Myriam Seco: "Excavar es devolver el sentido de eternidad".

La arqueóloga sevillana lleva seis años trabajando en Luxor, en el templo de Tutmosis III, uno de los faraones más longevos y ambiciosos.

Myriam Seco: "Excavar es devolver el sentido de eternidad".
La arqueóloga sevillana Myriam Seco lleva seis años excavando en Luxor, en Egipto, el templo de uno de los faraones más longevos y ambiciosos, Tutmosis III. Su tumba, en el cercano Valle de los Reyes, es una de las más bellas: decorada en azul, se adentra decenas de metros en la roca del desierto. Seco imparte a partir de este lunes en Sant Feliu de Guíxols un curso sobre sus campañas arqueológicas al frente del Thutmosis III Tempel Project, que no se han detenido siquiera en los años de revolución. Responde, vía e-mail, desde Egipto.

¿Qué áreas cubre exactamente el Thutmosis III Tempel Project?
Estamos excavando el templo de Millones de Años del faraón Tutmosis III en la orilla occidental de Luxor, la antigua Tebas. Se halla muy cerca de la famosa montaña de El Qurna, lugar de gran simbología religiosa para los tebanos, y a pocos kilómetros del Valle de los Reyes. El templo está en el límite entre la tierra cultivable y el desierto, en la misma línea que otros templos del Imperio Nuevo como los de Seti I, Ramsés II, Amenofis II, Merneptah, Amenofis III y Ramsés III. En épocas de crecida se llegaba a aquellos recintos sagrados en barca.

¿Qué importancia tiene el yacimiento?
Es el templo funerario de uno de los faraones más importantes de la milenaria historia de Egipto. La extensión del conjunto que estamos excavando es de aproximadamente 19.000 m2.

¿Trabajáis "en busca de" algo concreto?
En líneas generales sí. Trabajamos para sacar toda la información posible sobre templo de este faraón, conocido como el Napoleón egipcio por sus victorias, pero siempre hay sorpresas. Por ejemplo, cuando comenzamos a trabajar en el 2008 no sabíamos que durante la primera semana nos encontraríamos con un almacén escondido que estaba lleno de piezas excavadas por los arqueólogos anteriores. Habían sido depositadas en aquel lugar y el paso del tiempo las había cubierto de arena. Era algo que no esperábamos y que multiplicó las expectativas del proyecto. En el año 2009 comenzamos a descubrir tumbas de una necrópolis situada debajo del templo. Es decir, de repente nos encontramos con la posibilidad de excavar un cementerio mucho más antiguo que el propio templo, con tumbas pertenecientes al Imperio Medio y al Segundo Período Intermedio. Esto enriqueció enormemente el proyecto, pues es como tener dos yacimientos que ocupan un mismo espacio. Tras seis campañas, contamos con materiales que cubren un período cronológico de más de un millar de años y esta gran cantidad de materiales multiplica las líneas de investigación.

¿Y en la última?
Lo bonito de la arqueología en Egipto es que las sorpresas nunca terminan. En la de 2013 encontramos un complejo religioso de la época de Ramsés II dentro del templo de Tutmosis III. Descubrimos dos dinteles con inscripciones jeroglíficas y la representación en relieve de un sacerdote llamado Khonsu, el cual era el “primer sacerdote de Menkheperra (Tutmosis III)”, en postura de adoración a los cartuchos de Tutmosis III. Esta información es enormemente interesante, no sólo por la belleza en sí de las piezas descubiertas, sino también por la información histórica que de ellas se extrae.

¿Qué significa?
El sacerdote Khonsu es un personaje conocido y tiene su tumba en el valle de los nobles, cerca del templo que estamos excavando. Pero no se sabía que realizaba actividades religiosas dentro del templo de Tutmosis III. Es excitante descubrir materiales con tantísima información. Además, hemos encontrado fragmentos de estatuas preciosas, algunas de las cuales con informaciones suplementarias que nos son muy útiles. Y las tumbas también nos dan sorpresas.

