Se descubren nuevos túneles subterráneos en la Villa Adriana.

El equipo de Marco Placidi ha descubierto un nuevo túnel, con un ancho mayor al del resto, por el que pudieron circular carros de bueyes.
Túneles del subsuelo de la Villa Adriana.
Un grupo de italianos aficionados a la espeleología, investigando un pequeño orificio en el suelo que estaba oculto por unos arbustos, ha conseguido una sorprendente información sobre el funcionamiento interno de una de las residencias imperiales más importantes del antiguo Imperio Romano. Se trata de la Villa Adriana, ubicada en Tívoli, a unos 24 kilómetros al este de Roma. Las obras de esta construcción comenzaron en el 118, un año después de que Adriano se convirtiera en emperador, y se terminaron una década más tarde. Hace algún tiempo, los arqueólogos se percataron de que existía una red de carreteras en el subsuelo. Marco Placidi, director de las obras del metro de Roma, indica que a medida que se exploraban los profundos caminos, se iba descubriendo un mundo nuevo. Es más, según él, la grandeza de la Villa Adriana está realmente bajo tierra.

La villa ocupaba unas 600 hectáreas y, en parte, fue diseñada por el propio Adriano, que se fundamentó en algunas famosas construcciones de Egipto y Grecia. El lugar está organizado como una ciudad, con palacios, bibliotecas, termas, teatros, patios y jardines regados por canales y fuentes.

En la antigüedad, el mundo subterráneo de la villa bullía con la actividad de las personas encargadas de mantener el palacio imperial de la forma más cautelosa y silenciosa posible. Los túneles y pasadizos permitían que miles de esclavos se movieran discretamente desde el sótano de un edificio al de otro. Asimismo, proporcionaba el suficiente espacio como para que los carros de bueyes se desplazaran de un lugar a otro, cargados de alimentos y otros bienes destinados, hasta su lugar de almacenamiento. El subsuelo de la villa, como es normal, también es el lugar idóneo para la disposición de la red de alcantarillado y de tuberías de agua corriente de la construcción.

Benedetta Adembri, directora de la Villa Adrina, indica que “hace tiempo que se conocen estos pasajes subterráneos”. No obstante, es ahora cuando el equipo de Marco Placidi ha descubierto un nuevo túnel con un ancho mayor al del resto. Mide 19 metros de ancho, por lo que se intuye que pudo permitir el tráfico por dos vías.

Aunque el túnel que se ha descubierto recientemente está lleno de escombros casi hasta el techo, se está empleando un robot dirigido por control remoto y equipado con una cámara para explorarlo. Según la información que proporciona el robot, hasta donde alcanza, se detecta que el trazado del túnel es casi recto. Sin embargo, según Placidi, actualmente “solamente es imaginable hasta dónde puede llegar este nuevo camino”.

El equipo de Placidi lleva trabajando en la Villa de Adriano desde el año 2001, gracias a un acuerdo con las autoridades del patrimonio italiano. Consta de algunos arqueólogos y de un grupo de espeleólogos voluntarios formados en estas labores. Ambos grupos, en colaboración, están realizando una escrupulosa labor, que está dando sus frutos. En palabras de Benedetta Adembri, “los aficionados pueden causar daños, pero esa no es nuestra experiencia. Los voluntarios son espeleólogos certificados que siguen escrupulosamente el protocolo científico y trabajan bajo la dirección de nuestros arqueólogos”. Añade que, debido a la falta de fondos actual que azota a los proyectos arqueológicos italianos, el grupo de Placidi “proporciona una valiosa ayuda”. Adembri espera que se abran parte de los túneles a las visitas guiadas este mismo año.

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