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Salvando la Cuenca Mirador: cuna de la civilización maya.

En Guatemala, en este rincón particular de la selva, se identificaron hasta ahora 51 sorprendentes ciudades, miles de pirámides y las primeras calzadas conocidas en el mundo.

El arquelogo Richad Hansen observando un colorido relieve
maya en una de las estructuras de la cuenca Mirador.
En la Cuenca Mirador, ubicada al norte de Guatemala, se identificaron hasta ahora 51 sorprendentes ciudades de la civilización maya surgidas hace más de 3000 años, con una desarrollo tal, que su revelación está causando un gran impacto en la comunidad internacional. Estos hechos van enlazados a un fuerte mensaje de preservación con el lema: “Salvando la Cuenca Mirador”.

Con los recientes descubrimientos, más los estudios que se estarán publicando en los próximos días “el mundo va a cambiar su conocimiento de los primeros mayas, de lo que hicieron, los logros, la majestad y la magnificencia  de su poder y sus capacidades económicas, políticas y sociales”,  destaca en una entrevista con La Gran Época, el arqueólogo estadounidense de la Universidad de Idaho, Richard Hansen, Director del Proyecto Mirador, Presidente de FARES (Foundation for Anthropological Research & Environmental Studies) y conocedor de la Cuenca desde 1968.

Pirámide Danta en la ciudad maya El Mirador,
con sus 70 metros, la más alta de América.
Se trata de “la cuna de la civilización maya”, del período preclásico de esta gloriosa cultura, un lugar donde se construyeron las pirámides más voluminosas del planeta, y donde los ingenieros plasmaron las primeras calzadas conocidas en el mundo, las que tenían nada menos que 40 a 50 metros de ancho y hasta 6 de alto. “Las rellenaron con piedra y luego las taparon de una gran capa de estuco blanco”, dice el Dr. Hansen.

Pero esto no es todo; los mayas construyeron ingeniosos sistemas de diques dentro de sus ciudades, para manejar en manera inteligente los flujos del agua en base a sus necesidades, además de otros sistemas externos, para evitar las grandes inundaciones durante los períodos de lluvia.  El proyecto Mirador expone en un estudio estos avances, como un ejemplo para la comunidad actual.

Los vastos conocimientos mayas también abarcaron la agricultura, a la cual dieron un gran auge. En el arte propio maya se destacan sus delineados relieves que decoraban incluso a las mismas pirámides; su artesanía en estilo códice relata la historia en sus vasijas y su escritura particular en glifos se propagó por toda Mesoamérica.

Los mayas de la cuenca fueron grandes astrónomos, materia que les servía en la producción agrícola, la vida diaria, a la cual dedicaron pirámides orientadas hacia los solsticios y equinoccios, recordando a su población que somos seres en relación al resto del cosmos, y no ajenos a los fenómenos celestes.

Para Hansen y la Global Heritage Fund, el Gobierno de Guatemala y entidades locales como PACUMAN y FARES , el reino Maya descubierto en la Cuenca Mirador, es una razón importante para pedir el freno de la tala y la destrucción de los bosques en su entorno y su interior.

“Hay que proteger a los sistemas que le dan vida a todo esto”, dice Hansen al referirse a la fauna, flora y bosques, y  “preservar según su sistema natural”, agrega,  recordando además que “en nuestro caso tenemos las ciudades mas grandes y más antiguas del mundo Maya”, un tesoro inigualable cobijado en su interior, la mayor concentración de ciudades de esta cultura.

Los primeros mayas se instalaron en una zona boscosa, que había permanecido casi inalterada por cerca de 8.000 años, y se desarrollaron especialmente con gran poderío en el primer milenio a.C , en el período llamado preclásico. Crearon miles de edificios colosales y miles de pirámides coloreadas de estuco rojo, entre las que destaca  la gran Pirámide Danta, la más voluminosa del planeta, y con sus 70 metros, la más alta de América. 

Sus 51 ciudades, de las cuales ya se tiene el mapa, alcanzaron a poblar alrededor de un millón de habitantes. En una de las más antiguas, Nakbe, nacida cerca de 1000 años a.C, habían unos 80 mil habitantes.

En tanto en la ciudad El Mirador, considerada la capital por su esplendor, y en donde los últimos hallazgos datan de 800 años a.C, habían unos 200 mil personas y 1000 a 2000 pirámides construidas a lo largo del mileno, dice a La Gran Época el Dr. Hansen, destacando que se desarrollaron  antes del primer gran colapso del imperio, que marcó  el fin del período preclásico, en el año 150 d.C.

Las pirámides mayas son diferentes a las egipcias y cuentan con pequeños cuartos en su cima, hermosos relieves y escalinatas, lo que revela que eran muy visitadas por la población, y se destinaban para actividades rituales.

Luchando contra la depredación.

Desde que el proyecto Mirador cuenta con ayuda económica, la situación mejoró en comparación a lo que vio Richard Hansen 1978, cuando llegó por primera vez. Los fondos destinados para entrenar a los mismos guatemaltecos, como cuidadores de la foresta, evitaron la presencia de ladrones de tesoros, y la depredación y destrucción de las estructuras milenarias.

