Misterio en torno a la tumba de
Ankhparkhered en la cual han hallado unos huesos que no pertenecen al ilustre
sacerdote sino a un hombre mucho más joven.
Una nariz importante y
un rostro asimétrico, con un ojo y una ceja ligeramente más bajos que los otros
y la mejilla un poco hundida por culpa de la ausencia de algunos dientes.
Mandíbula cuadrada y piel color tierra.
Así se presenta la cara de la momia
«usurpadora» de 2.100 años del sarcófago de Ankhparkhered, ahora
rebautizado como Whem-ef-ankh («uno que vuelve a vivir»). Sus restos han sido
reconstruidos en 3D y en escala real, gracias a la realización de un TAC en el
Hospital Fatebenefratelli, de Milán, según publica «Corriere.it».
Los expertos del «Mummy Project», que se
encuentra en el Museo Arqueológico de
la ciudad italiana de Asti, han revelado más detalles sobre las características
físicas y la vida de este hombre de identidad misteriosa.
Una brecha de varios
siglos.
La única certeza confirmada oficialmente
tras datar la edad de los huesos encontrados y las vendas que lo envolvían, es
que la momia no es del sacerdote Ankhparkhered, propietario del sarcófago y
fallecido a los 40 años de edad. Es más, hay una brecha de varios siglos entre
el cuerpo, «más joven», y su última «casa», mucho más antigua.
Los exámenes sugieren que el cuerpo pertenece a un periodo histórico que va
del año 400 al 100 antes de Cristo, mientras que el sarcófago, por su
decoración, se remonta a muchos años antes, del 945 al 715 a.C.
¿Quién es entonces el hombre que ha
ocupado abusivamente durante milenios el sarcófago del sacerdote del templo
de Min, dedicado al dios de la sexualidad y la
fertilidad?
En vida, la momia fue un hombre particularmente alto para el periodo en el
que vivió, más de 1,75. Su cuerpo, a juzgar por su esqueleto, era bastante
esbelto. «Estimamos que podría pesar entre 70 y 73 kilos y que haya llevado una
vida tranquila, con buena alimentación», aseguran los expertos.
Robo de tumbas.
La egiptóloga italiana Sabina Malgora ha
llamado al sarcófago «la cápsula del tiempo». En sus paredes se
pueden encontrar varios jeroglíficos acerca de un sacerdote, Ankhpakhered, que
vivió en la Dinastía XXII y XXIII, dedicada al culto del
dios Min. Sin embargo, la momia que hay dentro está envuelta en un vendeaje muy
simple, sin ninguna inscripción ni amuletos propios de una casta sacerdotal.
Malgora concluye que seguirán haciéndole
pruebas al cuerpo del falso sacerdote con radiocarbono y
explica: El robo de un sarcófago no era una práctica habitual en Akhmim (lugar
de nacimiento de Wehem-ef-ankh), ciudad famosa por el templo del dios Min y a
200 km al norte de luxor. «En aquellos tiempos, la vida en el
inframundo no habría sido posible sin un entierro digno», asevera.
Extraído de ABC
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