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Antropología del cerebro.

Antropología del cerebro. La conciencia y los sistemas simbólicos/ Roger Bartra.
México: FCE, 2007, 236 p.; 21x14 cm — /Colec. Filosofía) ISBN 978-968-16-8435-8
Como bien dice Roger Bartra, al principio de suAntropología del cerebro, todavía al comienzo del tercer milenio el cerebro humano es una caja de sorpresas, un misterioso laberinto donde se pierden las pesquisas en tratar de localizar ése ente tan subjetivo y al mismo tiempo tan existencial como es la conciencia. Y ni qué decir sobre el punto exacto donde se aloja eso que nombramos alma; o probablemente, conciencia y alma, sean la misma cosa. Pero no lo sabemos, y tal situación de vacío no es cómoda para el individuo contemporáneo, acostumbrado al mando a distancia y al buen arte del sabelotodo.
El cerebro de un ser humano contemporáneo tiene una dimensión de 1200 a 1500 centímetros cúbicos, resultado de un proceso largo de evolución, y en donde las funciones neuronales fueron constituyéndose por diversos factores, tanto de tipo ambiental, como de tipo cultural. El texto del doctor Bartra es un viaje a las diferentes funciones cerebrales; desde el lenguaje hasta los espejos neuronales, desde el cerebro interior al exterior, desde la conciencia de sí, hasta la memoria artificial.
Todas esas operaciones químicas que el cerebro realiza se ven reflejadas en la cotidianidad, en las acciones o reflexiones más pequeñas, el mismo hecho de recordar una melodía que nos gusta o de recordar vivencias, constituye todo un complejo de fenómenos físicos y reacciones de las sustancias liberadas por ciertas partes del cerebro.
Sin embargo, en opinión de Bartra, el cerebro no solamente se determina por tales reacciones o por el condicionamiento genético de los seres humanos, sino también responde a todo el cúmulo de estímulos que le rodean, a lo cual le ha llamado el exocerebro. De tal forma que “ciertas regiones del cerebro humano adquieren genéticamente una dependencia neurofisiológica del sistema simbólico de sustitución. Este sistema, obviamente se transmite por mecanismos culturales y sociales. Es como si el cerebro necesitase la energía de circuitos externos para sintetizar y degradar sustancias simbólicas e imaginarias, en un peculiar proceso anabólico y catabólico”.
Lo anterior, nos viene a confirmar algunas de las teorías referentes a la conformación de las capacidades cerebrales, a partir no solamente de sus características innatas, sino que tiene mucho que ver con el ambiente en que esté inmerso. De tal suerte, no solamente lo que se ve en la superficie es resultado de este feed back con el mundo fuera del cerebro, sino que es un proceso dialógico desde el cerebro interior, o sea, desde lo que nunca decimos en voz alta, sino que se queda encerrado en el diálogo interior. El cual, unos imaginan como una serie de órdenes o comando, como los que utiliza la informática; y que otros, le asignan todo un sistema simbólico valorativo de pensamientos y reflexiones.
Todo esto nos sirve para, como sucede con la comida, reflexionar qué es lo que nos metemos a nuestro cerebro, lo que consumimos con todo el afán de distraer ése maniatado cerebro por las jornadas diarias y la rutina llena de aburrimiento. En el siglo del cerebro, como algunos le han llamado, entre ellos el divulgador científico Eduard Punset, es imprescindible la comprensión de los últimos hallazgos de la ciencia, así como las zonas que todavía se revelan insondables.
Vía: Milenio

2 comentarios:

eduardo dijo...

Para todos los congraciados científicos, que viven del intento de lograr y establecer explicaciones de todo, por la reducción del mundo, de todas sus estructuras, a lo más simple, que celebran la fragmentación al absurdo de todo, como avances del conocimiento, que se rebanan la cabeza, orgullosos del tamaño elogiable de nuestro bárbaro cerebro, inteligencia cumbre, intentado comprenderlo todo, en tanto que reducirlo todo, a la compleja estructura neuronal, de nuestra inútil masa gris.

Tenemos o estamos ante una estructura biológica bastante compleja, precisa en sus procesos que es empleada utilizada por la General Motors, el Pentágono, la Otan, o cualquier otra mierda de empresas, emprendimientos civilizatorio, que han tenido tanta notoria participación, éxitos, en el escenario histórico, haciendo sus milagros sus dinerillos, con sueños de inmortalidad, vendiendo biblias y espejitos de colores, con santo y salvaciones milagrosas.

Como se explican la manipulación, la explotación, la reducción, la anulación exterior y a distancia, de un cerebro inútil, inutilizado en cuanto a explotado y manipulado por cualquier emprendimiento económico, como científico, incapacitado de defenderse de tal manipulación, tales abusos mentales, establecidos por los intereses mentales en que se funda y realiza lo social cultural, lo comercial económico.

