Las obras de ampliación de una planta de tratamiento de aguas residuales en Padre Hurtado, en el valle de Santigado de Chile, han sacado a la luz restos de mastodontes en un estado de conservación excelente que están siendo recuperados por un equipo de paleontólogos del Museo Nacional de Historia Natural del país andino.
Los primeros fósiles salieron a la luz el pasado 15 de febrero, cuando los trabajadores de la planta Aguas Andinas, gestionada por la empresa Suez Environnement, se toparon con un diente incisivo de 16 centímetros de diámetro que, según aseguraron los especialistas, perteneció a un mastodonte, una especie que habitó en la Tierra hace entre 20 millones y 10.500 años. El Gonfoterio del Terbal, como le llaman sus descubridores, medía 2,5 metros de altura y pesaba cuatro toneladas.
Este hallazgo hizo que las obras quedaran paralizadas y comenzara la excavación, bajo la direccion de Rafael Labarca, arqueólogo y perito de la sección de Ecología y Medio Ambiente. Su sorpresa, según aseguró en medios chilenos, fue mayúscula cuando comprobó que salían mucho más huesos.
A unos seis metros de profundidad, los paleontólogos encontraron un cráneo prácticamente completo y muy bien conservado. Su mandíbula superior tenía un par de incisivos en conexión anatómica de 1,1 metros, además de cuatro molares, cada uno de unos 23 centímetros. En el interior del cráneo también había una vértebra torácica de la columna vertebral que había quedado atrapada. "Es el primer cráneo completo y articulado que se halla en Chile. Hasta este momento no se había recuperado ninguno en tan buenas condiciones", ha declarado Labarca.
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Excavaciones en activo.
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Sus descubridores aún no son capaces de determinar el momento en el que vivió este ejemplar, ni tampoco su origen, por lo que continúan trabajando sobre el terreno, en paralelo a las obras de ampliación de la planta, que ya han sido reanudadas. «Una vez que se acabe la fase sobre el terreno se analizará la estructura para determinar con mayor exactitud a qué animal pertenece y hace cuánto tiempo vivió en la Tierra. Y finalmente pasará al Museo Histórico Natural", ha asegurado el experto.
Los mastodontes, según algunas teorías, desaparecieron debido a la presión de los cazadores humanos, aunque hay también indicios que apuntan que la tuberculosis diezmó sus poblaciones. Habrían aparecido en Eurasia, en el Oligoceno, desde donde se extendieron a África y América. Tenían un lejano parentesco con los mamuts, de la misma familia que los elefantes.
Pese a que se han encontrado muchos restos, no todos están bien conservados y aún hay muchos misterios por resolver sobre su forma de vida y sus migraciones. Por ello este hallazgo se considera importante: "Es un descubrimiento crucial por la calidad de conservación de los restos como de las excavaciones", ha declarado Bernard Buigues, director del programa Mammuthus.
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Extraído de El Mundo
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