Un dicho muy utilizado dentro del refranero español del
que desconocíamos su origen
Pedro I de Aragón |
Este
refrán se utiliza actualmente para hacer referencia a una persona desenvuelta
que se enfrenta a una situación difícil o comprometida de manera resolutiva. Aunque
también se usa de forma peyorativa para señalar el exceso de confianza de un
individuo en un lugar o situación que desconoce.