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Los barnices: una cuestión histórica y museológica

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Los barnices: una cuestión histórica y museológica

De Pacheco a los pintores contemporáneos, pasando por Velázquez -quien ya ayudaba a su ulterior suegro a “decantarlos” en su taller-, su “baño” ocupa un lugar preponderante dentro de la obra de arte. Sí, son barnices prototípicos perfilados a partir de resinas. Pero ¿qué son, cómo se preparan y aplican, y para qué sirven?

Tras haber profundizado durante mucho tiempo en la cuestión de la jerarquía de la pintura con respecto a la de las otras capas que constituyen una obra pictórica, este artículo presenta la disquisición general de los barnices, de los que tan poco se habla, y que han influido en la defensa de los colores a lo largo de su historia, desde lo más arcaico hasta la actualidad, pasando por los grandiosos cursos estéticos. En este contexto, las técnicas cromatográficas (que nos dan la caracterización de materiales orgánicos: barnices, aglutinantes y colorantes), y la corriente de los nuevos métodos científicos de análisis de las obras de arte, surgen como el último momento de evolución relevante en el universo museístico. Las cuestiones relativas al inicio, conservación o decadencia,así como las del estudio y ventaja en las colecciones, han evolucionado de forma radical en las últimas décadas. En segundo lugar, este artículo aporta varias claves de reflexión relativas a las transformaciones potenciales de las principales funciones de los barnices (conservación, investigación y eficacia) en los próximos años.

Hay que destacar la altísima calidad de las obras a acabadas con esta técnica que ayudan a darle un aspecto brillante. Pero en el panorama de la pintura, se usa, además, para aislar dos capas pictóricas, para retocar y para reforzar la intensidad y la cohesión de los colores. Entre las formas de aplicar el barniz están, por ejemplo, manual o mecánicamente, por baño, por pulverización, con muñeca (a la muñequilla) o con pincel. Todo barniz, normalmente, al secarse, queda como una película fina y transparente, aunque a veces se han empleado barnices coloreados (Kroustallis, 2015:70). Acertó quien preparó los primeros barnices a partir de aceites y de resinas vegetales. En cuanto a los géneros, que se han enumerado al inicio del escrito, se suelen clasificar en barnices grasos, que son los derivados de aceites cocidos o espesados al sol, aunque también, a veces, se mezclan con resinas, y los barnices resinosos, que son resinas disueltas en disolventes volátiles. Así, se siguen disponiendo en la actualidad, aunque se emplean también como barnices algunas resinas sintéticas y, sobre todo, las acrílicas debido a la buena reversibilidad que presentan (Kroustallis,2008:76).

Cualesquiera barnices, incluidos los que se utilizan para obras de arte y que se pueden conocer en los museos, poseen provechos intrínsecos y perjuicios extrínsecos. Los primeros son aquellos que siempre pueden ser obtenidos de su propio uso, salvo que un proceso de deterioro fisicoquímico termine por hacerlos desaparecer. Los logros pueden, por tanto, ser siempre ventajosos para el propio objeto. Las pérdidas son aquellas que tienen que ver con no ahorrar algunos desastres, perdiciones o devastaciones del bien cultural, y que en el caso de los artísticos resultan ser primordialmente delicados. Y si esto es así es porque “casi” eluden la mayoría de los estragos en el sentido de que poco más o menos lo refugian de los agentes lesivos del entorno.Otra serie de trabas pueblan su composición, ya que, dependiendo del tipo de material del que lo están se deterioran más o menos.

Muchas dudas disipan las alteraciones que estos producen, aunque no son generalmente peligrosas para la obra, sí son extremadamente molestas, como el amarilleo y consiguiente oscurecimiento y cambio de color en el cuadro, los blanqueos que ocultan la pintura y otros fenómenos análogos. Uno de los temas más irrebatibles es que ninguno posee las cualidades óptimas para ser utilizado como capa protectora: todos presentan problemas de cambios cromáticos o pérdida de transparencia, así que ninguno cumple todas las exigencias requeridas para ser una generosa capa perdurable (Villarquide, 2005:103).

Los barnices forman la última capa protectora de la tarea pictórica, lo que le hace ser el más vulnerable también a la degradación. Sirven para proteger la superficie de un objeto del deterioro producido por la acción fotoquímica de la luz y los agentes químicos y biológicos existentes en el ambiente. Deben evitar la oxidación producida por el oxígeno del aire, las alteraciones debidas a la humedad y el depósito del polvo de composición variada (Gómez,2008:383).Pero otros expertos indican que la misión esencial del barniz no es de sí la de protección, sino una función estética y óptica ya que facilitan la visión de la obra pues sirven sobre todo para aumentar el brillo y la saturación de los colores, el conjunto de los cuales oscurecen y se hacen más profundos, además, muchos cuadros pintados a partir del siglo XIX han sobrevivido sin barnizar, en excelente estado de conservación.

Aquí está el debate… ¿Qué piensan ustedes? ¿Previene  o Realza?

Bibliografía

GOMEZ,M.(2008): La restauración. Examen científico aplicado a la conservación de obras de arte. Cátedra.

KROUSTALLIS, S.(2008): Diccionario de materias y Técnicas (I). Tesauro para la descripción y catalogación de bienes culturales. Ministerio de Educación, cultura y deporte.

KROUSTALLIS, S.(2015): Diccionario de materias y Técnicas (II). Tesauro para la descripción y catalogación de bienes culturales. Ministerio de Educación, cultura y deporte.

VILLARQUIDE, A.(2005): La pintura sobre tela II. Alteraciones, materiales y tratamientos de restauración. Nerea.

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Vía| Ver bibliografía
Imagen| Pxhere

1 comentario:

Craig Deller dijo...

"Varnishes" as a group serve a numerous of different purposes, depending on the substrate it is being applied to. They act as both protection and enhancement, the concept of "The Illusion of Gloss". Many are meant to be sacrificial, in that it was known they would darken with time, become dirty etc and should be removed and replaced to enhance the decorated surface, being a painting on canvas or wood. However, as conservation advances technologically, not all of the varnished need to be removed, but cleaned and perhaps reduced. Some resins that make up the varnishes are poor quality, like colophony, and become the weak link in the polymer chain, causing deterioration to the point of obscuring the intended decorated surface.