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Yacimiento de Oldupai. Los investigadores justifican en su trabajo cómo esta anemia apoya la hipótesis de que la fisiología humana adaptada al consumo frecuente de carne. |
El equipo del Instituto de Evolución en África que está excavando en la Garganta de Olduvai (Tanzania) ha descubierto los restos fósiles de un niño que vivió en este lugar hace 1,5 millones de años. Este individuo presenta una patología en sus huesos que se relaciona con la anemia, lo que apoya la hipótesis de que los ancestros humanos de cronologías muy antiguas ya dependían del consumo de carne para su supervivencia. Un estudio realizado por investigadores del Instituto de Evolución en África (IDEA), que acaba de ser publicado en la revista PLOS ONE, asegura que la patología (Hiperostosis porótica) encontrada en los restos fósiles de un niño –de menos de 24 meses de edad–, de hace 1,5 millones de años es producto de la falta de consumo de las vitaminas B9 y B12, que se obtienen a través del consumo de carne en las sabanas modernas africanas. El fragmento craneal del individuo encontrado, del que se desconoce el sexo, indica que probablemente murió durante el periodo de destete, cuando los alimentos sólidos comenzaban a incluirse en su dieta y cuando todavía dependía de la leche materna. En este caso, y según el citado artículo, esa leche era nutricionalmente deficiente debido a la falta de consumo de carne por parte de la madre.