Rincón
de la Victoria es un municipio que alberga alrededor de una treintena de
yacimientos de diferentes épocas históricas. Uno de los que más valor tiene por
las fotografías que se hicieron durante su excavación y por lo que cuentan
aquellos que pudieron verlo cuando se descubrió son los restos arqueológicos de
la Villa Romana. Por el momento no hay inversiones públicas que pongan en valor
este lugar y lo establezcan como punto turístico de la localidad.
Esta zona se encuentra
en la carretera de Torre de Benagalbón, integrada en los bajos de los edificios
que hay junto al supermercado. Actualmente está todo tapado con chinos para su
conservación, puesto que después de haber realizado las excavaciones que se
iniciaron en el año 2003 ninguna institución pública ha querido hacer frente al
coste para realizar un museo en el que visitar estos restos romanos tal y como
se hace en otras muchas ciudades.
El arqueólogo que
dirigió este trabajo, Juan Bautista Saldo, y que actualmente es uno de los
cargos de confianza del alcalde, Francisco Salado, explicó que se necesita una
inversión de un millón y medio de euros aproximadamente que por el momento no
es asumible por el Ayuntamiento.
Así mismo, aseguró que
se están haciendo las gestiones y reuniones pertinentes con la Diputación
Provincial de Málaga y con la Junta de Andalucía, para viabilizar el proyecto
en esta legislatura. Además, no descartan probar con iniciativas privadas que
subvencionen el proyecto de musealización.
Habitaciones y termas.
Según cuenta el
arqueólogo, se trata de un edifico muy bien conservado, tanto en planta como en
alzado, que cuenta con unas 17 habitaciones. "La mayoría conserva mosaicos
policromados y geométricos excepto una, que se interpreta es la del señor, en
la que apareció un rosetón de un metro de diámetro donde se representa el
idilio de la conquista de Satir (Zeus) a Antíopa", explica.
Tampoco hay mosaicos
en una habitación que se piensa era el almacen ni en otra que al parecer hacía
de jardín y en la que se encontró una escultura de marmol del Dios Baco que
actualmente custodia el director de la intervención arqueológica, es decir,
Juan Bautista Salado.
Al parecer, la Villa
se funda en el siglo III d.c. y se abandona en el siglo VI d.c., de forma
paulatina puesto que apenas hay muebles o grandes objetos que se hayan dejado
por una marcha rápida del domicilio a causa de una catástrofe.
Detrás de la Villa hay
unas termas con lo que se deduce que se trataba de un complejo familiar, una
vivienda personal en la que se distingue la parte urbana donde se residía, la
zona de la servidumbre, la zona de los baños romanos y la zona industrial que
utilizaban para la actividad a la que se dedicaban, el salazón y el cultivo en
la campiña, apunta el arqueólogo.
Extraído de La voz de hoy
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