Diez inventos que cambiaron la Historia

Una huella imborrable Imagen meramente ilustrativa. En la vasta y fascinante historia de la humanidad, ciertos inventos han dejado una huell...

La religión sería el fruto de una imaginación evolucionada.

Maurice Bloch, antropólogo francés que trabaja en la LSE de Londres desde 1968, ha publicado un artículo en la revista especializada Philosophical Transactions of the Royal Society B en el que explica el fenómeno religioso desde una nueva perspectiva: la imaginación. La religión sería el fruto de una imaginación evolucionada y exclusiva de nuestra especie, que nos permite generar relaciones con lo trascendente e invisible, según Bloch. Así, generamos lo que denomina “lo social trascendental”, un fenómeno por el que podemos seguir los códigos idealizados de conducta asociados a las religiones. Para Bloch, además, cuando nos damos cuenta de la omnipresencia de lo imaginario en lo cotidiano, no queda nada especial que explicar de la religión, porque ésta sería, únicamente, un fruto más de nuestra capacidad imaginativa. Por Yaiza Martínez.
Sólo los seres humanos practican la religión porque son los únicos seres vivos de la Tierra con una imaginación evolucionada, señala el antropólogo de la London School of Economics and Political Science (LSE británica, Maurice Bloch).

Bloch, autor de libros como Cultura escrita en sociedades tradicionales o La violence du religieux, argumenta que, en primer lugar, el ser humano desarrolló la arquitectura cerebral necesaria para imaginar cosas y seres que no existen físicamente, así como la posibilidad de que haya algún tipo de vida tras la muerte.

Después, gracias a esa capacidad de nuestra imaginación, generamos una forma de interacción social imposible para el resto de las criaturas del planeta: sólo los humanos pueden mantenerse unidos a sus grupos sociales a través de lo que Bloch denomina “lo social trascendental”, un fenómeno que nos permite unificarnos con grupos humanos.

Roles esencializados.

En un artículo publicado por la revista especializada Philosophical Transactions of the Royal Society B, Bloch explica que el comportamiento trascendental también nos permitiría seguir los códigos de conducta idealizados asociados a las religiones.

Añade que para que este fenómeno “social trascendental” perdure y resulte efectivo, debe tener la habilidad de mantenerse vivo durante mucho tiempo en la imaginación de un grupo social determinado (Bloch habla de diversos tipos de grupos, desde clanes a naciones enteras).

Según el antropólogo, un individuo puede formar parte de ese grupo transcendental, o de un país, incluso aunque jamás entre en contacto con alguno de sus miembros. Además, este tipo de grupos incluye por igual tanto a los vivos como a los muertos.

“La red trascendental puede, sin ningún problema, incluir a los muertos, a los ancestros y a los dioses, así como a los sustentadores vivos de los roles y a los miembros de grupos esencializados”, escribe el antropólogo.

Bases neuronales.

Las bases neuronales necesarias para que se dé esta interacción social habrían dependido del propio desarrollo de la imaginación, que apareció en nuestra especie durante la Revolución del Paleolítico Superior, hace entre 40 mil y 50 mil años.

Por esa época, las herramientas que usaban los humanos pasaron de ser primitivas y monótonas a convertirse, repentinamente, en sofisticadas. El arte comenzó a aparecer en las paredes de las cuevas, y los enterramientos empezaron a incluir objetos cuya presencia sugiere que ya se creía en la vida después de la muerte. Una vez que los humanos traspasaron esta línea, no hubo vuelta atrás.

Esta nueva capacidad, publica la revista Newscientist, no la compartimos con ningún animal, ni siquiera con nuestros parientes más cercanos, los chimpancés.

Por eso, sus relaciones sociales se limitan a la lucha cotidiana por el estatus y los recursos. La razón para esta limitación: no pueden imaginar nada más allá de su círculo social inmediato, ni pueden viajar con la mente hacia el pasado o el futuro, como hacen los humanos.

Papel de la religión.

Para Bloch, en el contexto de lo social trascendental, la religión sería sólo una manifestación de nuestra capacidad única para formar lazos con entidades o personas que no existen o que se encuentran distantes e, incluso, con sistemas de valores.

