Diez inventos que cambiaron la Historia

Una huella imborrable Imagen meramente ilustrativa. En la vasta y fascinante historia de la humanidad, ciertos inventos han dejado una huell...

Atapuerca vivió rituales caníbales durante más de un millón de años.

El yacimiento burgalés da con nuevas evidencias de que la antropofagia fue allí un uso cultural.


Los humanos que habitaron la Sierra de Atapuerca participaban de una peculiar tradición local: desmembraban a sus congéneres, tronchaban sus extremidades, cocinaban los trozos y se los comían. El canibalismo como ritual no alimenticio se incluyó entre los usos sociales, y arraigó de tal modo que en aquella zona del actual Burgos se estuvo hirviendo carne humana durante cientos de miles de años. En concreto, desde que los Homo antecessor eligieron esa sierra para vivir hace 1,3 millones de años hasta hace bien poco, en la edad del Bronce Medio, hace unos 3.400 años.

"Esta manipulación de los cadáveres tenía una función fundamentalmente social, para la cohesión del grupo. Aunque también se hacía para aprovechar la carne, era más una cuestión de apropiación de la realidad de los otros", explica el codirector de las excavaciones de Atapuerca, Eudald Carbonell. Durante la última campaña de trabajos en la trinchera, de la que ayer se presentaron los resultados, se encontraron numerosos restos humanos dispersos con "marcas evidentes de canibalismo" en la cueva del Mirador. Los cuerpos, que pertenecen al Bronce Medio, estarían relacionados con otros similares encontrados hace una década en la misma cavidad. Al estudiarlos, se comprobó que habían sido "desarticulados, fracturados, hervidos y consumidos", según narran las conclusiones de la campaña 2011.

Para Carbonell, este hallazgo viene a confirmar que este ritual se realizó de forma "sistemática" en la zona. Por medio de esta ceremonia antropófaga, el grupo ganaba cohesión "por medio de metafísicas, lo cual habla de una gran complejidad social", afirma Carbonell. El canibalismo es una costumbre que han detectado en necrópolis de todas las épocas de las que se tienen registro en Atapuerca, por lo que los investigadores deducen que se trata de un uso cultural de la zona, aunque Carbonell admite que desconoce el porqué se consolidó esta forma la antropofagia.
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Expectativas para 2012.
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Los responsables de Atapuerca dicen que esta campaña ha sido "de transición", de preparación para que el año que viene sea especialmente fructífero. Pero es tal la calidad del yacimiento burgalés que cada vez que se baja a la trinchera se da con materiales de primera calidad. Este año también se ha descubierto que hace 350.000 años aquella sociedad se especializó en la caza del bisonte, lo que muestra una "notable complejidad social y técnica".

Sin embargo, gracias a los trabajos de acondicionamiento que se han realizado, la campaña del año que viene es la que promete ser de "grandes descubrimientos", dice Carbonell. "Apostamos sobre seguro".
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Extraído de Público

Finalizan las excavaciones de Atapuerca con el hallazgo de un cráneo de bóvido.

Tras casi 40 días de excavaciones, el domingo 24 llega a su fin la campaña de excavaciones de la Sierra de Atapuerca, que comenzó el pasado 15 de junio. En esta edición, el equipo de investigación de Atapuerca bajo el mando de los tres codirectores, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, ha permitido hallar un cráneo de bóvido en la Sima del Elefante, así como más restos de la especie Homo Heidelbergensis en la Sima de los Huesos.
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Según informaron fuentes de la Fundación Atapuerca, la campaña de excavaciones 2011 ha estado marcada por cambios para reorganizar las excavaciones, por lo que el equipo estima que la campaña de 2012 "será muy importante ya que estarán todos los yacimientos en funcionamiento con las medidas de seguridad e infraestructuras necesarias". Es el caso del yacimiento de Galería donde se ha retomado la excavación tras 15 años de inactividad o la Sima del Elefante, en la que se ha instalado el puente que está permitiendo excavar el yacimiento en extensión. Cabe destacar que este año también se ha finalizado de excavar el Campamento de cazadores de bisontes más antiguo de Europa en el nivel TD10 de Gran Dolina.

El yacimiento de la Sima del Elefante se localiza en la zona sur de la Trinchera del Ferrocarril. Durante las campañas de excavación del 2007 y 2008, en el nivel 9c (de 1,2 millones de años) de la Sima del Elefante se recuperaron diferentes restos de homínido asociados a industria lítica y huesos de herbívoros con marcas de corte. Estos restos de homínido son, hasta el momento, los más antiguos de Europa.

