Llevamos juntos miles de años, compartimos enfermedades, ADN… mesa y mantel. Los científicos se han propuesto indagar en esta relación.
En enero comenzará una de las mayores investigaciones sobre el pollo que jamás se han realizado. Seis universidades –Bournemouth, Durham, Nottingham, Leicester, Roehampton y York–,1,94 millones de libras esterlinas, varias asociaciones especializadas de toda Europa y un intenso trabajo de documentación que se prolongará, al menos, durante tres años intentarán arrojar algo de luz sobre esta relación que comenzó en el Neolítico. El pollo está presente en la arquitectura, la religión, la medicina… por supuesto, en la alimentación y en la economía. Avanzar en su conocimiento es mejorar en el de la historia de la humanidad, según Mark Maltby, investigador principal del proyecto Percepciones culturales y científicas de la relación hombre-pollo. No es casual que la gallina fuera la primera ave cuyo genoma se secuenció. Con ella compartimos el 60% del ADN, además de diferentes enfermedades; algunas, como la gripe aviar, con un grado de mortalidad del 20%.