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Complejo arqueológico “El Paraíso”. Imagen tomada de Globovisión |
El centro arqueológico "El
Paraíso", descubierto recientemente en Lima y con una antigüedad que se
cree de unos 5.000 años, muestra una pirámide principal en piedra y un
subterráneo "Templo de Fuego" como únicos testigos de las civilizaciones
más antiguas conocidas en América.
Con un trabajo
monumental por delante, y aún con todo por descubrir, un grupo de arqueólogos
peruanos busca desentrañar los misterios de este centro urbano religioso, que
se extendía por unas 50 hectáreas, muchas de ellas cubiertas hoy por campos
cultivados y viviendas.
El centro del
complejo es hoy una construcción en terrazas de piedra que fue descubierta por
el arqueólogo francés Frederic Engel en 1965 y desenterrada de lo que
aparentemente sólo se veía como una elevación terrosa, de las tantas que se observan
en Lima.
Según los
especialistas, estas construcciones habrían sentado las pautas para las
técnicas de edificaciones posteriores de culturas preincas y del propio imperio
de los incas (siglos XV y XVI).
La pirámide
central, con el Templo de Fuego -cuyo descubrimiento fue anunciado este martes-
es hasta el momento la única edificación descubierta de un grupo de diez que,
según los estudios, existirían en toda la extensión del complejo.
"El
Paraíso", ubicado en la frontera de tres distritos limeños (San Martín,
Puente de Piedra y Ventanilla) da la espalda a unos cerros y tiene detrás el
mar.
"El
complejo es tan antiguo como Caral (ciudad sagrada de 5.000 años, 180
kilómetros al norte de Lima, y declarada monumento de la humanidad por la
Unesco) y según los estudios tendría 10 unidades arquitectónicas entre templos,
plazas y residencias", dijo a la AFP Marco Guillén, integrante del grupo
de arqueólogos del ministerio peruano de Cultura a cargo de los trabajos desde
hace dos meses.
"Hay
mucho por descubrir para desentrañar los misterios que guarda 'El Paraíso'.
Necesitamos saber si debajo de las estructuras hay otras más antiguas",
dijo el arqueólogo.
"Recién
hemos comenzado y ya hallamos el Templo del Fuego", comentó.
El Templo de
Fuego, un centro ceremonial subterráneo de cuatro niveles que se cree tiene
unos 5.000 años, revela ritos y creencias de las más antiguas civilizaciones de
América que se asentaron en esta región del continente.
"Las
primeras excavaciones nos arrojaron que el templo tiene cuatro niveles, cada
uno más antiguo que el otro, con una pequeña entrada de 48 centímetros por
donde pasaba el sacerdote", dijo el investigador.
Ese centro de
adoración se ubica a un costado de la pirámide central. "Tiene en su
interior un fogón cuyas llamas servían para quemar ofrendas mientras que el
humo ayudaba a conectarse con los dioses y sacerdotes", dijo Guillen, que
agregó que se hallaron "desperdicios" que serán analizados en los
laboratorios y que podrían aclarar uno de los misterios sobre la alimentación
de sus habitantes.
Según los
estudios, "los edificios que componen al complejo Paraíso tenían
diferentes usos", dijo Luis Cáceres, director de Arqueología del
ministerio peruano de Cultura.
Por su
arquitectura monumental y las evidencias encontradas, se sugiere que la Unidad
I o pirámide central tuvo un uso público, comunitario. En cambio, las unidades
II y VI, que hoy sólo se ven como largos montículos de 450 y 300 metros de
largo por 110 de ancho respectivamente, tuvieron un uso doméstico, explicó.
Esos
montículos están formados por las ruinas de dos grandes congregados de
habitaciones. Se diferencian de la Unidad I, en sus dimensiones pequeñas, de
forma rectangular, con muros de piedra enlucidos con barro y techos de madera
cubiertos de paja o estera.
"De las
demás unidades es poco lo que se sabe, pues no han sido aún estudiadas",
precisó Cáceres.
Guillén dijo
que, según los estudios y las evidencias halladas por el francés Engel,
"'El Paraíso' pudo tener unos 3.000 habitantes, cifra teniendo en cuenta
la gran antigüedad de este asentamiento", dijo.
El complejo
arqueológico tiene hoy tomadas una buena parte de sus tierras, lo que puede
hacer más complejas las investigaciones, a las que el gobierno del presidente
de Perú, Ollanta Humala, ha destinado un total de 1,8 millones de dólares para
los próximos cinco años.
"(Si)
Esas ocupaciones ilegales no se incrementaron se debió a la organización de un
grupo vecinos que se convirtieron en los guardianes del lugar y que ahora
trabajan en la conservación", indicó Guillén.
Vía: El
Nuevo Siglo
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