Un equipo de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Galicia recupera un conjunto de petroglifos en el yacimiento de A Cabeciña, en Oia.
Un equipo de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Galicia trabaja desde ayer en Mougás para recuperar el conjunto de petroglifos del lugar de A Cabeciña. La actuación, impulsada por la comunidad de montes de la parroquia y la Asociación Cultural Amigos del Monasterio de Oia (Acamo), busca musealizar el espacio, que se convertirá así en el primer recinto arqueológico oiense que permitirá al visitante desentrañar sus secretos.
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Las labores científicas, que se realizarán a lo largo de esta semana, llegan a este privilegiado balcón sobre el océano y la prehistoria tras una primera fase de limpieza y tala controlada de árboles que realizaron previamente los comuneros. Los científicos se encargan ahora de realizar un diagnóstico de los grabados rupestres, de mejorar su visibilidad, de catalogarlos y documentarlos y de ultimar la redacción de un documento sobre las prioridades de conservación y mantenimiento del recinto.
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Llamado a convertirse en uno de los principales atractivos turísticos del municipio de Oia, el yacimiento se conoce desde los años noventa de la mano del arqueólogo Fernando Javier Costas Goberna, autor de varias publicaciones sobre este espacio y asesor de los trabajos de recuperación que se están llevando a cabo.
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De hecho, las investigaciones de Costas Goberna han permitido conocer que A Cabeciña se compone de un recinto fortificado de características castreñas, que podría haber sido utilizado incluso en la Edad Media, y de un grupo de petroglifos que datan de hace unos 4.000 años.
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Sus averiguaciones permiten además destacar la singularidad de los grabados en la piedra, de diseño curvilíneo. Figuras arriñonadas y círculos incompletos sitúan los diseños en la línea de las decoraciones de algunas cámaras funerarias del mundo megalítico más que de los motivos geométricos más habituales en yacimientos al aire libre.
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Las labores científicas, que se realizarán a lo largo de esta semana, llegan a este privilegiado balcón sobre el océano y la prehistoria tras una primera fase de limpieza y tala controlada de árboles que realizaron previamente los comuneros. Los científicos se encargan ahora de realizar un diagnóstico de los grabados rupestres, de mejorar su visibilidad, de catalogarlos y documentarlos y de ultimar la redacción de un documento sobre las prioridades de conservación y mantenimiento del recinto.
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Llamado a convertirse en uno de los principales atractivos turísticos del municipio de Oia, el yacimiento se conoce desde los años noventa de la mano del arqueólogo Fernando Javier Costas Goberna, autor de varias publicaciones sobre este espacio y asesor de los trabajos de recuperación que se están llevando a cabo.
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De hecho, las investigaciones de Costas Goberna han permitido conocer que A Cabeciña se compone de un recinto fortificado de características castreñas, que podría haber sido utilizado incluso en la Edad Media, y de un grupo de petroglifos que datan de hace unos 4.000 años.
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Sus averiguaciones permiten además destacar la singularidad de los grabados en la piedra, de diseño curvilíneo. Figuras arriñonadas y círculos incompletos sitúan los diseños en la línea de las decoraciones de algunas cámaras funerarias del mundo megalítico más que de los motivos geométricos más habituales en yacimientos al aire libre.
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Extraído de Faro de Vigo
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