Un pintor que tuvo la
mala suerte de ser contemporáneo de Tiziano
'El Lavatorio', oleo sobre lienzo |
Jacopo Rubosti conocido como Tintoretto
nació en Venecia el 29 de Septiembre de 1518 y murió el 31 de Mayo de 1595,
gran pintor de la escuela veneciana y posiblemente el último pintor del renacimiento, fue un excelente pintor. Sus obras
decoran edificios públicos y religiosos.
Tuvo la mala suerte de ser contemporáneo de Tiziano, no pudiendo
evitar que se le comparara. Se obsesionó por superarlo sobre todo en su última
etapa, aún siendo este treinta años mayor
y más famoso en Venecia que Tintoretto.
Tintoretto, hijo de un tintorero de telas, de ahí su
apodo, se comentó que empezó primero en
el taller del maestro Tiziano pero este lo expulsó a los pocos días, lo que le
obligó a abrir su propio taller en el que luego trabajaron sus tres hijos. Su tormentosa personalidad y su obsesión por ser el mejor la plasmó en
sus numerosas obras. Como técnica, no improvisaba la composición ni el dibujo,
pues se conservan muchos bocetos que estudian las poses utilizadas, casi todos
los dibujos preliminares están realizados sobre una cuadrícula para que los
ayudantes del taller pudieran reproducirlos a grandes escalas.
Hacia el 1570 cambia la técnica de pintura
consiguiendo una iluminación efectiva
dentro del cuadro, mezclando tierra parda con pigmentos negros. El oscurantismo
llevó a Tintoretto a abordar de distinta manera la composición sobre el lienzo,
ya no dibujará con el pincel cargado de pigmento negro sino de blanco de plomo,
dejando sin pintar zonas en la base oscura para que las veladuras posteriores
unificasen distintos tonos. El resultado es una pintura tradicional, pero
contemporánea a su tiempo, con esta técnica influyó en artistas posteriores
como el Greco, Rembrandt y Velázquez.
Una de las obras de Tintoretto, “El Lavatorio”, de óleo sobre lienzo,
considerada como una de las obras más importantes, fue pintada entre el 1548 y
1549. La obra representa el momento en que Jesús
se puso a lavar los pies a sus
discípulos. La obra, que está divida por estancias, da la sensación de que la
composición está descentrada. La mesa acentúa el efecto de perspectiva. Al fondo
vemos un gran arco que se abre a un estanque, que a su vez se cierra con un
nuevo arco en la perspectiva más lejana, y se rodea todo ese espacio exterior
de arquitecturas clásicas recordando de
una manera a Venecia, una habitación en penumbra que no guarda relación con el
resto del cuadro.
Jacopo usa una gama de pigmentos
combinando los colores cálidos como rojos,
rosas, carnes, y marrones con los tonos
fríos de los azules, los distintos grados de saturación y la luz que crea un
claro oscuro bastante acusado. Da la sensación de volumen en las figuras centrándose
en la iluminación en el centro de la obra. Actualmente esta obra se encuentra
expuesta en el Museo del Prado.
Autora| Ingrid Medrano Cortés
Vía| Museo del Prado
Imagen| Museo del Prado
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