“Los fenómenos religiosos o similares, en general, son una parte inseparable de una adaptación clave exclusiva del humano moderno: nuestra capacidad para imaginar otros mundos. Defiendo que esta adaptación es la verdadera base de la sociabilidad en la sociedad humana moderna”, escribe el científico.

Desde la antropología, la religión se ha estudiado en general desde una perspectiva funcional. Desde este punto de vista, las funciones más elementales del hecho religioso definidas por la antropología han sido la capacidad que otorga para interpretar el mundo (origen, sentido, destino…), la estabilidad social que comporta (sacralización de la familia, del trabajo, de la autoridad…), la función económica y de control y, por último, la función psicológica o de estabilidad emocional en lo que respecta a los individuos.

La perspectiva de Bloch contrasta con estas funcionalidades: la religión se origina en nuestra imaginación. Según el investigador, además, una vez que nos damos cuenta de la omnipresencia de lo imaginario en lo cotidiano, no queda nada particular que explicar sobre la religión, porque ésta sería un fruto más de nuestra capacidad imaginativa.
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Extraído de Tendencias 21

Metallica

“Fade to black”

Descubierta la necrópolis de Medina Elvira.

Importantes avances se han producido durante el último año de investigación en torno a los yacimientos arqueológicos de Medina Elvira, en Atarfe. Así ha que dado demostrado en la presentación de la V fase del Proyecto de Investigación "La Ciudad de Medinat Ilbira", hecho público ayer en Atarfe por el catedrático de historia medieval y director de las excavaciones, Antonio Malpica Cuello, y la teniente de alcalde y directora de la Oficina de Excavaciones, Francisca Fuillerat.

Al acto asistieron más de un centenar de personas, entre científicos extranjeros, profesores y especialistas en historia.

La expresión más rotunda fue de Fuillerat, para la que "Medinat Ilbira está muy viva, y además ahora cumplirá mil años, por lo que queremos estar, por derecho propio, en el proyecto del Milenio".

El profesor Malpica señaló que durante los siete años de excavaciones e investigación los resultados son muy importantes. El descubrimiento de la mezquita, en el Pago de las Monjas, ha posibilitado detectar varias bolsas con restos de extremo valor y anunció como primicia la detección de una gran Necrópolis tardo antigua (de la primera época árabe, siglo IX) junto a la mezquita y que a su entender aportará ingente información y millares de restos arqueológicos. "Es por ello que hay que proteger cuanto antes este yacimiento y anexionarlo a la zona del BIC", aseguró el científico.

Las prospecciones indican que en las inmediaciones existen bolsas con grandes estructuras: un barrio completo de viviendas árabes, restos romanos y núcleos poblacionales de una época posterior, que podría ser mozárabe, lo que corroboraría muchas teorías del profesor Gómez Moreno.

También propuso Malpica la necesidad de firmar un convenio entre la Universidad de Granada, el Ayuntamiento de Atarfe y la Junta de Andalucía para poner en activo los descubrimientos y vincularlos a los máster nacionales que sobre historia medieval se imparten en la Universidad de Granada. También se refirió a la necesidad de crear un Centro Permanente de Recuperación para poner en valor los restos y crear una unidad de investigación para blindar los yacimientos, realizar una programación a largo plazo e iniciar los procesos de recuperación. "Medinat Ilbira será el yacimiento del siglo para toda Europa" concluyó Malpica.

A la presentación acudieron los científicos Pierre Guichard, profesor de la Universidad de Lyon, Sauro Gelichi por la Universidad de Venecia y el investigador y arqueólogo Richard Hodges. Después se inauguró la muestra Hace ya mil años, la ciudad de Medinat Ilbira.
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Extraído de Granada Hoy

Los arqueólogos estudian si los restos pertenecen a los fenicios o son indígenas.

Los arqueólogos que se encuentran trabajando en Ayamonte, tras hallar restos de la protohistoria, posiblemente correspondiente al año 900-1000 A.C., tratarán ahora de delimitar si estos restos son de una colonia que nace con los fenicios o es inicialmente indígena. Según el arqueólogo de la Junta de Andalucía, José María García, que ha estado trabajando en el terreno, estos restos, "que parece que corresponden a una ocupación debido a la cercanía de carbones", deben ser ahora estudiados para establecer "si son los indígenas los que se suman a los fenicios o, por el contrario, los indígenas son los que reciben a los fenicios".

