Diez inventos que cambiaron la Historia

Una huella imborrable Imagen meramente ilustrativa. En la vasta y fascinante historia de la humanidad, ciertos inventos han dejado una huell...

Momias de LLerena.

¿Emparedamiento colectivo de los iluminados?

La torre de la iglesia de Nuestra Señora de Granada, en el extremeño pueblo de Llerena, albergaba un gran secreto: en su interior se hallaba un enorme amasijo de cadáveres, algunos de ellos momificados. ¿A quiénes pertenecían? Después de más de cincuenta años, el misterio sigue sin resolverse.

Año 1964, Llerena (Badajoz). Aquella mañana la iglesia de Nuestra Señora de Granada, construida entre los siglos XIII y XIV, era el centro de todas las miradas. El notario local, Antonio Carrasco, estaba al frente de una investigación que pretendía localizar en el interior de la torre del templo los restos de la antigua fortificación alminar que perteneció a la primitiva mezquita. Era ya media tarde cuando Carrasco ordenó derribar un muro que taponaba una presunta zona muerta. La operación dejó al descubierto una desvencijada puerta. Al intentar abrirla se dieron cuenta de que algo parecía cerrar el paso desde dentro. Después de un gran esfuerzo consiguieron dejar un hueco lo suficientemente amplio como para poder entrar. Al otro lado encontraron un enorme amasijo de cadáveres, algunos de ellos momificados.

Tanto Antonio como el resto de los trabajadores quedaron asombrados ante la visión de miles de cuerpos, la mayor parte de ellos en una posición extraña y con un gesto de horror. Aunque era pronto para sacar conclusiones, parecía tratarse de un emparedamiento colectivo. La noticia se extendió rápidamente, y muchos fueron los comentarios vertidos que intentaban averiguar el origen de aquellos cuerpos. ¿Inquisición? ¿Guerra Civil? Pero, a pesar de las dudas surgidas, el muro que tapaba la entrada a la habitación maldita fue levantado de nuevo. Durante algún tiempo los rumores siguieron recorriendo el pueblo, pero poco a poco, y sin mediar investigación alguna, el asunto cayó en el pozo del olvido. Y así se mantendría durante una década y media.

La voz de los muertos.

A finales de los años setenta del pasado siglo las obras de remodelación en diferentes templos y lugares simbólicos se habían convertido en una actividad común por parte de la Dirección General de Bellas Artes, que pretendía recuperar viejos legados y sacar a la luz el patrimonio histórico. Y un buen día le llegó el turno a la iglesia de Nuestra Señora de Granada y a su torre alminar. Como no podía ser de otra manera, al poco de comenzar los trabajos los obreros dieron con la vieja puerta que escondía aquel panorama que quince años atrás había aterrado a los que habían cruzado su umbral. En esta ocasión llegaron a contar los cuerpos que allí se custodiaban. Superaban los seis millares. De ellos al menos cuatro decenas estaban momificados. En esta ocasión el asunto no fue enterrado y la opinión pública solicitó una respuesta a través del diario regional Hoy, que en todo momento se hizo eco de los adelantos y las novedades del caso. Pronto comenzó el estudio y la clasificación de los miles de cuerpos aparecidos en la torre de la iglesia de Llerena, auspiciados por el Ministerio de Cultura y llevados a cabo por los departamentos de Antropología de las universidades de Extremadura, Madrid, Barcelona y Sevilla. Gran parte de ellos fueron embalados y enviados a los laboratorios de dichas instituciones, cuyas primeras conclusiones no se hicieron esperar. No solo todos los especialistas estuvieron de acuerdo en que aquel era el enterramiento más importante descubierto en la España de la época contemporánea, sino que los resultados obtenidos fueron aun más aterradores que la mismísima visión de las momias. Según el departamento de Antropología de Madrid, los cadáveres presentaban violentas fracturas y algunos tenían el cráneo aplastado. Igualmente, el rictus de horror en sus rostros clamaba a voz en grito que habían padecido una muerte marcada por el sufrimiento.

