La cerámica que precedió al barro.

Vasija de la época Jomon de más de 12.000 años de antigüedad.
Cuando se dice que la cultura japonesa es milenaria no se está exagerando, estamos ante una de las civilizaciones más antiguas de nuestro planeta. Si bien todavía no hay unanimidad en cuanto a la cronología, se acepta que existían en esas tierras asentamientos humanos con cierta estructura social, que vivían en viviendas manufacturadas y que empleaban utensilios sofisticados antes del año 10.000 a.C.
El llamado período Jomon se inició hacia el 14.000 a.C. y duró hasta el 300 a.C. Los vestigios arqueológicos que han permitido llegar a esas conclusiones son las denominadas “viviendas-foso”, así como la cerámica de esa época.
Los primeros asentamientos en pequeños núcleos de viviendas en foso se produjeron al poco de finalizar la última glaciación. Sus habitantes vivían de la caza, la pesca y la recolección de frutos, aunque también se apunta la existencia de una agricultura primitiva de cereales (posiblemente arroz). Las casas eran sencillas, denominadas “viviendas-foso”, que eran excavadas en profundidad y posteriormente recubiertas por diferentes materiales vegetales. 
La cerámica Jomon es la más antigua del mundo y es la que da nombre a esta cultura. Jomon significa en japonés cerámica con marca de cuerdas, y esa es precisamente la decoración de las vasijas más antiguas encontradas. Se calculan que éstas poseen una antigüedad de unos 16.000-12.000 años. Curiosamente todavía corren por ahí individuos que, haciendo una interpretación muy particular de su libro sagrado, afirman que hace unos 6.000 años un ser divino creó a los humanos a partir de barro. Y como esa afirmación la toman al pie de la letra, sin aceptar ninguna otra que la contradiga, deben de taparse los ojos ante el hecho de que unos seres humanos inventaran la cerámica varios de miles años antes de que ese barro los generara. ¡La de libros que tienen que esconder para hacer prevalecer su ideario!

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