Encuentran
la figurilla de un dragón de bronce en la ciudad vikinga de Birka, en Suecia
Molde y recreación del dragón de Birka |
Birka es uno de
los asentamientos vikingos que mejor se conserva de Suecia. Está situada en la isla de Björkö, en el lago
Mälaren, y fue incluida en el año 1993 en la lista del Patrimonio de la
Humanidad de la Unesco.
Recientemente los
arqueólogos han realizado un hallazgo muy interesante en este asentamiento. Se
trata de un curioso dragón de bronce,
que pudo haber formado parte originalmente del broche decorativo de un vestido.
El dragón, como sabemos, es una de las
imágenes más icónicas de la Edad de los Vikingo en Suecia.
Antes del hallazgo
de esta figurilla, sólo tenemos noticias de un descubrimiento igual en la década de 1870, cuando se encontró un
molde de esteatita con un dragón. Sin embargo, el nuevo artefacto localizado se
encuentra todavía en un estado de pre-conservación
y muy corroídos. De hecho, la las líneas del famoso dragón de Birka sólo se
pueden discernir.
Molde del dragón de Birka |
“No entendimos de
inmediato lo que encontramos, nos tomamos unos minutos”, dijo Sven Kalmring,
profesor del Centro de Arqueología Báltica y Escandinava, que ha llevado a cabo
la excavación arqueológica junto con el Departamento de Arqueología de la
Universidad de Estocolmo. La cabeza del
dragón ha sido enviada para su restauración y su conservación,
posiblemente, en algún museo local con el tiempo.
Fundada a finales
del siglo VIII, Birka se convirtió pronto en un centro significativo de comercio de artículos decorativos y de lujo.
Su importancia radicaba en que los objetos vikingos eran muy valorados a la
hora forma de reafirmar a un rey de la época en las nacientes monarquías de europeas.
Réplica del dragón de Birka |
Este asentamiento
formaba parte de una red de nuevos
establecimientos comerciales que aparecieron en esta época en la zona del
mar del Norte y del Báltico, y pronto se convirtió también en un excelente centro de producción, donde
los artesanos locales fabricaban objetos muy cotizados destinados al trueque.
Intercambiaban artefactos fabricados con hierro o con pieles de animales de la
zona por otros objetos como tejidos bizantinos, vino del Rin o joyas del mundo
islámico.
El dragón de
bronce encontrado pudo enmarcarse en
este contexto de una Birka medieval, que se encontraba en pleno auge
artesanal y comercial.
Autor| José Antonio Cabezas Vigara
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