Los últimos
neandertales del sur de la península ibérica no coexistieron con los humanos
modernos, según un nuevo estudio publicado en la revista PNAS, que contradice
lo que hasta ahora venían sosteniendo los historiadores.
Los últimos neandertales del sur de la
península ibérica no coexistieron con los humanos modernos, según un nuevo
estudio publicado en la revista PNAS, que contradice lo que hasta ahora venían
sosteniendo los historiadores.
Esta es la principal conclusión de un
trabajo realizado por un equipo internacional, en el que participaron
investigadores de las instituciones españolas Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), de la Universidad de La Laguna y el Museo Arqueológico y Etnológico de Lucena
(sur).
También participaron en este estudio
expertos de la Universidad de Oxford, la Universidad Nacional de Australia y el Museo Nacional de Historia Natural de París.
Para esta investigación se han realizado
pruebas de radiocarbono que han permitido comprobar que los restos estudiados
eran en algunos casos mucho más antiguos de lo que se creía hasta ahora,
especialmente en los yacimientos de Jarama VI (Guadalajara) y Zafarraya (Málaga).
Estos dos lugares estaban considerados
hasta ahora como una de las últimas 'moradas' de los neandertales en la
península.
Sin embargo, según este artículo, el
paso de los últimos neandertales por esa zona es más antiguo de lo que se
pensaba y se remonta a hace unos 45.000 años y no 30.000, como se creía hasta
ahora.
Estos datos anulan la teoría imperante
de que el "homo sapiens" y neandertales coexistieran en la península
del Pleistoceno superior.
En los últimos veinte años, la comunidad
científica aceptaba la teoría de que los últimos neandertales -Homo
neanderthalensis- seguían allí en el momento en el que los humanos modernos -la
especie Homo sapiens- se encontraban ocupando el norte de la península, una
hipótesis que ahora se desmonta, según la UNED.
"No parece que estos últimos
neandertales del centro y sur de Iberia llegaran a fechas tan recientes, hace
en torno a 30.000 años, como suponíamos hasta estas nuevas dataciones",
dijo Jesús F. Jordá, investigador del departamento de Prehistoria y Arqueología de la UNED y uno de
los autores del estudio.
Los científicos analizaron huesos de
animales manipulados por el hombre -la manipulación por ejemplo para descarnar
un hueso deja marcas en él-, explicó a Efe Jordá.
A la vista de estos nuevos datos, en
opinión de Jordá "habría que revisar los libros de Prehistoria, sobre todo
a medida que se vayan obteniendo nuevos resultados".
Vía: La Información
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