Una
batalla por la Salvación del alma se libra en el cabecero de la cama, el
moribundo debe rechazar las tentaciones a las que Satán le somete. Ayudado por
su ángel guardián, y prevenido por los arsmoriendi, podrá evitar la condena
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San
Miguel lucha con un demonio por hacerse con el alma del moribundo (detalle)
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En
el siglo XV, tras un contexto marcado por las pestes, las guerras y otras
penalidades, a las que se suma una mayor
conciencia del ‘yo’, la idea de un Juicio Final tras la muerte, colectivo y
apacible, que había de producirse con el segundo advenimiento de Cristo, pierde
fuerza. La muerte se individualiza y
el agonizante, ahora con libre arbitrio, se enfrenta a su destino en el mismo
instante en que exhala su último suspiro. Para ayudaren ese trance se difunden
los arsmoriendi; unos breves manuales
ilustrados con consejos,que trataban de prevenir y reconfortar el espíritu del
moribundo.