ntabra de El Soplao, en Cantabria, vuelve a deparar nuevas sorpresas que ayudan a conocer el pasado de la Tierra. En las profundidades de sus galerías, un equipo de investigadores españoles ha descubierto unas grandes rocas de origen biológico.Este tipo de rocas, que se conocen como estromatolitos, fueron formadas por unas bacterias, cien veces más pequeñas que un pelo, que se consideran los seres vivos más antiguos que habitaron el planeta, por lo que son de gran interés científico para quienes estudian el origen de la vida terrestre o la buscan vida en otros planetas.
Hasta ahora se sabía que estas primitivas bacterias, que llegaron a colonizar toda la Tierra hace unos 2.000 millones de años, sobrevivían en el agua mediante la fotosíntesis: tomaban dióxido de carbono de la atmósfera y soltaban oxígeno hasta crear la oxigenada atmósfera que ahora tiene el Planeta Azul. Para ello necesitaban, como las plantas, la luz del Sol.
Lo curioso es que las bacterias quedaron atrapadas en su propio deshecho, donde morían. Allí han estado atrapadas, por millones y millones, hasta que han sido encontradas por los geólogos.
Comparar estos estromatolitos relativamente recientes con los de hace 2.000 millones de años, dará nuevas claves para entender los primeros momentos de la vida porque estas piedras son los primeros antepasados de la especie humana.
La investigación, que firman también Carlos Rossi, de la Universidad Complutense, Nuria Isanta, del IGME, y John Hellstrom, de la Universidad de Melbourne (Australia) es fruto del convenio del Instituto con el Gobierno de Cantabria y la empresa SIEC.
Extraído de El Mundo
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