Diez inventos que cambiaron la Historia

Una huella imborrable Imagen meramente ilustrativa. En la vasta y fascinante historia de la humanidad, ciertos inventos han dejado una huell...

El Hombre de Atapuerca ocupó Gran Bretaña.

El hallazgo de indicios humanos de 900.000 años en Reino Unido sugiere a los científicos que los primeros británicos fueron Homo antecessor' llegados del sur.
El Hombre de Atapuerca se está haciendo cada vez más europeo. Hace unos días, los responsables del yacimiento burgalés encontraron herramientas de más de 1,3 millones de años, lo que atrasa la fecha en la que el Homo antecessor, considerado el primer europeo, llegó a la sierra de Burgos. Su rastro se pierde hace unos 800.000 años. Ahora, un grupo de paleoantropólogos británicos ha encontrado restos que sugieren que, antes de desaparecer, el antecessor pudo ser el primer humano que se asomó al Támesis.

El batir del mar durante eras en las playas del este de Inglaterra ha destapado el tesoro. Se trata de una fina línea de sedimentos con 78 herramientas de sílex muy afiladas. Son el testimonio inequívoco de presencia humana. Su edad, de entre 860.000 y 970.000 años, apuntan a un candidato claro.

"Lo más probable es que el que talló estas piedras fuese un antecessor, pues era la especie que más cerca estaba de Inglaterra, y su rango de edad en Atapuerca encaja perfectamente con el nuestro", explica a Público Chris Stringer, investigador del Museo de Historia Natural de Londres y uno de los responsables de las excavaciones en los arenales de Happisburgh, donde han aparecido los restos.

Por ahora se trata sólo de una hipótesis, pues aún no se han hallado fósiles humanos como los que han aparecido en Atapuerca. Sin embargo, los colegas españoles de Stringer lo tienen claro.

"Obviamente se trata de restos de antecessor", aventura Eudald Carbonell, codirector de Atapuerca. "Si se encuentran restos humanos se confirmará aún más que esta es la primera especie humana hecha en Europa y adaptada a este continente", detalla.

La población humana destapada por Stringer y descrita en Nature es la más antigua hallada hasta el momento en el norte de Europa.

Conexión Burgos-Happisburgh.

La conexión Burgos-Happisburgh es plausible. Las herramientas halladas en Reino Unido "son comparables a las del antecessor y su tecnología es similar", acepta Stringer. Quienesquiera que fueran, los primeros humanos de Inglaterra pasaban las mismas fatigas que los antecessor de Burgos. "Su forma de vida pudo ser muy similar", explica Stringer. "Eran cazadores recolectores, tomaban carne de animales muertos o incluso los cazaban", detalla.

También hay grandes diferencias. El misterioso poblador británico habitó bosques de pinos similares a los del sur de Escandinavia. Sus herramientas han aparecido junto a restos de mamuts y caballos primitivos, así como especies de ciervos y roedores extintos. El lugar no podría ser más emblemático, pues se encontraba a orillas del Támesis, que en aquella época pasaba a 150 kilómetros al norte de lo que hoy es Londres.

"Los restos demuestran que eran muy inteligentes", opina Mike Field, investigador de la Universidad de Leiden (Holanda) y coautor del estudio. "Hubieran sido muy buenos biólogos, pues sabían identificar y trabajar las mejores piedras y las mejores plantas en su provecho", detalla.

Los expertos creen que estos pobladores aprovecharon un periodo de clima más cálido para llegar hasta Gran Bretaña desde refugios cálidos en Europa como el de Atapuerca. Cruzaron por un pasillo de tierra natural que desapareció hace 450.000 años. Supieron adaptarse al frío y la vida en nuevos bosques. "Eran poblaciones pequeñas y móviles; en épocas más frías pudieron volver a migrar hacia el continente, tal vez hacia lo que hoy es Holanda", detalla Field.