Por ello, el departamento de Antropología de Barcelona llegó a la conclusión de que se trataba de un emparedamiento en vida. Ahora bien, si todo lo que proclamaron los especialistas era cierto, se sumaban nuevas preguntas a las ya planteadas. ¿Cuál era la verdadera identidad de aquellas personas? ¿Por qué fueron encerradas en la torre de una iglesia? ¿A qué se deben las fracturas y el rictus de horror de sus rostros? ¿Quiénes cometieron aquella masacre?

El santo oficio, en el punto de mira.

Los primeros estudios históricos y otros indicios descartaron que fueron víctimas de uno de los tristes episodios de la Guerra Civil o de algún otro genocidio. Y centraron sus miras en las actividades que llevó a cabo la Santa Inquisición en Llerena. Esto provocó un duro enfrentamiento entre los investigadores y los grupos políticos y religiosos más conservadores. Y es que al pronunciar la palabra Inquisición se puso en marcha un proceso de desinformación y mutilación de datos, además de una fuerte presión a los antropólogos, hasta el punto que muchos de ellos decidieron retirarse de la investigación. Otros, no queriendo comprometerse, cambiaron de opinión y excluyeron de sus escritos todo lo relativo a extrañas fracturas y rictus para afirmar que los cuerpos no presentaban ningún tipo de señal fuera de lo normal. Por su parte, las autoridades locales hicieron lo propio alegando que existía una explicación lógica a aquel enterramiento y afirmaron que esos cuerpos pertenecían a un viejo cementerio anexo a la iglesia y que fueron guardados en la torre al desaparecer la necrópolis. Si esto fuera cierto, ¿por qué los restos fueron ocultados tras un muro que cegaba la habitación? ¿Por qué no fueron trasladados a una fosa común del nuevo cementerio? Incluso los grupos conservadores llegaron a comentar que las extrañas posturas de los cadáveres habían sido provocadas por los movimientos de los cuerpos durante la investigación antropológica, en contra de lo que ya había declarado el notario Antonio Carrasco en 1964. A partir de ese momento cualquier pregunta comprometida a las autoridades fue rechazada sistemáticamente y los altos estamentos presionaron a los medios de comunicación para que solamente publicaran la versión oficial del caso.

Por ello, algunos cadáveres fueron sepultados bajo la iglesia, otros en una fosa común del cementerio y el resto en la habitación descubierta en la torre, que fue clausurada de nuevo. Pero ¿realmente no habría sido más lógico que esos cadáveres descansaran en paz tras una investigación honesta y coherente, que arrojara luz y justicia sobre sus rostros contraídos? Una cosa estaba clara: aquellos muertos no descansaban en paz desde mucho tiempo atrás.

La secta de los alumbrados.

Desde aquel momento se intentó tirar por tierra todas las tesis lógicas sobre este suceso. Desde historiadores a políticos, las manifestaciones expresadas quitaban importancia al tema. Incluso se llegó a comentar que la Inquisición apenas había tenido relación con la localidad, dejando de lado la realidad histórica que señala a este pueblo extremeño como sede del Tribunal del Santo Oficio en el año 1501. Pero, aunque la Inquisición solamente ubicaba sus sedes en las grandes capitales, lo cierto es que Llerena se convirtió en depositaria de este tribunal, tal vez porque en esta localidad sucedió algún hecho fuera de lo común. En el año 1516 esta institución dejó el pueblo y se trasladó a Plasencia, pero regresó de nuevo en 1570 debido a que en él se había instalado una tenebrosa secta, los Iluminados o Alumbrados. Esta había llegado a España a comienzos del siglo XVI y se había extendido por algunas localidades, entre ellas Llerena. Estaba integrada por personajes que estaban en contra de la oración, el ayuno, los gestos de adoración, el agua bendita, el acto de arrodillarse, la veneración de imágenes, los predicadores católicos, la sagrada hostia, la cruz, la Biblia y otras tantas cuestiones, lo que los convertía en hombres malditos de cara al cristianismo. Además, profanaban los lugares sagrados y obligaban a las mujeres a tener relaciones sexuales con ellos como penitencia. Incluso, según las crónicas, llegaron a envenenar y matar a un obispo. Está claro que una serie de hechos como este no pasaron por alto para la implacable Inquisición española y que sus iniciativas para reprimir esta creencia siniestra debieron de ser contundentes. Si en otros momentos de la historia se pasó a cuchillo a personas inocentes solo por discrepar del dogma católico, en esta ocasión tuvo que ser aún peor, ya que se trataba de personajes que realmente estaban haciendo un mal a la religión y a la sociedad. Y es que todos los elementos de este caso –una secta de individuos maléficos, un tribunal del Santo Oficio y unos cuerpos, posiblemente emparedados en vida, con terribles rastros de sufrimiento– solo sugieren una palabra: Inquisición.