Rentables actividades empresariales, designios de la inteligencia a celebrar, que maneja la vida la muerte, tanto la actividad como la no actividad cerebral, en tanto el comportamiento, la conducta, el sentido cognitivo y efectivo, la obediencia coordinada, servil, de cientos, de cientos, de miles, de millones, de kilos de materia gris inútil, amontonada al pedo en las grandes metrópolis del desarrollo.

Costos emprendimientos, que se cubren con baratos impuestos para la defensa, que mentalmente instruye, forma a su aparato armado, cerebral, para cumplir órdenes.

Atentando, anulando, insultando, masacrando, impidiendo la participación, actuando y atentando, contra las capacidades de la ternura, la inteligencia, la imaginación libre, de nuestros niños, que es aplastada por la inteligencia y los proceso progresista, exteriores de nuestras empresas, por la maquinaria disciplinaria de las escuelas, que les mide la cabeza, el coeficiente mental, les pesa el cerebro, la inteligencia, por el grado de la eficiente obediencia y memorización, repetición de los que se le inculca.

Emprendimientos mentales que manejan y explotan cerebros, tan voluminosos como un balón de futbol, y sus mentes, tan precisas, tan reducidas y limitadas, al funcionamiento y comportamiento de un reloj de cuarzo, como quien maneja desperdicia balas, energía, saltando en dos pies sobre hormigas.

eduardo dijo...

El mercado y el desarrollo económico hacen lo mismos con nuestros atornillados voluminosos y al pedo cerebros, encerrados en sus cráneos, atados a su cuerpo, limitados a cuarto padres de cemento, encadenados a una pantalla, dependientes de los insumos de la irrigación artificial, de los efectos alucinantes y fantasiosos, de todos colores y estilos, aportados y suministrados por el mercado, diseñados por la ciencia de punta, viviendo la simulación de la libertada absoluta, a la velocidad de la luz, pese a estar limitados a la regulación de la funcionalidad pasiva, establecida y ejercida por los mercados, de la vida parasitada de nuestros cuerpos y cerebros.

Haciéndolo por la vendita acción mental a distancia, que estos nuestros desarrollados y gigantes cerebros, tan reducidos y estudiados por la ciencia, se engañen y activen, babeen, choreen hormonalmente, cualquier cantidad de sustancias, antes unos meros y simples estímulos eléctricos, televisivos, sobre una pantalla plana.

Lo hace con nosotros, nuestros niños y jóvenes, cuando desde el exterior, estúpidamente se los induce a consumir irracionalmente cualquier mierda, a pensar lo que el sistema quiere que pensemos, comamos, soñemos, nos excitemos, etc., etc, por lo cual trabajemos suframos y nos esforcemos.
Manejados manipulados cerebralmente totalmente por cualquier empresa muerta de hambre que venda hamburguesas, o unos tenis, fabricados por mano de obra infantil y esclava.

Me interrogo: para ser manejado explotado por el pensamiento y la actividad mental de cualquier empresa, me sobra casi el 98 por ciento del cerebro, que cargo como materia y peso inútil, al cuete, en tanto el tamaño, me es totalmente inútil, como un estorbo .

El cerebro de un ganso salvaje en tal sentido, no educado y no reducido por siglos de explotación, no traumatizado por guerras y matanzas genocidas, está más plenamente desarrollado, integrado al universo, a los estímulos y desafíos de la vida de su medio ambiente, que el nuestro.

Y a que no se deja manipular, por la actividad pensante, empresarial, económica de una palomas con sueños de gloria, para suicidarse y masacrase en masa entre si, en una simple guerra, por los interese pelotudos, de cuatro o cinco vivos, que se reparten, desgarran y dividen el mundo como una simple pizza.

Eso si abalados convalidados por la ciencia de punta, se podrá decir cualquier cosa de ellos, menos de que sean unos ignorantes, y que no sepan manejar manipular la ciencia y los conocimientos que ellos financian, para una más rentable ganancia, producto de la explotación de un increíbles y gigantes cerebros a su entera disposición.

Es decir que lo hacen, por medio de actuar mentalmente a través de los disciplinados cerebros embotellados, frente a un televisor, un computador, es así como lo hacen , convenciéndolos tecnológicamente de su plenitud y libertada , mientras se les roba la vida , el mundo, la realidad.

Les confirmo: que el cerebro con todas sus fusiones, y jugos, cócteles hormonales, de destellantes y complejas descargas eléctricas, estudiado en grandes catedrales, universidades como la sede, la base de la inteligencia sobre saliente, y distintiva de nutra especie, que por estos días nos ilumina, se limita al cuerpo, a la funcionalidad organizacional del cuerpo, pero la mente que lo usa y explota como a un perro, no.

Un saludo
Eduardo Coli