Atapuerca era por aquel tiempo una especie de sabana mediterránea. Las antiguas cuevas que habitaron los antecessor están hoy llenas de sedimentos y, de no ser por las voladuras realizadas a finales del siglo XIX para construir un ferrocarril, seguirían a decenas de metros bajo tierra. De uno de los yacimientos más antiguos del lugar, la Sima del Elefante, acaban de salir dos herramientas líticas que parecen indicar que la presencia de los humanos en este lugar es más antigua de lo que se pensaba. Los responsables del yacimiento presentarán hoy estos y otros hallazgos y mañana recogerán los bártulos hasta 2011. "Tengo muy buen olfato y creo que el año que viene puede haber sorpresas ", aventura Carbonell.

Sus homólogos ingleses no tienen tantas esperanzas. "Nuestro yacimiento fue un lugar de actividad en la ribera, pero aquellos humanos no vivían aquí", comenta Field. Los expertos creen que los asentamientos estaban tierra adentro, en el corazón del bosque, donde hoy extraer fósiles es casi imposible. Si el hielo de las glaciaciones no los ha arruinado, los excavadores tendrían que abrirse paso a través un lecho de roca para encontrarlos. "Sería un trabajo ímprobo", explica Stringer. "Por el momento vamos a concentrarnos en la ribera, donde esperamos encontrar huesos humanos algún día", concluye.
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Extraído de Público

Fuente de Piedra: una necrópolis singular.

En 2006, los trabajos para la urbanización de unos terrenos al Sur de Fuente de Piedra sacaron a la luz los restos de una necrópolis orientalizante que fue intervenida de urgencia y que hoy se perfila como un yacimiento que permite estudiar ritos funerarios de los siglos VI y V a. C. y que da lugar a un paisaje poco frecuente en Andalucía. La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía encargó los primeros trabajos a la empresa Arqueosur y posteriormente se realizó una prospección magnética y de geo-radar por parte del Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada.

Ahora, una nueva intervención que comenzó en noviembre de 2009 y finalizó el pasado mes por parte del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica (CAAI) ha fijado los límites de este singular yacimiento del mundo orientalizante. Es decir, de «la cronología que va desde finales del siglo VII a principios del V a. C. y se extiende por todo el valle del Guadalquivir, comprendiendo la cultura tartésica y la de los íberos», explica el catedrático de la Universidad de Jaén y director del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica, Arturo Ruiz.

La mayor parte de la investigación del equipo de Ruiz se ha realizado en la necrópolis, con una cronología exacta de 50-60 años entre la segunda mitad del s. VI e inicios del s. V a. C., y en la que además de restos de este periodo se han localizado tumbas de inhumación romanas. El yacimiento, que recibe el nombre de La Noria, comprende así una necrópolis monofásica en la que «realmente no se ve una gran evolución en los ritos de la muerte» hasta que se abandona y posteriormente es ocupada en época romana. El yacimiento también registra huellas de campos de vid, según apunta Ruiz.

La Noria abarca una superficie aproximada de 150x100 metros y está formada por una decena de túmulos realizados por arcilla blanca, cuya altura fue eliminada por las máquinas que urbanizaban los terrenos. Alrededor de estos túmulos, bordeando su perímetro, se excavaron fosos que solamente se cortaban en algunos puntos para crear accesos a la parte superior de la colina funeraria. «Estos fosos fueron rellenados de una tierra anaranjada, en la que se practicaron rituales de ofrendas para quienes ocupaban con su tumba el espacio central del túmulo», matiza Ruiz. En ocasiones se realizaron enterramientos en las zonas del foso no excavadas, del mismo modo que también es frecuente encontrar tumbas fuera de los túmulos, si bien preferentemente rodeando el túmulo mayor, llamado por los investigadores Túmulo C. El catedrático explica que la mayoría tiene un diámetro medio aproximado de 12 metros a excepción del túmulo mayor, que alcanza los 22 metros.

