La cueva de Altamira no abrirá en un "futuro inmediato", ha señalado hoy el director del Museo, José Antonio Lasheras, en los instantes previos a la inauguración en el Parlamento de Cantabria de un curso de verano de la Universidad de Cantabria (UC) sobre Altamira.
Lasheras ha puntualizado que en Altamira los cierres "siempre son temporales" y las aperturas "siempre provisionales", sin aclarar nada nuevo sobre el estado de conservación de la cueva original. Matizó sus palabras indicando que el último cierre de la cueva original está durando "mucho" y señaló, sin dar fechas, que el próximo Patronato "sin duda" se reunirá antes de que acabe el verano, para decidir "lo que se tiene que hacer".
En cualquier caso, se decida lo que se decida en el Patronato, para Lasheras la apertura de la cueva "no puede ser inmediatamente", sin concretar en sus declaraciones las causas y pese a que recientemente afirmó que la cueva “está mejor que nunca”.
Y tras la frase del día pronunciada por Lasheras, que ofrecerá una ponencia en este seminario el próximo día 24, arrancó el curso. Potenciar el mayor activo que tiene Cantabria como marca, Altamira —a juicio del presidente del Parlamento de Cantabria, José Antonio Cagigas—, es el objetivo de este Curso de Verano de la Universidad de Cantabria que comenzó hoy en la sede de la asamblea en el antiguo Hospital de San Rafael.
Dirigido por el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria, César González Sainz, el seminario titulado 'Altamira: conservación y conocimiento, pretende "facilitar un discurso integrado sobre Altamira, tanto en lo referente al registro arqueológico como al arte parietal", como señaló el profesor. A esto el propio Cagigas, en su presentación, añadió la "necesaria transparencia e información" que debe presidir todo lo referente a Altamira, "porque Altamira está de actualidad, no solo ahora por los últimos trabajos que se han realizado, sino porque ha estado siempre de actualidad y porque el asunto preocupa a todo el mundo".
El ex consejero de Cultura puso especial énfasis en que Altamira es una "marca fantástica", que "es necesaria impulsar" y para ello "debemos trabajar conjuntamente para relanzar el museo nacional", ya que no duda que "cualquiera estaría orgulloso de disponer de una marca como Altamira". Continuó Cagigas recalcando que "la transparencia necesaria" para Altamira, a la que este curso deberá contribuir, tendrá que concluir en información precisa sobre "cómo está la cueva y qué hay que hacer en el futuro". Altamira está cerrada al público desde hace diez años, periodo en el que los estudios realizados por el CSIC han cerrado las puertas al establecimiento de cualquier régimen restringido de visitas que no ha conseguido el respaldo unánime de prehistoriadores, científicos y técnicos.
La inauguración de los cursos de verano de la UC en sede parlamentaria corrió a cargo de Cagigas, del propio César González Sainz y de la vicerrectora de Cultura, Participación y Difusión de la UC, Elena Martín Latorre. Estuvieron presentes en la misma el director general de los cursos, Manuel Estrada; los parlamentarios Tamara González, Javier López Marcano y Rafael de la Sierra; los prehistoriadores y arqueólogos Manuel González Morales, Alfonso Moure, Joaquín González Echegaray, Lawrence G. Straus y Ramón Bohigas; el director de Altamira, José Antonio Lasheras; los ponentes del curso Oscar Moro, Ignacio Barandiarán y Carmen de las Heras; José Luis Zárate y David Lantarón, directores de otro de los seminarios que acogerá el Parlamento; el cronista Benito Madariaga..., así como unos cuarenta alumnos inscritos en el curso.
Ignacio Barandiarán, catedrático de Prehistoria de la Univerisdad del País Vasco, con una conferencia sobre el arte mueble, abrió el seminario. La segunda ponencia corrió a cargo de Oscar Moro Abadía, un cántabro que ejerce la docencia universitaria en Canadá, que ofreció una visión antropológica del arte prehistórico.
“Los próximos 25 ó 30 años serán intensos, de muchos descubrimientos”.
Para Moro, "los próximos 25 ó 30 años serán años muy intensos, de numerosos descubrimientos y muy espectaculares; no sólo de nuevos restos sino de nuevos datos sobre sitios ya conocidos”. En este punto ha coincidido parcialmente con Ignacio Barandiarán, quien ha señalado que del significado del arte mueble prehistórico en concreto “no sabemos casi nada” y “nada sabemos ni de sus autores ni de sus usuarios”. Maestro de varias generaciones de prehistoriadores y autoridad internacional en la materia, el catedrático de la UPV ha analizado en su ponencia nueve cuestiones sobre lo que se sabe en la actualidad acerca de la relación entre el arte mueble y el arte rupestre.
El misterio que envuelve aún al arte prehistórico ha atraído a cerca de una cuarentena de alumnos que seguirán este curso (con conferencias de carácter semanal que tendrán lugar los martes de julio) y también a numerosos especialistas y autoridades.
Nuevas tecnologías.
“Sabemos muy poquitas cosas: sólo tenemos bien datado entre el 1 y el 5% del arte paleolítico que se conoce”, ha apostillado Moro, que es licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Cantabria y actualmente ejerce como profesor en Canadá. Las nuevas tecnologías –que serán objeto también de un curso de la UC este verano en Ramales de la Victoria- tienen que ver mucho con estos nuevos descubrimientos y aunque “no son milagrosas ni van a resolver todos los problemas”, ha explicado, están cambiando profundamente la percepción actual de la prehistoria y sobre todo del arte de ese periodo.
Según Moro “es evidente e innegable que Altamira, y las cuevas prehistóricas de la región en general, tienen una dimensión simbólica muy importante para Cantabria y también una dimensión económica, porque son el gran patrimonio cultural cántabro. Y de lo que se trata es de hacerla compatible con el principio de la protección del arte prehistórico”.
Moro ha señalado que la creación de la neocueva de Altamira ha permitido canalizar un flujo turístico y “hallar el equilibrio entre ciencia y economía”. “Hay que buscar iniciativas de ese tipo, que permitan una explotación racional pero siempre con el principio de conservación del patrimonio como base fundamental”, ha defendido.
Respecto a la reapertura, dijo que se trata de una cuestión técnica sobre la que sólo los especialistas pueden pronunciarse con propiedad, pero se mostró partidario de que permanezca cerrada hasta que se garantice la conservación de las pinturas.
Para Moro, “está bien que siga habiendo misterio” en torno al significado del arte prehistórico, y buscarlo es “un falso dilema” porque “no creo que haya un sentido único; problablemente era diferente para quien lo veía y para quien lo pintó”.
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