Llerena: Sede del Tribunal de la Santa Fe.

La Inquisición tuvo una enorme importancia en Llerena. Esta se instaló en la localidad en el año 1501 y fue el tercer tribunal más importante de España en cuanto a extensión de su jurisdicción, ya que incluía los obispados de Ciudad Rodrigo, Plasencia, Coria y Badajoz. Dentro de la villa tuvo tres sedes, una en la calle Zapatería –dentro del Palacio Prioral–, otra en la calle Corredera –en el Palacio de los Zapata– y la última en la calle La Cárcel –en la sede de la Casa Maestral.

El proceso de saponificación: Emparedamiento colectivo.

Uno de los puntos a favor de la posibilidad de que las momias de Llerena provengan de un emparedamiento colectivo es el extraño color grisáceo que presentan los cuerpos. En dichos enterramientos se produce un proceso conocido como “saponificación” mediante el cual la grasa corporal se transforma químicamente en una masa de color gris y de tacto granuloso y compacto. Aunque este dato fue advertido en su momento por el investigador extremeño Gonzalo Pérez Sarró, nunca recibió la debida atención por parte de las autoridades locales, que hicieron caso omiso a sus interesantes pesquisas.

Las afiladas garras de la Inquisición española.

Aunque en el caso de las herejías de la secta asentada en Extremadura a mediados del siglo XVI la Iglesia católica actuó con cierto buen criterio pretendiendo limpiar de actos blasfemos la región, en otras ocasiones la Inquisición ha actuado de forma desmedida ante personas que solamente deseaban profesar creencias diferentes a la católica, escribiendo así una de las páginas más oscuras de la historia de España. Todas esas víctimas, imputadas por crímenes contra la fe que seguramente nunca o casi nunca cometieron, tuvieron que enfrentarse a métodos aberrantes que pretendían lograr la autoinculpación a través del miedo y el dolor. Algunos de los monstruosos artilugios de tortura usados por el Santo Oficio tienen nombre propio: la dama de hierro, la cuna de Judas, el garrote vil, el potro de tortura, el aplastacabezas, la guillotina, el desgarrador de senos, la pera anal y otros tantos objetos que causaban pavor.

Los otros iluminados: Tolox y el fin del mundo.

El caso de los Alumbrados o Iluminados de Llerena no es un episodio aislado. El símil más evidente es el de los Iluminados de Tolox, ocurrido en el año 1886. A este pueblecito de la serranía malagueña llegaron una serie de personajes perversos que manejaban la mente humana por medio de la hipnosis y la utilización de alucinógenos, como el beleño y la belladona. Su objetivo era engatusar a las personas con la supuesta inminencia del fin del mundo para apropiarse de sus bienes materiales. El nivel de fanatismo de aquellos humildes campesinos y agricultores era tal que estuvieron a punto de protagonizar un suicidio colectivo: llegaron a prender fuego a sus casas y pertenencias, a azotarse con sogas de esparto, a arrancarse el cabello unos a otros y a cortarse la piel con afilados cuchillos.
.
Extraído de Tejiendo el Mundo

El origen africano de Darwin.

Los antepasados de Charles Darwin (Inglaterra, 1809-1882) habitaron África hace 45.000 años, según las conclusiones del 'Proyecto Genográfico' presentadas este jueves en Sydney.

El viaje hacia el pasado de los expertos fue posible gracias al estudio del ADN del tataranieto del autor de 'El origen de las especies', Chris Darwin, que reside en Australia.

"Una parte del cromosoma Y de cada hombre, llamada 'región que no se recombina", contiene una información genética exacta a la del padre, el resto cambia en cada generación", explicó Lisa Matisoon Smith, la investigadora principal para la región de Oceanía, durante la presentación.
Matisson añadió que la "región que no se recombina" sufre alteraciones por eventos de mutación aleatorios y estos cambios se convierten en marcadores genéticos.