Estos sepulcros tienen una tumba en el centro, con orientación siempre Este-Oeste, y una profundidad de hasta 1,5 metros. Dentro de esas tumbas se practicaba la incineración del fallecido (ritual de incineración 'in bustum'). Una vez realizada la cremación, se depositaba el ajuar sobre los carbones y los restos óseos mas pequeños, pues previamente seleccionaban los mayores y los extraían y las tumbas se rellenaban con tierra anaranjada, explica Ruiz, quien aclara que en el Túmulo C se realizó un doble enterramiento. «Es un ritual muy complejo que se reconoce en algunas zonas del bajo Guadalquivir», explica el experto, quien cifra en más de 30 las tumbas localizadas. El ritual, según Ruiz, es más tarteso que íbero, pero habría que destacar que la necrópolis podría situarse en el límite del espacio entre el mundo tartésico y el íbero.

Jerarquía en las tumbas.

«Los ajuares funerarios no son especialmente ricos, sin embargo sí se advierten ciertas diferencias de riqueza entre las tumbas. Valoramos la presencia de braserillos orientalizantes, que solamente aparecen en los túmulos o de una jarra de bronce recogida en el enterramiento central del túmulo C», puntualiza. Por ello, «parece que hay una jerarquía, pero la investigación nos tendrá que decir si es una jerarquía interna dentro de un linaje o es una jerarquía más política», afirma el catedrático para explicar que por primera vez existe una necrópolis del siglo V a. C. en el mundo orientalizante en el límite de la baja y la alta Andalucía en la que se pueden precisar bien los ritos funerarios. «La Noria se convierte en la pieza clave para entender el mundo de la muerte en la etapa orientalizante», sentencia. Además, el paisaje funerario que dibuja es «excepcional y extraordinario», además de «poco conocido en Andalucía».

La necrópolis pertenece a un poblado que su equipo ha descubierto en las inmediaciones y que correspondería a otro yacimiento arqueológico. «No está excavado, aunque creemos que debe ser un poblado importante y monofásico orientalizante. Seguramente estará fortificado porque se observan algunos elementos en sus límites», avanza Ruiz, quien detalla que se prevén próximas campañas para excavar el poblado y restaurar los túmulos de La Noria, que actualmente están visibles, pero que se van a tapar en un par de días para evitar su deterioro.
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Extraído de Diariosur

Localizan en Atapuerca "indicios" de homínidos anteriores al Antecesor.

Se trata de restos de mamíferos y herramientas, encontrados en la "Sima del elefante".
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El equipo de investigadores de Atapuerca ha localizado en los niveles inferiores de la Sima del elefante algunos "indicios" de la presencia de homínidos anteriores a los restos del Homo Antecesor, hallados en ese mismo yacimiento y que son los restos más antiguos de la evolución humana en Europa.

Uno de los codirectores de los yacimientos, Eudald Carbonell, ha precisado que se trata de restos de mamíferos y herramientas que indican la presencia de homínidos, por lo que confía que se termine confirmando a la "Sima del elefante" como "la cueva kárstica más importante de Eurasia".

El científico ha insistido en el deseo del equipo de que se pueda construir un puente en la parte inferior de este yacimiento que facilite el trabajo en el lugar donde han aparecido estos restos, que está bajo el nivel del suelo.

El próximo año, uno de los trabajos que se afrontarán en Atapuerca es la "refundación" de las excavaciones en Trinchera Galería, que se prolongarán durante unos 8 años.

Carbonell ha precisado que se retirarán los sedimentos inertes del yacimiento y se realizará una excavación amplia. También se "marcará" claramente la cueva y cuáles eran sus niveles para mejorar la comprensión del yacimiento por los visitantes.

En la misma línea de "mejorar la comprensión de todo el complejo kárstico de Atapuerca" durante este verano se está realizando un trabajo de topografía y escaneado, que tratará de elaborar un modelo en tres dimensiones de la forma que pudieron tener las cuevas antes de que fueran cortadas para construir la trinchera del ferrocarril que facilitó los descubrimientos posteriores de restos.
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Extraído de Público

El arquitecto que salvó La Alhambra.

