La arqueóloga Mirtha Alfonso y el licenciado Miguel Cardozo, en plena tarea de limpieza de las piezas arqueológicas halladas. |
Piezas
de alfarería y cerámica con aproximadamente mil años de antigüedad y
aparentemente pertenecientes a la tradición Tupí Guaraní, fueron encontradas
dentro de la reserva ecológica de Itaipú Binacional “Yvoty Rokái”, ubicada en
el distrito de Mbaracayú, al Norte del Alto Paraná. El hallazgo de valor
histórico y cultural superlativo se produjo en superficies que quedaron a la
intemperie al bajar el nivel del río Paraná y se anuncian más excavaciones.
El
importante evento arqueológico fue informado por el departamento de
Comunicación Social de Itaipú Binacional esta semana. La arqueóloga Mirtha
Alfonso explicó que se trata de muestras que reflejan las técnicas de acabado
de piezas utilizadas en la tradición Tupí Guaraní. Y que tienen un valor
cultural muy alto, porque datan de más de mil años.
“La tradición tupi guaraní empezó más o menos en el siglo VIII A. C. Tenemos una línea de tiempo bien amplia, por lo que podemos suponer que fue un lugar ocupado por bastante tiempo”, puntualizó Alfonso. Los responsables del hallazgo presumen que las piezas tendrían unos mil años de antigüedad, pero aclararon que para definir la edad exacta de los materiales, así como otros detalles, están realizando trabajos de laboratorio.
Las piezas halladas reflejan, según la arqueóloga, diferentes técnicas empleadas por la tradición Tupi Guaraní.“La más antigua es la pintura blanca; por el grosor también se determina la antigüedad. Después tenemos la técnica del corrugado y la del cepillado que es la más reciente, cuyo desarrollo data más o menos de 300 años antes de la llegada de los españoles”, puntualizó.
Además, entre las piezas halladas hay “algunas herramientas de piedras como los raspadores, que eran utilizados para limpiar animales, por ejemplo los pescados, ya que estamos hablando de una zona cercana al río, o para limpiar cueros; y las puntas de flechas que son de cuarzos, que funcionaban atadas a un palo, con algún tipo de fibras que usaban para cazar o pescar en superficie”, añadió la profesional.
Bajó el
río y las piezas sobresalieron en la superficie.
Al bajar el río, las piezas arqueológicas quedaron en la superficie y los encargados de la reserva las encontraron. La arqueóloga Alfonso y el licenciado Miguel Cardozo fueron hasta la zona, acompañando al ingeniero Nélson Pérez. A unos 300 metros de la antigua casa de guarda de la reserva forestal se localizó el área con mayor cantidad de restos. Pretenden realizar excavaciones más profundas y documentadas para rescatar más piezas y, de ser posible, reconstruir algunas.
Cardozo manifestó que lo ideal sería poder continuar con los trabajos de prospección arqueológica en el área, ya que en base a la gran cantidad de piezas encontradas, su proximidad al río y la selva, se trataría de un lugar bastante frecuentado por los pobladores originales del área.
Todo lo recolectado se encuentra actualmente en el laboratorio de Arqueología de la División de Educación Ambiental, en el Museo de la Tierra Guaraní.
Extraído
de La Nación
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