"Al seguir el marcador genético desde la actualidad hasta su origen, se puede determinar cuál es el antecesor común de todos los hombres vivos portadores de ese marcador", detalló la científica.

Antepasado común.

El director del proyecto, Spencer Wells, manifestó que la lectura de los marcadores de Darwin permite descubrir el viaje que hicieron los antepasados del científico inglés. "Emigraron del nordeste de África hacia el norte o hacia Oriente Próximo y posteriormente se trasladaron a Europa", aseguró Wells.

El test reveló que Chris, y por tanto, también su tatarabuelo, pertenecen al haplogrupo R1b del cromosoma Y, uno de los más comunes en Europa Occidental. "Aproximadamente el 70% de los hombres del sur de Inglaterra pertenecen a él. En algunas zonas de España e Irlanda el porcentaje alcanza el 90%", según Wells.

Otra conclusión a la que han llegado los especialistas de todo el mundo que participan en este programa, liderado por
'National Geographic' e IBM, es que la humanidad desciende de un mismo antepasado, un africano que vivió hace 60.000 años.

Aunque las mujeres carecen de cromosoma Y, tienen ADN mitocondrial que atesora el ADN de la madre y marcadores.

El científico español de la Universidad Pompeu Fabra David Comas, investigador principal para la zona de Europa Central y Occidental, explica que el objetivo de la iniciativa, que se ha dividido en tres apartados, es determinar las migraciones humanas desde el origen hasta la actualidad, basándose en datos genéticos.

'Proyecto Público' recoge muestras de ADN de personas interesadas en conocer el viaje efectuado por sus antepasados, a cambio de una suma de dinero. 'Proyecto de Investigación' busca ejemplos determinados de una parte de la población de cada país.

600 muestras recogidas en España.

"En España, por ejemplo, hemos recogido muestras de 600 personas, porque en todo Europa recogeremos un total de 10.000", apuntó el catalán Comas.

Señaló que hay poblaciones que viven en lugares remotos, otras no tienen un acceso tan fácil a los medios de comunicación o a Internet, y también tienen que asegurarse de que se incluye una representación de tribus indígenas.
Los datos recogidos son anónimos, aseguró por su parte Spencer Wells, y están a la disposición de la comunidad científica internacional.

El investigador español opinó que la información que recaban dará lugar a numerosas investigaciones desde otros sectores científicos. Asimismo, sugirió que la documentación es relevante tanto para el estudio del cambio climático, la lingüística o la arqueología, es como abrir una nueva caja de Pandora.
.
Extraído de El Mundo

¿Se ha encontrado la Atlántida entre el Canal de Sicilia y el Mediterráneo Oriental?

La Marina Libia está analizando materiales en el centro del Mar Mediterráneo, se han encontrado restos de gran interés arqueológico, incluyendo edificios de tipo urbano. ¿Podría tratarse de la mítica Atlántida?.
.
En los últimos días, la agencia oficial de prensa libia ha publicado una declaración en el que se dice, que se han encontrado las ruinas de edificios de gran importancia y que han sido identificados, han sido encontrados a casi 400 metros de profundidad. No se ha revelado el lugar exacto en donde se han encontrado las ruinas, se sabe que se encuentra entre el Canal de Sicilia y las aguas del Mediterráneo Oriental. Se han recogido ya numerosos fragmentos de esculturas, objetos metálicos de uso común y la cabeza de Melqart (semi-héroe de naturaleza divina, de grecia), fueron llevados a puerto y están siendo estudiados por las autoridades competentes en arqueología.
.
El lugar en donde han sido encontrado el material arqueológico es conocido por los pescadores con el apodo de Deir Sheytan (la morada de Satanás) y también, conocido en lengua maltesa con el nombre de Diawul Kadal.
.
La noticia es muy importante dado que, algunos estudiosos de la Atlántida, la sitúan precisamente en estas inmediaciones.

Descubren en Brasil ruinas de una antigua civilización.

