La
obra, un magnífico ejemplar del gótico flamígero, se someterá a tratamiento para
reducir el deterioro sufrido por los años
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El coro de la catedral de
Plasencia, una joya en la tradición gótica española, se somete a un proceso de restauración que durará 16 meses |
El pasado 22 de octubre
comenzaron los trabajos de restauración
del conjunto artístico. La intervención, promovida por el Instituto del Patrimonio Cultural Español (IPCE)
fue adjudicada a la empresa Kalam S.A. mediante concurso, convocado en marzo de
este año. En ella participan especialistas de disciplinas diversas;
restauración, carpintería histórica, química o imagen documental entre otras.
El coro es una obra de arte del año 1505 que incluye 67 sitiales (41 pertenecientes al coro alto y 26 al coro bajo), 80 tablas de taracea, 20 piezas de nogal talladas, el organito y las puertas de acceso. La antigüedad, las condiciones o las sucesivas limpiezas domésticas a las que ha sido sometida esta pieza han provocado un paulatino deterioro en la misma, motivo por el cual el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (MECD) invertirá 363.290,43€ en una tarea de restauración y conservación preventiva que durará 16 meses y que forma parte del Plan Director de la Catedral.
El coro es una obra de arte del año 1505 que incluye 67 sitiales (41 pertenecientes al coro alto y 26 al coro bajo), 80 tablas de taracea, 20 piezas de nogal talladas, el organito y las puertas de acceso. La antigüedad, las condiciones o las sucesivas limpiezas domésticas a las que ha sido sometida esta pieza han provocado un paulatino deterioro en la misma, motivo por el cual el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (MECD) invertirá 363.290,43€ en una tarea de restauración y conservación preventiva que durará 16 meses y que forma parte del Plan Director de la Catedral.
¿Cuál
será el proceso establecido para la intervención?
Siguiendo los criterios
de prevención y restauración, primero ha de realizarse una labor de recopilación documental que registre el estado actual de
la obra, sus características técnicas y estructurales y el sistema de clasificación
de cada pieza.
En la siguiente fase se tratará el entorno. Se llevará a
cabo la adecuación del espacio, a fin de proteger los elementos arquitectónicos
y los bienes inmuebles de los riesgos y la suciedad generados por los trabajos.
Después, y tras el desmontaje de los sitiales del coro alto, se limpiarán las
zonas ocultasrecuperando asimismo las piezas caídas;se saneará la madera, eliminando
las impurezas y las incrustaciones con métodos que no afecten a la delicada
superficie de nogal,y se aislará el conjunto de forma adecuada.
A continuación tendrá
lugar la intervención directa,
consolidando las piezas atacadas por cuerpos xilófagos y por las actuaciones de
carpintería tradicional. En el taller serán tratadas las tablas de taracea y
las casi 600 piezas talladas.El traslado del coro desde la catedral vieja a la
nueva, 60 años más tarde de su instalación original, tuvo como consecuencia la
mutilación de algunas partes de la obra que serán también restituidas durante
los trabajos.
Una vez finalizado el
proceso, se devolverá cada pieza al
lugar en el que se emplazó en 1565.
La
edad de oro de las sillerías españolas
La existencia de los
coros surge como respuesta a la necesidad de tener un espacio en las iglesias
en el que llevar a cabo las oraciones y
los cantos durante las liturgias. Por ello, su origen se sitúa en el ámbito
monástico.
Sin embargo, al
extenderse al contexto catedralicio,
tanto la arquitectura como el uso del coro evolucionan, provocando, en la
tradición española, la separación entre este y el altar mayor. Así pues, se
destina también a reunir al clero que oficia las ceremonias más importantes o a
albergar las celebraciones civiles, durante las cuales el coro acogía a los
miembros más importantes de la sociedad.
Todas estas
circunstancias convierten al coro en un objeto de admiración, blanco perfecto
para las miradas de fieles y clérigos, por lo que es el lugar idóneo para
albergar las mejores expresiones artísticas de la época. En España, esta profusión de obras maestras alcanza su mayor esplendor entre el S.XV y primeras
décadas del XVI, momento en el que se realiza el coro de la seo placentina.
El
coro de la Catedral de Plasencia
Esta obra es el
principal trabajo del maestro escultor
Rodrigo Alemán, aunque los diferentes estilos que se aprecian en las tallas
indica que podría haber contado con la colaboración de algunos ayudantes. Es
poco lo que se sabe de él, además de haber realizado obras en lugares de la
península como Zamora, Toledo o Ciudad Rodrigo.
Sobre la participación
del artista no se han hallado más datos que la referencia en el encargo de los
sitiales reales por el cabildo para los Reyes Católicos, en lo cual tuvo mucho
que ver la tasación de su amigo Enrique Egas de los ejemplares de la ciudad
toledana.
A pesar de la escasa
documentación, su firma se hace especialmente visible tanto en los pomos y en las misericordias como en los tableros de los
respaldos, debido a la suavidad de las líneas y la distribución verosímil
del espacio.
Pero no es solo la
depurada técnica con que se desarrollan las tallas o su dedicación a los Reyes
Católicos lo que hace de esta una pieza ejemplar; nos encontramos aquí ante un despliegue iconográfico que mezcla fantasía
y religión y que, si bien es propio de las sillerías góticas
españolas, no deja de llamar la atención
por su riqueza y su variedad. Se pueden contar hasta siete temas diferentes:
teológicos, satíricos, mitológicos, fantásticos y demoníacos, cotidianos, sobre
los pecados y en torno a fábulas o refranes.
Como es habitual, pecados, especialmente la
gula y la lujuria, son empleados para indicar lo que no se debe hacer (y sus
consecuencias) y las fábulas orientan sobre la manera correcta de vivir. Entre
las representaciones del mal destaca la figura
del salvaje, muy extendida en la iconografía medieval y representada de varias
formas: hombres cubiertos completamente por pelo, hombres cubiertos por
escamas o criaturas con rabo y largas melenas. En Plasencia, el sitial dedicado
a Isabel la Católica alberga una llamativa lucha entre dos salvajes.
Las escenas jocosas o que narran sucesos locales están reservadas a las
misericordias (donde generalmente los artistas se permitían mayores licencias),
así como algunas que ridiculizan la figura del fraile franciscano, cuya regla
mendicante era muy criticada en esta época.
Así pues, los trabajos
de restauración promovidos por el IPCE tienen como objetivo devolver su antiguo
esplendor a esta obra de arte; uno de
los mejores representantes de las sillerías góticas españolas.
Autor| Candela
Calvo Olarte
Imagen| El Periódico (Extremadura)
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