Polémica, ¿de quién es la Mezquita de Córdoba?

En dos años, el templo pasará a ser titularidad de la Iglesia de por vida.

Polémica, ¿de quién es la Mezquita de Córdoba?
La Iglesia católica registró el 2 de marzo de 2006 la Mezquita Catedral a su nombre en el registro de la propiedad número 4 de Córdoba. Lo hizo por 30 euros, sin publicidad y sin pagar impuestos. Se lo permitió la reforma de la Ley Hipotecaria de 1998 del Gobierno de José María Aznar. En dos años, si nadie lo remedia, este monumento declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, pasará a ser de por vida propiedad de la Iglesia.

Son las administraciones y la ciudadanía quienes pueden evitarlo solicitando la titularidad pública, pero tiene que hacerse antes de 2016. La revocación de la propiedad es posible durante los diez primeros años desde la inmatriculación del bien. La polémica ha surgido a través de las charlas ofrecidas en diferentes provincias por el profesor de Derecho Civil de la Universidad de Córdoba (UCO), Antonio Manuel Rodríguez, quien asegura que es posible arrebatar la titularidad de este monumento a la Iglesia católica.

Para ello es necesario que se modifique la ley. Por un lado, haría falta cambiar el artículo 206 de la Ley Hipotecaria y el 304 del Reglamento que desarrolla el texto normativo de 1947. Rodríguez es uno de los principales impulsores de la Plataforma Mezquita-Catedral de Córdoba, que ha surgido recientemente para promover una campaña de recogidas de formas online para reclamar la intervención de la Unesco e intentar evitar que el Obispado se "apropie" del monumento. La petición, que puede firmarse en la plataforma Change.org, cuenta ya con más de 37.200 rúbricas de apoyo y sigue creciendo de forma considerable.

En un comunicado, dicho colectivo explica que hace 30 años la Mezquita fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Unesco "no solo por su extraordinaria riqueza y complejidad sino especialmente por tratarse de un paradigma universal de concordia entre culturas".

En este sentido, la Plataforma Mezquita-Catedral de Córdoba sostiene que "ante los continuados intentos de apropiación jurídica, económica y simbólica" por parte del Obispado de la capital, "incumpliendo gravemente los principios que inspiraron dicho reconocimiento", desde la ciudadanía "pedimos la intervención de las administraciones públicas y de la Unesco con el fin de preservar del peligro que corre su declaración como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad".

Cuatro reivindicaciones.

El colectivo formula cuatro reivindicaciones. La primera de ellas es que se deje de emplear únicamente el término Catedral para referirse institucionalmente a todo el monumento. Cabe destacar que la Iglesia ha eliminado toda huella de la Mezquita en los folletos informativos sobre el monumento que se reparte a los visitantes. Valga de ejemplo que la página web del templo se llama catedraldecordoba.es. La eliminación de todo rastro islámica en la propaganda de este inmueble ya supuso un debate en Córdoba, que reunió numerosos detractores al entender que fuera de la capital al monumento se le conoce por el nombre de Mezquita. Cosa al margen son los debates suscitados porque los ingresos que el Obispado recibe por las visitas (cuestan 8 euros sino eres de cordobés) están exentos de tributar.

Otra de las reivindicaciones de este colectivo es el reconocimiento jurídico de su titularidad pública, al entender que la Mezquita es "propiedad de la ciudadanía". De ahí que haya puesto en marcha la campaña de recogida de firmas. Además, reclama una "gestión pública y transparente del templo" y la redacción de un Código de Buenas Prácticas para evitar acciones que perjudiquen tanto a la imagen como al significado del edificio.

Cabe destacar que dicha Plataforma, constituida recientemente por ciudadanos, cuenta con importantes apoyos del mundo académico así como de personalidades de la cultura. En cualquier caso, el colectivo asegura que se presentará públicamente en próximas fechas y anuncia que llevará a cabo diferentes acciones para "garantizar que la Mezquita-Catedral de Córdoba siga siendo de todos". La pelota está ahora en el tejado de las administraciones, de la ciudadanía, en el de todos. Y el reloj juega en su contra.

Vía: El Mundo

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