García aseguró así que "la raíz indígena parece ser más fuerte" y estableció su periodo histórico en el Siglo VIII ac, "posiblemente", así como indicó que este poblamiento continuado "podría tener más de 3.000 años".

Este hallazgo, según señaló el arqueólogo, es "muy novedoso en el mundo protohistórico y para la ciudad de Ayamonte, una localidad con solera en una encrucijada importante junto al Atlántico y al Guadiana que ha servido para que todas las civilizaciones se estableciesen".

Asimismo, José María García recordó que hace un año se descubrió una necrópolis fenicia cerca de donde se encuentra ahora este hallazgo, en la calle Galdames, en el centro histórico de Ayamonte, que apareció mientras se trabajaba en obras de saneamiento y servicios dentro del Plan E. García, que acudió al lugar tras recibir el aviso del Ayuntamiento de Ayamonte de que habían aparecido unos restos, aseguró que pudo apreciar "restos de una necrópolis, unos carbones" pero dejó claro que en una primera impresión "se puede reconocer poca cosa".

Las cerámicas encontradas, de la época protohistórica, "son indígenas y fenicias", lo que hace pensar quiénes se establecieron originalmente en el asentamiento porque, "pese a que los materiales fenicios son más numerosos, no sabemos qué pesa más y si los indígenas estaban ahí antes".

Si fuera un poblamiento continuo "sería algo novedoso para Ayamonte, ya que demostraría que el origen de la Villa es más antiguo de lo que ahora se pensaba". Así, el arqueólogo aseguró que "la investigación está empezando y un año de trabajo en arqueología es muy poco", por lo que apuntó que la información exacta de lo que se encontró ayer deberá hacerse en un tiempo.
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Extraído de Huelva Información

Piden protección del yacimiento de Constantina, Capilla Sixtina de fósiles.

Investigadores del yacimiento de Constantina (Sevilla), casi desconocido pero considerado único en el mundo por la cantidad, calidad y antigüedad de sus fósiles, reclaman que se proteja cuanto antes esta Capilla Sixtina de la Paleontología, datada hace 550 millones de años.

El profesor de Geodinámica y Paleontología de la Universidad de Huelva Eduardo Mayoral, que coordina las investigaciones que desde 1990 realizan en este yacimiento paleontólogos de esta universidad y de las de Zaragoza y Valencia, ha subrayado a EFE que este hallazgo es "único" en Europa y comparable con los dos más importantes del mundo en su género, localizados en China y en Estados Unidos.

Este yacimiento concentra en una superficie pétrea de 120 metros cuadrados y con una inclinación de más de 20 grados noventa fósiles de medusas, alguno de hasta 88 centímetros de diámetro, de una gran calidad y con una antigüedad datada en el Cámbrico inferior, hace unos 550 millones de años, cuando esta zona estaba sumergida en el mar.

Mayoral ha subrayado que estas impresiones de medusas, similares al género actual Aequorea, "son muy raras" en los yacimientos conocidos hasta ahora en el mundo, dada "la gran dificultad" de su fosilización y representarían "una de las primeras huellas de la presencia de la vida" en la Península Ibérica.

Ha advertido de que este yacimiento está cubierto de líquenes y expuesto a las escorrentías de lluvia, lo que unido a las fracturas de la piedra supone un elevado riesgo de destrucción y deterioro de sus valiosos ejemplares de fósiles.

Por ello, confía en que fructifique pronto la negociación entre la propiedad de esta finca, denominada "El Revuelo" y ubicada en el parque natural Sierra Norte de Sevilla, y la Junta de Andalucía, no sólo para proteger esta joya paleontológica, sino para impulsar su divulgación científica y turística.

La gran cantidad y calidad de estos fósiles explica que cuando el yacimiento fue descubierto por lugareños de esta abrupta zona, a final del pasado siglo, lo denominaran la Piedra Escrita de Constantina, por su convencimiento de que las marcas circulares de la superficie rocosa eran petroglifos, es decir, señales y símbolos grabados por hombres primitivos.

De hecho, la Piedra Escrita fue asociada con culturas ancestrales o con fenómenos paranormales hasta que, en junio de 1990, la primera visita del profesor Mayoral permitió reconocer estas huellas como fósiles de animales tipo medusoide y valorar el enorme interés científico del yacimiento.