¿Por ejemplo?
En el año 2012 encontramos dos estelas muy interesantes que nos han proporcionado nombres y vínculos familiares de los personajes que se enterraron en dos tumbas. Por su parte en el 2013, es decir la campaña pasada, excavamos la tumba número XI y, aunque había sido saqueada y reocupada en la antigüedad, nos ha proporcionado gran cantidad de restos humanos y materiales, algunos de especial calidad y significado simbólico.

¿Qué os falta por hallar?
Por ejemplo, una tumba intacta, una gran estela con información histórica, un papiro interesante... De todas maneras, yo ya soy feliz cuando estoy trabajando en el yacimiento, tanto a las 12 de un día de octubre a 40 grados o a las 7 de una mañana de diciembre a 7 u 8 grados.

¿Cuál es la situación, hoy, de vuestro proyecto, dadas las circunstancias políticas locales?
La situación es mucho más tranquila. En Luxor todas la misiones arqueológicas han seguido trabajando, incluso durante los años de la revolución. Y ahora que la situación se ha estabilizado todas las misiones están trabajando de forma normal.

Excaváis gracias a la ayuda privada...
Nuestra financiación es enteramente privada, de Fundación Botín, Santander Universidades y Cemex. Esta triple financiación nos permite hacer campañas de tres meses al año. Es decir, un período bastante largo, pero, a su vez, necesario debido a la gran envergadura del proyecto. Pocas misiones trabajan tanto tiempo seguido en Egipto.

¿Parte del trabajo es la consolidación de cara al turismo? ¿Para un arqueólogo es igual de estimulante extraer que reconstruir?
Es diferente. Es cierto que parte del trabajo es la consolidación y restauración de lo que se excava, pero no se efectúa especialmente de cara al turismo. Para nosotros el compromiso es con los vestigios arqueológicos y su significado. Cuando se excava o se extrae hay que restaurar y proteger esas estructuras y esos materiales, de lo contrario quedarían deteriorados en poco tiempo. Excavar sin restaurar equivale a destruir. Por esta razón todas las misiones arqueológicas tienen la obligación de contar en sus equipos con restauradores. Obviamente, el objetivo final es que los turistas y visitantes disfruten y comprendan lo que fue un complejo arquitectónico de grandes dimensiones, construido a mayor gloria de un rey que conquistó un imperio. Para el arqueólogo es muy estimulante excavar y encontrar materiales que permitan recomponer un lugar y una fase de la historia. Excavar es devolver el sentido de eternidad que sus constructores pretendían darles. ¡Es muy muy gratificante!

¿Excavaréis este año?
Sí, comenzaremos en octubre y nos quedaremos hasta enero de 2015. Los objetivos de la campaña ya están trazados y las expectativas son altas.

¿Hasta que punto la evolución tecnológica en vuestra materia os va a permitir ir más allá de lo que lo hicieron otros arqueólogos en el mismo lugar?
La arqueología ha avanzado muchísimo y es clave la utilización de las nuevas tecnologías para obtener resultados. A través de un convenio con la UPC hicimos una fotogrametría del pilono de entrada al templo. Ello permite obtener una documentación muy interesante y detallada que supera los dibujos o fotografías que un arqueólogo o fotógrafo pueda hacer. También, a través de un convenio con la Universidad de Granada, tenemos un equipo de georadar trabajando en el templo y esto nos ayuda a inspeccionar zonas que no podemos excavar, como por ejemplo la zona que se encuentra bajo la carretera. El primer patio del templo se encuentra atravesado por la carretera que lleva al Valle de los Reyes. Esta parte nunca ha sido excavada y es necesario saber qué había allí. También estamos elaborando un modelo 3D del yacimiento que será muy espectacular y ya no digamos las posibilidades que se abren con la elaboración de bases de datos.

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