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Vista en detalle del disco de Nebra. |
No es extraño que un hallazgo arqueológico
genere grandes polémicas entre los expertos. Sin embargo, el descubrimiento del
llamado "disco
celeste de Nebra", encontrado por unos
'cazatesoros' alemanes, ha hecho correr ríos de tinta en
apenas diez años desde el comienzo de los estudios.
Desde entonces
la controvertida pieza —datada hacia el 1600 a.C., en la Edad de Bronce— ha motivado varios juicios, decenas de estudios
científicos y un buen puñado de hipótesis, que abarcan desde su
uso en rituales chamánicos hasta su utilización como instrumento para cálculos
astronómicos.
La agitada
historia comenzó en el año 1999, cuando una pareja de "arqueólogos
amateurs" —en realidad 'cazatesoros' equipados con detectores de metales—, descubrieron
un singular tesoro en una colina cerca de Nebra, una pequeña
localidad a 35 kilómetros de Halle, en Alemania.
En el interior
de una cista los saqueadores descubrieron dos
espadas de bronce, varios hachas, joyas y fragmentos de brazaletes, además del
objeto que nos ocupa, una pieza circular realizada en bronce y con decoraciones en oro.
Según el
testimonio de los propios saqueadores, al día siguiente consiguieron vender la
mayor parte del tesoro a un coleccionista de Colonia por 31.000
marcos alemanes. A partir de ese momento, las piezas pasaron de
manos de un comprador a otro,
hasta alcanzar un valor de un millón de marcos.
Fue en el año
2002 cuando una operación policial llevó a la detención de los saqueadores, que
estaban intentando vender en Basel (Suiza), el singular disco de bronce hallado
tres años atrás en Nebra.
Los 'cazatesoros' fueron juzgados y condenados a un total de 18 meses de cárcelsumando
ambas condenas.
A partir de
entonces el disco de Nebra quedó bajo la custodia de Harald
Meller, un arqueólogo estatal que inició el estudio de la pieza
y para quien resultaba evidente que las llamativas
decoraciones en oro de la pieza podrían tener un significado astronómico.
Sin embargo, no todos los estudiosos coincidían en que el disco
fuera una pieza auténtica. Peter Schauer, un reputado arqueólogo
de la Universidad de Ratisbona, no dudó en calificar de falsificación lo que para otros era uno de los más
destacados hallazgos arqueológicos de los últimos años.
Según Schauer, la
pátina del disco habría sido creada artificialmente, al igual
que unas muescas que presenta la pieza, y que en su opinión no podían haber
sido creadas hacia el 1.600 a.C.
Aunque el
arqueólogo alemán insistió durante años en su idea de una falsificación más o
menos reciente, la mayor parte de los expertos
coinciden en lo contrario, y de hecho criticaron duramente que
el arqueólogo realizara tales afirmaciones sin tan siquiera haber tenido el
disco entre sus manos.
Las evidencias
definitivas sobre su antigüedad llegaron con el hallazgo en el yacimiento de una
pieza de oro que encaja perfectamente con un "hueco" presente en el
disco, y también con la comparación positiva entre la tierra
adherida al objeto y la existente en la colina donde se descubrió el tesoro.
Demostrada —al
menos así lo parece— la autenticidad del disco, los expertos se han afanado en
descifrar su significado. La hipótesis más popular es de
carácter astronómico, aunque entre sus defensores también
existen distintas interpretaciones.
Mientras para
unos sería simplemente una representación simbólica del
firmamento, para otros el disco tendría un
uso práctico, quizá como calendario utilizado en distintos
cálculos astronómicos.
Si estudiamos la
superficie verdosa de la pieza, vemos que destaca una
gran circunferencia dorada, una especie de media luna,
dos "arcos" situados uno frente a otro en el borde del disco,32 puntos de oro, y un
tercer arco en la parte inferior.
Para los defensores de la interpretación astronómica, el
gran círculo podría representar al Sol o a la Luna llena y los 32 puntos serían
estrellas —siete
de ellas que aparecen apiñadas simbolizarían las Pléyades—.
Por otra parte,
los dos arcos enfrentados forman cada uno 82º de la
circunferencia del disco, lo que coincidiría con la
"porción" de horizonte oriental y occidental sobre la que el Sol sale
y se pone a lo largo del año. Este dato varía dependiendo de la latitud de cada
lugar del planeta, y el de la región donde fue hallado el
disco sería, curiosamente, de 83º.
Investigadores
como Ralph Hansen, de la
Universidad de Hamburgo, han sugerido la posible utilización del disco como una
herramienta para "unificar" los
calendarios solar y lunar.
Según Hansen, se
conservan algunos textos babilónicos en los que se indicaba que era preciso
añadir un decimotercer mes al calendario lunar cuando nuestro satélite era
visible en una posición idéntica a la representada por el disco de Nebra.
Además, según Hansen,
si a las 32 "estrellas" le sumamos la Luna obtenemos 33, precisamente
la cantidad de años lunares que equivalen a 32 años solares. Estos cálculos, en
opinión del experto de Hamburgo, habrían sido utilizados por los
campesinos de la época para calcular los momentos de la siembra y la cosecha.
¿Tuvo el disco
de Nebra este uso práctico o fue "solo" un objeto de carácter
simbólico empleado en rituales con significado cósmico? Es posible que tengamos
que esperar a la aparición de nuevos estudios para obtener respuesta
definitiva, pero de lo que no hay duda es de que este llamativo disco
"celeste" evidencia el enorme interés que el ser
humano mostró ya en tiempos remotos por los secretos del Cosmos.
Extraído de Yahoo
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