Tito Livio: el maestro de la historia romana

¿Quién fue Tito Livio? Imagen meramente ilustrativa. Tito Livio fue un historiador romano que vivió entre el año 59 a.C. y el 17 d.C., aprox...

El dolmen de Lácara.

Es un monumento megalítico (un sepulcro de corredor) de dimensiones sorprendentes, una verdadera joya arquitectónica del Calcolítico en un muy buen estado de conservación.

Está situado en plena dehesa, entre encinas, a pocos kilómetros de Mérida, en la carretera que une Aljucén con La Nava de Santiago.

La construcción de este tipo de monumentos se lleva a cabo a finales del Neolítico o a lo largo del Calcolítico, es decir unos 3000-4000 años antes de Cristo.

En el caso del Dolmen de Lácara se han encontrado puntas de flechas, puntas de lanza de cobre, cuchillos de silex y otros elementos que indican que fue utilizado como cámara funeraria durante el Calcolítico y la Edad de Bronce.

Para llegar hay que recorrer unos 10 Km desde Aljucén (aproximadamente la misma distancia desde La Nava). El acceso está señalizado mediante un cartel y se puede aparcar en el terreno que hay junto a la verja de entrada. Se accede a pie, a través de la puerta pequeña situada a la izquierda.

Una vez dentro del recinto hay que seguir la valla, dejándola siempre a mano derecha (alejándonos de la carretera). A unos 100 metros, siempre siguiendo la valla, se gira a la izquierda (avanzaremos aproximadamente en paralelo con la carretera). A unos 200-300 metros encontraremos una pequeña casa en ruinas.

Un poco más adelante (siempre siguiendo la valla) nos encontraremos el dolmen, una elevación del terreno que pasa casi desapercibida, alrededor de la cual se pueden ver algunas piedras que surgen del suelo siguiendo un patrón sospechosamente regular. Simplemente hay que rodear el perímetro para llegar a la zona abierta.

El dolmen está formado por un largo corredor cubierto, que da acceso a la cámara mortuoria.

Y la cámara es un verdadero prodigio. De las grandes piedras que se elevaban hacia el cielo (la cúpula estaría a unos 5 metros) sólo queda una intacta, que da idea de la grandiosidad de la construcción. Las demás aparecen partidas. Pero en la base se puede apreciar la precisión con la que fueron colocadas.

Toda la estructura estaba cubierta con piedras y tierra, hasta formar un gran túmulo.

Para reforzar y sujetar el túmulo se colocaban grandes piedras en la base, a modo de contrafuertes, a lo largo de un anillo exterior. Estas piedras son visibles en el perímetro del dolmen de Lácara.

Los dólmenes eran construcciones sagradas, utilizadas para enterrar a los miembros de la comunidad. La construcción de un monumento de este tipo suponía un esfuerzo enorme y necesitaba de la colaboración de muchas personas.

Sólo visitándolo se puede comprobar la majestuosidad de esta verdadera obra de ingeniería.
.
Extraído de Hoy

No hay comentarios: