150 años después, la selección natural continua siendo la espina dorsal de la Teoría de la Evolución y goza de buena salud. Sorprendentemente ahora en nuestro país cada vez se habla más de evolución: en publicidad, en discusiones formales e informales En contextos muy diversos la evolución es un concepto que está en boga y ha pasado a ser un elemento de la realidad social y cultural de nuestra especie. Como muchos otros vocablos que son socializados, nos sirven para entender cómo somos y nos ayudan a pensar y actuar de forma diferente.
Pero, ¿qué es la selección natural? De manera resumida, es la base del cambio evolutivo de los organismos vivos. A través de ella, los especímenes más adaptados sustituyen a los menos eficientes de manera que la acumulación lenta de cambios genéticos beneficiosos a lo largo de generaciones produce el éxito de una especie.
El racionalismo en Europa ha conseguido que evolución sea sinónimo de conciencia social, de conocimiento científico, de pensamiento consistente, etc. La formulación de la selección natural como mecanismo de adaptación y adquisición de caracteres que llevan a la diversidad biológica al planeta ha sido, y al paso que vamos, será la llave maestra del conocimiento sobre la evolución.
La influencia de Darwin en la evolución de la humanidad desde la publicación del 'Origen de las especies', en 1859, ha sido creciente tanto en los ámbitos científicos como en los sociales. Ha habido importantes nuevas formulaciones sobre la Teoría de la Evolución, sobre todo de la mano de Gould con su teoría del equilibrio puntuado, al admitir que la evolución tiene momentos de estasis o de pocos cambios y que en otros momentos los cambios se aceleran y producen transformaciones en cortos períodos de tiempo.
Una aplicación social de las teorías biológicas de la evolución nos llevo al darwinismo social, interpretación que ha servido durante mucho tiempo para justificar formaciones sociales como de la que formamos parte. Es obvio que Darwin no construyó la teoría para ser aplicada de forma poco elocuente a las diferencias sociales ni para justificarlas; hacerlo es una manipulación burda y de bajo perfil científico.
El evolucionismo, según mi punto de vista, tiene que jugar un rol muy importante en la concepción del futuro de la especie. La conciencia crítica y la inteligencia operativa son fruto de la selección natural, pero ahora, la conciencia, que también es un producto de la evolución, debe de servir para desplazar el azar evolutivo y sustituirlo por la lógica del conocimiento y del pensamiento humano.
El 150 aniversario de la Teoría de la Evolución nos puede servir para socializar aún más ese concepto que explica cómo hemos llegado hasta aquí. Leer directamente a Darwin es un lujo y lo aconsejo a los que no lo habéis hecho todavía. Cuántos más descubrimientos hacemos desde las ciencias de la vida y de la tierra, más sólida es esa teoría.
Tuve la suerte de estar en las Galápagos, uno de los lugares que visitó el genial naturalista en el siglo XIX con el Beagle. Desde allí tuve el honor de escuchar al matrimonio Grant, que lleva más de 25 años estudiando la variabilidad de los pinzones, con lo cual habían comprobado de nuevo lo robusta que es la Teoría de la Evolución.
Por consiguiente, hagamos un esfuerzo para conocer más y evolucionemos como humanos a través del conocimiento de la Teoría de la Evolución.
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Extraído de El Mundo
Extraído de El Mundo
Comentarios
no puedo entrar en tu otro blog
saludos
Ya más en serio, es buen este regreso a la "Teoría", que se ha ido llenando de matices a lo largo del tiempo pasado. Hemos visto durante este lapso como en algunos países se la combate con enconado odio, como científicos de renombre la han cuestionado, iluminados hacia el final de sus vidas de la santidad que tan solo el cristianismo otorga a los hijos pródigos y como van surgiendo pruebas, datos que parecen respaldarla... creo que estamos sobre la pista, y si nuestra estupidez como especie no lo estropea (difícil evitarlo), al final se irá viendo lo que hay de sensato en la teoría de un visionario como Darwin, a quien considero todo menos un estúpido.
Por otro lado, desde mi punto de vista to-tal-men-te pedestre, resulta una manera sensata (a grandes rasgos) de explicar la vida y todo lo que nos rodea desde el Big-bang. Desde ese primer momento en el que, parece, todo se inicia, el Universo entero en su devenir ha ido "evolucionando", la organización de la materia y la energía se ha ido concretando a través del tiempo en formas distintas con éxito dispar. Nosotros no somos más que una etapa más. El error está en creer que no formamos parte de ese conjunto sino que somos "the one", los elegidos para quién sabe qué hazaña...
¡Saludos!
Hola Sarah. Creo que el darwinismo es, o son, porque hay muchas corrientes dentro de esta denominación, una teoría que siempre tendrá vigencia. Si te interesa el tema te recomiendo que eches un vistazo a un libro que hace tiempo leí que se llama "El enigma de la Esfinge" de Juan Luis Arsuaga. Ahí se explica el darwinismo desde sus orígenes hasta lo que es hoy. Está escrito de una forma muy didáctica y amena. Un saludo y, por favor, sigue visitándome. Es un placer encontrar gente tan interesante por estos parajes.
Me paso a saludarte y a tomar nota de tu amable sugerencia, porque todo lo referente a este paradigma, lo habrás notado, me apasiona mucho. Veo que has subido mucho material estos días, a ver si me doy prisa en leerlo.
Un abrazo, y como siempre, gracias por tus comentarios. ¡Ah! y ya de paso... Feliz Año Nuevo :-))