El Patronato adquiere el archivo y la biblioteca de Torres Balbás, que ocupó el cargo de conservador de 1923 a 1936.
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En este lentísimo pasar de las horas, en estos inacabables días de espera angustiosa, la imaginación se distrae evocando el pasado, ya que el presente está preñado de dolor y del futuro no se perciben más que tintes sombríos". Así comienza el diario personal de Leopoldo Torres Balbás, el arquitecto que ocupó el cargo de conservador de La Alhambra de Granada desde 1923 a 1936 y al que se le debe, en buena medida, la salvación del monumento. El diario forma parte del archivo personal del arquitecto, que permanecía oculto en un sótano en la casa de su hijo, en Valencia, y que acaba de adquirir, junto a su biblioteca, el Patronato de La Alhambra y El Generalife. Torres Balbás (1888-1960), considerado un referente de los arquitectos conservadores españoles del siglo XX, vuelve así al lugar que tanto amó y al que no pudo regresar desde julio de 1936, cuando el alzamiento le sorprendió en Soria y fue destituido por los sublevados.

Los fondos documentales, valorados en 90.000 euros, incluyen su correspondencia, fotografías, postales, grabados, planos, dibujos y caricaturas, además de su diario personal, que comenzó a escribir el 6 de octubre de 1936 en la localidad soriana de Navaleno y que concluye en 1960, poco antes de su muerte. "Torres Balbás llegó a La Alhambra con unas tesis revolucionarias para su época, contrarias a las que prevalecían en aquel momento, y dedicó al monumento los mejores años de su vida", asegura Mar Villafranca, directora del Patronato. Ahora nadie pone en duda que la Alhambra de hoy forma parte de la herencia de un arquitecto, hijo de la Institución Libre de Enseñanza, que devolvió la autenticidad al monumento a costa de un fuerte desgaste personal y profesional. Para Villafranca, "sin su obra no hubiera sido posible mantener La Alhambra que hoy podemos observar".

Según Villafranca, su filosofía de restauración era la de la "mínima intervención en los monumentos". Y eso fue lo que aplicó en La Alhambra. Cuando Torres Balbás llegó a Granada, algunas estancias del recinto nazarí estaban en ruinas y otras, como el Patio de los Leones, habían sido objeto de bruscas y destructivas intervenciones que desdibujaban el estado original del monumento. Torres Balbás acabó con la tradición al uso de incorporar a La Alhambra decorados orientales y apostó por restituirla a su estado original. Así, desmontó del Patio de los Leones unas falsas cúpulas del siglo XIX al estilo Bagdad para recuperar la cubierta original, restauró el Patio de la Alberca, reestructuró los jardines del Partal, reparó el Mexuar y la Torres de Comares, descubrió el pasadizo existente bajo el Salón de Embajadores y, sobre todo, puso fin a siglos de desmanes que habían transformado la perfecta geometría del monumento.

Expedientes de depuración.

Sus intervenciones, sobre todo la que ejecutó en 1935 en el Patio de los Leones, fueron duramente criticadas por los sectores más rancios de la ciudad, que se habían acostumbrado a ver el recinto con un decorado de los cuentos de las Mil y una noches. Torres Balbás recibió entonces algunos apoyos, entre ellos, el del compositor Manuel de Falla, pero la reacción de la sociedad granadina del momento lo dejó tan herido que el arquitecto sólo volvió a Granada en una ocasión tras la Guerra Civil. Fue en 1951, con sus alumnos de la Escuela de Arquitectura de Madrid, a los que quiso mostrar La Alhambra.

