Para saber de dónde viene esta expresión tenemos que
remontarnos a la Edad Media
Coreomanía o el baile de San Vito |
Al parecer, en julio de 1518, en Estrasburgo, una mujer
llamada Frau Troffea comenzó a bailar de forma compulsiva por las calles de la
ciudad. Lejos de frenar, ella siguió bailando durante tres días sin parar.
A este curioso “baile” se fueron sumando más individuos,
tantos, que en menos de un mes casi 400 personas se habían agregado a este
baile infernal.
Los habitantes de Estrasburgo estaban cada vez más
conmocionados por este baile misterioso y tras consultar a los médicos y no dar
con la solución de esta danza epidemiológica, las autoridades optaron por
construir un escenario y contratar a músicos profesionales para que los “contagiados”
pudieran desfogarse.
Pero ellos no querían bailar, lo único que deseaban era
poder parar y acabar con ese dichoso baile. Los “danzantes” acabaron
sucumbiendo al cansancio, a numerosos ataques del corazón y derrames cerebrales
que los hicieron perecer.
En septiembre el broté cesó igual que había surgido, de
repente. Con el tiempo, a estos episodios epidémicos de baile psicótico
se le han denominado coreomanía, o la enfermedad del baile.
El de 1518 no ha sido el único brote, en los siglos XII, XIII y XIV, se produjeron algunos sucesos similares, siendo el más
importante el que ocurrió en el siglo XIII en Alemania. Allí, más de 200 danzantes se pusieron a bailar sobre el
puente del río Mosa, lo que acabó con la destrucción del puente y algunos bailarines
muertos. Los supervivientes fueron llevados para ser atendidos en la capilla de
San Vito, de ahí la famosa expresión del baile de San Vito.
Autora| Rosa Mª Huertas Franco
Imagen| Seintempu
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