Debido a que el paquete sedimentario (TE9c) en el que se localizan estos restos estaba cortado por el camino de la Trinchera del Ferrocarril impidiendo así su excavación, uno de los principales objetivos planteados para esta campaña ha sido vaciar el camino y colocar un puente con el fin de poder circular por la Trinchera a la vez que se excavaba por debajo los niveles de Pleistoceno Inferior.

Al realizar los trabajos de vaciado del camino, alrededor de 1,60 metros de la cota actual del camino se han localizado hasta un total de 12 traviesas del Ferrocarril Minero construido a finales del siglo XIX. Dichas traviesas han sido documentadas y trasladadas al Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana con el fin de ser restauradas. Una vez vaciado el camino de sedimentos modernos, se han iniciado los trabajos de excavación de los sedimentos pleistocenos en los que en futuras campañas esperamos encontrar más evidencias de la presencia humana más antigua de Europa.

Por otro lado, en la superficie de excavación intervenida ya en años anteriores, se ha llegado a la base del nivel TE9c y se ha recuperado diferentes restos de bóvido en semiconexión anatómica, entre los que destaca un cráneo prácticamente entero. El estudio de estos materiales aportará nuevos datos para conocer cual era la especie de bóvido que habitaba la Sierra de Atapuerca hace mas de un millón de años.
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Extraído de El Mundo

Las hogueras más antiguas de Europa están en España.

Las cenizas descubiertas en Murcia superan los 800.000 años.


Un equipo de arqueólogos ha encontrado, en una cueva de Murcia, los restos paleolíticos de fuego más antiguos fuera de África. Según los responsables de la investigación, los restos confirman el uso de este elemento por los homínidos que habitaban la región, los Homo heidelbergensis, ancestros del neandertal.

Esta evidencia de cenizas se convierte en la más antigua encontrada en yacimientos europeos, con una antigüedad estimada de entre 800.000 y 990.000 años, lo que la sitúa en el Pleistoceno Inferior.

Los restos de este nuevo hallazgo, aún pendiente de publicarse en una revista científica, se encuentran en el yacimiento de la Cueva Negra, situada en el estrecho del río Quípar, al noroeste de la Región de Murcia. En una capa de sedimentos del interior de la cueva, a unos 4,5 metros de profundidad, los arqueólogos han encontrado huesos calcinados y un trozo de sílex deformado por el fuego. Teniendo en cuenta que este mineral era utilizado para elaborar herramientas, los científicos creen que los habitantes de la cueva utilizaron el calor para moldear el mineral, una actividad que podría considerarse como "humana".

También se han recuperado numerosos restos de animales que fueron la base de la subsistencia de los antiguos pobladores de la cueva. Estos restos poseen marcas de cortes y de quemaduras, lo que añade otra evidencia de la utilización del fuego. Según ha declarado Michael Walker, profesor de la Universidad de Murcia y director de la excavación, "es verosímil pensar que el hombre aprovechaba el fuego producido de forma natural en el exterior para cocinar", informa Efe.
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Combatir el frío.
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Los investigadores también destacan que el entorno en el que se encuentra la cueva estaba sometido a los largos períodos glaciales del Pleistoceno, lo que hacía que esta, con la entrada orientada al norte, tuviera temperaturas bajo cero durante todo el día. Los restos hallados indicarían, según los científicos, que los habitantes de la cueva también utilizaban el fuego para "calentarse".

Hasta ahora las huellas de fuego más antiguas fuera de África estaban fechadas en 780.000 años y se encontraban en el yacimiento de Gesher Benot Ya'akov, en Israel. Las evidencias más antiguas de utilización de hogueras por parte de los homínidos se encuentran en el continente africano. Los yacimientos de Swartkrans (Suráfrica) y Chesowanja (Kenia) tienen una antigüedad superior al millón de años.
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Extraído de Público

El caminar humano nació hace 4 millones de años

Las huellas prehistóricas del yacimiento de Laetoli (Tanzania) han servido a los investigadores para demostrarlo.
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La forma de caminar de los humanos modernos comenzó hace casi cuatro millones de años, según afirma un estudio. Las huellas prehistóricas del yacimiento de Laetoli (Tanzania) han servido a los investigadores para demostrar que los homínidos que poblaban la región hace 3,7 millones de años, los Australopithecus afarensis, caminaban de forma más parecida a cualquier persona de la actualidad que a los primates bípedos, como chimpances o gorilas.

