La vida cotidiana está repleta de preguntas científicas. Esta sección
recoge cada semana las más curiosas de la mano de Métode, la revista de
divulgación de la Universidad de Valencia.
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El nombre de los días de la semana tiene una lógica. |
Con el modelo geocéntrico,
con la Tierra como centro del Universo, desde la
antigüedad se han ordenado los planetas (o astros errantes) atendiendo el
tiempo que tardan en dar una vuelta a nuestro planeta. La Luna gira alrededor
de la Tierra en poco menos de un mes, mientras que Saturno tarda unos treinta
años. Se suponía que, cuanto más tardara en orbitar la Tierra, más lejano
estaría el objeto. Así, desde el exterior hasta el interior,
se construyó el modelo de universo situando a Saturno, Júpiter, Marte, Sol, Venus,
Mercurio y la Luna sobre
siete esferas cristalinas concéntricas en orden decreciente de sus períodos
sinódicos, es decir, vistos desde la Tierra.
En Babilonia asignaron el nombre de sus deidades
más importantes a los diferentes astros errantes y parece que bautizaron con
sus nombres también los siete días de la semana. Después esta denominación de
los días pasó al griego, transformándose en los dioses equivalentes, y después
al latín. Y aunque el cristianismo, una vez convertido en la religión del
imperio romano, trató de eliminar la referencia a los dioses paganos, no lo
consiguió. (Mucho más tarde alguna lengua románica como el portugués y las
lenguas eslavas como el ruso cambiaron la nomenclatura para poner solo una
enumeración de los días de la semana, por ejemplo, segunda feira es “lunes” en
portugués).
La explicación del orden
actual de los nombres de los días es mérito de Dio Cassius,
un historiador cristiano del siglo III. Según Cassius, los astrólogos asignaron
las 24 horas de cada día de la semana a los siete objetos celestiales errantes
en una secuencia cíclica. La primera hora del primer día de la semana fue
asignada a Saturno y las siguientes a Júpiter, Marte, el Sol, Venus, Mercurio y
la Luna respectivamente. Así la octava hora del primer día volvió a ser
asignada a Saturno, y también la decimoquinta y la vigesimosegunda. Siguiendo el
ciclo durante todas las horas y días de la semana, las primeras horas de los
días siguientes serían asignadas al Sol, a la Luna, Marte, Mercurio,
Júpiter y Venus respectivamente.
Por tanto, cada día de la semana recibió el
nombre del planeta que tenía asignada la primera hora. Así,
la secuencia de los días quedó en: Saturno, Sol, Luna,
Marte, Mercurio, Júpiter y Venus, que corresponde a nuestros
días sábado, domingo, lunes, martes, miércoles, jueves y viernes.
Y recordad que para los judíos la semana empieza en sábado, el Shabbat, denominación que proviene del
nombre del planeta Saturno en hebreo, Shabbetai, como se
puede ver en el Talmud de Babilonia.
Por Enric Marco Soler.
Departamento de Astronomía y Astrofísica, Universidad de Valencia.
Extraído
de ABC
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