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Rubens, el pintor favorito de la Corte española

En España, Rubens conoció a Diego Velázquez y trabó con él una gran amistad

La Adoración de los Reyes Magos de Rubens, Museo del Prado
Peter Paul Rubens Siegen, Sacro Imperio Romano Germánico, actual Alemania, 28 de junio de 1577-Amberes, Flandes Países Bajos Españoles, actual Bélgica, 30 de mayo de 1640, también conocido como en español, Pedro Pablo Rubens, fue un pintor barroco de la escuela flamenca, su estilo exuberante enfatiza el dinamismo, el color y la sensualidad, sus principales influencias procedieron del arte de la Antigua Grecia, de la Antigua Roma y la pintura renacentista, en especial Leonardo da Vinci, Tiziano y Miguel Ángel, del que admiraba su representación de la anatomía.

Trató una amplia variedad de temas pictóricos: religiosos, históricos, de mitología clásica, escenas de caza, paisajes, retratos; así como dibujos, ilustraciones para libros y diseños para tapices ,fue el pintor favorito del rey Felipe IV de España, su principal cliente, que le encargó decenas de obras para decorar sus palacios y fue el mayor comprador en la almoneda de los bienes del artista que se realizó tras su fallecimiento, como consecuencia de esto, la mayor colección de obras de Rubens se conserva hoy en el Museo del Prado, con unos noventa cuadros.

Peter Paul Rubens nació en Siegen, Westfalia (Alemania) en el seno de una familia calvinista flamenca. Huyeron de Amberes a Colonia (Renania del Norte-Westfalia) en 1568 debido a las revueltas y persecuciones religiosas, su padre abogado fue Jan Rubens y su madre Maria Pypelincks, Rubens fue nombrado asesor jurídico de la segunda esposa de Guillermo de Orange, Ana de Sajonia, de la que se convirtió también en amante,Orange descubrió el adulterio y Jan Rubens fue encarcelado en el castillo de Dillenburg, fue puesto en libertad tras dos años de cautiverio; tuvo que pagar una fianza y se le impuso residir en Siegen, una pequeña población a ochenta kilómetros de Colonia. Fue allí donde, tras ser perdonado por su esposa, tuvieron a su sexto hijo, Peter Paul. En 1578, hacia 1592 comenzó sus estudios de pintura con TobiasVerhaecht, un pintor paisajista tradicional. No se sabe exactamente en qué fechas estudió con otros dos maestros de pintura: Adam van Noort, que posteriormente fue también profesor de Jordaens, y Otto van Veen (Otto Vaenius), sin embargo, no parece que dejaran una influencia artística relevante en su alumno.

En 1600 estuvo en Venecia, Italia, donde conoció a un aristócrata mantuano que lo recomendó ante el duque de Mantua, Vincenzo Gonzaga, obteniendo el cargo de pintor de corte, su cargo le obligaba a ejecutar los retratos del duque y su familia, copiar las pinturas de grandes artistas que deseara el duque y cuidar de la decoración de sus palacios, los Gonzaga tenían la fama de ser unos grandes amantes de las artes y unos buenos mecenas, por lo que Rubens se encontró con gran cantidad de obras importantes de grandes maestros italianos como Tiziano, Paolo Veronese y Tintoretto, también algunos como Annibale Carracci y Caravaggio considerados ya del incipiente estilo barroco.

El 5 de marzo de 1603 partió para España en una misión diplomática; debía entregar unos regalos enviados por el duque de Mantua al rey Felipe III y a su valido, Francisco de Sandoval yRojas, primer duque de Lerma, su destino era Madrid, por lo que se dirigió en barco a Alicante, en cuyo puerto desembarcó el 22 de abril. Pero la Corte se había trasladado a Valladolid, por lo que tuvo que efectuar un viaje por tierra de veintiún días hasta allí. Durante su estancia se le encargó la realización de varias pinturas sobre bustos de apóstoles, actualmente conservados en el Museo del Prado, entre las obras realizadas destaca el Retrato ecuestre del duque de Lerma, de la que también se conservan varios dibujos preparatorios. Esta obra muestra un gran equilibrio y vigor; el personaje parece contemplar al espectador, y el pintor realizó unos escorzos del caballo muy bien ejecutados.

