La
comadreja, Juana Bormann, asesinó,
bajo el amparo del nacionalsocialismo, hasta a 500 personas al día
Juana Bormann echaba sus perros sobre las presas de Auschwitz y de Bergen-Belsen, y disfrutaba |
En su fotografía parece ser la típica mujer de
posguerra, la madre de seis o siete, el ama de casa enlutada que faena con los
pucheros y con las fregonas porque así lo ha aprendido. Pero las imágenes a
veces son realidades a medias, son existencias estáticas enmascaradas por el
blanco y por el negro. Mujer era, sí, pero todo lo demás es parte de la ficción
retratista.