Las marcas de Laetoli son las huellas de ancestros humanos más antiguas que se conocen, conservadas en barro gracias a las cenizas volcánicas. Pero el desgaste sufrido con el paso del tiempo las ha deformado, lo que ha generado varios debates dentro de la comunidad científica sobre la manera de caminar de sus creadores.

Pese a que los homínidos comenzaron a andar sobre dos extremidades hace seis millones de años, algunos investigadores sostienen que la forma humana de andar, con el cuerpo erguido e impulsado sobre la parte delantera de los pies, comenzó con el Homo erectus hace 1,9 millones de años.

"Antes se pensaba que el Australopithecus caminaba encorvado y se impulsaba con la parte media del pie, como los grandes simios de hoy en día", explica Robin Crompton, uno de los autores del estudio. "Sin embargo", prosigue el investigador, "las huellas de Laetoli implican una forma de caminar erguida y con la parte delantera del pie, muy parecida a los humanos de hoy".

El estudio, que ha utilizado simulaciones por ordenador para predecir la forma de las pisadas de los australopitecos, ha sido publicado hoy por la Royal Society de Londres.
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Extraído de Público

Una joya de oro para los homínidos de Atapuerca.

La 'Joya del Silo' es el nombre de la exposición que se inaugura el 19 de julio en el Museo de la Evolución Humana de Burgos para dar a conocer un valioso brazalete de oro, de hace 3.500 años, que fue encontrado por espeleólogos del Grupo Edelweiss en el año 2004, y que nunca se había expuesto al público.

La exposición, que estará abierta hasta finales de septiembre, pretende ser un homenaje a la colaboración que los espeleólogos con los arqueólogos y paleontólogos de la Sierra de Atapuerca, donde se encuentra la Cueva del Silo, una laberíntica red de pequeños conductos dentro del sistema kárstico en el que se encuentran los famosos yacimientos del Pleistoceno Medio.

"Queremos conmemorar así los 60 años del Grupo Edelweiss y, a la vez, enseñar una pieza muy especial que fue encontrada por un equipo suyo en la cueva. Es un brazalete muy hermoso y muy interesante. Debió de pertenecer a los grupos de humanos que vivían en el Portalón de la Cueva Mayor", explica su comisaria Aurora Martín Nájera a ELMUNDO.es.

La joya se encontraba depositada en un hueco bajo grandes bloques de piedra, un lugar escondido que posiblemente fue elegido de forma intencionada. Encima había unos sedimentos arcillosos que el tiempo transcurrido había depositado a lo largo de tres milenios.
En la Cueva del Silo también se encontraron, durante su excavación, hace tiempo, arte rupestre, silos abandonados, restos de cerámica prehistórica y algunos enterramientos, pero ahora ya no hay allí ningún yacimiento.

La exposición en el Museo se divide en cuatro ámbitos. En uno de ellos se describe cómo es la cueva y el laberíntico sistema de galerías que componen el sistema y por las que circuló el agua durante el Pleistoceno.

También se explica la historia de su descubrimiento, allá por 1792, por parte de Francisco de Paula, que es el primero que la describe por escrito. Unos 80 años después, dos ingenieros realizaron un plano de su interior, si bien no fue hasta 1912 cuando se realiza una prospección arqueológica, por parte del Padre Saturio, el Abate Breuil y Obermaier, que descubren un panel de grabados posterior al Paleolítico.

Fue el Grupo Edelweiss el que en los años 60 reinicia la exploración de la Cueva del Silo, sacando a la luz, en 1965 nuevos grabados y galerías que la unen a la Cueva Mayor. Pocos años después, en 1976, Emiliano Aguirre y su equipo encuentran la Sima de los Huesos y la investigación en Atapuerca cobra su impulso definitivo, incluyendo todas las cuevas.
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Extraído de El Mundo

Arqueólogos descubren las ruinas de la bíblica ciudad del rey David.

