Mitra y el cristianismo: ¿copia o meras semejanzas?

El culto a Mitra y el cristianismo Imagen meramente ilustrativa. En los recovecos de la historia, se entrelazan mitos y creencias que han de...

El almacén de las momias.

Los periodistas que estuvieron presentes describen emocionados una escena que bien podría haber salido de 'En busca del Arca Perdida' o cualquiera de sus secuelas. El interior de la tumba faraónica, 2.600 años en la oscuridad, sólo estaba iluminado por antorchas y por los focos de las cámaras de televisión invitadas al evento.

Lentamente, los trabajadores egipcios, embozados en sus pañuelos típicos, comenzaron a hacer palanca con barras de hierro y picos hasta que la tapa del sarcófago de madera y piedra caliza se deslizó, dejando a la vista restos humanos que no habían visto la luz desde que fueron embalsamados.

"Son momentos como éste, ver algo por primera vez, los que justifican toda pasión por la arqueología", musitaba Zahi Hawass, máximo responsable del Departamento de Antigüedades egipcio y apodado el 'Indiana Jones' cairota, al tiempo que la luz iluminaba la momia.

Deslizando suavemente su brocha para ahuyentar el polvo de 26 siglos, Hawass disfrutó de su momento de gloria y los informadores con él, conscientes de haberse convertido en cómplices de un hecho excepcional: el descubrimiento de una momia intacta, jamás mancillada por los saqueadores que por siglos y siglos asaltaron tumbas egipcias.

Y no fue sólo una: en total se han localizado 30 restos humanos, datados en el siglo 640 antes de Cristo, en una estancia subterránea de la necrópolis de Saqqara, 20 kilómetros al sur del Cairo, descrita por Hawass como un 'almacén de momias'.

El hallazgo es el penúltimo que se realiza en esta enorme necrópolis que comenzó a ser excavada hace 150 años y que no ha parado de desvelar secretos. La sala mortuoria que esta semana fue excavada a la luz de los focos está situada junto a un cementerio de 4.300 años de antigüedad y a apenas un centenar de metros de las dos pirámides más importantes de Saqqara, la Pirámide escalonada del Rey Djoser y la de Unas, el último rey de la V Dinastía.

Pero los expertos datan el 'almacén' en la última dinastia independiente egipcia, la XXVI, que precedió a la invasión de los persas y por tanto a la llegada de conquistadores extranjeros a Egipto.

Cementerio durante 2.000 años.

Lo que viene a demostrar el hallazgo es que la zona no dejó de ser utilizada como cementerio a lo largo de dos milenios, como no deja de deparar sorpresas a los arqueólogos. Fue en Saqqara donde Hawas anunció el pasado diciembre el descubrimiento de una nueva pirámide de 4.300 años, la número 118 localizada en Egipto, y la duodécima hallada sólo en este yacimiento.
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Un mes después, un orgulloso Hawass anunciaba el descubrimiento de dos tumbas que habrían servido para albergar los restos de uno de los oficiales más apreciados por Unas y de una de las 'favoritas' de la corte del citado faraón. Y el pasado lunes se mostró el último descubrimiento del controvertido egiptólogo: una cámara mortuoria con más de 30 momias.

Hawass apenas tardó días en recibir a la prensa en la necrópolis. No en vano su afición por salir en los medios ha quedado sumamente demostrada gracias a sus numerosas entrevistas en la prensa internacional y en su colaboración con diferentes televisiones, como Discovery Chanel. Para Discovery desveló hace algunos años en exclusiva uno de los grandes misterios de Egipto: la identificación de la reina Hatshepsut, la más poderosa de las faraonas. Pero no lo hizo gratis: a cambio, el canal financió su investigación.

"Soy famoso y poderoso. Pero todo lo que hago lo hago por Egipto (...) Nadie en la historia de la arqueología ha ayudado a Egipto más que yo", afirmaba sin pudor hace dos años en 'Al Ahram', el más conocido diario cairota.

Sus numerosos premios y libros y el sombrero, una imitación del que lleva Harrison Ford en la saga de George Lucas, le ganaron hace muchos años el famoso apodo con el que es conocido en su país.

Pero el miércoles, en Saqqara, el arqueólogo al menos concedió a la prensa el raro privilegio de asistir a la apertura de tres sarcófagos cuyas momias yacían intactas en su interior.

Los ocho sarcófagos labrados reposaban alineados en el centro de la estancia. Salvo los tres abiertos por Hawass, el resto verá la luz en los próximos días, dependiendo de su estado, pero parece que todos se encuentran intactos. Además, cinco nichos de piedra excavados en el muro de la sala, encontrada a 10 metros bajo tierra, contenían otros 22 restos humanos, éstos cubiertos sólo por arena y en un precario estado de conservación.

Amuletos de oro.

Los investigadores prometen examinar sin demora los cuerpos momificados con rayos X, para determinar si, como dicta la costumbre de la época, entre los vendajes se hallan amuletos de oro u otros objetos que puedan ayudar a identificar al dueño de la cámara o su situación social. Semejantes objetos tenían como propósito "ayudar al fallecido en la próxima vida", como explicó Hawass, y ahora ayudarán a los arqueólogos a conocer mejor la XXVI Dinastía egipcia.

Por el momento, sólo hay especulaciones sobre a quién podrían pertenecer los restos. Uno de los sarcófagos tiene una inscripción: Badi N Huri, aparentemente un nombre propio. No hay título alguno que dé más pistas. En el 'almacén' se ha encontrado además la momia de un perro y varias momias de niños, lo que lleva a pensar que posiblemente se trate del nicho de una familia adinerada cuyos miembros fueron enterrados en los sarcófagos mientras los sirvientes lo fueron en los sepulcros.

"Sólo alguien rico podía adquirir un sarcófago fabricado de piedra caliza de Tebas", explicaba Hawass en referencia a la actual Luxor. Algunos detalles del descubrimiento sorprenden a los arqueólogos. Por ejemplo, que hayan sido halladas momias en nichos de piedra, una costumbre que, según el asistente de Zawass Abdul Karar, asistente de Hawass. "Los nichos eran comunes en las dinastías más antiguas, pero encontrar uno de la dinastía XXVI resulta extraño".

Según el responsable de las Antigüedades egipcias, sólo el 30% de las riquezas arqueológicas del país de los faraones han salido a la luz. El 70% restante, sostiene, sigue bajo la arena del desierto esperando ser descubierto.
Extraído de El Mundo

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