La variante habría permitido a los hombres primitivos en África convertir
ácidos grasos de plantas en compuestos necesarios para aumentar el tamaño
cerebral.
Tres equipos científicos estadounidenses que
han analizado patrones de variación genética en diferentes poblaciones han dado
con una mutación, que debió producirse hace más de 85.000 años, y que
permitiría a los Homo sapiens del centro de África migrar por todo
el continente. La mutación está en un grupo de genes del cromosoma 11
implicados en al conversión de ácidos grasos poliinsaturados de origen vegetal
en ácidos poliinsaturados necesarios para aumentar el tamaño del cerebro, su
complejidad y sus funciones, según explican los investigadores, que logran así
asociar la base genética con la llamada gran expansión africana del Homo
sapiens.
Diversas
investigaciones genéticas y arqueológicas apuntan hacia el origen del H.sapiens hace unos 180.000 años, pero
permanecerían confinados unos 100.000 años en una zona con abundantes lagos en
el centro de África, según explican los investigadores del Centro Médico Wake Forest Baptist que forman uno de los tres equipos de
la investigación, presentada en la revista Plos One y liderada por Joshua M. Akey (Universidad de
Washington). Su hipótesis es que este confinamiento territorial se
debió, al menos en parte, a que los humanos primitivos necesitaban, para
alimentar sus funciones cerebrales, un ácido graso específico (DHA) que
contienen los peces. Y en la región centroafricana habría agua y, por tanto,
fuentes de alimentos con DHA.
“Ha habido un
considerable debate acerca de cómo los humanos primitivos lograban obtener el
suficiente DHA necesario para mantener su tamaño cerebral y su complejidad”,
comenta Floyd Chilton, uno de los autores de la investigación, en un comunicado
de Wake Forest. “Es sorprendente que hayamos descubierto la región de la
variación genética que debió surgir aproximadamente al tiempo que aquellos
hombres primitivos salieron de esa región africana central en lo que se ha
llamado la gran expansión”, añade.
Con la variación
genética los humanos podían alejarse de las zonas con agua y los productos
alimenticios necesarios que en ella obtendrían. Y a partir de ese momento,
según muestran los resultados expuestos enPlos
One, se produjo una intensa presión selectiva en la población y
rápidamente se difundió la mutación por todo el continente africano.
La capacidad de
conversión de ácidos grasos de origen vegetal en alimento del cerebro
significaría que los primeros humanos ya no dependían de una única fuente, el
pescado, y eso era importante porque cuando aparece esta mutación aún no
existía la caza y pesca organizada que pudiera mejorar el suministro de esos
ácidos grasos, recuerda Akey.
Los
investigadores han analizado los genomas de poco más de mil individuos de 15
poblaciones humanas diferentes que formaban parte del proyecto Genoma Humano
más otros tantos de 52 poblaciones de la base de datos Diversidad del Genoma
Humano. Los científicos de Wake Forest se han ocupado de los estudios de
bioquímica de los ácidos grasos, los de la Universidad de Washington han hecho
la genética de poblaciones y otro equipo, de la Universidad John Hopkins, se ha ocupado de la
genética estadística.
Extraído de El País
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