Las antiguas ciudades mesoamericanas y sudamericanas
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Imagen de Teotihuacán |
Con esta
entrada, terminamos esta serie de publicaciones que hemos destinado a conocer
mejor las características generales de
las ciudades antiguas, ajustándonos a las zonas de Mesoamérica y
Sudamérica.
Para empezar,
centrándonos en el poblamiento y la cronología, hay que destacar que existen
distintas teorías sobre el poblamiento
del continente americano. La más aceptada de todas es que tuvo lugar con
posterioridad al 50.000 a.C., que procedía del continente asiático y que la
población se fue distribuyendo desde el norte del continente americano hacia el
sur. La cronología utilizada en el
ámbito histórico no es la misma que en Europa ni que en la zona mesopotámica,
ya que el desarrollo cultural no fue el mismo en estos territorios.
Según sus rasgos
generales, los poblamientos eran normalmente anárquicos, aunque las grandes
ciudades estaban planificadas. La gran
importancia que sus habitantes daban a la astrología determinaba el trazado
de la ciudad, la colocación de los templos y palacios, y la distribución de la
población a lo largo de la urbe. Eso daba como consecuencia unas ciudades
planificadas y zonificadas.
En lo
referente a lo constructivo, predominaba la piedra para el levantamiento de los
edificios principales, que además contaban con ricas decoraciones elaboradas tanto
con grabados como con pinturas.
En las ciudades de Mesoamérica, la característica
más significativa es que eran ciudades-estados teocráticas, cuyo líder tenía un
origen divino y se apoyaba en un ejército y en una casta sacerdotal para mantener
la autoridad.
En el caso de Teotihuacán, el elemento cósmico
era el eje central de la distribución de la ciudad. Allí se situaban los
templos que, a su vez, eran complejos residenciales de las distintas castas
sacerdotales.
Tenochtitlán, igualmente, era un ejemplo
significativo de planificación. Se trataba de una ciudad-estado que fue la capital
del imperio Azteca, cuya población se conoció como mexican. El imperio se
consolidó en el siglo XIV y se fue expandiendo a lo largo de toda la América central.
En esta urbe, por ser la capital, se centralizaba todo el poder, tanto político
como religioso.
Por otro lado, entre
las ciudades de Sudamérica destaca Cusco. Fue la ciudad que mejor representó
el esplendor del imperio Inca. Contaba con una plaza central de la que partían
4 caminos que seguían los cuatro puntos cardinales. Esta plaza, a su vez, estaba
dividida en dos ámbitos sagrados:
uno al norte, donde se realizaban los actos religiosos oficiales, y otro al
sur, donde se celebraban las fiestas populares y donde se situaba el mercado.
Por último, la
distribución de la población también estaba
zonificada, ya que en el norte se encontraba la residencia de los sacerdotes
y de la clase dirigente, mientras que en el sur estaba el resto de la población.
Al igual que en Mesoamérica, las ciudades no estaban planificadas, solo la
capital del imperio Inca, que puede decirse que se desarrolló en base a una planificación
económica, política y social. La sociedad estaba fuertemente jerarquizada y el
resto de la población extraurbana sometida.
¡Vuelve a leer toda la serie!
Bibliografía
DIEGO
ESPINEL, A. Ciudades y urbanismo en el
Egipto Antiguo (Ca. 3000 - 1069 a.C.). Studia historica, Historia antigua,
nº 20 (2002), pp. 15-38
GUSSINYER,
J. Ciudades y centros ceremoniales. Una
aproximación al urbanismo de Mesoamérica. Boletín americanista, nº 55
(2005) pp. 123-148
VIT, Ilán.- Principios de urbanismo en Mesoamérica.
Revista de la Universidad de México, nº 22 (2005), pp. 74-85
Autor| José Antonio Cabezas Vigara
Vía| Ver la bibliografía
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Imagen| Wikipedia
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