En 1604 regresó a Italia, donde permaneció durante los siguientes cuatro años, primero en Mantua y posteriormente en Génova y Roma, en Mantua el duque Vincenzo Gonzaga le encargó un gran tríptico para la iglesia de los jesuitas de la ciudad, en Génova pintó numerosos retratos, como el de la marquesa BrigidaSpinola-Doria, de 1606 a 1608 estuvo principalmente en Roma, durante este periodo recibió el que sería su más importante encargo hasta entonces, el altar mayor de la iglesia más elegante de las construidas en la ciudad en esa época, Santa Maria in Vallicella, llamada también la Chiesa Nuova (Iglesia Nueva), este altar le fue encargado por el cardenal Jacopo Serra, el hermano de Maria Serra Pallavicino, que le pagó por él 300 escudos, el trabajo original fue un lienzo en el que se representaba a diversos santos adorando un icono de la Virgen y el Niño, hoy en el Musée des Beaux-Arts de Grenoble, pero la obra más importante de este periodo fue la Adoración de los pastores, conocida también como La notte (La noche), pintada en 1607 para la iglesia de San Filippo Neri (San Felipe Neri) de Fermo, hoy en la Pinacoteca Civica di Fermo, en ella se advierte la influencia del naturalismo de Caravaggio y de la luminosidad de Correggio.

Hacia el fin de 1608, al tener noticia de que su madre había caído enferma, Rubens emprendió viaje de vuelta a Amberes, aunque finalmente ella falleció el 19 de octubre, antes de que él consiguiera llegar, en principio su intención era regresar luego a Italia, pero las circunstancias favorables que se le presentaron en la ciudad le llevaron al final a permanecer en ella, en el momento de su regreso Amberes estaba en espera de recibir a los delegados que iban a negociar una tregua en las hostilidades entre España y las Provincias Unidas, en septiembre de 1609 fue nombrado pintor de cámara, con un sueldo anual de quinientas libras, de los gobernadores de Flandes, el archiduque Alberto de Austria y la infanta Isabel Clara Eugenia, que, adicionalmente, le concedieron un permiso especial para poder permanecer en Amberes, sin tener que irse a residir a la corte de Bruselas, así como para poder trabajar para otros clientes, sus vínculos con la ciudad acabaron por consolidarse de manera definitiva al casarse el 3 de octubre de ese mismo año en la Abadía de San Miguel (Sint-Michielsabdij) con IsabellaBrant, de dieciocho años (él tenía ya treinta y dos), hija de Jan Brant, uno de los secretarios del Ayuntamiento y uno de los hombres más ricos y cultos de Amberes, con el que Rubens mantuvo una estrecha relación, tuvo con ella tres hijos, Clara Serena (1611), Albert (1614) y Nikolaas (1618).

Desde 1946 funciona como casa-museo, aunque de la obra original solo se conservan el pórtico y el pabellón del jardín, habiendo sido el resto reconstruido,durante este periodo estableció un taller en el que trabajaron numerosos ayudantes y aprendices. Su más famoso discípulo fue Anton van Dyck, al que el propio Rubens definió como el mejor de sus alumnos, profesándose ambos una mutua admiración. Por otro lado, Rubens recurrió con frecuencia a varios de los numerosos pintores especializados que había en la ciudad para que ejecutaran determinadas partes de sus obras. Entre ellos figuraron FransSnyders, especializado en animales y bodegones, y sobre todo Jan Brueghel de Velours, pintor de flores y buen amigo suyo.

Rubens recurrió durante esta etapa de su carrera al uso de ilustraciones para libros,que no le reportaban ningún rendimiento económico y cuya calidad no siempre era precisamente la mejor, por lo que tomó la decisión de editar grabados bajo su control directo. además se aseguró privilegios de edición, tanto en los Países Bajos Españoles como en las Provincias Unidas, y también en Inglaterra, Francia y España, En 1621, Maria de' Medici, reina madre de Francia, encargó a Rubens dos grandes ciclos alegóricos sobre su vida y la de su difunto esposo, Enrique IV, para decorar las dos alas del primer piso del Palacio del Luxemburgo de París, que ella misma había mandado construir, el ciclo de la reina, compuesto por veintiún lienzos, además de tres retratos de ella y de sus padres, quedó completado a finales de 1624 y fue instalado en el Palacio a principios de 1625, a punto para las celebraciones de la boda de su hija Enriqueta María con Carlos I de Inglaterra el 11 de mayo de ese mismo año.