Su cargo como conservador le supuso la apertura de uno de los tres expedientes de depuración a los que fue sometido entre 1936 y 1941 por presuntas responsabilidades políticas a favor de la República, expedientes que finalizaron sin condena pero que le impidieron ejercer la profesión de arquitecto conservador. Torres Balbás fue ninguneado y silenciado por el régimen franquista, lo que le llevó a dedicarse en exclusiva a las clases de Arquitectura hasta su jubilación. "Desde 1939 se le condenó al ostracismo, por lo que se ganó un gran investigador pero se perdió un gran restaurador", afirma el arquitecto Julián Esteban Chapapría, quien descubrió el archivo personal de Torres Balbás cuando realizaba una investigación y medió ante la familia del arquitecto para que el Patronato de la Alhambra consiguiera su legado.

Labor de restauración.

Los fondos tienen un "alto valor sentimental", según la directora, aunque a partir de ahora queda una meticulosa labor de restauración de los documentos. El legado formará parte de una exposición sobre la vida y obra del arquitecto prevista para la primavera de 2012. Villafranca destaca la importancia de la biblioteca por su riqueza "en temas medievales, cristianos e islámicos" y del archivo personal, "que era desconocido y que abre nuevas puertas a la investigación".

Los documentos han permanecido ocultos en un sótano durante 42 años, por lo que algunos están dañados a causa de inundaciones. Rafael Torres, el hijo del arquitecto, ignoraba la importancia de ellos. Ahora, a sus 84 años, no tiene ninguna duda de que la custodia del legado de su padre "queda garantizada" en La Alhambra. En su opinión, "los 13 años que pasó en Granada" constituyen "una razón poderosa para que el archivo se quede allí". "Siento desprenderme de tantos documentos personales, pero creo que en mi casa no tenían mucho futuro", dice.
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Extraído de Público

Encontrados nuevos restos en Reina Turdulorum.

Los participantes de la III Escuela de Verano de Arqueología de Regina, en Casas de Reina (Badajoz), han presentado este miércoles en su clausura una "estatua femenina idealizada sedente en mármol" y la escultura de "una cabeza de bóvido en bronce", aparecidas en el yacimiento arqueológico de la ciudad romana durante los cursos.Según ha informado en nota de prensa la Junta de Extremadura, la figura femenina, "posiblemente de culto", ha sido encontrada en la zona del Foro, donde se encuentra la triada capitolina dedicada a Júpiter, Juno y Minerva y que, "posiblemente", representa a una de estas divinidades latinas.La pieza de bronce ha aparecido en el interior de un pozo localizado en la zona del foro romano donde se sitúan algunos edificios de culto, dato que podría ayudar a su interpretación, ya que "no resulta fácil" determinar si representa a un toro o a un buey de cuernos cortos, pese a que los detalles anatómicos están indicados.La escultura presenta orejas con incisiones al interior para marcar el pelo, melena en la testuz, ojos con el iris inciso y párpados bien definidos, así como morros con orificios nasales, boca, y amplia papada con numerosos pliegues colgando.Durante esta campaña, clausurada por la directora general de Patrimonio Cultural de la comunidad, Esperanza Díaz, 15 alumnos han intervenido en espacios de uso vinculados a los edificios públicos del Foro, en contacto directo con las distintas etapas de uso que, a lo largo de la historia, tuvo este recinto y los materiales que han perdurado en el tiempo.
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Extraído de Llerena

Un primate árabe, nueva pieza clave en el 'rompecabezas' de la evolución humana.

El descubrimiento de los restos fosilizados de un primate previamente desconocido en Arabia Saudí podría ser clave para saber el momento en el que los monos del Viejo Mundo y los hominoides, entre los que se encuentra el ser humano, tomaron caminos distintos.

Científicos de varias universidades americanas analizan esta semana en la revista Nature el hallazgo del cráneo de una especie de simio, a la que han bautizado como 'Saadanius hijazansis', que vivió hace entre 29 y 24 millones de años, durante el Oloceno tardío, en Arabia Saudí, donde se han encontrado sus restos.

