esta hipótesis es correcta, revelaría que los neandertales tenían una media de un hijo cada tres años. Esta cifra también se asemeja a la observada en las sociedades modernas de cazadores-recolectores.

Pero lo que llamó más poderosamente la atención de los investigadores fue el hecho de que, según explica Rosas, «todos los varones eran de un mismo linaje genético, mientras que las mujeres pertenecían a linajes diferentes». En efecto, las tres hembras estudiadas pertenecían, cada una, a un linaje distinto. «Un patrón - opina Rosas- que encaja perfectmente en una distribución de patrilocalidad. Los machos se quedan en el territorio, siempre, y son las hembras las que cambian de grupo y, a la vez, de unidad reproductiva».

Con niñas o hembras muy jóvenes.

Esta clase de comportamiento se observa habitualmente en grupos actuales de primates, y también en tribus de cazadores recolectores de la actualidad, pero hasta ahora no había podido ser demostrado para los neandertales. De esta forma los grupos, según explica Rosas, «exportan» a otros grupos algunas de sus hembras, y reciben a su vez hembras de otros grupos. Estos «intercambios» se realizan siempre con niñas o hembras muy jóvenes que todavía no han alcanzado su edad reproductiva, y sirven para evitar una excesiva endogamia dentro de cada grupo individual.

«Esta es -concluye el investigador- nuestra interpretación como biólogos. Puede ser, además, que este intercambio sirviera también como una forma de reforzar vínculos entre grupos diferentes en una amplia área geográfica. Es una práctica que se da en cazadores recolectores, pero hasta ahora no estaba comprobada en neandertales».

Según el artículo, las conclusiones de esta investigación pueden ayudar a definir las condiciones de supervivencia y fertilidad bajo las que vivieron los neandertales y que, finalmente, dieron lugar a su extinción.

Extraído de ABC

El concepto de especie.

El mes de febrero de 2007 fue muy especial, dado que organizamos una exposición y un Workshop sobre Atapuerca, en el marco del Museo de Historia Natural de New York. Empiezo recordando esta reunión porque una de las grandes preguntas que nos hicimos al comenzar el trabajo, que duro tres días, fue plantear qué sentido tenía hablar de especies en el género Homo. ¿Era -como mantienen colegas como Tim White- que todas las especies salidas de África a partir de Homo ergaster son variabilidad de género y, por lo tanto, pertenecen a una misma rama evolutiva?

Una vez formulada la pregunta, empezaron una serie de intervenciones tanto de paleontólogos, como paleoantropólogos y arqueólogos, que en mi opinión, nos dejó a todos asombrados. Todos teníamos y tenemos claro el concepto clásico de especie; el enunciado es que pertenecen a una misma especie dos ejemplares que pueden a través de la singamia reproducirse, y su descendencia a su vez también puede hacerlo por el mismo procedimiento con un congénere.

Hasta aquí nada que decir. Estamos todos de acuerdo, pero ¿qué pasa cuando se trabaja en especimenes que son fósiles? Esto es harina de otro costal y es por eso que se acuñó lo de especie paleontológica. Esto quiere decir que una serie de semejanzas de tipo anatómico nos indican que forzosamente son de un mismo grupo y, por lo tanto, se les atribuye a una especie concreta.

Como era de esperar, la discusión se bifurcó entre los que piensan que existen muchas especies y los que consideran que esta firmación es pura invención metodológica.

Dado que no se podía verificar hasta la emergencia de las técnicas de la reacción en cadena de las polimerasas (RCP), si el aspecto y estructura morfológica eran las únicas herramientas para determinar la pertenecía o no a una misma especie, la discusión quedó en tablas, pues, por ejemplo, aún no se había secuenciado el ADN de los neandertales (un cráneo de esta especie vemos en la foto); sólo se conocía en el género Homo la secuencia completa del Homo sapiens.

Ahora sabemos que los neandertales comparten entre un 1,5 y un 4 por ciento de material genético con nosotros, los humanos anatómicamente modernos euroasiáticos. Esto quiere decir que a nivel biológico se pudieron establecer procesos exitosos de singamia entre unos y otros, o que nuestros antepasados estaban muy próximos y que genéticamente pertenecemos a una misma especie biológica, si no, no nos podíamos cruzar.

A nivel paleontológico queda claro que Homo neanderthalensis y Homo sapiens somos distintos por nuestras características anatómicas, aunque a nivel de información genética estamos próximos. Esto abre la puerta a continuar la discusión que iniciamos en Nueva York hace unos cuatro años.

Hemos de tener en cuenta que todas las clasificaciones que se basan en criterios actualistas no pueden ser aplicadas de manera automática al pasado, ya que se corre el riesgo de extrapolar información que después es aceptada como verdadera sin ser suficientemente contrastada. Otra cuestión importante es ser capaz de encontrar nuevos convenios que nos permitan avanzar y profundizar en nuestros conocimientos. En este sentido, la tecnología nos aporta un camino importante siempre y cuando se aplique de manera coherente.

¿Somos o no una misma realidad con diversidad o con variabilidad? ¿Tendremos que esperar a encontrar ADN en todas las especies para poder ahondar en esta problemática? Sea como fuere, lo que está claro es que en ciencia las cosas cambian, a veces poco, otras mucho y que hemos de ser capaz de inferir e interpretar libres de prejuicios, nos guste o no. Solamente de esta manera la ciencia se libra del dogma, si no, no es ciencia.

Extraído de El Mundo