En septiembre de 1628 viajó por segunda vez a España, donde permanecería hasta el 29 de abril del año siguiente, con el fin de informar a Felipe IV sobre la situación de las negociaciones de un tratado de paz con Inglaterra. Se le dio acomodo en el Real Alcázar de Madrid, donde conoció a Diego Velázquez, con el que trabó una gran amistad. Fue precisamente él quien persuadió al sevillano de la conveniencia de viajar a Italia para completar su formación, y de hecho acordaron desplazarse allí los dos juntos al año siguiente, aunque finalmente Rubens regresó a Amberes y Velázquez tuvo que hacer el viaje sin él, en añadidura a sus labores diplomáticas, realizó varias importantes pinturas, tanto para Felipe IV como para miembros de su corte, en especial para Diego Mesía y Guzmán, primer marqués de Leganés y gran entusiasta de su obra. Además comenzó un renovado estudio de la pintura de Tiziano, copiando muchos de sus cuadros de la Colección Real.

Rubens pasó su última década en Amberes y sus alrededores, durante estos años exploró vías artísticas más personales, mediante pinturas que en muchos casos realizó sin intención de venderlas y que conservó para sí hasta su muerte, aunque también siguió realizando importantes obras por encargo, en especial para comitentes extranjeros, como los lienzos que Carlos I de Inglaterra le solicitó para decorar el techo de la Banqueting House del Palacio de Whitehall de Londres, y sobre todo las pinturas realizadas por encargo de Felipe IV de España para decorar la Torre de la Parada, a las afueras de Madrid, que consistieron en un conjunto de cincuenta y dos cuadros con escenas de la mitología clásica, además de algunas alegorías y de dos pinturas de filósofos de la Antigüedad.

En 1630, cuatro años después de la muerte de su primera mujer, contrajo matrimonio con HélèneFourment, hija de un acaudalado comerciante de sedas y tapices, Daniël Fourment, con el que Rubens tenía gran amistad, y de la hermana de Isabella Brant, Clara, siendo por tanto sobrina política suya, la pareja se llevaba treinta y siete años de diferencia, puesto que ella tenía dieciséis y él ya cincuenta y tres, tuvo con ella cinco hijos, Clara Johanna (1632), Frans (1633), Isabella Hélène (1635), Peter Paul (1637) y Constancia Albertina, ésta última póstuma, puesto que nació en 1641, ocho meses después de fallecer el pintor, Rubens murió de un fallo cardíaco, causado por la gota crónica que padecía, el 30 de mayo de 1640 en Amberes, a los 62 años de edad, y fue enterrado en la Iglesia de Santiago (Sint-Jacobskerk) de la ciudad. En 1642 su viuda hizo colocar sobre la lápida, dentro de un marco de mármol, la obra La Virgen y el Niño rodeados por santos, del propio Rubens, que se cree que es a la vez un retrato familiar: el pintor habría representado a Hélène en la figura de la Magdalena y a sí mismo en la de San Jorge.

Las tres Gracias de Rubens

La composición respeta el modelo clásico que representa a las Gracias completamente desnudas y reunidas, pero cambia la relación entre las tres figuras que están conectadas entre sí a través de los brazos, el velo transparente que las cubre, y sus miradas, es decir, psicológicamente, dando así nueva unidad al grupo, la disposición de las Gracias forma un triángulo, estando la de en medio de espaldas, con la cabeza vuelta y apoyada en sus compañeras.

Las tres Gracias de Rubens
Las tres mujeres se caracterizan por la ampulosidad de sus contornos, parecen más bien tres desenvueltas bacantes que las pudorosas Cárites de la mitología griega, a parte de estas tendencias realistas, la composición del gran artista de Flandes destaca por la elegancia con que están agrupadas las tres figuras y por el gran conocimiento que demuestra en el moldeado de las carnes que por su morbidez y frescura aparecen palpitantes, estas carnaciones claras irradian luz al resto de la obra, el trío está enmarcado a la izquierda por un árbol y a la derecha por una cornucopia dorada de la que brota agua, con una guirnalda de flores por encima, este cuadro fue adquirido por el rey Felipe IV de España entre los bienes del pintor, subastados tras su fallecimiento el 30 de mayo de 1640, pasó la pintura a decorar una de las salas del Alcázar de Madrid, y en el siglo XIX se instaló en el Museo del Prado.

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