Los hornachegos reconstruyeron las
viejas murallas de Salé y organizaron un pequeño Estado corsario, que prosperó
durante la primera mitad del siglo XVII
Los Reyes Católicos publicaron un decreto, en 1502, por el que se obligaba a todos los mudéjares de España a
elegir entre el bautismo forzoso o el destierro. La mayoría, como era de
esperar, optaron por convertirse al cristianismo para no tener que abandonar su
tierra natal. Comenzó así la complicada relación entre los cristianos viejos y los
conversos.