Antes que Guatemala decidiera preservar la Cuenca Mirador, para mostrarla al mundo, desde su descubrimiento  en 1926, los sitios arqueológicos más expuestos fueron devastados y de sus muros desaparecieron los ornamentos y relieves.  Sumado a esto, en el año 2003, un gran incendio provocado por comuneros guatemaltecos en busca de nuevas  tierras agrícolas quemó unas 40 mil hectáreas de bosques originarios, a su alrededor. Este hecho puso en alerta a la comunidad científica internacional y a las organizaciones ambientales.

Sin embargo “hace rato siguen quemando”, advirtió el Dr. Hansen durante la entrevista de esta semana. “ Siguen deforestando, cortando los árboles, y los queman;  por eso hay incendios”,  agrega el célebre y premiado arqueólogo, haciendo un apelo de conciencia a las comunidades, ya que hay modelos mas lucrativos y de mayor valor preservando la zona.

El Dr. Hansen destaca que la preservación de los recursos naturales es lo que mantiene con vida a la región y a todo un ecosistema. "Es la mejor inversión a largo plazo". Estos recursos, que incluyen árboles, especies de animales, plantas e insectos, son necesarios para evitar la sequía y el colapso.

Hace casi 2000 años atrás los mayas justamente colapsaron por esta  misma razón. El abuso y la depredación de sus recursos naturales originó una gran sequía con la consecuente migración. El ser humano quiere repetir esto hoy en día.

“No fue el uso de los arboles lo que les hizo mal a los mayas, es el abuso que les hizo mal. Imagínese, el mensaje que significa para los gobiernos actuales. Si ese abuso antiguo hizo un colapso, que raro que estamos haciendo lo mismo”, nos dice Hansen.

La intensa lucha de las Fundaciones por Salvar la Cuenca Mirador está traspasando fronteras y busca el apoyo de todas las comunidades.

Elinor Betesh, gerente de relaciones públicas GHF  explicó a La Gran Época que el proyecto que patrocina la fundación permite emplear a más de 220 guatemaltecos cada año. Destacó que incluso  personas que se dedicaban a la tala, la caza furtiva, el saqueo y otras actividades ilegales, ahora cambiaron su vida por un trabajo honesto, que a su vez están heredando una educación para sus hijos.

Turismo sostenible.

La Fundación sostiene que el creciente turismo que llega a la cuenca está beneficiando directamente a las comunidades en un proyecto sustentable y responsable, y esta característica lo hace único.

“Hemos programado un gran proyecto que involucra ocho ciudades mayas, las más grandes”, explica el Dr. Hansen. Viajando a Flores, y luego Carmelita, los visitantes pueden recorrer a pie durante 3 días conociendo la selva con guías especializados y descubriendo al menos 8 ciudades, al margen, que con un paseo en helicóptero se puede dar un vistazo desde otro ángulo.

Viajes privados también atraen a turistas como los actores Harrison Ford o Mel Gibson, quien figura como una de las personas que colaboran con la Fundación FARES.

Con las nuevas tecnologías de preservación, adquiridas con los fondos donados por las fundaciones se está finalmente dejando al descubierto algunos sitios arqueológicos, y se están revelando relieves artísticos sin temor de la erosión. Sin embargo aún hay muchos, ya identificados, enterrados, en espera de poder ser preservados y recuperados.

El proyecto de la Cuenca Mirador no es solo arqueológico, sino multidisciplinario. El Dr. Hansen esta dirigiendo estudios en diversas áreas: geológicos, sobre la vegetación, de las construcciones mayas, la agricultura, los insectos y la flora entre otros.

A su vez está favoreciendo al desarrollo humano de la región, y en este aspecto, el Director de Proyectos de GHF, Dan Thomson, nos amplía la información. El cree que Carmelita “ha visto cambios dramáticos como resultado del proyecto Mirador, incluyendo la apertura de un centro de visitantes”.

En declaraciones a La Gran Época, resaltó que “hemos invertido mucho en el desarrollo de la comunidad con nuestros socios locales”, dice Thomson.

Ahora Carmelita cuenta con 60 guías locales y 30 guardaparques capacitados trabajando para patrullar y proteger los sitios arqueológicos, además para los visitantes y turistas, Thomson destaca que se emplearon en el proyecto Mirador a 340 miembros de las comunidades locales, y se instalaron 50 señalizaciones en la vías; y los hombres que trabajan en la sede reciben alfabetización por las tardes.

Para esto la población guatemalteca de la cuenca se vio beneficiada con la instalación de un laboratorio de informática, y recibió clases de alfabetización, informática, cocina, turismo y otros temas.

“Creo que la región está muy preparada y con ganas de más visitantes, pero ciertamente quiere mantener su propia identidad cultural preservando sus formas de vida”.

Según Dan Thomson, la población guatemalteca con que le tocó trabajar, son personas “cálidas y amables, dispuestas a comunicarse y compartir sus vidas y la cultura, a pesar de la significativa barrera del lenguaje.

“Creo que el orgullo de su herencia cultural es cada vez mayor ya que el proyecto avanza, lo cual es un beneficio para todos a largo plazo”.

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