Arqueólogos descubrieron en Israel restos de la que podría ser la ciudad bíblica del rey David, la primera evidencia de que el antiguo imperio judío existió.
La Biblia hace mención de un poderoso reino de David –el segundo rey de Israel- en el siglo X a.c., el cual se extendía de Egipto hasta el Éufrates, sin embargo, nunca se ha encontrado evidencia de que existió.
Actualmente, un descubrimiento arqueológico en Khirbet Qeiyafa, en el Valle de Elah, a 30 kilómetros de Jerusalén, parece dar señales de un establecimiento judío.
El profesor Yosef Garfinkel, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, dijo que la evidencia encontrada en el lugar incluye un fragmento de cerámica con una inscripción que se cree es de una forma antigua de hebreo y semillas de aceitunas que datan de 3,000 años atrás.
“Los edificios y el muro de la ciudad son colindantes. Esto es típico del concepto urbano de Judea”.
“Tenemos huesos de animales. Había miles de huesos de animales. Tenemos borregos, ganado y cabras. Pero no tenemos cerdos. En las ciudades de Canaan y Filistea puedes encontrar hasta un 20% de huesos de cerdos”, agregó Garfinkel.
Sólo se ha excavado el 10% del lugar, por lo que es probable que haya más hallazgos significativos.
El reino de David se describe en la Biblia como el primer Estado judío, así como los primeros rasgos del judaísmo, cristianismo e islamismo, pero durante décadas ha sido calificado por arqueólogos como sólo una historia.
En una región donde la historia, creencias e ideologías pueden jugar un papel tan importante, el descubrimiento es polémico. Otros arqueólogos desacreditan la trascendencia del hallazgo.
El profesor Israel Finkelstein, de la Universidad de Tel Aviv, destacó que los restos no son evidencia de un poderoso Estado bíblico.
“No estamos hablando de algún gran imperio con una maravillosa capital, como consideramos a Asiria en el siglo IX a.c., o incluso el reino del norte de Israel en el siglo IX. a.c. Aquí estamos en una fase formativa del surgimiento de Judea”.
“Khirbet Qeiyafa no hace a Judea un gran imperio con grandes ejércitos”, agregó Finkesltein.
Garfinkel argumentó que aunque no fuera el gran imperio de la Biblia, su existencia es significativa.
“Lo que la gente está tratando de hacer es decir que el Reino de Judea nunca existió. Lo que yo digo es que sí existió. Es uno pequeño, no tan glorioso como la Biblia lo presenta. Pero eso no significa que no existiera”.
Extraído de CNN

El último dinosaurio antes del impacto.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Yale acaba de hacer público el descubrimiento del que fue uno de los últimos dinosaurios vivos justo antes del impacto de un gran meteorito hace 65 millones de años. El hallazgo indica que los dinosaurios prosperaban antes del impacto y asesta un duro golpe a la idea de que se extinguieron gradualmente mucho tiempo antes y debido a otras causas.

Se trata del cuerno fosilizado de un ceratopsio (un dinosaurio parecido al famoso Triceratops) hallado en Montana hace ya un año. Pero lo más destacado es que el fósil ha aparecido apenas cinco milímetros por debajo del límite K-T, la fina capa oscura de sedimentos (ricos en iridio, metal escaso en la Tierra y muy abundante en muchos meteoritos) que marca la frontera entre los periodos Cretácico y Terciario y que coincide con la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años.

De hecho, por encima del límite K-T ya no existen fósiles de dinosaurio, lo que indica su súbita desaparición.

Desde que la teoría del impacto fue propuesta por primera vez hace ya más de treinta años, muchos científicos, la mayoría, se han ido sumando a ella. Sin embargo, la aparente falta de fósiles de dinosaurios no avianos (tiranosaurios, triceratops, picos de pato, etc) en los primeros tres metros por debajo del límite K-T ha llevado a otros paleontólogos a concluir que cuando el meteorito cayó, los dinosaurios ya habían desaparecido.

Es decir, que se extinguieron gradualmente por otras causas y mucho antes del impacto.

"Este descubrimiento - afirma Tyler Lyson, autor principal del estudio que se ha publicado en Biology Letters- sugiere que esta anomalía de los tres metros estériles no existe. El hecho de que este especimen estuviera tan cerca del límite K-T indica que por lo menos algunas especies de dinosaurios se encontraban bien antes de la caída del meteorito".

A pesar de que Lyson y su equipo no han podido determinar la edad exacta del fósil, los datos indican que debió vivir entre algunas decenas de miles y unos pocos miles de años antes del demoledor impacto. Lo que le convierte en el dinosaurio más cercano que tenemos al momento en que se produjo la catástrofe.

Al principio, los descubridores del fósil pensaban que los restos se encontraban a cerca de un metro por debajo del límite K-T, pero pronto se dieron cuenta de que se encontraba pegado a esa frontera (y por lo tanto al momento de la caída del meteorito).
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Extraído de Público