La crucifixión,
aunque no inventada por los romanos, fue uno de los castigos más crueles
ejecutados por ellos. Su práctica tenía como objetivo disuadir cualquier
tentativa de revuelta o agitación contra el Estado
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Recreación de crucifixiones romanas |
En Jerusalén (Judea) sobre el año 33 d.C. aproximadamente: “Entonces Pilato se lo
entregó para que lo crucifiquen, y ellos se lo llevaron. Jesús, cargando sobre
sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado «Gólgota». Allí
lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en el medio.
Pilato redactó una inscripción que decía: «Jesús el Nazareno, rey de los judíos»,
y la hizo poner sobre la cruz. Muchos judíos leyeron esta inscripción, porque
el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad y la inscripción
estaba en hebreo, latín y griego”, Evangelio según San Juan (19, 16-30).