Los investigadores señalan en su trabajo, liderado por Lyad S. Zalmout, de la Universidad de Michigan, que este primate, que pesó entre 15 y 20 kilos, tiene unas características que retrasan el momento de la divergencia entre la rama de los grandes primates (gorilas, chimpancés, humanos, orangutanes y gibones) y de los monos cercopitecoideos (macacos, papiones, etcétera), que proceden de un antepasado común.

Las estimaciones que se habían realizado con el genoma indicaban que esa división se produjo hace aproximadamente entre 35 y 30 millones de años, pero realmente se carecían de huesos fosilizados que pudieran apoyar estas conclusiones genéticas sobre la divergencia entre ambas ramas.

Este vacío ha sido cubierto ahora por el hallazgo de un cráneo, logrado en el yacimiento árabe de Harrat Al Ujayfa y datado hace cerca de 29 millones de años. Este fósil presenta, según afirman, unas características de los catarrinos, el antepasado común de los monos del Viejo Mundo y hominoides, lo que supone que esa divergencia tuvo lugar más tarde de lo que se creía hasta ahora.

Los autores sugieren que los resultados aportan una pieza crucial para ampliar nuestra comprensión de la naturaleza y de la sincronización de los acontecimientos filogenéticos importantes para los orígenes humanos.

Para el experto español Salvador Moyá-Solá, del Instituto Crusafont de Barcelona, realmente se tiene muy poco material, sólo el cráneo, como para poder saber si este primate derivó hacia la línea evolutiva de los humanos o hacia la de los cercopitecoideos. En todo caso, asegura que «es un ejemplar a tener en cuenta en la reconstrucción del árbol evolutivo de los primates africanos y asiáticos».
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Extraído de El Mundo

Un barco del siglo XVIII 'emerge' en la zona cero de Nueva York.

Los trabajadores de la 'zona cero' del sur de Manhattan han encontrado los restos de un barco de casi diez metros de largo que podría ser del siglo XVIII y que se habría hundido en esa zona del sur de la ciudad cuando se amplió hacia el río Hudson, informó hoy el diario New York Times.
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El diario señala que los trabajadores que limpian de escombros la zona cero dieron con la embarcación el pasado martes y que ésta estaba enterrada a una profundidad de entre seis y nueve metros debajo de donde estuviera hasta el 11 de septiembre de 2001 el complejo del World Trade Center, construido en la década de los sesenta del pasado siglo.
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El arquitecto Michael Pappalardo, de la empresa AKRF, una de las contratadas para la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey para documentar los hallazgos históricos que puedan encontrarse en esa obra, corroboró el descubrimiento y dijo que el navío podría haber sido originalmente hasta dos o tres veces más largo de la porción encontrada.
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Se trata del mayor descubrimiento arqueológico realizado en esta ciudad desde 1982, cuando se encontraron los restos de un buque mercante del siglo XVIII en unas obras de la calle Water, en el sur de Manhattan.
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"La embarcación al parecer data de mediados del siglo XVIII y ha estado ahí durante más de 200 años", señala el diario que subraya que los arqueólogos de la ciudad están maravillados por la importancia del hallazgo, muy cerca de donde, según un mapa de 1797, había un embarcadero y donde se proyectó construir un lago.
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Pero también, dijeron los expertos, hay que actuar con rapidez para rescatar la nave, ya que su casco de madera, al no estar ya protegido por la tierra, "se deteriora rápidamente en su contacto con el aire", por lo que lo están recubriendo de barro.
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La ausencia de sol y la lluvia que afecta a Nueva York estos días, sin embargo, favorece la conservación de la embarcación, indicó el arqueólogo responsable de preservar el patrimonio histórico neoyorquino, Doug Mackey.
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Entre los restos, los trabajadores de la zona cero han encontrado también una gran pieza metálica semicircular perteneciente al barco y un zapato de cuero de la época.
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Extraído de El Mundo