Para Mayoral, la Piedra Escrita es una joya paleontológica por el gran tamaño anómalo de sus medusas fosilizadas, su singularidad, que las erige en un nuevo registro geológico mundial, y por ser "la mayor concentración" de Europa y una de las mayores del mundo de estos fósiles del Periodo Cámbrico, momento en el que se aceleró la diversificación de especies en la Tierra en muy poco tiempo.

Este periodo, conocido como la "explosión cámbrica de la vida", es uno de los que despierta un mayor interés de los científicos.

La Piedra Escrita muestra "con una calidad excepcional", según Mayoral, medusas fosilizadas sobre arena por ambas caras, tentáculos e indicios de sobreimposición de cuerpos.

El hecho de que algunas grietas de esta piedra desplacen los surcos de varias impresiones de medusas confirmaría que éstas son anteriores a la formación de este fenómeno tectónico, "lo cual es una prueba irrefutable de que estos registros pertenecen a cuerpos fósiles y que no son petroglifos", ha destacado.

Para este paleontólogo, la calidad y cantidad de fósiles de medusas de este yacimiento se explica porque, tras una mortalidad en masa, los cuerpos de medusas quedaron rápidamente enterradas sobre una playa, en aguas muy someras y tras un episodio tormentoso.

Paleontólogos del equipo del profesor Adolf Sielacher, de la universidad alemana de Turinga, obtuvieron moldes de los mejores fósiles de este yacimiento que pretenden devolver a España para reforzar la futura divulgación científica y turística de este yacimiento.
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Extraído de ADN

Una risa muy mona.

A veces, los científicos se toman muy en serio fenómenos como la risa. Según una investigación de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido), el origen de las carcajadas se halla en los juegos y bromas que ya disfrutaban nuestros antepasados, hace entre 10 y 16 millones de años.

La doctora Marina Davila Ross, una primatóloga del Departamento de Psicología de esta universidad, ha reconstruido el origen evolutivo de este comportamiento humano, y ha llegado a la conclusión de que la risa tiene raíces prehumanas. "Lo más probable", asegura, "es que los grandes simios la utilicen para interactuar de un modo similar a como lo hacen los humanos".

Según la investigadora, "esto es importante para la investigación de las emociones en humanos y animales, y para el manejo de los primates en cautividad y en libertad".

La doctora recopiló 800 grabaciones de 3 bebés humanos y 22 ejemplares de simios (orangutanes, gorilas, chimpancés, y bonobos), unos de corta edad y otros un poco mayores, mientras les hacían cosquillas en las palmas de las manos, los pies, el cuello y las axilas.

Después comparó las risas de las cuatro especies de grandes simios entre sí, las analizó acústicamente, y luego las comparó con la risa humana. A pesar de las diferencias acústicas evidentes, lo quedó claro es que la risa no es un rasgo únicamente humano.

Las similitudes y diferencias de las carcajadas de unas y otras especies se corresponden íntimamente con las relaciones que se ven en árboles evolutivos elaborados en función de la genética. Una clara evidencia de que la risa tiene su origen en un ancestro común.

Así, al reconstruir el árbol evolutivo, esta investigadora situó los humanos más cerca de los bonobos y chimpancés, más lejos de los gorilas, y mucho más lejos de los orangutanes.

El estudio demuestra que la risa evolucionó en los primates de forma gradual en los últimos 16 millones de años. Si la humana es claramente diferente de las risotadas de los simios se debe a que los cambios evolutivos han sido más rápidos en los últimos cinco millones de años.

Sin embargo, el estudio también encontró una inesperada similitud. Gorilas y bonobos pueden reírse mientras espiran el aire de forma más lentamente que en su ciclo respiratorio normal, lo que demuestra que tienen algún tipo de control en su respiración. Davila Ross dijo que hasta estos momentos se creía que esta habilidad era exclusiva de los humanos, así que seguramente pudo jugar un importante papel en la evolución del habla.

En la investigación también colaboraron el doctor Michael Owen de la Universidad del Estado de Georgia en Atlanta, y el profesor Elke Zimmermann de la Universidad de Medicina Veterinaria de Hannover, en Alemania. Esta última ha financiado el estudio junto con el Centro de Sistemas de Neurociencia de Hannover.

El estudio se ha publicado en la revista 'Current Biology'.
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Extraído de El Mundo

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