Los signos de lo que podría ser una civilización antigua previamente desconocida están saliendo de debajo de los árboles talados del la región amazónica. En total son 260 enormes avenidas, largos canales de riego y cercados para el ganado que han sido divisadas desde el aire casi en la frontera entre Bolivia y Brasil.
.
Nuevas imágenes de satélite y vuelos por la zona han revelado más de 200 enormes obras terrestres geométricas labradas en la cuenca del alto Amazonas, cerca del límite de Brasil con Bolivia. Cubriendo más de 240 kilómetros, hay cuadrados y otras formas geométricas formando una red de avenidas y veredas que se construyeron antes de que Colón llegara al Nuevo Mundo. Algunos se remontan al año 200 AC , y otros al año 1283.
.
“En la arqueología amazónica siempre se tiene esta idea de que se encuentra a diferentes pueblos en diferentes ecosistemas”, dijo Denise Schaan, de la Universidad Federal de Pará, en Belém, Brasil. Según su cálculo, la construcción de estas obras necesitó del trabajo de unas 60 mil personas, mientras posiblemente aún quedan miles de construcciones semejantes en el fondo de la selva por descubrir.
.
La visión tradicional es que antes de la llegada de los españoles y portugueses en el siglo XV no existían sociedades complejas en la cuenca amazónica, en contraste con la región de los Andes, al oeste, donde los Incas construyeron sus ciudades. Ahora la deforestación, el aumento de los viajes aéreos y de las imágenes de satélite están contando una historia diferente.
.
Extraído de Esencia21

La cola del paro.

.
Extraído de Eneko

Ampliadas las excavaciones del Patio de Banderas para profundizar en el edificio romano y la posible basílica.

El resultado de la tercera fase determinará si finalmente se instala una cripta arqueológica en este enclave.

Las excavaciones arqueológicas impulsadas por el Patronato del Real Alcázar en el Patio de Banderas para continuar las catas antaño realizadas por Manuel Bendala Galán y Miguel Ángel Tabales serán ampliadas con una tercera fase presupuestada en 270.000 euros. La campaña está destinada a resolver las incógnitas que pesan sobre las ruinas del edificio romano del siglo I antes de Cristo y sobre la existencia o no de vestigios de una basílica paleocristiana.

El alcaide de los Reales Alcázares, Antonio Rodríguez Galindo, el conservador del monumento palaciego, Antonio Balón, y el arqueólogo director del conjunto, Miguel Ángel Tabales, comparecieron hoy ante los medios de comunicación para anunciar que estas excavaciones, iniciadas el pasado 16 de febrero de 2009 y divididas en dos fases, se ampliarán con una "tercera fase" dotada con un presupuesto de 270.000 euros.

Las dos primeras fases, ya consumadas, han supuesto intervenciones en esta plaza donde, ya en 1976, el arqueólogo Manuel Bendala Galán descubrió unos restos arquitectónicos de época medieval atribuidos a una basílica paleocristiana. Lo más significativo, no obstante, ha sido la identificación del más antiguo vestigio de ocupación humana de la ciudad hispalense; un fondo de cabaña con restos de lo que pudiera ser una cocina utilizada durante la primera mitad del siglo VIII antes de Cristo, en el ocaso de la Edad del Bronce.

CRONOLOGÍA.

Mientras estas primigenias huellas de ocupación humana han sido localizadas a cinco metros de profundidad, otro de los grandes hallazgos de esta intervención fue el descubrimiento de cimientos y restos arquitectónicos de un "gran edificio" perteneciente a la antigua Hispalis romana y datado en el siglo I antes de Cristo. Se trataría de un edificio "de gran potencia" dada la envergadura de sus sillares y cuyos alzados se levantarían hasta los tres metros, para lo cual sus arquitectos usaron la técnica del 'Opus Africanus', según destacaron Rodríguez Galindo y Tabales.

Este edificio, según Miguel Ángel Tabales, podría haber estado relacionado con el puerto fluvial de la antigua Hispalis quizá "como almacén", aunque ya en el siglo IV después de Cristo, el citado edificio romano fue demolido para levantar un nuevo complejo. Este último edificio, según recordó Rodríguez Galindo, es precisamente el que podría estar relacionado con el baptisterio paleocristiano descubierto a comienzo de los años 70 por el arqueólogo Manuel Bendala Galán.

