Los humanos del Neolítico mutilaban el rostro a los cadáveres
como señal de venganza. Investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran
Canaria, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas
y la Universidad Sophie Antipolis de Niza han estudiado los restos de cráneos
encontrados en el yacimiento de Tell Qarassa Norte –datado a mediados del IX
milenio a.C. y ubicado al sur de Siria– que ofrece nuevos datos sobre el
significado de los comportamientos rituales con respecto a los cráneos.
Las 11 calaveras encontradas en dicho yacimiento se dividen en dos grupos organizados en círculo sobre el suelo de una habitación y corresponden, salvo una infantil, a individuos jóvenes-adultos y masculinos. En 10 de los 11 casos, la cara se eliminó voluntariamente.
“La amputación deliberada de los esqueletos faciales de individuos jóvenes y su agrupación en un depósito tras su retirada de las tumbas cuando los cadáveres estaban esqueletizados sugiere un rito de castigo o venganza”, aseguran los investigadores.
En el contexto del Neolítico Pre-cerámico, en el que la simbología de la cara humana juega un papel fundamental en las concepciones rituales, como puede observarse en el uso de máscaras, esculturas y cráneos modelados, esta eliminación podría interpretarse como un acto de hostilidad.
El estudio apunta a que aquellos jóvenes podrían ser guerreros cuyo vigor era temido por el grupo –solo el niño conserva su cara–. Estas comunidades atribuían muchos valores al cráneo y en este caso parece que implicaba algo dañino para el grupo.
Vía: Tendencia 21
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