Algunos expertos aseguraban que las
inscripciones fueron talladas o incisas hace unos 14.000 años
En marzo de 1924, entre Lyon y el balneario de Vichy, Emile Fradin se encontraba arando sus tierras cuando tropezó con
unas molestas piedras. Al notar que una pesaba mucho menos de lo normal, la
limpió y, para su sorpresa, descubrió que tenía grabados unos extraños signos.