Tal edificio, no obstante, habría sido destruido a principios del siglo V, quizá durante el saqueo de la ciudad a manos de los vándalos en el año 426, época a la que pertenecería un "tesoro" de 30 monedas y un crismón atribuido al obispo Marciano, prelado de Sevilla en aquella época según recordaba Antonio Rodríguez Galindo. Con posterioridad, sobre las ruinas de este edificio se construyó un nuevo complejo, quizá visigótico, que habría gozado de contrafuertes, estribos e incluso bóveda.

LA INCÓGNITA DE LA BASÍLICA.

Así, Tabales y Rodríguez Galindo defendieron la "necesidad" de ampliar las excavaciones al objeto de averiguar las "dimensiones exactas y la función" del edificio romano ya descubierto, además de "resolver de una vez por todas" si en este enclave existió o no una basílica paleocristiana o un templo visigótico, pues es algo que se da "por hecho", pero "no está absolutamente definido" en el ámbito científico.

Por eso, las nuevas excavaciones comenzarán en aproximadamente un mes en un área de 200 metros cuadrados hacia el sur del Patio de Banderas, una intervención cuyo resultado será determinante para resolver si finalmente el Ayuntamiento proyecta o no una cripta arqueológica para los vestigios arqueológicos descubiertos en el Patio de Banderas.

En ese sentido, aunque el Plan Especial de Protección promovido por el Patronato del Real Alcázar para el recinto palaciego y sus aledaños contempla esta posibilidad, a día de hoy, según el arqueólogo director y el alcaide del monumento, no hay datos "suficientes" para impulsar o desechar esta iniciativa.
.
Extraído de ADN

Los seres humanos ya habitaban el «techo del mundo» en el Paleolítico.

Estudios genéticos realizados por el Instituto de Zoología de Kunming han permitido a científicos chinos descubrir que en el final de la Era Paleolítica los seres humanos colonizaron la meseta de Qinghai en el Tíbet, conocida como «el techo del mundo» y que tiene un promedio de 4.000 metros de altura.

«A través del análisis de herramientas de la Era Paleolítica excavadas de la meseta varios años atrás, los arqueólogos han llegado a considerar la posibilidad de que seres humanos hayan habitado la meseta hace 30.000 años», ha informado la investigadora del Instituto de Zoología de Kunming, subordinado a la Academia de Ciencias de China, Zhao Mian, a la agencia china de noticias Xinhua.

Los científicos centrados en el estudio de la genética han intentado precisar cuándo se establecieron los seres humanos modernos en la meseta mediante componentes hallados en los genes de los tibetanos actuales. «Pero debido a la escasez de muestras de ADN de tibetanos, especialmente de aquellos que efectivamente habitan en la región autónoma del Tíbet(. . . ) los expertos no han logrado determinar si la raza tibetana tiene componentes de esa antigua 'generación' en sus genes», ha explicado Zhao.

El ADN mitocondrial, que se encuentra en las hembras, es un medio para descubrir nuestros ancestros y permite establecer el origen de muchas especies. «Nuestros resultados confirman que la gran mayoría de los componentes matrilineales tibetanos tienen sus ancestros en inmigrantes Epipaleolíticos y Neolíticos de lo que hoy es el norte de China, es decir hace cerca de 10.000 años, lo que coincide con otros estudios realizados anteriormente», ha sostenido la investigadora Zhao.

Otro de los hallazgos del grupo científico chino es un nuevo haplogrupo, el M16, que sirve para definir los grupos ancestrales y las poblaciones genéticas de los seres humanos. «A diferencia de los componentes matrilineales tibetanos heredados de los inmigrantes del norte de China, los M16 se ramificaron directamente de los componentes genéticos de los ancestros de los euroasiáticos modernos», ha apuntado Zhao.

El haplogrupo M16 representa una «reliquia genética» que procede de aquellos que habitaron la meseta en la Era final del Paleolítico y que aclara la fecha exacta del asentamiento. También el descubrimiento de huellas humanas de la era Paleolítica en la provincia de Lhasa apoya los resultados de la investigación. «La edad de las reliquias es similar a la de los M16, por lo que creemos que eso, en cierto modo, respalda los resultados de nuestra investigación», ha agregado Zhao.

Los descubrimientos realizados por el grupo chino y el artículo de Zhao Mian será publicados en una de las más prestigiosas revistas científicas del mundo, Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
.
Extraódo de ABC